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Provócame (Yoonmin) por RunFree

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Notas del fanfic:

es la primera vez que hago un Lemon, no sé como haya resulatado, espero que no sea tan chafa como me dijeron ¬¬ pero bueno, aqui esta .-.

Notas del capitulo:

¡ENJOY! C:

Entro a su casa pasado de las 10 p.m. no creyó que firmar unos documentos le llevaría tanto tiempo, coloco sus llaves en el recibidor y se sacó sus zapatos, suspiro desanudando su corbata de color negro abriendo así los tres primeros botones de su pulcra camisa blanca y así dejando apreciar un poco de ese pecho no tan marcado pero deliciosamente amplio de color lechoso y libre de vello, ¡dios santo! Como le dolía el cuello. Se masajeo un poco sus hombros y se dirigió a su mini bar que estaba en la esquina de su sala, en una copa coloco tres cubos de hielo acompañándolos con un poco de Whisky, meneo su copa y se la llevo a los labios soltando una disimulada sonrisa. Peino su corto cabello rubio y caminando hacia el centro de la sala aun con la copa en la mano, anclo un poco las persianas y se sentó en un sillón de color negro que estaba a mitad de la habitación, miro su reloj de muñeca con excitación, faltaba poco para que su momento favorito de la noche diera inicio, dio otro trago a su copa mirando hacia el edificio de enfrente, esperando… esperando pacientemente, frunció su ceño cuando vio su reloj y  tal vez eso que tanto disfrutaba no lo presenciaría hoy puesto que ya era tarde, bien, solo disfrutaría de tomar tranquilamente su Whisky y se iría a dormir, ya mañana sería otro día

Estaba por levantarse cuando de pronto, la ventana del edificio de enfrente se encendió, dejando ver a un chico de cabellos rojo fuego que se desprendía de su chaqueta colocándola sobre la cama y él se acomodó mejor en el sillón, el chico de la ventana de enfrente se sacó los calcetines masajeando sus pies delicadamente, llevo sus manos a su cuello para después descansarlos sobre sus hombros y moverlos en círculos. Tomo un trago de su copa y siguió observando.

El chico de la ventana se levantó de donde estaba, se dirigió hacia lo que parecía un estante buscando quien sabe qué cosa, no podía ver pues la ventana no era tan amplia como la suya. Minutos después apareció en su campo de visión por el movimiento de su cuerpo supuso que estaba bailando y mientras lo hacía se despojaba una a una de sus prendas, todo al ritmo de la canción. Coloco la copa de whisky sobre la mesita que tenía al lado e inclinándose hacia el frente para posar sus antebrazos sobre sus piernas, miraba atento todo, como siempre lo hacía cuando lo observaba, normalmente el chico llegaba, se desvestía y se acostaba en ese orden, pero esta vez había algo que lo excitaba

El chico se paseaba por toda la ventana moviéndose como incitándolo, Yoongi peino su alborotado cabello rubio con su mano y resoplo, en un rápido movimiento por parte del de pelo color fuego comenzó a desabotonarse el pantalón negro, su mano subió desde su cadera hasta su cuello todo de manera m-u-y lenta y no paraba de mover sus caderas, demasiado hipnótico, excitante, magnifico. El chico de la ventana de enfrente levanto lentamente su camiseta para después sacársela dejando ver un pecho amplio y un vientre plano todo de un blanco inmaculado. Ya sin titubeos a saberse descubierto encendió las luces de la estancia y desanclando las persianas fue a sentarse donde mismo para ver su espectáculo favorito en todo su esplendor, el chico al verse observado no salió corriendo como esperaba, no, al contrario continuo con ese movimiento cadencioso mirándolo fijamente a través de la ventana, Yoongi le sonrió de medio lado para después darle un sorbo a su copa

Sus manos recorrían su cuello, bajaban por su pecho, se posaban en sus caderas y las acariciaba, se deshizo de sus pantalones y ahora ya en bóxer se acercó a la ventana donde se arreplegó de espaldas comenzó a bajar en zic zac y volvía a subir, ese cuerpo ya lo había medio visto pero no tan detalladamente como ahora, poseía un par de piernas hermosas, largas y torneadas, una cintura estrecha y unas caderas amplias pero no tanto como para dejar de ser masculinas y lo que más le llamo la atención (fascinó) fue ese hermoso trasero que bien le hacía tributo a todo lo sensual y magnifico de aquel chico. Se imaginaba tocándolo por todas partes, probar su boca y hundirse en él lo más profundo posible, para en ese momento Yoongi tenía una pequeña casa de campaña en sus pantalones, tiro lejos la corbata así como su cinturón, estaba por meter su mano bajo su pantalón cuando en un rápido vistazo miro al chico de enfrente que le observaba mordiéndose el labio inferior mientras colocaba sus palmas contra el cristal. Le dedico una sonrisa cargada de lujuria y dedicándole un brindis con su mano izquierda su otra mano se hundió en sus pantalones y el chico continuo con su baile eterno

Al tocar su glande caliente fue imposible ahogar un gemido, hecho su cabeza hacia atrás disfrutando de la sensación cuando su mano lentamente bajaba y subía por su extensión, sus ojos se conectaron con los del chico que mordía su labio, quería probar esa boca, disfrutar de su cuerpo y no se quedaría con las ganas, rápidamente se levantó del sillón en dirección a la puerta, el chico paro su baile al no ver por ningún lado a su fabuloso y serio espectador. Yoongi caminaba a paso apresurado por los pasillos del enorme edificio, tenía que llegar cuanto antes a la puerta de ese chico o creería que explotaría, al salir a la calle el viento frio de la noche le dio de lleno en la cara, su camisa estaba arrugada y desarreglada y sus pantalones desabotonados, al doblar en la esquina se encontró con las puertas del departamento del chico, si no calculaba mal, el menor debería estar en el piso 30, apresurado corrió en busca de dicho piso, ahora, venia la parte fastidiosa y era tocar las puertas para ver en cual de todas se escondía el sexy conejito que buscaba

Miraba por la ventana hacia la que estaba enfrente, las luces seguían prendidas y la copa descansaba en el pequeño mueble al lado de un sillón negro, pero no había rastro alguno de su espectador, creía que disfrutaba de su baile lo podía ver en su cara, pero cuando giro y al volver ya no estaba, espero unos minutos pero nada, decidió irse a duchar para luego irse a dormir cuando alguien toco a su puerta, al abrirla sus ojos no daban crédito a lo que veía ¡su vecino rubio estaba frente a su puerta! Sus ojos se conectaron breves instantes, un rubor devastador se apodero de sus mejillas cuando una sonrisa de medio lado se dibujó en la boca contraria y segundos siguientes fue empotrado en la pared, un cuerpo delgado se dio paso entre sus piernas las cuales se enroscaron en la cintura contraria, las manos del rubio acariciaban todo a su paso, desde la espalda hasta ese par de montoncitos bajo el bóxer, el chico pelirrojo enredó sus brazos por el cuello del blondo, sus bocas se unían apresuradas, sus lenguas se saboreaban y sus entrepiernas se restregaban deliciosamente, todo con la pasión contenida de varios meses atrás

Porque si, nuestro chico de cabellera roja quedo prendado de ese estoico y sensual rubio desde esa vez cuando tuvo que tomar su autobús un poco tarde porque se había dormido. Esa mañana iba refunfuñando y haciendo pataletas cuan niño pequeño, detestaba llegar tarde a clases porque no solo le ponían falta sino que también le ponían a barrer el salón, limpiar la pizarra y llevar los cuadernos del profesor a su oficina, suspiró con fastidio y para colmo el autobús se estaba retrasando, decidió entonces caminar hasta su escuela, si iba a llegar tarde que al menos valiera la pena el retardo. Mientras caminaba a paso lento por la despejada calle, tarareando una canción que escuchaba por los audífonos, cuando se preparaba para pasar del otro lado de la calle, vio estacionarse a su lado un convertible negro y en el asiento del piloto estaba un hombre enfundado en un traje negro y corbata, su pelo rubio y su piel blanca resaltaban por las prendas, su mirada estaba puesta hacia enfrente, su expresión era entre aburrida y somnolienta. Se quedó sin aliento cuando el hombre giró su cabeza a su dirección y descubrió que ¡era guapísimo! A pesar de tener el ceño levemente fruncido y la mirada fría, era muy guapo, se miraron así unos segundos más cuando el semáforo cambio de color y él tuvo que irse.

Se quedó ahí un par de minutos más porque sus piernas temblaban, su corazón latía ferozmente y sentía su rostro arder, se recordó que iba tarde y decidió apresurarse pero no mucho puesto que aún tenía la esperanza de encontrase con el chico rubio varias calles adelante, no pasó. Cuando llegó al aula ni siquiera se molestó en excusarse, solo se limitó a sentarse en su asiento que estaba al lado de la ventana, mientras miraba hacia la calle. El día transcurrió normal, almorzó con sus amigos, les contó lo del chico del convertible y sintió la misma emoción que en la mañana, estos le ayudaron a limpiar el aula por lo que no demoraron en salir del colegio. Sus amigos lo invitaron a ver una película pero él se negó puesto que debía terminar de limpiar su departamento porque sus padres lo visitarían al siguiente día, cuando llegó encendió su grabadora y entre canciones, pasos de baile, termino de limpiar. Estaba ordenando su habitación, por lo que un poco de aire fresco le ayudaría a no asfixiarse con el polvo, que no era mucho pero al que él era alérgico. Recogiendo las cortinas la brisa fresca de la noche le acaricio la cara, en eso una canción comenzó a sonar, su favorita, por lo que no lo pensó dos veces, comenzó a bailar, lenta y pausadamente, cuando se dio la vuelta pudor ver que en la ventana que estaba frente a la suya, las luces de la estancia estaban prendidas y que el dueño del lugar tenía una copa entre sus manos mientras leía algo sentado en el sillón de enfrente, ¡era él! El chico de la mañana, el que poseía un rostro hermoso pero estoico, unos ojos fríos pero una mirada cálida, el que no podía sacar de su cabeza, ¡vivía frente a su departamento! Y jamás se dio cuenta.

Desde ese día llegaba temprano solo para ver el como el otro llegaba, tomaba algo en su copa. Quería saber de él, su nombre, edad, sus pasatiempos, sus sueños, que si tenía novia o novio, si estaba comprometido y sino, que pensaba del matrimonio, todo, quería saberlo todo de él. Otras veces esperaba su llegada y terminaba aburrido, comenzaba a bailar, y entonces sentía una intensa mirada sobre él aunque las luces de la ventana de enfrente estuvieran apagadas, sentía que era él, una parte de sí mismo lo sabía y quería confirmarlo, así que esa noche decidió arriesgarse, bailando tan provocativamente frente a él, quitándose prenda tras prenda tan atrevidamente para tratar de encenderlo, quería que lo tomara entre sus brazos y lo hiciera gritar de placer, lo supo cuando en unos de sus movimientos, se giró y por el radillo del ojo pudo ver una silueta sentada en el sillón que estaba frente a su ventana, y algo dentro de él se encendió

-a pesar de que un extraño está aquí, dentro de tu departamento empotrándote contra la pared comiéndote la boca, sigues sonriendo ¿te excita pensar hasta donde podría llegar? – le susurro cerca de su oreja haciendo que los vellos de su nuca se erizaran y sin poder evitarlo soltó un gemido al escuchar esa ronca y gruesa voz tan sensual – no me provoques, mocoso

Apretó sus brazos en su cuello y lo atrajo más a si, comenzó a restregarse ansiosamente contra el cuerpo firme y fuerte, gimiendo en su oreja para tratar de encenderlo y transmitirle un poco del calor que sentía y lo quemaba. El otro buscó de nuevo su rostro y de nueva cuenta devoró sus labios, sus besos eran feroces, rudos y desesperados tanto que le dolían pero no paró el beso, ya estaba ahí, no lo dejaría escapar

-¿así? ¿Y qué me harás si lo hago? – le dijo atrevidamente, bajando su mano entre sus cuerpos y metiéndola en los pantalones contrarios sin llegar a tocar su pene

-voy a joderte – le mordió la oreja, el otro volvió a gemir

-¿Quién dice que no quiero eso? – le miro a los ojos y en ellos vio un pasión avasalladora tan grande que su corazón latía mucho más rápido que cuando todo esto comenzó

-piensa bien lo que dices, porque después de eso no me detendré. Deseo enterrarme muy profundo en ti, devorar cada parte de tu cuerpo y  llenarte de mí, esa es mi fantasía desde la primera vez que te vi bailar frente a mi ventana, quiero marcarte. Hacerte gritar por placer que solo yo pueda darte, quiero que grites mi nombre mientras te lo hago furioso y desesperado con toda esta pasión contenida que se niega a desaparecer por las noches – hablo roncamente mientras simulaba embestidas, el otro se volvió a aferrar de su cuello mientras gemía con más intensidad sobre su boca,

-entonces, por favor, por favor no pares. Cumple tu fantasía, has realidad tu deseo y no me sueltes hasta que lo veas saciado – rozó la tela del bóxer del contrario, descubriendo una crecida erección que pegaba a la tela del pantalón, doloroso, pensó. El rubio jadeo

-¿tan ansioso estas? – le sonrió con diversión, el pelirrojo se sonrojó y asintió después, “tan lindo” pensó el rubio

- no soy un chico fácil, si es lo que estás pensando – lo miró a los ojos con detenimiento - me gustas y mucho, es una locura, pero es cierto y por mucho que quiera y te desee, necesito saber al menos tu nombre – Yoongi sonrió 

-¿si te lo digo, me dejaras continuar? – El otro asintió –…Yoongi, Min Yoongi. Ese es mi nombre

-Park Jimin, ese es el mio – Yoongi sonrió

- lo sé  - susurró, y se abalanzó sobre su boca, devorándola con hambre y las caricias calientes sobre su cuerpo volvieron a aparecer

Jimin gemía y jadea sobre sus labios, las manos contrarias apretaban y acariciaban su bien formado trasero,  sus piernas yacían enroscadas a su cintura. Los besos de su mandíbula pasaron a su cuello donde lamia, saboreaba y mordía cada pedazo de piel expuesta, pronto la ropa comenzó a estorbar y en menos de un segundo se encontraba portando solo su bóxer color negro

-a-aquí no – dijo controlando su respiración mientras ponía sus pies en el piso, por la cara de aturdimiento de su invitado cuando comenzó a guiarlo por el pasillo, le explicó – vamos a mi habitación - Sus piernas temblaban con cada paso que daba, miró sobre su hombro para confirmar que eso estuviera realmente pasando y no solo fuera otro más de sus sueños calientes con su sexy vecino, ¡y ahí estaba él!, su cabello rubio revuelto, la camisa blanca desabotonada exponiendo ese pecho lampiño y lechoso, su pantalón abierto y su respiración agitada por los acalorados besos, y vaya que el tipo sabia besar, aun sentía su lengua restregarse con la suya, moviéndose tan calientemente entre sus labios.

Al llegar a su habitación sintió el pestillo de la puerta echarse y una caliente respiración en su nuca, al instante sintió unas traviesas manos que acariciaban su vientre, subiendo por su estómago, pecho y llegar hasta sus pezones donde los acariciaba y apretaba. Los hábiles labios de hace un momento volvieron a hacer aparición, otra vez en su cuello, gimió y se recostó en su pecho acariciando la nuca contraria para hacer presión sobre su piel caliente. No pudo evitar callar ese gemido demasiado ronco cuando la mano contraria se adentró bajo la tela del bóxer, tomando entre sus cálidos dedos la piel sensible de su pene, con cada movimiento, su cuerpo se restregaba contra el contrario y por instinto trataba de cerrar sus piernas, por vergüenza claro esta

Sintió una protuberancia que se restregaba entre sus nalgas, se giró y comprobó que una crecida erección estaba atrapada entre la tela del pantalón, quiso hacer lo mismo que Yoongi había hecho con él pero este le tomo la mano mientras negaba suavemente con una sonrisa en su cara. Las grandes manos se posaron en sus caderas y lentamente fueron bajando el bóxer, cuando este se hubo en el suelo, las manos regresaron y acariciaron sus muslo lampiños, tomando una de sus piernas colocándola en la cadera contraria, volviendo a restregarse contra él

Luego lo cargo sin ningún tipo de problema y lo deposito sobre la cama de azules sabanas, completamente desnudo ante el escrutinio de su mirada, vio como el otro se deshacía de su camisa blanca, pantalón y bóxer, sus mejillas ardieron como nunca al verlo ahí, así, tan íntimamente, tan erótico, tan hermoso. Su corazón comenzó a palpitar tan deprisa que pensó que le daría una taquicardia cuando el rubio avanzo a gatas sobre la cama hasta él. Sintió su peso sobre su cuerpo y sus manos acariciándole los costados

Sentía sus labios sobre su cuello, clavícula, bajando, bajando y en su ombligo introdujo su lengua provocándole escalofríos, mordió el hueso de su cadera y gimió tan fuerte que hasta la calle vecina lo escuchó cuando sintió la caliente y húmeda boca envolver su miembro, subía y bajaba lentamente, rosando sus dientes con la suave piel de su pene, besaba la cabeza, la apretaba con sus labios y volvía a introducírselo en la boca, y él no paraba de gemir y apretar las sabanas y la almohada ante tales sensaciones. Antes había estado con otras personas, no muchas, y todas ellas, ninguna, le brindaba tanto placer como su vecino lo hacía, lo subía al cielo para luego sentir que flotaba. Le acariciaba los cabellos rubios, un gemido murió en su boca cuando el otro lo beso mientras llegaba su orgasmo

-vamos, cariño. Esto apenas empieza y ya te estas cansando – le frotó la afilada nariz en su mejilla. Se hizo especio entre sus piernas y las alzó, a falta de lubricante ensalivó perfectamente tres de sus dedos mientras miraba a los ojos a Jimin. Este jadeo cuando sintió una molestia que se había paso en su cuerpo, al principio sintió dolor pero después le agradaba la sensación, un segundo dedo se introdujo, sacándole un gemido, Yoongi los movía como tijeras para tratar de dilatar su pequeña entrada, después introdujo el tercero que fue el responsable de tan erótico gemido que solo el pelirrojo cuando encontró su punto dulce, para ese entonces Jimin se revolvía entre las sabanas. Yoongi la no podía más, la sola imagen y los sonidos del chico le estaban torturando

-por favor… - le susurró con la vista nublada por la pasión. Sus caderas se movían solas al ritmo de sus movimientos – por favor…

Sin ser capaz de aguantar un segundo más, retiro sus dedos y se hundió en las carnes de Jimin, jadeo tan ronco que cerro sus ojos, por el contrario Jimin gritó, si bien sabía que dolería pero no tanto al sentir el enorme y grueso miembro de Yoongi abrirse paso dentro de él, sentía que se le desgarraban sus entrañas y las lágrimas no tardaron en aparecer en sus ojos

-perdón, perdón. Fui un idiota, lo siento – con sus pulgares le limpiaba las lágrimas – no me moveré hasta que te hayas acostumbrado pero por favor no me pidas que pare, no ahora – recostó su frente con la de él. A Jimin le dolía, vaya que sí, pero al ver a su (ahora) amante siendo tan tierno y suave con él, sintió un calorcito en su pecho, el hombre arriba de él le gustaba y mucho, y por él aguantaría el dolor. Aunque desde que le había dicho que se lo haría furioso, si le había asustado un poco vio que mentía, solo lo estaba probando para ver si se acobardaba. Sonrió para sus adentros, le acaricio la espalda lentamente y movió sus caderas para hacerle saber que ya podía continuar y cuando lo hizo, gimieron los dos sobre la boca del otro.

Vino el dolorcito inicial tan característico para luego darle paso al delicioso y avasallador placer, sus piernas rodeaban su cintura y sus uñas rasguñaban su espalda, el rubio jadeaba en su oído su nombre al igual que él una y otra vez. Sintió ver estrellas cuando en su interior tocó su punto dulce. Entonces las embestidas subieron de intensidad, se hicieron más rápidas, más poderosas. Yoongi tomó una de sus manos que le sujetaba la nuca y la guio hasta abajo, donde sus dedos tocaron su unión, gimió alto cuando sentía el cómo Yoongi entraba y salía de su cuerpo, medio se levantó hacia adelante para tomar la nuca del rubio y guiar su cabeza hasta sus labios. El sonido de la piel contra piel, el olor a sexo, los jadeos y gemidos y la cama golpeando la pared, era lo único que se escuchaba en la habitación.

Un grito se ahogó en su boca cuando sintió su orgasmo llegar, fue tan fuerte que su vista se oscureció por un instante, y en sus oídos un pitido constante. Tres embestidas más y Yoongi llenaba su interior, se desplomó sobre su pecho, sudoroso y jadeante

-Mierda, este es el mejor orgasmo que he tenido en la vida. Eres increíble, vaya que si – dijo tratando de regularizar su respiración, su frente estaba perlada por el sudor y sentía su cuerpo pegajoso y pesado. Yoongi estaba igual que él, estando en un momento así de calmo, le acaricio los sedosos y rubios cabellos, el otro soltó una risita

-Gracias por el alago, lindura pero también tú estuviste increíble – se levantó y lo miro a los ojos divertido cuando Jimin se sonrojó

-me gustas Yoongi. Sé que suena ridículo pero, me gustas. Desde que te vi aquella vez a tres calles de mi escuela. No pude ser capaz de sacarte de mi cabeza y del enterarme que eras mi vecino me emocione. Pensaras que soy un tonto que todavía cree en el amor a primera vista  pero es verdad – hizo puchero

-no lo creo – Jimin lo miró – hace un rato te dije que sabía tu nombre porque me di a la tarea de buscarte, mucho antes de que nos viéramos en la avenida aquella yo ya te deseaba. Te vi una tarde que yo salía del trabajo, venias riendo con otros chicos y entraron a una cafetería donde yo me había metido, te vi platicar, hablar. Tus gestos, todo me gusto de ti. Cuando me entere que vivías en el apartamento de enfrente me emocione pero no podía acercarme a ti porque temor a que pensaras que yo era un acosador. Esa mañana cuando te vi por primera vez de cerca me enamore de ti, después me entere de tu nombre y edad y todas esas cosas, porque tu amigo Seokjin es el prometido de  uno de mis amigos, él me sugirió una cita contigo pero te negaste

-¡eras tú! – Se levantó tan deprisa que casi estuvo a punto de pegarle con su cabeza  a Yoongi – tú eras el amigo que Jin insistía que conociera – el rubio asintió - ¡por dios!, que tonto soy, pensé que eras otro de los amigos de Jin, esos que son unos imbéciles, a veces me pregunto de donde los encuentra – Yoongi rio

-yo no pensaba hacer tal cosa pero verte tan atrevidamente moviente en la ventana, todo se fue al traste. Esta no debía ser la mejor manera de conocernos – se rasco el puente de la nariz, Jimin solo rio

-que importa eso – lo atrajo hacia si – estas aquí, conmigo, ahora, ya tendremos tiempo de irnos conociendo más detalladamente

-eso quiere decir que ¿aceptaras salir conmigo? – Jimin asintió sonriendo – mierda, estoy feliz – lo beso - ¿Park Jimin quieres ser mi novio?

Jimin se mordió el labio y luego asintió sonriendo enorme

-¡si, si quiero!

Después de eso volvieron a empezar con el segundo round para celebrar su noviazgo 

Notas finales:

espero les haya gustado. ¡nos vemos pronto! xD


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