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Bloodless por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

 Tal y como prometi, nuevos personajes. Espero les guste este capitulo.

*Al parecer teng problemas con el archivo, en mi pc esta correcto, pero cuanodo lo añado me aparece texto en e parrafo final (Es lo unico que noto, si hay mas, lo siento), que no esta, tratare de arreglarlo, si no, informo que no es intencional.

Berlín es una ciudad agradable, pero no me gusta. Mucho menos la hubiera elegido para vivir. Cada vez siento que nos estamos alejando más y más de mundo moderno, o acaso  será el mundo moderno quien se aleja de nosotros. Nunca me había quejado de vivir de esta forma, ocultos por las sombras y la noche, viviendo solo como un invento de la psique humana. ¿De qué otra forma puedes vivir cuando eres un vampiro?

— Regresas temprano, Donovan.

— mande a otro hacer la ronda. No sabía que me esperaba o hubiera venido antes—  vivimos en los túneles subterráneos que quedaron en Berlín después de la segunda gran guerra.   Quedan cientos aun sin descubrir, y ahora solo es un nido más vampiros.

— Quería saber cómo va el asunto de los cadáveres que han aparecido últimamente— Gast es quien tiene el control del grupo actualmente… bah, actualmente quiere decir desde hace varios siglos ya.  No sé mucho de él, sé que en algún momento fue miembro de la nobleza de algún lugar, su porte distinguido lo dice, siempre vestido con ropajes elegantes, se mueve con gracia aun para ser un vampiro. Alto, rubio y con ojos verdes no es difícil imaginarle siendo el líder de alguna aldea humana— ¿has descubierto algo?

— sí. Tomo más tiempo del que pensé. No ha sido ningún miembro del clan.

— ya veo ¿y entonces?

— pensé que quizá fuera otro vampiro, pero la forma descuidada en el que están las victimas me hace pensar que hay un converso.

— ¿un converso? No he dado autorización para que creen más vampiros— peligro, su tono es peligroso. Gast no es el líder solo por ser bien parecido. Es fuerte, realmente fuerte. Nadie sabe el motivo por el cual los vampiros más viejos son más fuertes. Y Gast es el vampiro más fuerte de aquí.

— no creo que fuera alguien de los nuestros.

— ¿seguro?

— sí, he estado vigilando a todos, por eso no había venido antes. Lamento mucho no haberle informado.

— no te preocupes. Donovan ¿Qué harás?—  desde que me uní al grupo de Gast, he sido su mano derecha, siempre encargándome de las cosas más delicadas.

—lo estoy solucionando ya. Espero encontrar al nuevo de casualidad.

— ¿y si salió ya de Berlín?

— No creo, y si lo hizo entonces no hay más de que preocuparse—  ¿acaso es otra prueba o algo así? Nunca se sabe cuándo se aburre.

— entonces ve, anda.

— Con su permiso— este lugar es tan lúgubre y tétrico como un cementerio.  Oscuros y largos  pasillos. Y si digo oscuros es solo para los humanos, los vampiros vemos perfectamente en la oscuridad.

Hace algunos días ha pasado algo curioso. En el mundo existen algunos grupos de vampiros, todos controlando el área cercana a su cede, y aunque también existen errantes, ellos suelen saber dónde están estas áreas y nunca se quedan más de unos días, sin hacer mucho altercado. Encontrar cadáveres en el área de Gast solo puede significar dos cosas: que alguien creó un vampiro o que alguien quiere desafiar a Gast.  Ah, como odio vivir bajo la tierra.

¿Hace cuánto que no vivimos en la superficie?  Ya hará el siglo, me gustaba más cuando la cede estaba en Praga. Pero claro, Praga se volvió uno de los lugares más peligrosos para ser un vampiro, el primero por supuesto es Rumania, vivir en lugares donde la gente solo se la pasa buscando vampiros, sea por diversión o idiotez, no podemos permitir tal cosa.

— ¿A dónde vas?

— hare recorrido. Buscare a un converso.

— ¿un converso, aquí?

— sí.

— ¿Quién fue el idiota que se atrevió?

— Quien sabe… me voy, espero encontrarlo hoy antes de que nos meta en problemas— demasiadas muertes sospechosas atraerán la atención de esos obsesos del vampirismo.  El grupo no es muy grande tampoco, si fuéramos muchos llamaríamos enormemente la atención.

— Suerte—  aunque de cualquier modo, nadie cree mucho en nosotros, no tanto como en el pasado.

El pasado… me gusta pensar en el pasado, en ver cómo han cambiado las cosas. No he salido de la actual Alemania desde que acabo la guerra pero sé cómo ha cambiado el mundo. El cambio es lo único que no cambia.  Las luces que hacen que la noche parezca día, las lámparas funcionando con algo que no era fuego, las voces saliendo de las cajas, los carruajes que dejaron de usar caballos. Todo ha cambiado.

La noche en Berlín tiene su encanto, pero no como el que se siente estar en medio de un bosque, a varios kilómetros de distancia de la ciudad más cercana, mirando las estrellas, calentándose al fuego de una fogata.   

Extraño el pasado, pero ahora lo único que tengo seguro es que todo cambia.  Je, bien, no todo. Yo sigo siendo igual que cuando morí, hace ya tanto tiempo que no puedo recordarlo. Cuando morí aun tenia treinta y dos años, y en ese entonces se me hacía mucho tiempo. Ahora, treinta años pasan en un suspiro.

— Donovan,  espera— la voz resuena justo cuando salgo de los túneles.

— ¿Qué?

— Gast me pidió que fuera contigo, en caso de que las cosas se complicaran.

— Entiendo— Heiner no es el mejor de todos los que hay aquí,  convertido apenas terminada la segunda gran guerra,  hubiera preferido que fuera alguien con más años. Algunas partes de Berlín siguen siendo antiguas, y aun así solo unos pasos separan a la modernidad.

— ¿A dónde iremos?

— la zona donde se han encontrado los cuerpos no es muy grande. Como no ha salido de ahí espero encontrarle.

—Vale ¿crees que necesitemos pelear?—  pelear, eh ¿Qué sentido tiene?

— no lo sé— en las calles llenas de gente, nadie ve nada extraños en dos personas más de la muchedumbre.  Solo ven a Heiner, un rubio delgado con el cabello corto y ojos marrones, y a mí, fornido, alto, y de cabello castaño oscuro ondulado. Nada  a simple vista puede decirles que somos peligrosos, que con un movimiento podemos acabar con su vida; aunque para ser sinceros, los humanos ahora tienen mucho más de que preocuparse que de acabar siendo la cena de un vampiro.

— oye, Donovan ¿no crees que mejor hubieran mandando a alguien más? mira, no creo que esto amerite que vengas tú.

— quizá. Pero un nuevo vampiro es algo de importancia, no sabemos quién lo creo, ni si ese vampiro sigue por aquí.

— ah, cierto…— ah, sigue siendo tan solo un niño. Yo nací en una familia acomodada en la llamada edad media, muy lejos de aquí.

Irlanda, Inglaterra… desde que morí no he vuelto a mi país.  Mi padre fue miembro de la guardia real, mi abuelo lo fue también, y su abuelo antes que él. ¿Qué más podían esperar de mí? Donovan era el apellido familiar, ahora lo uso como nombre solamente.

— ¿Qué información hay de este vampiro?

— solo cadáveres muy maltrechos, heridas demasiado salvajes para ser de alguien experto. Dejados en cualquier lugar.

— pues sí que la ha liado si llama la atención.

— aún estamos a tiempo—  toda una vida de servir a alguien. En vida serví a la casa tudor, cuando recién se creó gracias a enrique VII, rey de Inglaterra y señor de Irlanda. Servir a monarcas fue mi vida, y siguió aun después de la muerte. En aquel entonces viaje hasta el sacro imperio romano germánico, jamás volví de esa travesía.

— Donovan, ¿no sientes eso?

— ¿Qué?

— no se… como si se aproximara algo malo— ah, entonces no soy el único que lo nota. No es ninguna habilidad más de vampiros, solo es como una ampliación del llamado sexto sentido humano. Hace varios días que noto eso mismo que describe Heiner. No quiero ser exagerado ni alarmar en vano al grupo.

— un poco— me he preguntado si no tiene que ver con la aparición de este nuevo vampiro. Es muy extraño que no haya muchos rastros, es como si deliberadamente se ocultara, que no quisiera que le encontraran. 

—Gast no parece alterado.

— olvido que no tienes tanto tiempo aquí, no es la primera vez que pasa algo como esto, es muy común que vengan vampiros a luchar por el territorio de otros. Hace varios siglos que eso ya no pasaba, pero…

— ¿Habrá una lucha?— niños… Heiner no tiene idea de lo peligroso que puede ser una batalla en esta época, antes solo pasaba y ya, los humanos no se daban cuenta de lo que pasaba, solo se extinguía el pueblo o los posibles testigos. Hacer eso ahora es una locura incluso para el vampiro más loco.

— no lo sé. Esperemos a ver que nos tiene que decir este vampiro  nuevo.

— Apresurémonos a encontrarle— Heiner era un soldado alemán del ejército nazi, murió durante los combates, claro que no por una herida de guerra. Los vampiros sabemos  aprovechar las tragedias de la humanidad para seguirnos ocultando.

Conozco la historia de todos los miembros del grupo, he estado en el desde que Gast lo fundo. De todos menos del propio Gast. No sé exactamente de donde viene, ni cuántos años tiene, no creo que sea de este lugar, su propio nombre lo sugiere, Gast es solo un vocablo que significa forastero.  Cuando lo conocí, tenía solo algunos meses de ser vampiro y vino a mí pidiéndome unir a su nuevo grupo. Todos los miembros iniciales de ese grupo ya no existen, por medio de ellos supe que Gast acababa de ganar el territorio hacia no mucho tiempo.

— quizá ya no esté.

— no digas eso, encontrémosle así tengamos que andar hasta el amanecer.

— eso es lo que haremos. Más vale que resolvamos esto antes de que nos tome por sorpresa.

— ¿Sorpresa?— Heiner ríe estruendosamente— ¿Qué podría tomarnos por sorpresa?

— por mentalidades como la tuya han caído imperios más grandes. Nunca olvides que lo único constante es el cambio— sé que Heiner no me escucha en realidad,  aún es demasiado joven para saber sobre el mundo.

— hagamos esto antes de que me haga viejo…

— alto…

— ¿Qué pasa?— ah, tan evidente… el aroma de la sangre flota en el aire. Sangre fresca… huele mucho.

— quédate por aquí.

— ¿Qué? ¿A dónde vas?

— Está cerca, el vampiro— él hace un exagerado gesto de perplejidad— si esto es una trampa tendrás el tiempo suficiente para avisar a los demás— no se puede arriesgar nada en una situación como esta.

— eso no es justo.

— niño, he visto más cosas que tú. He sido estratega desde antes de morir, solo obedece y quédate callado— nos hemos alejado del barullo de la ciudad. Las zonas cercanas están llenas de casas grandes, gente adinerada de esta época. No hay muchos humanos por estas calles, es tarde y debe estar haciendo frio para ellos. No puedo dejar que me sorprendan, sigo caminando, sin hacer el más mínimo ruido.  

No escucho nada fuera de lo normal, y no espero hacerlo, si es otro vampiro, no hay nada que escuchar proveniente de él. El olor de la sangre me guía. No termina de gustarme esto, pero no hay más opciones.  No siento peligro inminente,  no hay nadie asechando en las sombras ni una trampa.  Conforme me acerco, al fin puedo encontrar al culpable de todo esto.

— ¿Alguien?—  ¿esto es una broma? El chico en el callejón  es todavía más niño que Heiner. No ve me cuando me acerco, pero me ha sentido. Sus puños están apretados, y parece a punto de salir corriendo.   

— No te muevas—  no hablo muy alto, nunca lo hago, algunas costumbres nunca se olvidan.  Recuerdo algunos de los sucios y pequeños callejones de otras ciudades, en cambio en este lugar están limpios, ni siquiera parece que fueran usados para dejar la basura humana ahí.  En la entrada del callejón, el chico aun intenta verme. Que fastidio, no cabe duda de que no es más que un converso reciente, sin control de sus capacidades, sin tener la mas mínima idea de que hacer.

— ah…

— ¿tú hiciste eso?

— ¡No!... digo, si… ah—  definitivamente esta mas perdido que nada. Si, no cabe duda de que lo único seguro en esta vida es el cambio y mejor ejemplo de eso es este chico, de seguro hace unas semanas no era más que un humano normal y ahora tiene suerte de no ser una bestia sedienta de sangre.  Es bueno que no luzca completamente perdido. Sus ojos pasean nerviosamente por el callejón, sin mirar el cadáver que está a unos pasos de él— no deberías dejar a tus víctimas de esa manera.

— lo siento…

— muestra algo de respeto por su vida.

—… lo hare.

— acompáñame.

 —  ¿A-A dónde?—  aún faltan unas horas para que amanezca, pero este asunto no puede solo dejarse así, dejar a un converso libre… y sin contar que no sabemos absolutamente nada de él.

— ¿Cuál es tu nombre?— el chico es rubio,  alto, de complexión normal, quizá más delgaducho y con solo verle sé que es alguien muy nervioso. Si fuera humano podría escuchar su corazón latiendo como tambores, ahora solo su respiración errática que no es más que una costumbre humana que nunca se olvida, y sus ojos ambarinos, mirando nerviosos a todos lados.

— Drew.

— bien, Drew, podemos hacer esto de dos modos, y uno no te gustara, así que solo haz lo que digo  y no hagas preguntas hasta que lleguemos—   nunca es fácil para nadie hacer lo que digo, ¿a quién le gusta seguir ordenes? Pero no diré nada hasta estar en un lugar que conozca y donde podremos conversar las pocas horas que nos quedan de noche.

—bien.

— camina derecho por la calle, por ahí estará alguien esperando. Muévete despacio y espera a que te alcance—  aún tengo que hacerme cargo de este desastre. El chico parece aliviado de alejarse del cadáver. Ah ¿Cuánto ha pasado desde que tenía las mismas reacciones? Matar a alguien  es algo que no todos pueden hacer, yo, creciendo como soldado tuve que enfrentarme a la muerte mucho antes de morir de verdad. La primera vez que mate a una persona aún era un humano.

— ¿no pasara nada con el otro… vampiro?

— no, ve y espera. No tenemos mucho tiempo—  él se aleja a pasos rápidos por donde le indique. Ah, todavía es tan humano, con miedo a ver morir a los humanos con los que se alimenta pero sin poder controlar la sed, sin poder asimilar el hecho de que todos a su alrededor morirán, de que todo en este mundo cambiara menos el mismo, porque después de todo lo único constante es el cambio.  

 

Deshacerse de las pruebas de nuestra existencia es fácil, basta con hacer que piensen que no fue más que un asalto humano, que la pobre mujer solo estuvo en el  lugar equivocado en el momento equivocado. No es necesario mucho arreglo, esta chica no está como las anteriores, pero si no hacemos algo, las cosas se van a salir de control.

Son solo dos cuadras las que camino antes de toparme con Heiner y el chico nuevo, algo apartado de Heiner.

— oye, Donovan ¿es todo?

— Sí, vámonos— sigo adelante, sin esperarles. Heiner me alcanza de inmediato, tras nosotros escucho los pasos del chico. Muy  poco preparado para todo esto si no pudo verme y aun hace ruido al caminar. Hasta antes de encontrarlo pensaba que las cosas podrían ser una trampa, sin embargo este chico no parece nada peligroso, no hay nada amenazador en él.

— Donovan…

— ahora no— Heiner no dice nada más. El chico tan humano aun… no pasara mucho para que eso cambie, porque por más que uno no cambie, todo alrededor sigue cambiando.     

Notas finales:

¿Y que tal? espero les gust

Y ademas de que drew se metio en mas problemas todavia ¿Que piensan de esto?

Hasta la proxima semana


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