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Inconsciente por BackAck

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Jeremy escuchó cómo unas aves trinaban desde la ventana, era un día caluroso, el verano se encontraba en su auge y eso solo hacía que el omega desee más que nada deshacerse de cada prenda que llevaba sobre su cuerpo, lo peor eran los momentos en los que se hiperventilaba por el calor. Como en ese momento, su cuerpo se encontraba tan calienter03; que solo quería levantarse y tomar una ducha helada, pero el gran y pesado cuerpo de un alfa le impedía esa acción.
 
Owen lo mantenía abrazado y el omega realmente no deseaba eso, se sentía acalorado y quería un baño, además le dolía el cuello y el aroma se calaba en sus narices. Realmente ya deseaba largarse de ese lugar, lo que había hecho Owen la noche anterior había excedido límites que Jeremy creyó no tener y lo había asustado como nunca antes. Justo en ese momento sentía el miedo que no deseaba sentir, se frotó el vientre con preocupación, le dolía todo y tenía miedo de que el idiota de Owen haya lastimado a su propio hijo.
 
El cuerpo sobre el suyo se removió, afianzó su agarre por el omega y soltó un suspiro. Owen estaba profundamente dormido, cosa que Jeremy jamás creyó apreciar tan temprano en la mañana, normalmente Owen desaparecía por las mañanas o si tenía suerte Jeremy lo llegaba a ver saliendo del vestidor mientras se arreglaba el traje. Supuso que el alfa no tenía nada que hacer, por ello se dio el gusto de dormir hasta esas horas. El problema era que Jeremy deseaba ir al baño pues tenía el estómago revuelto. Owen se lo impedía.
 
Lo removió, primero con delicadeza para no moelestar al alfa y luego de manera bastante bruta pues Owen parecía no querer soltarlo, cuando por fin el cuerpo ajeno se separó de él en medio de un bostezo el sudado omega se levantó con rapidez para ganar el baño. Odiaba que su cuerpo esté agotado de tal manera, las náuseas habían disminuído, pero aún así tenía reflejos de vómito que hacíanr03; a Jeremy desear arrancarse la garganta. Owen despertó y observó a su chico ir corriendo al baño, no lo diría en voz alta, pero estaba orgulloso de ser él quien le había provocado ese estado, ver y sentir el vientre del omega ligeramente abultado era todo un placer para Owen ¿Qué si su pareja era un omega y no una alfa con la que se podría asegurar la sangre? Era obvio que con Jeremy tendría hijos alfas, todos sus cachorros llegarían a ser alfas y eso no preocupaba a Owen.
 
En realidad, admitiría que estaba totalmente despreocupado en ese momento, había marcado a Jeremy de nuevo y eso aseguraría que el omega se quede a su lado, tenía la seguridad de que su descendencia tendría sangre alfa y, además, alejaría a su hermano de Jeremy, así el omega sería todo suyo. Su propia joya. Admitía que a veces se quería pegar un tiro por haberlo despreciado en el pasado, pero ahora sabía lo que valía el chico: su fina presencia solo podría dar al alfa un estatus mayor.
 
Y luego recordó al doctor, ese hombre inepto quiso evitar que marcara nuevamente al chico, no era para tanto, no le había pasado nada al bebé y ya lo presentía, Jeremy seguía tan saludable como una col. Se levantó de la cama con pesar, la noche había sido larga y no paró de besar y lamer la nueva herida en el cuello del muchacho, le fascinaba y en serio había pensado en quizás tener algo de sexo con Jeremy, pero se había quedado inconsciente luego de un rato. Owen suspiró y fue al baño, seguramente el omega estaba horriblemente agotado por lo de la noche anterior, al escuchar la ducha dejar caer sus gotas supo lo anterior. Él también odiaba el calor.
 
Vio a Jeremy salir de la ducha, creyó que jamás pudo haber visto algo tan bonito como la delicada anatomía del omega cubierta de pequeñas gotitas de agua. El rostro de Jeremy estaba calmado, la ducha había ayudado a relajar su cuerpo y pasar la toalla mullida por su piel solo hacía que sintiera sutiles cosquillas por lo sensible que se había vuelto. Por supuesto que había notado la presencia de Owen, no le importó realmente, ese hombre ya lo había visto por todos lados, solo intentaría no bajar la guardia pues no quería que vuelva a suceder lo de anoche, aunque realmente no sabía qué haría para defenderse del alfa.
 
—Jeremy —esa era su voz, al instante el cuerpo del chico se tensó e intentó mantener la calma mientras giraba a verlo—. Muéstrame el cuello —sentenció.
 
Un malestar se colocó en el estómago del menor, sintió que su cabeza pesaba más de lo normal mientras que el aroma del alfa se hacía cada vez más fuerte. Cerró los ojos y apartó sus mojados cabellos de aquella parte de su anatomía. Owen observó la piel de su pareja, frunció el ceño e hizo una mueca de desagrado con los labios. No, era imposible. Se acercó a él sin querer asustarlo y lo tomór03; del cuello, por supuesto que esto asustó a Jeremy quien al instante hizo un violento movimiento para que apartara sus manos.
 
Pero resbaló por el suelo de mármol, no pudo sostenerse y lo primero que pensó fue en su hijo y en el marco de aluminio del cuarto de ducha. Cerró los ojos esperando el golpe, pero su brazo fue sostenido con fuerza, justo antes de que el accidente pase a mayores, su cintura también fue estrechada con firmeza ayudándolo a reponerse, Jeremy aún algo impactado observó a la nada mientras sus ojos se llevaban de lágrimas, se acarició el vientre, asegurándose de que esté a salvo y Owen mientras acariciaba las mejillas del omega para intentar tranquilizarlo.
 
—Sí que eres un torpe —le dijo, Jeremy observó aquel rostro que aún tenía una expresión dura, pero por alguna razón lo veía de otra forma ¿acaso Owen se había preocupado por él? Claro que por un momento se sintió agradecido y quiso solo abrazar a ese alfa, pero luego recordó lo que había sucedido y un malestar se instauró en su estómago, nuevamente.
 
—Yo... yo creo que debería salir de aquí —el omega algo perdido tomó unas toallas para cubrir su, hasta ahora, desnudo cuerpo y aún temblando salió del baño para poder vestirse. Owen algo inquieto fue bajo la lluvia artificial y con rapidez limpió cada parte de su cuerpo. No entendía qué realmente había sucedido con Jeremy, era muy extraño, normalmente una marca no podía desaparecer de la noche a la mañana y si la primera vez ya fue bastante alarmante ahora lo era más, cuando en esa mañana el cuello del chico había amanecido tan inmaculado como lo recordaba la noche anterior.
 
"¿Acaso rechazó mi marca?" Se preguntó el alfa. Por supuesto que Jeremy había rechazado su marca, era obvio que lo iba a hacer si es que lo había obligado a algo tan horrible. Golpeó los azulejos con rabia, no entendía por qué debía ser tan posesivo, por qué no había sido así antes, quizás en ese momento ya todos conocerían a su nueva pareja y podría pavonearse y decir a todos que su pareja era un omega puro, como exhibir una hermosa joya. Más cansado que reconfortado salió de la ducha y mientras secaba su cuerpo fue hscia el vestidor, había decidido ese día no aparecer por las oficinas ni ir a su despacho en la mansión, se quedaría con Jeremy, intentando arreglar las cosas. Debían hablar de algo importante.
 
Pero cuando volvió hacia su habitación solo encontró unas cuántas prendas regadas sobre las sábanas y un lugar desolado. Frunció los labios, aspiró el aire, todo eso olía a su omega, tan dulce como vainilla, se relamió los labios y salió debla habitación buscando ese aroma, por unos momentos se volvía sutir y por otros se mezclaba con el aroma de otro omega, este era algo ácido y repelente, no le gustaba su aroma, seguramente era de ese chico pelirrojo que su hermano había recogido de quién sabe dónde, por supuesto que no le caía nada bien. Recorrió un poco más los pasillos, el aroma de Caín había desaparecido y solo quedaba un sutil vainilla que se hacía más y más fuerte a medida que llegaba a la biblioteca. Por supuesto que había encontrado al omega.
 
Pero al abrir la puerta se llevó una gran sorpresa, quizás fue su olfato el que lo engañó o quizás fue el hecho de que estaba más concentrado en el aroma de su pareja, pero allí estaba además su estúpido hermano del medio, con aquella idiota sonrisa mientras daba una flor blanca a su pareja, Owen sintió su sangre hervir, más cuando se habían regalado unas sonrisas y miradas que, por suerte, había detenido. Al instante Jeremy e Ivab giraron a mirarlo, el omega solo se alejó unos pasos del alfa, mientras que este quedó atónito. Jeremy vio la flor entre sus manos y luego observó a Owen.
 
—¡No es lo que piensas! —dijo al instante, Owen arqueó una ceja mientras observaba al chico, no le importaba tanto la presencia de el tarado con el que compartía sangre, no le importaba someter al omega con sus feromonas pues él era mucho más fuerte que Ivan. Y así lo hizo, una gran cantidad de feromonas llenaron el aire con un aura amenazante y Jeremy al instante jadeó, dejando a la flor caer a sus pies. Ivan en cambio no pudo hacer nada más que apartarse, Owen le estaba obligando.
 
—¿Y qué crees que pienso? —dijo con voz profunda, el chico cerró los ojos y con bastante incomodidad logró abrir la boca, el aroma de Owen lo empezaba a marear, su tórax sufría tanta presión que le era prácticamente imposible respirar ¿acaso ese era el odio de un alfa? ¿podría llegar a matarlo con feromonas amenazantes? Al parecer sí, Jeremy estaba por perder la conciencia.
 
—De-detente —susurró—, el aroma... el aroma me lasti... —apenas lo dijo y cerró los ojos, Owen al verlo caer solo dejó de lado el enojo y lo sostuvo entre sus brazos, Ivan quien salió de su trance se acercó con rapidez al cuerpo que sostenía su hermano mayor.
 
—¡¿Qué has hecho, idiota?! —dijo preocupado al ver a Jeremy respirar con una parsimonia desesperante, Ivan sintió que aquello fue su culpa, pero era Owen quien realmente estaba asustado—. Al parecer aún no te has dado cuenta de que esta persona es quien lleva a tu hijo y la sigues tratando como a una mierda, das asco Owen.
 
Ouch, un golpe bajo al orgullo del alfa quien solo frunció los labios y estrechó el cuerpo inconsciente entre sus brazos, ignorando a su hermano y a sus gritos fue nuevamente hacia su habitación y dejó a Jeremy descansar sobre las sábanas. Aprovechó el momento para inhalar su piel y buscar algún indicio del aroma de su hermano. Nada. Al parecer no estaban haciendo lo que Owen creyó que hacían al mirarse de aquella manera tan extraña. Quizás eran solo paranoias suyas, como siempre o quizás era por el miedo de ver a Jeremy siendo sometido una vez más por alguno de ellos. Suerte que ya tenía todo solucionado en cuanto a lo que sus hermanos se trataba.
 
Llamó a la mucama, Marie llegó con una bandeja que llevaba el desayuno del chico justo como el médico le había recomendado junto con las vitaminas y un poco de alcohol en un paño, Owen observaba receloso desde una esquina cómo el chico era atendido por aquella beta, agradecía que Marie siempre esté al pendiente de Jeremy, gracias a ella el chico quizás no se sintió tan solo todo ese tiempo. Mientras novia la cabeza a los lados el olfato del omega empezó a reaccionar ante el fuerte aroma a alcohol. Marie se sintió satisfecha y luego, con delicadeza, se aseguró de que todo esté cómodo para que Jeremy pueda desayunar, cosa que al parecer quería saltarse. La muchacha salió de la habitación dejando a la pareja sola nuevamente, no negaría que estaba bastante preocupada por el chico rubio.
 
Jeremy miró con desgano el tazón de fruta y, aunque le encantara la fruta, realmente no la deseaba en ese momento, se obligó a llevar un poco a los labios y le supo insípida, odiaba que Owen esté observándole. Ya no quería estar en ese lugar.
 
—Nos mudaremos —sentenció el alfa, Jeremy levantó la mirada para encontrarse con ese par de ojos olivas que la mayoría del tiempo se veían oscuros, tragó la fruta con dificultad, si se mudaba, deseaba mudarse muy pero muy lejos de Owen, no con él precisamente—, en uno o dos meses tendrán lista la casa, estar alejado de otros alfas será lo mejor.
 
Había solo un alfa del que Jeremy quería alejarse, ese era Owen.
 
—Es en una zona bonita, hay mucho jardín, seguramente te encantará —el alfa se acercó a Jeremy, este solo lo observaba con miedo. Owen se sentó cerca de las piernas del omega—. Lamento lo que sucedió.
 
Quien más lo lamentaba era Jeremy, aún le dolía todo, y no diría en voz alta que por un momento pensó en que moriría, ya había escuchado rumores de que alfas podían llegar a asesinar a omegas sometiéndolos de aquella manera tan horrible y cruel. Solo bajó la mirada, no quería que su hijo sufra aquello, no quería estar con Owen, le asustaba, tenía miedo a lo que podía llegar a hacerle. ¿Acaso estaba pensando en las escaleras? No, no sería capaz, pero tampoco sabía si podía ser capaz de cuidar a su hijo con aquella vida, siempre con miedo a lo que pudiera suceder. A veces deseaba que ese cachorro no naciera, él podía soportarlo solo, no deseaba que su pequeño pase por esto.
 
Pero, mientras tanto, lo mejor que podía hacer era no llevar la contraria a aquel alfa, no sabía lo que sucedería si se negaba.
 
Solo asintió y llevó un poco más de insípida fruta a sus labios. Owen sonrió con satisfacción al lograr persuadir a su pareja de mudarse con él. Sería lo mejor para Jeremy. Sería lo mejor para Owen.
 
¿Lo sería?

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