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Bloodless por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

 

Espero que les este gustandola historia, hoy hay nuevos personajes y regresamos con Drew y para el siguiente  les dejare... 

¡Sorpresa, doble actualizacion! espero la disfruten.

Paranoia. En estos malditos túneles oscuros me estoy volviendo paranoico. No solo es el hecho de no tener contacto con el mundo que conocía hace ya algunas semanas ¿Cuándo tiempo ha pasado?  Me siento ajeno al tiempo que pasa, es como si ahora estuviera en otro nivel de tiempo o algo así. Ah, de nuevo pensando en otras cosas… el caso es que aquí es mortalmente aburrido. No hay nada que hacer, nada que ver… y luego está el hecho de que al parecer me están siguiendo. No estoy tranquilo, cada que doy vuelta, siento que alguien está detrás de mí, cada que salgo es lo mismo. Ya no sé si solo estoy imaginando cosas.


— ¿Qué te pasa?—  Heiner me detiene cuando me dirijo  a paso lento.  Pasa que quiero salir y volver a tener la vida que tenía, o lo que se pueda recuperar. Me basta con poder estar con Niko.


— es muy aburrido… ¿Cómo hacen aquí para no aburrirse?—  refunfuño. Sé que estás personas vivieron en una época en la que técnicamente tampoco había nada que hacer.  Yo no sirvo para ser un vampiro como ellos. Él me sonríe.


—  Pero eso muy sencillo, anda, vamos a conseguir más jugadores— ¿ah? ¿Existen juegos de vampiros? Eso sería algo muy interesante para Niko, a mí no me da buena vibra.


— ¿jugar? No sé si… tengamos la misma idea de un juego— ¿en qué me metí ahora? Tan fácil que hubiera sido solo decir nada. El agarre que tiene sobre mi brazo es lo que me impide salir corriendo a encerrarme en mi nueva y triste habitación.


— pero será un juego divertido. ¡Hey, Isolde!— grita de pronto. Una vampira se detiene, girando a vernos— ¿quieres jugar? El nuevo dice que se aburre—  ella es alta, con un enredado cabello rubio y ojos castaños, parece que ya era una mujer adulta cuando se convirtió, aunque no sabría decir la edad que tenía ¿quizá treinta?


— Hace tiempo que no jugamos— sonríe, juntando sus manos como en un aplauso. ¿Por qué es tan emocionante este juego?— Iré a traer más jugadores— y se desvanece. Solo alcanzo a ver sus ropas desgastadas.


— ¿Qué juego es este?— pregunto cuando llegamos a una de las salidas.


— Cacería— me quedo congelado en mi lugar. ¿Cazar? ¡Es terrible que esto no sea más que un juego aquí!


— Volví—  La vampira, Isolde, viene con otros vampiros— ¿Quién será el juez?— no, esto no me gusta. De pronto quedarme en los pasillos aburridos suena una excelente idea.


— ¿Él también va jugar?— quien pregunta es uno de los vampiros que viene con Isolde, un hombre de melena oscura y ojos negros que me da la sensación de quitarme de su camino.


— ¿que si lo hace?  Yo quiero jugar, deja que el chico aprenda algo—  Isolde se pone a un lado mío, dándole una mirada retadora—  Ignora a esté, por favor. Creo que no habíamos hablado antes, puedes llamarme Isolde, ese amargado de allá es  Milosh— señala al vampiro grande— y ellos son Gabriel, Lorraine y William—  me dice, señalando a los nombrados en orden: Gabriel, un joven de cabello castaño, pecoso y casi igual de alto que yo. Lorraine, una chica pelirroja, lacia y con ojos oscuros, de rostro redondo. Ella es la más pequeña de todos los que están aquí.  Y William,  delgado, de cabello oscuro también y un traje sastre desgastado.


— Drew— respondo. Nunca había hablado con nadie más que no fuera Donovan o Heiner, me siento un poco intimidado, como un niño al que han enviado a jugar con niños más grandes. Y no porque yo sea pequeño, el único más alto que yo es Milosh.


— Bueno, dejando eso ya, ¿Quién será el juez?— repite Heiner.


— Yo, si hay otra cacera entonces que sea otro— dice William— entonces, veamos… Castaño, varón, ojos azules, pequeño y no menor de 25.


— ¿Qué?— hasta que no oí mi voz note que había pensado en voz alta.


— ah, claro, no sabes… el juego es sencillo— Lorraine me toma del brazo— tienes que buscar a alguien con la descripción que dijo William y traerlo— cacería… ¿Por qué traerlo…? Oh dios, no…— no pongas esa cara, es divertido— dice riendo.  


— ¿lo ven? ¿Por qué jugara si no puede ni siquiera ver como mueren los humanos?


— cállate, Milosh… ¿Por qué no va con alguien?— realmente no quiero ir con nadie.


— yo voy con él—  Gabriel se adelanta. Nadie parece tener objeciones, excepto yo.


— Entonces iniciamos— todos desaparecen con la misma rapidez que se fueron esas palabras. Si pudiera me pondría a temblar ahora mismo.


— Vamos, no quiero llegar muy tarde— le veo alejarse un buen tramo antes de salir corriendo detrás.  No me gusta ser parte de esto, ¿o sea, que juego tan macabro, no? Cualquiera podría… cualquiera…


— ¿Qué no está prohibido decirle a los humanos? Este juego es algo…


— ellos no se lo contaran a nadie jamás—  oh. Vaya, esto se pone peor— ¿Dónde crees que encontremos más humanos?


— en… alguna plaza o un centro comercial— él me observa, creo que no me entendió.  Cuando se detiene y veo que comienza a seguirme, entiendo que seré yo quien guie.  Por inercia me voy a la plaza más lejana que conozco. Creo que es sábado,  la plaza está llena ¿Qué hora es? No parece ser muy tarde.


— ¿Ves a alguien con la descripción?— castaño, hombre de más de veinticinco y ojos azules— hay que ser rápidos, esa es la diversión—  rápido… ahora soy rápido, pero aún me falta mucha práctica.


— Por allá—  digo, pero yo solo alcanzo a ver algunas cabelleras castañas.  


— No, los ojos no son azules—  comienza a caminar. Esto no me gusta, pero hay algo… no puedo dejarlo ¿acaso me gusta? No quiero que me guste, pero ¿esto no ayudara a que no sospechen de mí?


Sin darme cuenta, me encontré corriendo por la ciudad en busca de personas con la descripción.  Un par de veces topamos con Isolde y Lorraine.


— ¿Viste algo?— pregunto, cuando Gabriel se detiene. Me señala a un lado de la calle, y luego al otro.


— ¿Cuál te parece mejor?


— ¿Qué?— ¿me está pidiendo que elija? Y mi palabra será la que decida quién va morir, o no, no lo hare. De ninguna manera.  Gabriel me dirige una larga mirada, no me importa, yo no diré quién va morir. Yo no sé qué fue lo que vio en mí, pero le vi irse hacia la derecha, y regresar a los segundos con el humano completamente aterrorizado— ¿Qué haces?


— Solo observa—  me dice, y noquea al chico.  Aun con todo, puedo darme cuenta de que es un chico bastante atractivo— volvamos.


— ¿Ya?— no sé qué había esperado, ya sabía que es lo que iba a pasar y me deje llevar.  Ya no tengo tantas ganas de seguir con esto. Quiero volver con Niko.   Cuando llegamos, solo está ahí  Milosh, con un chico inconsciente en el suelo.  William sonríe al ver que llegamos, ¿Qué premio tiene el que gane? Olvide preguntar eso, y a cómo van las cosas no quiero saberlo.


Creo que pasa como una hora antes de que lleguen todos, los chicos que traen son tan diferentes… me da miedo pensar que ya no volverán a sus vidas.


— No pienses en eso— Gabriel me toca el hombro— estás pensando sobre ellos ¿cierto? No lo hagas, o vas a enloquecer. Y si enloqueces vas a morir.


— ¿Ah?— ¿morir? No me dice más, porque Heiner acaba de llegar, es el último en llegar y William se ha puesto a examinar a los chicos que llevaron.   Es tan aterrador, y a la vez interesante.


— ah, no está nada mal, pero hoy me decidiré por el de Isolde— ella suelta un grito y da saltitos.


— pido entonces quedarme con el chico que trajo Heiner— ¿las vidas de estos jóvenes son el premio? No me gusta, no.   Y lo que es más, ¿Cuánto tiempo se quedaran aquí antes de morir? Porque ahora sé que un vampiro no puede beber toda la sangre de un humano en un solo día, puede dejarlo débil para que muera, incluso desangrarlo por la herida, pero no beber toda la sangre.  Escucho como comienzan a pelear por los humanos, y digo pelear aunque es una pelea amigable.


— Drew.


— ¿Umm?—  les he dado la espalda, incluso cerré los ojos y cubrí mis oídos, pero sé que aun puedo escucharles. Los ojos castaños de Gabriel me observan.


— ¿Por qué te sigues resistiendo?—  solo puedo negar con la cabeza—  solo vas a sufrir mucho de esta forma. ¿Te preocupan los humanos? ¿Tu alma?— ¿Qué es lo que me preocupa? No lo sé, convertirme en un monstruo, que Niko me vea como un monstruo— te horrorizas con esto, y sin embargo también lo disfrutaste.


— No quiero verles morir—  gimo, desesperado. El olor a sangre llena el lugar, escucho latir los corazones, la sed  vuelve con intensidad ¿Cuándo fue la última vez que bebí? Niko ya no puede sacar  sangre, así que la he estado racionando. Esa fue una mala idea.


— pero de todos modos van a morir. Son humanos. ¿Cuánto crees que les quede?  ¿Cuarenta años? Cincuenta si bien les va. ¿Y si mañana sufren una enfermedad? Cada día que pasa mueren un poco más— su voz es terrible en mi cabeza, quiero que se calle.


— te equivocas.


— diario mueren cientos de humanos, están muriendo ahora mismo en todas partes del mundo. ¿Qué hace diferente la muerte de estos?


—…— abro la boca para responder, pero no puedo responder. No hay nada diferente. Si mueren, habrá alguien que les llore, o no.  Tendrán un funeral o no. es igual si mueren aquí o en otro lugar.


— no tienes que matarlos si no quieres, pero no te horrorices por cosas como esa. La muerte solo es eso, morir, y nosotros es lo que hacemos ¿o quieres ser tú el que muera?— aprieto los dientes, tanto que duele. No quiero morir, no quiero morir.


Antes de darme cuenta, ya estoy mordiendo el cuello de uno de los humanos. La sangre caliente en mi boca es lo único que importa ahora. Yo no quiero morir, yo no quiero morir. Y como un eco, la voz de Niko en mi cabeza “Ya estás muerto, idiota.”


— ¿Hacemos otra partida?— dejo caer al chico que tenía.  ¿Qué pasa conmigo?


  Nadie dice que no.  Con la sangre que acabo de beber me siento más animado,  pero no soy capaz de ir por mi cuenta. Voy con Lorraine en la siguiente ocasión,  con Heiner en otra.  Esa parte es la que más me gusta, correr,  buscar. Entiendo porque le llaman cacería, porque a todos les emociona. Los humanos ya no estaban cada que regresamos, y no voy a preguntar por ellos.


¿Alcanzamos otra?— pregunta Isolde. Hace horas que hacemos esto y la emoción inicial se ha ido desvaneciendo— esta vez yo seré el juez. Quiero… joven, un chico, cabello negro y… ojos azules.


¿Por qué no vas por tu cuenta ahora?— Gabriel me da un leve codazo.  Solo puedo asentir y forzar una sonrisa. Luego me encuentro corriendo hacia el único lugar donde sé que hay alguien así.


¡Niko!


Qué tontería estuve haciendo, no pensé en las personas que yo conocía. ¿Y si hubieran llevado a mi hermana? Tengo que asegurarme de que Niko esté en casa.  Las luces están apagadas. Tengo que hacer un gran salto para llegar hasta la ventana, cada vez me es más fácil hacer este  tipo de cosas. La cortina esta corrida, arg, genial Niko ¿no puedes dejarlas abiertas?  Tengo que agacharme para poder ver por una abertura.  Ah, Niko está aquí. Casi podría caerme de alivio.


Ya no jugare más, además es tarde y no hay muchas personas en las calles.  


— ¿Qué paso?— Isolde me ve con sorpresa. No ha pasado tanto tiempo, creo.


Lo siento, no encontré a nadie con esa descripción— mentir es más fácil también. Si es por tener a Niko a salvo, diré todas las mentiras necesarias.


Bueno, al menos espero que hayas hecho algún progreso— ella me guiña el ojo. Parece que así fue. Soy el único que no lleva a nadie, y dejando a un lado algunas burlas leves, decido mejor irme, no debe tardar en amanecer, puedo sentirlo.


 Y aunque aún tengo algo de horror por lo que acaba de pasar, también  pienso que es normal que hagan este tipo de juegos. ¿Acaso yo no dije que estaba aburrido?  Con estos pensamientos me quedo finalmente “dormido”.


Las voces son lo que me despiertan. ¿Alguien está pasando por mi habitación? mis parpados pesar, pero logro abrirlos. Este lugar esta tan solo como anoche, las voces se alejan. Ya debe ser tarde.


— oh, tu ¿vienes?— volteo al pasillo. Lorraine está ahí, mirándome—  toca hacer recorridos, y luego veremos que hacer— Gabriel también llega.


— Bien— no estoy convencido, pero pienso que es menos raro que haga estas cosas ¿no? no es nada sospechoso hablar con los vampiros que viven aquí, incluso podría despistarlos ¿estaré haciendo algo bien al fin?   Así que me dirijo a la salida con ellos.  Cuando deciden ponerse a buscar un humano, me niego a ir. Ah, me hace sentir bien que al menos no estoy tan perdido como siempre.


No solo hago eso en los días siguientes. También salí con Heiner y converse un poco sobre literatura con William.  Es fácil, convivir con otros vampiros no es como creí. ¿Podre entonces ir con Niko? a lo mejor quien me sigue ya no lo hace. Aguanto solo dos días más antes de ir a la casa de Niko, él no está cuando llego, y solo por diversión entro por la ventana.    Niko arquea una ceja cuando abre la puerta y me ve ahí.


— ¿Qué haces aquí?


— Dijiste que podía venir— no puedo evitar el tono de recriminación. Niko ríe, de seguro lo noto.


— al menos entra por la puerta como una persona decente.


— Sabía que no había nadie— me quejo.  Niko se ve igual que siempre, me sonríe y se deja caer en la cama, a mi lado— ¿me siguen aún?


— Ni puta idea ¿Por qué me preguntas a mí?— ah, había pensado que Soren o Anya le podrían haber dicho algo. Niego con la cabeza, quizá fue algo tonto preguntarle. 


— ¿de verdad ya no están aquí? Anya y él.


— no, se largaron al  otro día de cuando te dijeron que hacer. Ann aun viene, por suerte no he visto al imbécil— escuchar tantas groserías me hace sentir como en casa.  Me parece que ha pasado tantísimo tiempo sin estar así con Niko.


— ¿Qué has estado haciendo?


— eso no importa, mejor dime que has hecho tú, eso es menos aburrido—   y como no puedo decirle nunca que no a Niko, me pongo a contarle sobre lo que he aprendido con Donovan, lo rápido que puedo correr ahora, lo alto que salto.  Que ya no me distraigo tanto con las cosas en la calle, y que puedo aguantar más sin sangre. A Niko no puedo ocultarle nada.


— ah, casi me olvido— exclamo, parándome, y él se sienta, mirándome con alarma. ¿Le asuste? No tengo tiempo para eso— ¡No debes salir solo en la noche! nunca— sin darme cuenta le he comenzado a zarandear. Me da un manotazo.


— basta. ¿Por qué no voy a salir? Maldito vampiro demente.


— Hay un juego, el otro día me entere…— y le cuento sobre ese juego, sobre como llevan a los humanos con las características que piden— jugué, y luego pensé en mi hermana— miento. Aunque sea ella, pensé primero en ti.   


— ¿solo por eso?


— Niko, promételo.


— tsk, como digas. Igual Ann me sigue como perro faldero a todos lados. Casi tengo que sacarla a patadas cuando quiero darme un baño— ¿Ann? He estado pasándolo por alto, pero cada que lo dice siento que mi estómago se llena de ácido.


— oye, en tres días hay concierto, por si vienes. Ann me dijo que habías estado en el anterior. No te vi.


— Bueno, estaba lleno de personas— ¿otro concierto? ¿Podré ir a solas esta vez? Quisiera poder hacerlo— ¿pasa algo?— se me ha quedado viendo fijo.


— estaba preocupado por ti— ¿Qué dijo?— eres tan idiota que pensé que estarías realmente mal allá, es bueno ver que puedes hacer algo más que lloriquear.


— ¿Gracias?— era demasiado bueno para ser verdad. No debería dejar que mis sentimientos me dominen tanto— no es tan difícil cuando te acostumbras, pero es muy aburrido vivir allá abajo.


— pff, lo imagino.


— entonces ¿puedes encender el televisor?


—  pero yo pongo el programa.


— créeme que vería incluso una película de hace cincuenta años—  Niko suelta una risa burlesca, pero enciende la televisión. 


— esos vampiros sí que están pasados de moda— comenta un rato después.  Yo solo me encojo de hombros.


— desearía poder estar como antes, era mejor.


— antes te la pasabas llorando por todo, no extraño eso.


— Oye, estaba asustado ¿sí?— la verdad todavía estoy asustado, pero he aprendido a vivir con ello— ahora que me acuerdo ¿podrías prestarme los libros de vampiros que tienes?


— es algo tarde para eso ¿no crees? Como sea, deben estar por algún lado aun— me señala el librero.  Ah, no tiene la mínima intención de ayudarme, de todos modos no tengo prisa, y me quedo viendo el programa que puso Niko antes de ir a ver los dichosos libros. ¿Cómo es que aún tiene libros en ruso?   Espero que no sean esos los libros que busco.


— Niko, los libros…— ah, se ha quedado dormido.  Suspiro, sonriendo. Desde que soy un vampiro, ver a Niko dormir es de lo mejor que me ha pasado. Encuentro algunos libros que hablan de vampiros, novelas en su mayoría. Me sorprende que Niko lea estas cosas, no puedo imaginarlo.   ¿Qué hora es? ¿Tengo que volver ya? Será lo mejor por mucho que deteste estar allá.  


Pero antes hay algo que quiero hacer… y sin siquiera pensarlo, estoy a centímetros del rostro de Niko. Su olor  me nubla por completo los sentidos. Antes, ni en mil años hubiera podido atreverme a hacer esto. ¿Qué es diferente ahora?  No lo sé, pero rozar sus labios con los míos no es tan amenazante como parecía. Niko se gira, yo me quedo paralizado y luego suspiro. Ah, estuvo cerca. Le aparto el cabello de la cara, sintiendo también su piel, cálida contra mi mano ahora fría.  


“cada día que pasa mueren un poco más”


¿Por qué estoy pensando en eso?  Lo que sentía se evapora. Ahora solo puedo mirar con horror a Niko. Él es humano, puede enfermar, sufrir un accidente… ¿Y yo? Yo seguiré igual ¿no? eso hacen los vampiros. ¿Cuánto tiempo le quedara? Puede pasar cualquier cosa, y si quizá no sea mañana o en unos meses pero ¿Cincuenta años, como dijo Gabriel?


De repente, ser vampiro dejo de ser tan genial.

Notas finales:

Drew ha crecido un poco mas, estoy orgullosa de él.


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