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Inconsciente por BackAck

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Notas del capitulo:

Ugh... no soy buena poniendo advertencias y no me gusta mucho hacerlo por los spoilers, pero ya qué.


El siguiente capítulo contiene violencia física y psicológica, por favor, leer bajo su propia responsabilidad (?).


Bajo advertencia no hay engaño, I think...

Las manos de Enos apresaron a los débiles brazos de Jeremy, estar demasiado tiempo sin ver la luz del sol ni hacer ejercicios físicos hizo que el chico se debilitara en demasía, haciendo que no pueda resistirse contra el agarre del alfa y solo bastó una sacudida por parte de este para que el omega terminara sobre el suelo.


Enos sonrió de lado y cerró la puerta. Le pareció gracioso ver a ese chico en el suelo, donde debía estar desde que nació siendo omega, se acercó a él y lo tomó de los rubios cabellos para arrastrarlo sobre la madera. Jetemy forcejeaba lo más que su cuerpo podía, pero estaba débil y el cabestrillo del brazo roto ya se le había caído por estar agitándose, sintió desesperación y el dolor punzante en el cuero cabelludo solo le hacía pedir piedad una y otra vez.


—¡Por favor! ¡Por favor deténgase! —gritaba, unas lágrimas se resbalaban en sus mejillas, Enos estiró aún más fuerte el cabello del omega y obligó a este a levantarse del suelo para luego lanzarlo contra una mesa de madera que adornaba la estancia cerca de la pequeña biblioteca.


—Sabrás para qué sirven los omegas como tú —dijo entre dientes, Jeremy observó a ese hombre, parecía que todo rastro de su humanidad había desaparecido, hasta se preguntaba dónde estaba el alfa que había entrado a la habitación hace unos minutos solamente, parecía una bestia. ¿Acaso todos los alfas eran iguales? Convirtiéndose en animales con el simple propósito de marcar superioridad.


—¡No! ¡Por favor no me lastimes! —el rubio intentaba alejarse de él, pero la mesa se lo impedía, su cuero cabelludo ardía mientras que sentía un punzante dolor en la cadera, producto del choque contra la mesa.


—Qué te crees, idiota —la voz del alfa sonó gruesa, Jeremy tembló de miedo y Enos sonrió con amplitud al sentir aquellas feromonas que liberaba con descaro, le encantaba el olor del miedo de ese chico, se acercó a él lentamente mientras que con cada paso el omega sentía que moriría—. Gritándole a un alfa... creyendo que puedes contra mí, eres patético.


Jeremy quiso correr a un lado mientras Enos hablaba, pero eso solo causó que el alfa lo tomara del brazo y lo empujara contra la mesa boca abajo. Con una mano sobre la nuca del omega Enos logró a base de forcejeos que este quedara quieto, se sentía excitado al ver aquel cuello delgado con esa marca que manchaba su inmaculada piel, pegó su cuerpo al de Jeremy y este solo intentó pedir ayuda una vez más cuando sintió la erección del alfa rozarse contra su trasero ¿Realmente lo haría? ¡No! ¡Jeremy no deseaba esto!


—Detente, por favor detente —no tenía más que implorar, sentía un miedo terrible hacia ese alfa que estaba hurgando en sus pantalones. Enos sonrió de lado a lado cuando con su mano recorrió la suave piel de las nalgas del omega, cuando el chico no paraba de gritar usó la mano que sostenía su cuello poniéndola sobre la boca del omega y así evitando tantos gritos.


Enos se sentía feliz al tener a ese chico, sus manos recorrían sobre una piel tan suave que parecía de terciopelo, sus dedos no esperaron demasiado y sin permiso dos de ellos se insertaron en el recto del omega, haciendo que Jeremy pegue un grito que fue contenido por la mano del alfa.


—Oh, solo mira cuán lascivo eres ¿te puedes recordar así el resto de la noche? —Enos sin paciencia alguna empezó a simular embestidas con sus dedos, Jeremy cerró los ojos mientras que gruesas lágrimas se resbalaban por sus mejillas e intentaba guardarse el dolor ¿Por qué nadie lo estaba ayudando? ¿Dónde estaba su alfa? Se sintió sucio y sintió que estaba haciendo algo malo con ese hombre, se sintió peor cuando no evitó que esos dedos le causaran placer.


—Esto es interesante —Enos susurraba en el cuello del omega, sus dedos abriéndose paso a través de la cavidad—. Así que ya no eres virgen, eh —una sonrisa lasciva se mostraba en el rostro del alfa, Jeremy abrió los ojos y frunció el ceño... ¿Qué demonios estaba diciendo?—. Creo que estás algo incómodo, ¿no?


El alfa soltó la boca del omega para que este liberara una gran cantidad de aire y súplicas.


—¡Por favor! ¡Deténgase, me lastima! —al alfa no le interesó esas palabras, quitó los dedos del omega bruscamente y lo levantó de la mesa para hacer que se recostara boca arriba en esta, el tembloroso y débil cuerpo de Jeremy no hizo más que seguir a esas bruscas manos.


Su pantalón desapareció en un instante y el yeso en el brazo izquierdo fue a parar sobre su pecho, intentando no mostrar ese rostro sonrojado que poseía... ¿Por qué demonios sentía placer ante tal acto? Quería vomitar por el asco que sentía, ese alfa sabía dónde tocar y de seguro no había sido el primer omega que acabara así. Se sentía sucio, más porque le gustó que esos dedos se inserten en su piel, la calma fue momentánea hasta que sintió el tibio falo del alfa sobarse entre sus nalgas.


—¡Por favor! No lo haga... —sollozaba, el alfa sonrió de lado a lado para luego observar aquel lloroso y sonrojado rostro que el omega mostraba, tomó ambas piernas del chico y las separó rasgando sus músculos como si fueran papel.


—Pero si ya no eres virgen, no sé de qué te preocupas tanto —el alfa empujó contra la entrada del chico—. Seguro hacías que te follen por dinero ¿verdad?


—¡Aahhg! —Jeremy sintió cómo de una sola vez aquel hombre llenó todo su cuerpo aún no lubricado correctamente, la embestida fue tan dura y tan severa que un hilillo de sangre se deslizó a través de la pierna del alfa, Jeremy estaba sangrando.


—¡JA JA JA JA! —rió el alfa al sentir aquel calido y rojizo líquido deslizarse desde el ano del chico hasta su pierna—. ¡Sí que los omegas son débiles! ¡Y ni siquiera hemos empezado!


—¡Quítalo! ¡Por favor, quítalo! —Jeremy gritaba, ¿acaso en esa casa no había nadie más que lo quisiera ayudar?—. ¡Owen! ¡Owen ayúdame! ¡Alguien ayúdeme! —quizás era su única esperanza, Iván le había dicho que saldría.


—No deberías molestar a tu alfa ahora —dijo burlón, Enos se separó de la cadera del chico levemente para volver con una potente estocada a la cual Jeremy respondió gritando—. Los omegas solo sirven para esto ¿lo comprendes?


Jeremy gritaba y pedía clemencia ante las embestidas bestiales que ese alfa daba contra su cuerpo, abriendo sus entrañas cada vez más y sintiendo que con solo unos segundos más haciendo eso perdería el conocimiento, el alfa lo observó, Jeremy con la boca semiabierta e intentando tomar aire, intentando recuperar fuerzas para que su ya rasgada garganta pueda ayudarlo a pedir ayuda nuevamente... La ayuda jamás vino.


Y cuando sintió por primera vez que un alfa estaba anudando dentro suyo, quiso huir, quiso desaparecer o mejor estar muerto, pero no, ni siquiera pudo huir de esas manos que rodearon su cuello y no pudo huir de esos ojos endemoniados que lo observaban cerca de un orgasmo que estaba llenando la  cavidad de Jeremy.


Fue una suerte que en ese momento haya perdido la consciencia.


 

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