Enos devoraba una barra de chocolate con distracción mientras observaba una pantalla plasma, ser el hijo menor de una familia multimillonaria solamente hacía pensar al chico que tenía la vida solucionada y que terminaría siendo dueño de una parte de las empresas de sus padres, aunque sabía que sus padres dieron las riendas de las empresas a sus otros hermanos, Enos también entraría al negocio cuando acabe de recorrer el mundo y vivir su juventud cumpliendo sus objetivos personales. Y entre sus objetivos estaba uno que había cumplido hace bastante poco, acostarse con un omega masculino era este y realmente no se arrepentía de lo que había hecho, disfrutó de cada centímetro de la piel de ese chico.
Sonrió de lado, no podía creer que a Owen le importara tan poco ese chico que realmente tenía expresiones maravillosas, se sintió extraño cuando el mayor le ordenó que ya no se acerque a Jeremy, un extraño sabor recorrió su boca en ese momento, perdió el apetito y dejó su chocolate de lado, se frotó el puente de la nariz... mierda, aún dolía. Ese estúpido le había hecho sangrar la maldita nariz y, además, desviarla ligeramente, luego de eso tuvo que ir a un médico.
Sonrió, la actitud de su hermano era realmente mala.
—Así que te divertiste con el omega —escuchó una voz desde la puerta, era esa maldita alfa con complejo de princesa, pero no podía hacer nada aún, ya cancelería su compromiso con ella cuando tome las riendas de la empresa. Y Hanna sabía que su prometido hacía tales cosas, pero en realidad no le importaba mientras que él le regalara todas las cosas que quería.
—Ya sabes, siempre quise hacerlo con un omega masculino —cuando acabó de decirlo la mujer se sentó a su lado sobre el sofá de cuero y tomó la barra de chocolate con sus largos dedos con uñas pintadas de un rojo fulana.
—¿Y te gustó? —dijo despreocupada mientras rompía una pieza del dulce y lo llevaba a sus rojos labios intentando seducir a su prometido. Enos hizo una mueca extraña.
—Sí, él es mucho mejor que tú o cualquier otra chica —lo dijo tan cruelmente que Hanna solo sonrió ampliamente mientras qur disfrutaba de su postre.
—Uuhm, he escuchado que los omegas masculinos no pueden utilizar sus penes, entoces ¿por qué tienen penes?
—Por la misma razón que tú tienes cerebro —dijo aburrido y tomó el control remoto, Enos sabía que insultaba seguido a su prometida, pero no le importaba y parecía que a Hanna tampoco, porque solo reía y luego estiraba sus labios a los lados para observar con detenimiento el perfil del alfa y darle un beso en la mejilla que dejaría al chico con un poco de labial rojo en su piel. Enos haría una cara de asco como un niño e intentaría quitarse el labial mientras que Hanna solo se largaría de ahí moviendo sus caderas como si estuviera en plena pasarela de la semana de la moda.
Justo como en ese momento.
—Maldita alfa —dijo Enos mientras vio a la mujer salir de la habitación en la que estaba, se trataba de una habitación exclusiva para disfrutar de videojuegos o películas, como una sala de entretenimiento.
Creía que iba a estar en paz, hasta que la puerta fue azotada nuevamente.
—¿Cómo pudiste hacer eso al omega de nuestro hermano? —era Ivan quien ahora estaba frente a la pantalla del televisor, interrumpiendo la vista del alfa.
—¿Acaso este es el día de molestar a Enos por culpa de un maldito omega? —preguntó teóricamente e hizo una cara de fastidio mientras intentaba mirar tras su hermano aquella película—. ¿Puedes hacerte a un lado? Me molestas.
—No —sentenció el mayor—. Enos, lo que hiciste está muy mal, Jeremy-
—Lo hice y qué —interrumpió a su hermano—. Solo hice lo que tú también quieres hacer, simplemente que tomé el camino fácil —el rostro de Ivan se deformó por la impresión—. ¿Acaso crees que no me he dado cuenta, querido hermano? —Enos lo observó con su pícara sonrisa, esa que decía saber todos los secretos del universo y poder utilizarlos en contra de cualquiera.
—¡Eres la persona más molesta que he conocido! ¡Y quién te dijo que yo quiero algo con el omega, solo me preocupo por ese chico! —claro, Ivan no sabía mentir. Enos bufó y soltó una pequeña risa.
—Oh, deberías verte cómo lo defiendes, seguro querías ser su primero, pues no, el chico ya no era virgen, agradece a Owen —Enos intentaba contener una risa mientras observaba el rostro de su hermano que estaba hecho un poema, uno que hablaba sobre la satírica forma en la que llegó a enterarse de ello, pero algo más ocupó su mente en aquel instante, algo más importante.
—Ese chico... podría... —la duda estaba en sus palabas, no sabía si decirlo o no y Enos solo lo observó con aburrimiento mientras que suspiraba, sabía lo que su hermano quería decirle, ese alfa era tan predecible y, aunque sus segundas intenciones siempre eran turbias, uno siempre podía leer sus pensamientos como si te los mostrara frente a tus ojos.
—Lo sé, podríamos tener un sobrino —dijo con una risa—. ¿No sería genial? Aunque sería una verdadera pena que sea omega.
Ivan lo observó con el ceño fruncido ¿Desde cuando eso sería genial? ¡En primer lugar Jeremy nunca debió llegar a ese lugar! Sea donde sea que el omega estaba, estaba mejor que en esa casa de locos. Y por locos me refiero a esos tres extraños alfas. Pero no negó que por un momento se emocionó, al segundo empezó a sentir lástima y luego miedo al pensar en cómo reaccionaría su hermano si eso llegaba a suceder, aunque luego recordó que Owen no era nada tonto, podría haber prevenido eso desde un principio. Sabía que al menos uno de sus hermanos era responsable y tenía los pantalones bien puestos.
—No pienses que eso sería algo bueno —dijo el alfa para luego dejar el lugar. Enos suspiró, su hermano era otro verdadero idiota ¿Por qué comprender a ambos alfas era tan fácil, pero al mismo tiempo era como tener una ortiga en el culo? Quizás porque al saber sus verdaderas intenciones sentía que conocía levemente el futuro de aquel chico.
Y sabía que Ivan, con ese complejo de hombre perfecto y amable, solo intentaba llegar al omega y tenerlo entre sus brazos, y aunque pensaba que él tenía más intenciones extrañas con el chico, no se imaginaba al más "inocente" de sus hermanos queriendo lastimarlo.
Por cierto, ¿cómo se llamaba? Se preguntaba Enos, ni siquiera recordaba el nombre del omega, bueno, no le interesaba, solo le interesaba su hermoso cuerpo. Quería tenerlo de nuevo apesar de las amenazas, Enos era muy débil ante las cosas bonitas y ese omega era lo más lindo que vio en mucho tiempo.
Y, cuando estuvo nuevamente solo, una sonrisa de lado cruzó sus labios por un momento, olvidó la película que veía y solo se concentró en recordar cada uno de los instantes que vivió con ese chico. Definitivamente le encantaban los omegas masculinos.
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