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Inconsciente por BackAck

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Caín se alejó hacia atrás y terminó chocando contra la pared, no podía apartar la mirada de ese alfa, su instinto se lo impedía pues estaba alerta a cualquier cosa que podría suceder, buena o mala, quizás más mala que buena. Enos solo sonrió de lado soltando al omega de su agarre, vaya que estaba en un problema horrible. Jeremy se levantó de suelo rápidamente y fue tras Owen cubriéndose de aquellos dos. Se sentía protegido junto con el alfa y su corazón no dejaba de palpitar como loco desde que lo vio llegar a la habitación. ¿Había sido salvado por su alfa? Una sonrisa se escurrió de sus labios, ahora solo deseaba que Owen les dé su merecido a esos dos.
 
Enos se levantó del suelo riendo, la expresión del mayor solo se endureció frente al acto de su hermano quien sabía que estaba en una situación muy desfavorable, Owen estaba cabreadísimo y él básicamente había ayudado a que abusen de su omega embarazado de su primogénito, pero Enos podía ser un maldito infeliz, pero no era estúpido y sabía bien quién realmente tenía la desventaja en esa situación.
 
—Puedes golpearme todo lo que quieras, querido hermano —dijo mostrando una sonrisa bajo esa mirada fría, Caín solo se quedó estático en aquella esquina, sin despegar la mirada del alfa... Enos no podría traicionarlo ¿o sí?
 
—E-Enos —susurró el pelirrojo, no quería que la culpa recaiga en él, el alfa le hizo una seña para que se callara y Owen solo envío una mirada que hizo que el chico se encoja en el suelo una vez más. Ambos alfas volvieron a observarse, no se estaban enfrentando, al menos eso era lo que Enos intentaba no hacer.
 
—Como te dije, podrías golpearme todo lo que quisieras y quizás también decir a nuestra madre lo que hice junto con Caín, pero yo sé bien lo que veo —se inclinó un poco para conseguir la imagen de un Jeremy quien aterrorizado se escondía tras su alfa—. Y lo que veo es a cierto omega rubio fuera de su habitación a las tres de la madrugada.
 
Una risita salió de los labios de Enos, Owen se giró hacia un costado para ver a Jeremy quien se sujetaba el borde de la camisa con miedo, la última oración de Enos lo había dejado perplejo, era cierto a pesar de todo ¡era malditamente cierto! Ni siquiera quería observar a expresión de Owen por miedo al alfa, sabía que si lo hacía estaría muerto en ese mismo momento. La había cagado y muy grande. Su marca comenzó a arder, el aroma del alfa llegaba a sus fosas nasales y lo mareaba ¿por qué el suelo se movía?
 
—Regresa a la habitación y espérame —ordenó intentando ser delicado con Jeremy, las articulaciones del chico empezaron a moverse por sí solas, el poder que un alfa ejercía sobre un omega era prácticamente la mejor arma de esa raza, después de todo solo los mejores y más grandes tenían control sobre otros.
 
Justo como en ese momento, su mirada se iba oscureciendo mientras que se acercaba a su querido hermano y a Caín, quien aún temblaba en una esquina por el pesado ambiente que se empezaba a desarrollar.
 
—Te había advertido que no te metas con Jeremy.
 
Enos, entre toda la ansiedad y el conocimiento de que no saldría bien de aquella situación, sonrió de lado.
 
—Vaya, creí que no sabías su nombre.
 
Owen solo entrecerró los ojos.
 
—Yo lo sé todo sobre él.
 
•§•
 
Jeremy estaba sentado sobre las sábanas, el inexpresivo rostro que cargaba era sepulcral, estaba realmente en seriosr03; problemas, Owen lo mataría definitivamente ¿Cómo lo sabía? Era culpa de aquella maldita marca que le estaba quemando el cuello y que el simple hecho de estar en la habitación del alfa le causaba repulsión ¿Acaso sentía asco por el aroma de su pareja? Al parecer sí, pues no podría estar en ese lugar por demasiado tiempo, se sentía como si hubiera un ambiente totalmente diferente a como lo recordaba.
 
Quizás... quizás fue demasiado tonto, Owen era una buena persona ¿no? Lo cuidó y le dio, al menos, algo de cariño. No creía que sea capaz de lastimarlo menos en ese momento mientras llevaba a su primogénito, suspiró, qué horrible situación. Sabía que no debía salir de aquella habitación, ¿Qué haría ahora? Quizás...
 
La puerta se abrió dejando ver a un alfa rodeado de un aura oscura, Jeremy tembló cuando el aroma llegó a él e instintivamente se abrazó a sí mismo. Owen se acercó a Jeremy, lo miraba justo como lo miró la primera vez que se encontraron y por un momento el chico sintió que habían regresado a meses atrás, cuando ambos eran totalmente desconocidos y la marca en su cuellor03; ardía demencialmente. Bien, seguían siendo prácticamente desconocidos, y a decir verdad Jeremy solo sabía lo extrañamente cambiante que podía ser Owen.
 
—Te daré solo una oportunidad para que expliques qué hacías fuera —ordenó, por supuesto que Jeremy tendría una sola oportunidad, a Owen le carcomía el cerebro pensar que su omega fue hacia la habitación de su estúpido hermano para cosas más turbias que no vienen a cuento decir. ¿Celos? ¡Por supuesto que eran celos! En serio lo cabreaba muchísimo sentir celos y no dejaría sin voz al omega, no lo haría pues podría terminar como hace unas horas, pero Jeremy estaba tan conmocionado con todo lo que sucedía que le costaba formular palabras fácilmente.
 
—Y-yo solo... —susurraba, su voz moría en su garganta, el aroma del alfa estaba molestándolo, amenazando a la pequeña vida que resguardaba, el aroma, ese horrible aroma metálico  de la sangre—. ¡Por favor, no me hagas daño! —chilló y cerró los ojos ¿por qué dijo eso? No pudo decir una sola palabra más, ese alfa realmente quería asesinarlo ¿o lo estaba malentendiendo? Owen suspiró, Jeremy era un completo idiota a sus ojos.
 
—Oye, tranquilo —le dijo, intentó calmar su aroma, pero la mirada en alerta del chico solo se deformó en una de terror cuando Owen tomó su hombro—. No tienes por qué reaccionar así, no te haría daño —creo, pensó—. Debes ser fuerte ¿entiendes?
 
Jeremy asintió, su alfa le decía que sea fuerte, que confíe, ¿le haría caso? ¿por qué su corazón no parecía querer seguir esos consejos? Al ver aquella imponente mirada solo quería... huir, protegerse.
 
—Solo tenía ganas de comer chocolate —susurró desviando la mirada mientras pronunciaba las palabras de manera mecánica, Owen esperó a que continuara—. Y pues... estaba buscando a Ivan por qu-
 
—¿Ivan? —lo cortó, Jeremy levantó la mirada hacia él y asintió—. ¿Por qué querías buscarlo?
 
—Pu-pues él siempre me da dulces —bajó la mirada de nuevo, suspiró, definitivamente se arrepentiría más tarde—. Y no parece molestarle eso.
 
Owen frunció el ceño, si antes estaba cabreado no encontraba palabras para definir su estado actual ¿se sentía engañado? ¿por su propio hermano? Sabía bien que Ivan era un idiota maníaco de los dulces quien adoraba regalar cosas a los demás, pero no pensaba que su omega se vuelva tan cercano a ese idiota, en ese momento deseaba asesinar a su querido y odioso hermano menor, pero el problema principal era que él era la verdadera pareja de Jeremy, el padre de su hijo y dueño de la marca que se encontraba en su cuello. Además, él sabía todo sobre el chico. TODO.
 
—No entiendo por qué no me lo pediste a mí —dijo Owen acercándose a él, su voz sonaba demasiado tranquila a diferencia de la extraña mueca que poseía, Jeremy se sintió un poco acosado por el alfa, invadía la burbuja personal que había creado el chico ¿desde cuándo? ¿quizás hace unos minutos?—. Cuando tengas un antojo nuevamente, solo debes decírmelo, soy el otro padre de ese niño y me corresponde cuidarte, ¿lo entiendes?
 
—Lo entiendo —Jeremy no lo pudo evitar, una sonrisa se escapó de sus labios y Owen lo abrazó, su corazón se tranquilizó con ese toque final y dejó que el alfa ingrese a su burbuja ¿por qué demonios le sucedía eso? Cambiar todo el rato no era natural, en un momento se sentía más que unido a su alfa y al siguiente le era un total desconocido. ¡Se sentía enojado por ello!
 
—Deberías descansar, en la mañana seguro te sentirás fatigado por estar en vela y la señora Melvina vendrá temprano —dijo Owen acariciando los cabellos del chico, Jeremy asintió y sonrió de lado mientras apoyaba su mejilla en la gran palma de Owen, a veces recordaba cómo se sentía su mano sobre su mejilla y eso llenaba su corazón. Owen lo recostó a su lado y lo abrazó, Jeremy en ese momento quiso fundirse junto con su alfa, ignorar a la marca que seguía doliendo e intentar dormir a pesar de sentir extraño el aroma que lo rodeaba.
 
•§•
 
Una extraña sensación vino a su cuerpo mientras seguía en sueño, en un segundo su mente se llenó de imágenes, colores, sabores, olores. Era casi como cuando dicen que recuerdas toda tu vida antes de morir, recordó las flores y a un alfa con una sonrisa que derretía placas glaciales, recordaba también una cantidad descomunal de dulces y gomas de colores brillantes ¿chocolate en barras? ¡Cabellos rojos! También una extraña bolsa de quesos... Un libro, una taza de té con leche y muchas galletas. ¿Algo oculto, algo compartido? Los abrazos, besos y el aroma... el excitante aroma del sexo y de un alfa y omega mezclados en el celo, casi demencial, casi primitivo. La tristeza, el miedo, la desesperación, la esperanza, maldita esperanza, pero bendita esperanza que lo mantenía vivo, un pequeño corazón latiendo en su vientre y una marca de pertenencia que sellaba su destino, un alfa... un precioso alfa quien con sus grandes manos lo tomaba, le pedía que confíe y sea fuerte, que lo protegería ¿lo protegería? 
 
Abrió los ojos.
 
Se despertó, estaba bañado en sudor y un frío intenso estremecía a su cuerpo, la agitada respiración solo daban la bienvenida a una nueva mañana en la cual solo sentía una gran incomodidad. Levantó la cabeza, recordaba todo, pero ¿por qué estaba allí? Sintió unos brazos rodearlo y afianzar su agarre, el aroma de esa habitación era extraña... ¿su olfato se había sensibilizado acaso? ¿por qué ya no toleraba el aroma de Owen? Lo observó, dormía plácidamente abrazado a su vientre, parecía un niño, pero en lugar de que le cause ternura, Jeremy sentía repulsión ¿por qué? Owen era su alfa, era natural quererlo, pero no entendía cuál era el sentimiento que nacía de él para querer alejarse lo más posible ¿instinto? Seguramente, sentía que debía protegerse, proteger a su cachorro, pero ¿por qué lo protegería de su propio padre?
 
El dolor de cabeza solo se acrecentaba cada vez que pensaba en ello o recordaba el extraño sueño, no parecía una epifanía en lo más mínimo, pero le extrañaba que haya soñado justo aquello, tan familiar y desconocido a la vez. Tomó el brazo de Owen, quería alejarse de él, se levantó y fue casi tambaleando al cuarto de baño, le dolía exactamente todo, una noche de sexo y una casi violación, vaya, pero qué extraña noche. Rió frente al espejo ante esta idea y observó su reflejo, hace mucho no se paraba frente a su vanidad y no le vendría mal hacerlo al menos una vez.
 
—Mm... no está mal —sonrió a sí mismo y se lavó la cara, tomó el cepillo de dientes y empezó su día. Un extraño día.
 
Owen despertó encontrándose solo, seguramente Jeremy había tenido alguna náusea matutina y lo había dejado en cama. Sonrió, Jeremy era un buen omega, no se quejaba por nada y era sumiso, su mirada inocente solo era una pequeña parte de lo expresivo que era en la cama, un omega perfecto. Y eso era un regalo para Owen, al principio sintió extrañeza al saber su origen, quién diría que dos omegas masculinos podían procrear entre ellos, para la ciencia eran estériles en el ámbito masculino, pero habían extraños y casi inexistentes casos de nacimientos de este tipo de parejas (las cuales eran aún más extrañas), al parecer Jeremy había sido uno de estos casos y la historia de cómo llegó a un orfanato no era demasiado bonita. Claro, también se había dedicado a investigar a ese tipo de omegas, no había otro caso en el país igual al de Jeremy y Owen realmente se sentía afortunado por tenerlo, como tener una joya invaluable o algún animal exótico, porque el rubio era prácticamente la perfección, la cúspide de la belleza misma y la piedra angular de la fertilidad en omegas.
 
Básicamente lo tenía todo.
 
Owen sonrió a verlo salir del cuarto de baño, al parecer había decidido tomar una ducha e iba frotando su cabeza con una blanca y mullida toalla. Se levantó de la cama y fue tras Jeremy, este solo se estremeció una vez más al sentirlo tan cerca ¿por qué? Owen lo quería.
 
—Buenos días —susurró el alfa, el rubio solo asintió a su atractiva y gruesa voz. Owen frunció el ceño, había algo que no cuadraba del todo, normalmente el chico estaría sonrojado y emocionado por tenerlo tan cerca. Besó trás su oreja, bajando lentamente hasta su cuello, lo observó.
 
No, era imposible.
 
Observó aquel delicado y pálido cuello, con la piel tersa y sin... sin la marca que lo hacía de su propiedad.
 
La marca... ¿había desaparecido?
Notas finales:

Solo quiero ver al mundo arder :v/


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