Era cierto que la información daba vueltas a su cabeza una y otra vez, deseaba realmente no saber de la existencia del hermano de Owen y tampoco quería pensar en lo que el padre de su pareja había hecho con ese misterioso omega, esto último solo le daba la idea de que Owen desearía abandonarlo a su suerte junto con su hijo no nato. Sostuvo su libro contra su pecho y miró a la nada, sus ojos azules empezaron a cristalizarse y su pecho empezó a golpearlo de una manera nada agradable, su mente era un completo caos, a pesar de que no quería ver al alfa por miedo a cómo reaccionaría quería que entrara por esa puerta y lo inspeccionara como cada día lo hacía luego de llegar de su trabajo. Deseaba aspirar su aroma y sentir esa mirada que acosaba a su cuerpo, lo tranquilizaba bastante.
Y fue solo cuando la puerta de la habitación se abrió que Jeremy sintió su corazón latir como el trote de una manada de caballos salvajes, al instante su rostro pálido pasó a ser uno que poseía un delicado sonrojo, parecía que la llegada de su pareja lo había resucitado del estado hipobiótico que lo atormentaba.
—Bienvenido —Jeremy intentó mostrar una sonrisa, Owen lo observó por el rabillo del ojo mientras deshacía el nudo de la corbata e iba al gran armario para cambiarse su ropa, lo había ignorado olímpicamente y eso era porque el alfa realmente no estaba de buen humor, ya muchas cosas le quedaron claras al momento en que leyó el resto de los documentos.
Jeremy se sintió algo deprimido luego de que lo ignorara de tal manera, a veces llegaban a tener cortas conversaciones e incluso cuando Owen parecía querer asesinar a todos solo le decía algún insulto al chico, pero siempre le respondía. Algo realmente malo había sucedido. Aunque el rubio no estaba tan corto de ideas para poder hacer a su alfa sentir bien, tenía puesto una de las pijamas que él le había comprado y también el libro entre sus brazos, ese sería el día y quizás cuando Owen esté más calmado él podría hablarle sobre su futura descendencia, así que cuando el alfa regresó con una camiseta blanca y unos bóxers puestos él se acomodó sobre las sábanas con sus delgadas y pálidas piernas cruzadas y abrazando aquel libro. Owen solo arqueó una ceja, realmente ese conjunto melocotón le quedaba hermoso.
—E-estoy listo —dijo firme, poniendo un rostro tan decidido que al alfa le ocasionó una ternura inmensa, ese chico definitivamente era el demonio personificado.
—¿Listo para qué? —el alfa realmenter03; no le prestaba tanta atención, deseaba dormir y estar lo más lejos posible de las palabras que Jeremy le diga, este solo extendió los brazos y mostró a Owen el libro que cargaba con él hace ya tiempo.
—Para esto, ¿me escucharás? —Owen observó el libro, por un momento había olvidador03; que hizo a Jeremy tomar clases para que lea aquel libro el cual realmente se veía soso, frunció el ceño con desagrado, realmente no quería ver a Jeremy ni en una pintura, para ser honestos, Owen sentía algo de miedo.
—Realmente no estoy de ganas —solo lo dijo en un susurro y se recostó sobre las almohadas cubriendo su cuerpo con un cobertor blanco y dando la espalda al chico, Jeremy suspiró y sintió que todo lo que se propuso se fue a la misma mierda con esas simples palabras, ¡pero aún no se rendiría! se colocó el cabello tras la oreja pues estaba algo crecido y tomó el libro entre sus manos para luego aclarar la garganta.
—L-la... flora —realmente lo hacía lento, pero siempre puso su mejor empeño, Owen solo lo ignoraba, su voz se volvía ronca ¿por qué?— es el... conjunto de... de es-especies pre-sentes en... —no podía hacerlo, sentía que sus ojos se cristalizan con cada palabra y dejó la lectura, al parecer Owen no le prestaba atención, menos pudo continuar cuando la voz se le entrecortó y vio un par de lágrimas caer sobre las páginas del libro. Lo había leído tantas veces y por tanto tiempo para que en ese momento su alfa se sienta orgulloso, esperaba que Owen lo felicite por su esfuerzo, quizás le daría un beso, una sonrisa o un poco de contacto humano, le dolía demasiado ser ignorado de esa manera por su alfa.
Pero había un instinto tan primitivo como la atracción y este era el instinto de la protección del ser preciado, Jeremy sintió un peso en el pecho nada común y se llevó una mano al vientre, no lo puede proteger siendo tan débil, no puede hacer nada por él estando junto a un alfa quien al parecer lo odiaba, realmente le causaba una impotencia tal que quería echarse a llorar sobre aquellas sábanas, llorar hasta que todo el líquido abandone su cuerpo.
Owen al no escucharlo más solo suspiró aburrido, esperaba que él se esforzara un poco más y continúe con la lectura, era realmente un inútil. Pero cuando se dispuso a dormir sintió un pesar en el pecho, uno tan intenso y extraño, eso no era común y su instinto llamaba a observar a Jeremy, era fuerte, era incluso más fuerte que su raciocinio y solo sintió que su cuerpo se movía fuera de su control, se quitaba los cobertores y giraba para encontrarse con un Jeremy al borde del llanto, con aquellas lindas gemas azules mojadas el salado líquido de la tristeza, casi desbordándose de sus párpados, Owen se acercó a él sin dudarlo, lo tomó del rostro. Jeremy realmente ya estaba tan roto que casi no sintió eso, el omega había sido demasiado tonto, quizás Ivan era una buena opción, hasta Enos le haría más caso que Owen ¿Por qué demonios no lo notaba? ¿Acaso el chico había hecho algo mal? Siempre estaba intentando ser mejor y solo para su alfa, y en ese momento... en ese momento tenía algo más importante para apreciar.
—Oye, ya no llores —susurró Owen frotando la mejilla del omega con su dedo pulgar, borrando una lágrima—. Estoy aquí, estoy aquí —susurró, lo abrazó, Jeremy aceptó el abrazo ¿qué era eso? ¿por qué lo aceptaba tan rápido? Sus brazos se aferraron a la espalda de Owen, deseaba tanto sentir la calidez del cuerpo de su alfa que realmente ya no lo calentaba como antes, esa fogosidad que caracterizaba a la presencia del alfa había desaparecido. ¿Acaso Jeremy ya estaba completamente roto?
Owen acarició sus cabellos, lo recostó sobre las sábanas y dejó que su cuerpo se recostara sobre él ligeramente, Jeremy lo observó, el joven omega poseía una sonrisa en los labios y una mirada muerta, una expresión casi tan enigmática como la de la bella dama de Da Vinci.
—Eres hermoso, eres precioso, ya no llores —susurraba Owen sobre sus labios, repartiendo besos sobre sus mejillas y en los alrededores de su boca, el alfa estaba asustado ¿qué había hecho? ¿acaso Jeremy se había rendido tan rápido? El chico sintió el toque cariñoso de su pareja, Owen estaba arrepentido, hasta a él le dolía su indiferencia y Jeremy lo debía estar pasando muy mal, Owen estaba asustado de tener que cargar con un omega traumatizado, se encargaría de llenarlo de besos y de animarlo, claro que lo haría. Sus besos bajaron al cuello del chico y este solo se limitó a desviar la mirada y levantar los brazos para que el alfa se deshaga de su prenda con delicadeza, se sintió querido por Owen, eso era lo que deseaba ¿solo debía haber llorado un poco para ganar su atención? ¿valía la pena romperse el corazón para obtener amor a cambio? Sintió los besos ajenos llegar a sus pezones y jugar con ellos, desde el celo no habían hecho nada de eso y el chico no evitó soltar un jadeo.
—Realmente te gusta —susurró el alfa, bajando una de sus manos y sintiendo la húmeda intimidad de su compañero, Jeremy sonrió cegado por el placer, su alfa, su querido Owen lo estaba tocando estando fuera del celo, lo trataba con delicadeza y se preocupaba por él y por lo que sentía ¡claro que vale la pena romperse un poco a cambio de todo ello! A cambio de esas caricias y esos besos, ¿podría beneficiarle? Jeremy necesitaba del cariño ajeno, pero quien más lo necesitaba era aquel pequeño que se aferraba a la vida dentro de su vientre, este solo sonrió, al menos Owen parecía que lo quería en ese momento.
Owen hizo un camino de besos, pasando sobre la línea alba del cuerpo del omega y llegando a su ombligo, la prueba de su existencia en el mundo, lo besó y vio como el chico se estremeció, sonrió de lado y acarició el vientre de su pareja, quizás Jeremy no lo haya notado, pero en realidad el rubio sí sintió cuando Owen hizo esto, le daba un poco de esperanza a susr03; casi nulas ganas de vivir, al parecer Owen momentáneamente aceptaba a aquel individuo, bajó aún más besando su vientre y parte de esa sutil curva para luego encontrarse con los pantalones del chico, se los quitó de un tirón así como a su ropa interior y Jeremy sólo intentó sentir pudor, pero realmente eso le importana una mierda, quería ya a su alfa.
—Owen, por favor, te necesito —susurró Jeremy, flexionó ambas pierbas y las abrió a su alfa, con una sonrisa y un sonrojo que el calor provocaba, una de sus manos viajó entre sus muslosr03; y se aventuró a tocar esa sonrosada entrada que se contraía de excitación, Owen solo observaba satisfecho la sumisión del omega, soltando gemidos el chico solo podía pensar en lo bello que su alfa se veía esa noche, cómo quería tenerlo dentro y que corroa cada parte de su ser, podría soportar ser un poco dañado a cambio de una reparación tan satisfactoria como esa. Al fin y cabo, lo bueno de las peleas de pareja era que se solucionaban con buen sexo. Y eso hizo Owen, poseyó el cálido cuerpo de su omega, con una sola estocada Jeremy sentía que todo su mundo se dio vueltas y un intenso dolor sufrió su vientre.
—Ha-hazlo más despacio —susurró, no quería que dañara a su bebé con aquella brutalidad, Owen solo cerró los ojos y se inclinó sobre los labios del chico para depositar besos sobre esa peligrosa datura que se abría delicada frente a él, inocente y tóxica a la vez, sus embestidas fueron leves, Jeremy agradecía esto inmensamente, no se podía comparar a cuando estaban en celo, eso era mejor pues sentía el calor de su pareja, su cuerpo en totalidad, podía ver las muecas de placer de Owen y deleitarse con un vaivén suave y calmado, ¿era eso hacer el amor? Casi tan delicado como si cuidara a una aterciopelada rosa.
—Owen... —susurraba Jeremy, se aferró a la espalda de su pareja y enredó las piernas por lasr03; caderas del alfa, evitando que se aleje demasiado de él, su cabeza responsaba en el hombro ajeno y Owen no tenía más que estar muy cerca de esa marca y lamerla delicadamente mientras sus embestidas se hacían más rápidas y certeras—. Owen... te amo, te amo —susurraba el omega lleno de placer, ¿cómo llegó a caer tan bajo nuevamente? Él mismo Jeremyr03; se lo preguntaba una y otra vez, se preguntaba cómo podía perdonarlo luego de todo ese tiempo, luego de que lo ignorara y no lo defendiera ante Enos, luego de que lo hiciera llorar, preocuparse y sentirse menos ante él... luego de encontrar algo nuevo y mejor por lo que vivir ¿por qué deseaba estar, a pesar de todo eso, junto con Owen?
Realmente se preguntaba un millón de cosas mientras que el alfa besaba y mordisqueaba una y otra vez aquella marca en su cuello.
Quizás la respuesta estaba en que le encantaba Owen, realmente lo amaba.