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Amores Que Pasan El Tiempo por Hibari Ai

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Ante tal situación Iemitsu supo que no debía actuar de manera imprudente, sino, de una manera seria.

 

—Nana, ve con Natsu que es quien está más alterado— dijo mientras caminaba hacia ellos—. Yo me quedo con Tsuna— Nana, sorprendida de que su marido estaba ahí sólo pudo asentir lentamente para ir a tratar de calmar  a su hijo menor, dejando a su hijo mayor con su padre.

 

Iemitsu no sabía cómo calmar a su hijo ya que nunca se había topado con este tipo de situación. Nana era la que era buena en estas cosas, pero ahora mismo ella estaba ocupada con su hijo menor así que a él le tocaba calmar a Tsuna.

 

—Tsuna…— Al escuchar su nombre, no supo quién rayos lo llamaba ya que fue la primera vez que escuchó semejante voz, así que posó su mirada hacia donde se encontraba la voz para encontrar a un hombre y, no pudo evitar poner una cara entre asustada-sorprendida-confusa y preguntó:

 

— ¿Quién… es usted?— con lágrimas cayendo por sus pómulos, consecuencia de la reciente pelea con su hermano menor.

 

—“Es normal que no me recuerde”— pensó Iemitsu al ver a su niño—. Ha pasado tanto tiempo…— Tsuna, ¿Sabes quién es esa persona que está siempre contigo, te apoya, te da cariño, te cuida, te regaña cuando debe hacerlo pero sin herirte, entre otras cosas?

 

—Sí… Mamma— respondió con más lágrimas en sus ojitos, pero aun así atento a sus palabras.

 

—Tienes razón, pero… ¿No crees que debe de haber alguien más?— Ante tales palabras Tsuna sólo pudo aumentar su llanto al darse cuenta de a dónde quería llegar el hombre desconocido frente a él, siempre veía cómo a sus demás compañeros los iban a buscar sus padres mientras que a él y a su hermano solamente su madre, y no es como si no le gustara pero… Siempre se preguntó el porqué.

 

—Sí… Pappa… pero, Tsu-kun no tiene Pappa— Iemitsu casi rompe a llorar al escuchar a su hijo decir tales cosas, así que simplemente dijo:

 

—Ese soy yo, Tsuna… Yo… soy tu padre—Tsuna al escuchar esas palabras no pudo contenerse y se abalanzó a los brazos de su padre gritando:

 

—¡¡¡Pappaaaaaa!!!

 

Era una escena conmovedora, sólo piénsenlo… Un niño, que nunca había visto a su padre porque cuando este lo visitó era muy pequeño como para acordarse de su rostro, un hombre, que después de tantos años al fin pudo obtener un descanso de su trabajo para visitar a su familia, simplemente hermoso…

 

Pero, no todo era de dulces, flores y corazones, puesto que aquel niño estaba destrozado sentimentalmente y aquel hombre no sabía qué hacer para aliviar un poco ese dolor, así que… sólo siguió su instinto, esperaba que no le fallara.

 

—Ya, ya… Todo estará bien, mi hermoso atún— Consoló—.Tu grandioso Pappa está aquí.

 

Tsuna, pasando por alto el pequeño apodo, se acomodó mejor en los brazos de su padre, luego cuando vio a su madre entrar a la cocina con cara de alivio se soltó del agarre de su padre, se abalanzó sobre su madre y preguntó:

 

Mamma! Mamma! ¿Na-chan sigue molesto conmigo?— con sus ojos rojos de tanto llorar.

 

—Tsu-kun… Na-chan ya se calmó, ahora mismo está dormido. ¿Por qué no vas tú también a descansar? Pappa y Mamma tenemos algo que hablar.

 

Tsuna, algo confundido y triste por no saber si su hermano sigue enojado con él, acata la orden de su madre y se va a su habitación a descansar, mientras Iemitsu y Nana se quedan para hablar de lo sucedido.

 

— ¡Cariño!—Dice Nana abalanzándose sobre su marido con lágrimas en sus ojos—. ¡Lo siento mucho! ¡No sé cómo llegó a pasar todo esto! ¡A penas has llegado y mira lo que acabas de presenciar! ¡Soy una mala madre!

 

Iemitsu solamente la abrazó y dejó que se desahogase en él porque era eso lo que ella necesitaba… Al rato se quedó dormida. Iemitsu sólo podía limpiar las lágrimas que salían de sus ojos y recorrían sus pómulos para luego llevarla a su habitación, ya hablarían más tarde de lo sucedido.

 

—   A la mañana siguiente

 

En la sala estaban los benefactores de la familia Sawada hablando de lo sucedido.

 

—Entonces, ¿Eso fue lo que pasó?— Preguntó Iemitsu, luego de escuchar la explicación de Nana sobre lo sucedido.

 

—Sí… En realidad, no sé qué hacer ya que ellos nunca habían discutido así, mejor dicho, ellos nunca habían discutido, siempre se han llevado tan bien y ahora…— Nana no sabía qué pensar, se sentía impotente por no poder hacer nada por sus hijos.

 

Iemitsu se quedó pensando un momento antes de responder.

 

—Me quedaré una semana aquí en Japón. Si no podemos resolver este problema durante ese periodo de tiempo, tendremos que tomar medidas drásticas— Al escuchar esas palabras Nana no pudo evitar sentir que algo se acercaba y ese algo no le terminaba de agradar a pesar de que no sabía qué era. Sólo le quedaba estar preparada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero y les haya gustado! Gracias por leer! 


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