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Inconsciente por BackAck

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La esperanza es algo malo, es una de las desgracias de la caja de Pandora solo porque hace actuar a las personas con la sensación de poder controlar el futuro, hacer eso es obrar engañado y, a pesar de todo, muchos seguían teniendo esperanza, Jeremy seguía viendo a Owen con la esperanza de que él lo amara, y en ese instante mientras observaba a la nada desde el pecho de su pareja, sentía aquella sensación de satisfacción al obtener algo que deseaba, la cercanía del alfa solo hacía que las esperanzas del rubio incrementaran y sonriera como idiota con la calidez ajena, cerca muy cerca, escuchar su corazón, captar la frecuencia de su respiración, sonrió cuando los dedos del alfa se hundieron en sus cabellos y empezaron a acariciarlos, sus brazos lo rodeaban y Jeremy sólo podía sentir una gran dicha y seguridad.

-Tendré a tu hijo -susurró el omega ya más valiente que antes, Owen sonrió de lado al escuchar aquellas palabras, a pesar de saberlo hace tiempo, quería escucharlo desde los labios ajenos. Pero había algo que molestaba al alfa, no sabía cómo responder, Jeremy en ese momento era como la más fina escarcha de la mañana y cualquier cosa mal dicha podría destrozarlo por completo, ese omega era tan sensible que ni siquiera el alfa podía mentirle fácilmente, al menos eso sentía Owen, así que decidió solo acariciar los cabellos ajenos en silencio, una vez más las esperanzas del chico se incrementaron.

Más tarde Jeremy despertó, aún abrazaba a su alfa y este también lo tomaba, sonrió, quizás era un acto inconscienter03; del alfa, pero para el chico significaba todo. Aunque deseaba quedarse así por más tiempo, estaba hambriento, desde hace semanas sentía la horrible necesidad de devorar todo a su paso, realmente no quería ponerse gordo y desagradar a Owen, pero no podía evitarlo, incluso había empezado a tomar más galletas de las que sus manos podían contener a la hora del té e Ivan iba y venía con bolsas de dulces que alegraban al chico su día, aunque estas tampoco duraban demasiado, se había dado cuenta que tenía una afinidad horrible por las cosas dulces y en ese momento deseaba algo de cacao derritiéndose en su boca, que sea un poco amargo, sin frutos secos y que tenga una firme consistencia. Observó a Owen, no deseaba despertarlo por una tontería como esa, era solo un simple antojo de los que siempre tenía. Cerró nuevamente los ojos para dormir, pero luego empezó a pensar en dónde podría conseguir aquella barra que lo torturaba. Owen no tenía ningún minibar en su habitación, no era muy ocioso y ese lugar realmente se veía minimalista para una persona tan adinerada como lo era el alfa. Jeremy inmediatamente descartó la posibilidad de que en la biblioteca hayan dulces, pensó en Enos y recordó que el alfa de pelo largo siempre llevaba consigo barras de chocolate y básicamente se las pasaba comiendo. Jeremy se preguntó si es que ese alfa no tendría diabetes, y, aunque no supiera bien lo que era la diabetes, le encantaba pensar en cómo sonaba, muy intelectual.

Intentó contener una pequeña risa y Owen al sentir el movimiento del chico lo liberó de sus brazos. Este se levantó de la cama y observó la salida ¿estaría bien que...?

No, no iría con Enos, eso era peor que comerse clavos, buscaría la habitación de Ivan y vería si es que tenía algún minibar en el que pueda husmear. Con pasos cuidadosos se acercó al suelo donde se encontraban sus prendas, se vistió con ese conjunto melocotón que había dejado de lado hace unas horas y salió de la habitación intentando no hacer ruido para evitar despertar a su pareja. Fue por el pasillo, hacia la izquierda, siempre cuando todos se perdían iban hacia la izquierda ¿no? Recorrió unas cuantas puertas las cuales iba probando si abrían o no, rezaba para encontrar rápido la habitación de Ivan, su estómago estaba gruñendo.

Una de las pocas puertas que se pudieron abrir fue la de una gran habitación, quizás del tamaño de la de Owen. Inclinó la cabeza hacia adentro y observó una mata de pelos oscuros dormir bajo las sábanas, olfateó el ambiente para asegurarse y una sensación nada agradable llegó a su pecho, escocía y parecía que sus ojos se cristalizaron en un momento, quien se encontraba allí era Enos. Era cierto quen ya no le tenía miedo, Owen estaba para defenderlo y Jeremy tenía la seguridad de que el lazo se haría presente, pero no podía confiar demasiado en el hermano de su pareja, decidió que era mejor alejarse de aquel lugar y regresó sobre sus pasos para desgraciadamente terminar chocando contra algo, o mejor dicho, alguien.

Jeremy en ese momento sí se asustó, giró con rapidez y miró hacia arriba para enfrentarse a quien esté allí, pero cuando bajó la vista solo se encontró con una mirada tranquila y una sonrisa de lado a lado, el rubio podía jurar que las mejillas de ese omega estaban sonrojadas. Caín cuando vio la silueta de Jeremy solo había alcanzado a sonreír como tarado, pero ¿qué hacía allí en medio de la noche?

—¿Q-qué haces? —susurró Caín para evitar hacer ruido, este volvía de una caminata nocturna por la casa, odiaba estar encerrado y no estaría cuerdo por demasiado tiempo de esa manera, Jeremy solo miró abajo, no quería tener contacto con ese chico, lo incomodaba demasiado como para querer hablar con él, pero no tenía más que responderle pues este lo miraba acusadoramente, casi como se mira a alguien quien acaba de romper un plato.

—Solo tenía un poco de hambre —susurró igualmente y Caín abrió los ojos sorprendido, era cierto, casi había olvidado que el chico estaba esperando y al instante llegó a su cabeza Owen ¿acaso el hombre no tenía ni un poco de empatía por su omega? En serio lo había dejado sin un antojo y eso era realmente cruel.

—Oww, Owen es un desconsiderado —Jeremy juraba que en la oscuridad del pasillo pudo ver el puchero en los labios del chico—. Ven, ¿qué quieres? Enos tiene de todo —sujetó el brazo del contrario para ingresar a la habitación de Enos pero Jeremy quedó tieso frente a la puerta, sabía que no entraría allí—. Vamos, está dormido ¿o acaso quieres quedarte con hambre, Jer? —el pelirrojo le mostraba una sonrisa amplia, no sabía si confiar, entrar a esa habitación era como entrar a la mismísima boca de un lobo. Pero su estómago ganó cuando este hizo un riudo extraño y Caín intentó sostenerse una risa—. La gente embarazada no debería pasar hambre muy seguido —le aconsejó y Jeremy solo alcanzó a sonrojarse una vez más por su estado.

No confianba ni en Enos, ni en Caín, ni en esa oscura habitación, pero ingresó siguiendo al chico quien lo sostenía de la muñeca. En u absoluto silencio fueron hacia el minibar frente al cual ambos omegas se pusieron de cuclillas mientras curioseaban por allí. Al menor se le hizo agua a la boca al ver a esos pecados de cacao allí, habían de varios tipos y dudó un poco para tomarlos pues no eran suyos, pero Caín al ver esto solo las tomó y empezó a mostrárselas una por una a Jeremy, él eligió atento una de las barras, cumplía casi todos sus requerimientos y realmente estaba satisfecho con ella. Sonrió y luego observó al chico, la oscuridad de la habitación era bañada por la ligera luz del minibar y no pudo evitar agradecerle mientras que ordenaba el recién allanado lugar.

—Gracias por esto —susurró antes de intentar ponerse de pie nuevamente, ya con antojo en mano. Caín se sonrojó al instante de escuchar eso, el chico realmente era adorable y en un solo segundo logró que su corazón se estrujara de tal manera que lo hacía sonreír como nadie antes en su vida, debía hacer algo para evitar que se vaya y lo abandone, no podía dejar ir algo tan valioso como Jeremy, su razón se largó  a otro lugar y se acercó a él rápidamente casi con la mirada perdida en esos labios rosados, tomó al chico de la muñeca para empujarlo sobre el suelo, Jeremy reaccionó removiéndose y dejando caer la barra al suelo—. O-oye... ¿qué haces? —realmente el chico empezaba a asustarse, observó la mirada del pelirrojo y solamente se veía unos ojos casi tan vacíos como el día en el que lo conoció, estaban cristalizados mirando los labios del contrario. Jeremy cerró los ojos y desvió la mirada cuando supo lo que quería hacer, su espalda tocó el suelo y sintió cómo el contrario se subía sobre sus caderas, sosteniendo sus manos por sobre el nivel de su cabeza, Jeremyr03; no abrió los ojos por ningún instante y tampoco movió el cuello así que Caín tomó su barbilla con brusquedad y lo giró para quedar de frente, Jeremy intentó dar patadas, pero el ruido que hacía era mucho y no podía darse el gusto de despertar a Enos quien estaba solo al lado. Sintió luego los finos dedos del omega enterrarse en sus mejillas con el fin de abrir esa pecaminosa boca que lo incitaba a hacer muchas cosas. Jeremy siempre supo que no debía entrar allí, era un pésimo error que no podía cometer y solo fue débil ante una necesidad no tan primordial, se merecía aquello, pero no lo quería.

Solo sintió los suaves labios del contrario sobre los suyos y no evitó retorcerse bajo el omega, este afianzó el agarre de su mano izquierda a las muñecas de Jeremy mientras su otra mano luchaba con una mandíbula no tan fuerte. El rubio realmente no era nada fuerte físicamente, él mismo cayó en cuenta de eso al instante de sentir la lengua del contrario recorrer su boca y no poder apartarse de ese húmedo y obsceno beso. Sentía que se desarmaría en cualquier momento pues su propio mundo estaba cayendo abajo ¿un omega dominado por otro? Vaya que eso no era común y realmente Jeremy se sentía sucio. Cerró los ojos esperando que todo acabe, no podía ir en contra de él y tampoco tenía las fuerzas para hacerlo ¿acaso era tan débil que se rendiría apenas empezaba a luchar? Por supuesto que sí. Sus ojos empezaron a derramar lágrimas y las caderas del pelirrojo solo empezaron a frotarse con brusquedad sobre la entrepierna de Jeremy, se sentía muy asqueado de sí mismo.

—Oh vaya, esto es interesante —se escuchó una voz a un costado, Caín rápidamente se separó de los labios del contrario para observar a Enos con una gran sonrisa de satisfacción, los ojos de Caín brillaron tenues y Jeremy solo pudo quedarse tieso en el suelo al escuchar esa voz grave que hizo a cada célula de su cuerpo ponerse en alerta, giró para ver la sonrisa de ese hombre, con una mirada felina desde las sábanas y el cuerpo semidesnudo observaba a ambos omegas con placer—. Vamos, continúen, imaginen que no estoy aquí.

Caín asintió, pero Jeremy realmente ya estaba asustado, quizás anteriormente solo se dejó tomar por la incapacidad de defenderse sin despertar a Enos con el ruido, ahora tenía total libertad, así que se removió con brusquedad y Caín solo rió ante eso, le encantaba ver a Jeremyr03; intentando escapar, era tan inútil. Nuevamente se inclinó sobre el chico y alcanzó a sus labios rojos por la brusquedad del agarre, este cerró los ojos implorando una ayuda que fue tragada por Caín en medio de un grito. Jeremy cerró los ojos y comenzó a derramar saladas lágrimas, Enos observaba a ambos omegas con una sonrisa excitada, Caín solo volvió a su movimiento de caderas mientras que lo besaba y Jeremy se removía bajo él como un pez fuera del agua, era realmente patético.

Su marca empezó a quemar, sabía que Owen acudiría a ese lugar tarde o temprano, debía venir y salvarlo de aquellos dos dementes quienes tenían una sonrisa de satisfacción surcando sus expresiones. Jeremy estaba seguro de que Owen no lo abandonaría, ahora él lo protegería ¿verdad? ¡¿verdad?! Empezó a desesperarse, su pareja tardaba demasiado, la herida seguía quemando como si lo acabaran de marcar con fierro al rojo vivo y eso solo hacía que sus piernas y brazos se retorcieran de dolor, a Caín le costó un poco sujetarlo, casi se le va, pero Enos bajó de la cama para tomar los brazos del chico y dejarlo totalmente indefenso, el toque de ese alfa solo dejó atónito a Jeremy, no, no, no, no deseaba sentir aquellas asquerosas manos sobre su cuerpo, no quería volver a pasar por lo mismo... ¡¿Dónde estaba Owen?! ¿Acaso no lo defendería en ese momento? Empezó a derramar lágrimas al sentirse ultrajado por ese omega quien con las manos libres empezó  a tocar su cuerpo moldeando sus formas como a una obra de arte. Caín levantó la remera del chico y observó aquellos rosados y sensibles pezones, Jeremy se retorció una vez más y no logró mucho. Quiso gritar pero la mano de Enos fue a parar sobre su boca cuando intentó hacerlo.

Al parecer Owen no vendría, el aroma de ese omega y del alfa empezaban a hacer dormir a sus sentidos y se sentía ebrio del cansancio, sus músculos empezaban a arder por el hecho de luchar en contra de ellos ¿Dos a uno? Eso no era justo. Se había rendido una vez más ¿qué sucedía últimamente con su fuerza de voluntad? Al parecer Owen la había quebrado y no tenía solución, no valía la pena luchar tanto cuando todos eran mejores y más fuertes que tú, no los alcanzarías jamás. Sintió la húmeda y caliente lengua del omega pasar por sobre su pecho, Caín se preguntaba si es que succionaba un poco aquellos botones saldría algo de allí, le causaba un morbo espectacular.

—Alguien me explica qué sucede aquí —Caín y Enos giraron hacia la puerta para observar a un Owen con el ceño fruncido y esperando una respuesta ante tal escena. Enos se asustó al instante, el alfa de Owen era mucho mayor que el suyo y tenía bien en claro que no podía luchar contra él, quizás Ivan sí podía hacerlo, pero el hermano del medio era tan pacifista que no lo haría jamás. Caín solo sintió el aroma del alfa, al ser un omega era más sensible que Enos y al instante detectó un aura horrible, ese alfa realmente estaba cabreado.

En cambio Jeremy no miró hacia donde su alfa se encontraba, sabía que estaba allí y eso ya calmaba a su mente, sonrió observando el techo pues ya estaba demasiado cansado para continuar consciente, al menos Owen había llegado esta vez a defenderlo. Y una vez más, las esperanzas de Jeremy se incrementaron.

 

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