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HILO ROJO por Cafetonight

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Notas del capitulo:

Hola, espero que todos se encuentren bien (aunque este muriendo de calor). Gracias por sus visitas, lo pareció mucho.


Los dejo con el capítulo 3 de Hijo Rojo.

“Tus padres son buenos anfitriones.” La pareja estaba de pie recibiendo a sus invitados.


“Ya lo creo.” Jiyong bostezo con aburrimiento.


“Parece que no te estas divirtiendo.”


“Lo haría, si no tuviera que rechazar peticiones de cortejo cada cinco minutos.”


Hyorin llevo una mano hasta su boca para ocultar su risa.


“No veo lo divertido. Ni siquiera sé que hago aquí.”


“Tal vez es porque te sientes culpable de haber discutido con tu madre.”


“Ahhh”, Jiyong suspiro con molestia. Hyorin tenía razón.


“¿A dónde vas?”


“A tomar un poco de aire, si me quedo aquí voy a explotar.”


Jiyong dejo a su amiga dentro y salió por un poco de aire fresco. El sol aun imponente en el cielo parecía no querer retirarse. Era usual en época verano.


Jiyong no pensó mucho respecto a la ropa que llevaría, así que solo uso un par de pantalones de mezclilla sueltos, de color azul claro y una camiseta a rayas en tonalidades rosa. No era una fiesta de etiqueta.


“Rayos”. La botella de cerveza que había llevado consigo se había terminado. “Supongo que tendré que volver a la cocina”,  Jiyong miro hacia el cielo y respiro profundo antes de regresar.


“¿Qué pasa cariño, te veo desganado?”


“Abuela.” Jiyong la abrazo. Ella estaba en la cocina, verificando que todo esté en orden.


“¿Tu madre te dijo algo?”


“No. Solo estoy cansado.”


“¿De verdad?”, su abuela lo tomo del rostro para verlo mejor.


Jiyong se quedó en silencio, pero su abuela sabía muy bien porque se encontraba así.


“¡Jiyong!. Oh, lo siento, no sabía que estabas ocupado.” Hyorin entro en la cocina muy animada.


“No te preocupes querida, puedes llevarte a Jiyong.” La mujer amablemente les regalo una sonrisa y siguió con su tarea.


“¿Qué sucede?”


“Young Bae, el… está aquí, y quiero que lo conozcas.” Hyorin parecía feliz con las mejillas sonrojadas. Jiyong sabía de la existencia de este beta y lo importante que era para su amiga.


“¿Ustedes están saliendo?”


“No… bueno, sí.” Ambos rieron.


“Ahora tengo más curiosidad por conocerlo.”


“Entonces ven conmigo.”


Hyorin y Young Bae habian comenzó a salir desde hace dos meses, así que técnicamente eran una pareja.


La joven beta sujeto la mano de su amigo y lo traslado hacia el extremo opuesto del jardín. Ahí, Jiyong diviso a dos hombres, uno más alto que el otro.


“Hola chicos.”


“Hola“, saludaron ellos.


“Él es Jiyong, mi amigo del que te hable.”


“Hola Jiyong, encantado de conocerte”, Young Bae amablemente saludo.


“El placer es mío.”


Hyorin y Young Bae se miraron a los ojos por tanto tiempo que Jiyong tuvo que golpear el hombro de su amiga.


“Ah sí. Bueno Jiyong, él es… Seunghyun el amigo de Young Bae.”


Jiyong y Seunghyun se miraron entonces a los ojos por primera vez y todo paso rápido. Como la cinta de una película, rebobinándose automáticamente. El omega no aparto los ojos del hombre joven, aspirando con fuerza el aire a su alrededor, detectando el aroma más cálido y dulce que alguna vez pudo oler en su vida. Su corazón latía tan rápido que parecía que iba a salirse de su pecho; sus piernas temblaban sin parar y lo único que quería era tocar al hombre que acababa de conocer, como si nada más importara en la vida.


Seunghyun fue el primero en apartarse, con los ojos desorbitados y con la mano sobre su nariz, como si algo oliera mal. De inmediato se dio la vuelta y camino de regreso a la casa, tropezando en su camino con las personas. Su madre que lo había visto pasar, corrió para alcanzarlo pero el había huido con tal desesperación que la gente pensó que algo malo había pasado.


Young Bae había salido en su búsqueda, corriendo detrás de él. Gritando su nombre para que  se detuviera. Seunghyun sin embargo no lo hizo, el corrió y corrió hasta que sus piernas no dieron más, entonces Young Bae, con el aire fuera de sus pulmones intento reprocharle su actitud pero se detuvo al verlo.


“Seunghyun que te sacude.”


Seunghyun estaba de rodillas, respirando con dificultad, como si todo el aire hubiese sido extraído de sus pulmones, con los ojos llenos de lágrimas, y la cara enrojecida.


“S-saca-me… de a-qui”. Logro articular.


Young Bae no sabía que estaba mal, “Seunghyun que sucede, ¿te sientes mal?”


“M-mis su-presores, necesi-to mis supresores. Por favor.” Grito con fuerza.


Young Bae no pregunto más y solo ayudo a su amigo. Lo llevo a casa lo más rápido que pudo. Seunghyun intento correr pero no pudo hacerlo, así que, se apoyó sobre las paredes para subir a su habitación, empujando la puerta con fuerza, haciendo que el ruido alertara a Young Bae. Seunghyun busco por los cajones hasta encontrar el frasco de supresores y tomo cuatro de ellos antes de meterlos a su boca.


“¡Estás loco, podrías enfermarte con esa cantidad!”, Young Bae, estaba asustado.


Lo normal, ere tomar solo uno, quizá dos si era necesario, pero cuatro eran una cantidad excesiva.


“¡No lo entiendes!”, Seunghyun sollozo con impotencia, inhalando y exhalando con fuerza, nada parecía calmarlo.


“¿Seunghyun me estas asustando?”


Seunghyun esquivo a su amigo y se metió en el cuarto de baño. El agua fría de la ducha caía en cascada y no lo pensó dos veces antes de adentrarse con la ropa puesta, dejando al líquido recorrer su cuerpo mientras apoyaba su cabeza contra la pared. Era lo peor que había sentido en su vida, la necesidad de marcar y poseer a ese omega sin su consentimiento. Seunghyun había visto muchos de esos casos en sus prácticas universitarias y en su trabajo con otros colegas, y lo detestaba; porque entonces él estaba viviendo algo así, porque si lo odiaba tanto. Él no lo comprendía.


Seunghyun se arrodillo y abrazo sus piernas, llorando como un bebe.


“Seunghyun…” Young Bae observo a su amigo con pena, sin saber que más hacer para ayudarlo.


 


xXx 


 


“¡Jiyong!”, Hyorin no tuvo tiempo de hablar con Young Bae cuando salió detrás de Seunghyun. Por el contrario su atención estaba en Jiyong, quien yacía en el suelo temblando y con lágrimas en los ojos.


“¡¡Ayuda por favor, ¡¡ayuda!!” Hyorin grito con desesperación. La madre y la abuela de Jiyong corrieron en su auxilio.


“¡¡Jiyong!!” Grito su madre con el corazón en la boca, inclinándose para ver qué pasaba con su hijo.


Jiyong la aparto por vergüenza, mirando hacia el suelo sin dejar de temblar.


“Hyorin, ayúdame a llevarlo a su habitación”, La abuela de Jiyong ordeno. La joven parecía confundida pero lo hizo.


“Madre que está sucediendo con mi hijo.”


“Tranquilízate, el estará bien.”


“Pero…”


“El necesita descansar.”


“A-bue-ela.” Jiyong apretó los dientes con fuerza, su cuerpo ardía como el fuego.


“Vamos Hyorin, démonos prisa, no perdamos tiempo.”


La joven y la mujer mayor de inmediato llevaron a Jiyong hasta su habitación y lo metieron al cuarto de baño, cerrando la puerta.


“Busca los supresores de Jiyong y tráelos aquí.”


“Si.” Hyorin rebusco entro los cajones de la cómoda y el armario con prisa, desordenando todo a su paso.


“¡¡Date prisa!!”, Grito la mujer.


Hyorin tropezó con unos zapatos en su búsqueda pero finalmente los encontró. Cuando volvió al cuarto de baño, Jiyong estaba desnudo dentro de la tina de agua.


“Ne-cesi-to.”  Suplico Jiyong con los ojos rojos, aferrándose fuertemente a sus rodillas.


La mujer mayor tomo los supresores y se los dio a Jiyong junto con un vaso de agua.


“El… el… el… el…” Jiyong repetía una y otra vez como una mantra.


“Todo va a estar bien cariño.” Dijo su abuela, besando su frente.


Hyorin veía todo sin comprender, solo cuando Jiyong cerró los ojos, agotado, se animó a preguntar.


“¿Qué fue lo que paso?, ¿Por qué se supo así?”


“Es el destino querida.”


“¿El destino?”


“Jiyong encontró a su alma gemela.”


Hyorin miro a Jiyong y luego a su abuela, “¿Qué?”


“Fue por ese joven.”


Hyorin no tardó mucho en descifrar a quien se refería.


“Seunghyun, el…” La abuela de Jiyong asintió. “Pero… como es que…”


 “Parece que Jiyong no te conto nada.”


“¿Sobre qué?”


“Sobre el hilo rojo. Sobre el destino.”


“Eso es… una leyenda, no existe.”


“El abuelo de Jiyong también pensaba igual, hasta que nos conocimos.”


Hyorin observo a la mujer con la boca abierta y se sentó sin decir nada.


“Ustedes los jóvenes no saben o no quieren creer sobre el hilo rojo, ya que no todos tienen la bendición de nacer con él, pero es real. Es cierto que se da en parejas de alfa y omega, pero creo fervientemente que los betas no son exentos de él. Ya que todos tenemos la capacidad y de amar y de ser amados.”


Hyorin se sintió inmensamente conmovida antes sus palabras, “Tal vez Young Bae sea mi hilo rojo.” Pensó.


“¿Jiyong lo sabe?, quiero decir sobre su pareja destinada.” Pregunto la joven.


“Creo que no. El siempre creyó que ese tipo de cosas no le pasarían a él.”


Hyorin miro a su amigo completamente dormido sobre la cama.


“Ese muchacho, ¿es amigo tuyo?”


“¿Seunghyun?. No, bueno, es amigo de mi novio.” Dijo tímidamente.


“¿Qué sabes de él?”


“Se muy poco, es la primera vez que lo veo, pero Young Bae siempre habla de él. Es abogado.”


“Abogado.”


“Si.”


“Espero que este bien.” La mujer mayor acaricio el cabello de su nieto.


“Puedes quedarte y cuidarlo un momento, necesito hablar con mi hija.”


“Por supuesto.”


“Si Jiyong despierta no lo dejes salir.”


“S-sí.”


La mujer dio una última mirada y salió.


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