Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amores Que Pasan El Tiempo por Hibari Ai

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

La semana para el pequeño Tsuna había sido horrible. Su hermano menor lo ignoraba, no le dirigía la mirada, la palabra, cada vez que entraba a una habitación Natsu se iba… En pocas palabras, no quería saber de él y esto a nuestro pequeño Atún le dolía desde lo más recóndito de su ser, tanto como para llorar todas y cada una de las noches en su almohada para amanecer con sus ojitos rojos y grandes ojeras por no haber dormido bien.

 

¡Esto no podía seguir así!

 

¡Tsuna quería volver a jugar con su hermano como antes!

 

Pero hubo una situación que dejó a Tsuna marcado… Desde ese momento supo que Natsu no lo perdonaría ¿De por vida? Nadie sabe… Sólo el tiempo sabía lo que le deparaba a estos gemelos. (Y nosotras claro está, no se olviden que son dos personas que están escribiendo este Fic)

 

Flashback

 

Al tercer día de la llegada de Iemitsu, a los gemelos se les había comprado un hermoso columpio para que así pudieran jugar como antes y calmar la tensión que había entre ellos.

 

 Iemitsu y Nana habían comprado un solo columpio para que cuando uno de ellos se subiera el otro tuviera que empujarlo, ellos pensaban que con un juguete de por medio los gemelos se reconciliarían… (¿Ustedes qué piensan?)

 

— ¡Miren Tsu-kun, Na-chan! Su padre y yo les hemos comprado este columpio, pueden jugar juntos aquí como lo hacían antes en el parque que está a unas cuadras— Decía emocionada la madre mientras volteaba a ver la reacción de sus retoños, Tsuna se mostraba interesado en el columpio mientras que Natsu veía todo desde el otro extremo del patio, esto desanimó un poco a Nana pero lo dejó pasar ya que en verdad quería ver la reconciliación de sus hijos, estaba segura de que el columpio lo arreglaría todo, ya que ellos siempre se divertían mucho con él cuando iban al parque.

 

—Mamma, Pappa… —Decía Tsuna acercándose lentamente a ellos— ¿En verdad creen que Na-chan quiera jugar conmigo?— Preguntó esperanzado, ilusionado, anhelando la cercanía y el cariño de su hermano otra vez.

 

— ¡Por supuesto que sí mi pequeño! — Dijo su padre mientras se agachaba para estar a su nivel — Tu hermano sólo está un poco molesto, estoy seguro de que si vas donde está y le preguntas el vendrá a jugar contigo como siempre— Decía mientras veía como su hijo mayor asentía y se iba corriendo a preguntarle al menor. —O eso espero — Susurró Iemitsu mientras se acercaba junto a Nana para oír la conversación entre sus hijos.

 

Cuando Tsuna llegó donde estaba Natsu este sólo pudo fulminarlo con la mirada, esto lo hizo dudar y reconsiderar su propuesta pero recordando las palabras de su padre se dio valor él mismo.

 

—Na-chan… — Comenzó — Mamma y Pappa compraron un columpio… — Natsu sólo lo miraba sin decir una sola palabra, esto entristecía a Tsuna pero tenía que preguntárselo, ya había ido donde él después de todo. ¡No podía acobardarse ahora! — ¿Quieres… Te gustaría… jugar conmigo? 

 

Natsu no podía creer lo que estaba escuchando, su hermano, no, esa persona delante de él ¿le estaba pidiendo semejante cosa? ¿Jugar? ¿Con él? ¡Cómo se atrevía! Él se había comido su pastel, su preciado pastel, no iba a perdonarle eso. Él no iba a jugar con ningún come-pasteles, sobre su cadáver. ¡Sobre su putrefacto cadáver!

 

— ¿¡Cómo te atreves a siquiera pensar en semejante cosa!?— Gritó Natsu— ¡No pienso perdonarte el que tocaras MI pastel! ¡No pienso perdonarte el que te comieras MI pastel! ¡No pienso perdonarte el que no me dejaras de MI pastel! ¡Y por supuesto que no voy a jugar contigo! ¡Te comiste MI pastel! ¡No me importa lo que digan Mamma y Pappa, no jugaré contigo ni ahora ni nunca! ¡Ni siquiera sé por qué estoy hablando contigo ahora, después de todo, yo no hablo con come-pasteles!—

 

Tsuna sólo se quedaba ahí, parado, estático, escuchando las hirientes palabras que su hermano le estaba dirigiendo, lo sabía, él lo sabía, su hermano todavía estaba enojado con él pero… No sabía que a esta magnitud.

 

Así que simplemente se quedó ahí, escuchando.

 

Ya cuando Natsu terminó todo lo que hizo fue darse vuelta e irse a dentro de la casa, sin importarle en lo más mínimo lo que Tsuna sintiera en esos instantes.

 

Iemitsu y Nana estaban en shock, no pensaron, en ningún momento que su hijo menor pudiera reaccionar de forma tan violenta, fue algo tan… Ni siquiera ellos sabían qué sentir en esos momentos, además de la más grande desconcertación… Pero eso no importaba en esos momentos, después de todo había que consolar al mayor e ir a reñir el menor así que dejaron sus sentimientos de lado para ir donde sus hijos.

 

Como la última vez, Nana se fue con Natsu e Iemitsu se quedó con Tsuna… Mientras Iemitsu llegaba donde Tsuna para cargarlo, consolarlo y decirle palabras tranquilizadoras, Tsuna se daba cuenta… Su hermano no lo iba a perdonar, no ahora, no después… Su hermano simplemente no lo iba a perdonar… Nunca…

 

Flashback Ends

 

Sentados en la sala de la casa de la familia Sawada estaban los benefactores y su hijo mayor, dialogando sobre la situación que les afectaba, no sólo a ellos sino también a los pequeños. Era el último día de la estancia de Iemitsu en Japón, ¡tenían que arreglar esta situación ya! Sino, sería casi imposible para Nana hacerlo ella sola.

 

— ¡Cariño! ¡Esto está cada vez peor!— Exclamó Nana— ¡Na-chan ignora completamente a Tsu-kun! ¡Esto está destrozando a Tsu-kun!

 

—Nana, tranquila, todo estará bien— Ni Iemitsu se creía lo que estaba diciendo, sabía que si se quedaban juntos las cosas podrían empeorar más de lo que ya estaban, y eso ya era decir mucho.

 

— ¡No es cierto Iemitsu!— Gritó Nana, al no poder soportarlo más— ¡Los niños ya no se tratan como antes! ¿No has visto cómo ha estado Tsu-kun desde lo del columpio? ¡Deprimido le queda pequeño! ¿Has visto la sonrisa de Na-chan en todo este tiempo, no verdad? ¡Es porque no lo ha hecho! ¡Ya no está la misma armonía! ¡Ni siquiera pueden estar en la misma habitación! ¡Yo… Esto es… Ya no sé qué hacer!— Nana estaba frustrada, no podía creer que esto estuviera pasando, no a ella, no a su marido, no a sus hijos, no a su familia, sentía… Sentía que había fracasado como madre.

 

Mientras que el pequeño Tsuna tampoco sabía qué hacer, le había pedido perdón a su hermano tantas veces que hasta se le olvidaron, había tratado de hacer un nuevo pastel para su hermano junto a su madre para que lo perdonara pero, no salió como lo esperaban, el pastel, al estar la mayoría hecho por Tsuna se quemó (y cabe decir que eso no es comestible) al veintisieteavo intento dejaron de intentarlo.

 

Iemitsu se quedó pensando en las opciones que tenía, la situación requería que él pensara en todas las posibilidades de reparar esto, él se iba dentro de día y medio y no podía dejarle a su querida esposa los problemas de sus hijos, no debía… Fue cuando se le ocurrió, era muy probable que a Nana no le agradase la idea pero era la única opción que tenían, si es que se le podía considerar así.

 

—Nana… —Comenzó, no sabía cómo decirlo… Las palabras simplemente no salían de su boca, en realidad no quería decirlo pero… Era lo único que les quedaba… — Si los niños se quedan juntos nunca arreglarán su relación, Natsu es muy terco como para aceptar la disculpa y Tsuna demasiado suave como para imponerse… Es por eso que he llegado a una decisión… — En este punto de la explicación tanto Nana como Tsuna le estaban poniendo atención a Iemitsu, esto lo ponía algo nervioso… Era tan difícil… Las palabras estaban atascadas en su garganta— Sabes que me voy dentro de poco, yo… creo que lo mejor sería llevarme a Tsuna conmigo a Italia, sólo hasta que Natsu se calme lo suficiente como para perdonarlo, es la mejor opción a la que he llegado Nana y tú lo sabes tan bien como yo, ellos no se arreglaran si están juntos— Terminó diciendo de forma seria, debía hacerle entender a Nana que era la mejor opción, o mejor dicho… La única.

 

Nana lo sabía, ella sabía, que esto se iba a poner cada vez peor y las palabras que Iemitsu acababa de pronunciar sólo se lo confirmaron. Ella no quería dejar ir a uno de sus pequeños, en serio que no quería pero… También sabía que debía hacerlo, pero…

 

Era inevitable, al menos si quería que la relación que tenían sus hijos antes volviera, tenía que dejarlo ir, era por su bien, pero… era tan difícil…

 

Iemitsu veía la lucha que Nana estaba teniendo en sus ojos, sus emociones cambiaban y pasaban tan rápidamente por sus ojos que tenía que desviar la mirada para no arrepentirse y retractarse de lo que había dicho. Era algo que tenía que hacerse, les gustase o no.

 

—Prométemelo Iemitsu, prométemelo… Que cuidaras a Tsu-kun, prométemelo— Nana estaba al borde de las lágrimas.

 

—Lo prometo— Dijo— Yo, Iemitsu Sawada, prometo cuidar, proteger, ayudar y darle cariño a Tsunayoshi Sawada, mi hijo, mi atún, nuestro bebé. Lo prometo Nana, Tsuna estará bien conmigo, sólo confía en mí, ¿sí?

 

Nana lo hacía, ella confiaba, era sólo que… No quería que su retoño se fuera, sabía que si decía algo rompería en llanto y esto se les haría más difícil a ambos, así que simplemente asintió.

 

Y Tsuna… Tsuna sólo quería reconciliarse con su hermano, desde lo del columpio sintió como algo se rompió dentro de él y al menos que su hermano lo perdonara sabía que no se arreglaría… No ahora, no después… Nunca… Después de todo, lo que se había roto era la relación que estos llevaban… ¿Por siempre? Nadie sabe…

 

Con la decisión ya tomada Nana se dispuso a hacer las maletas de su hijo, algo le decía que no lo vería durante mucho, mucho tiempo, Iemitsu sólo podía pensar en cómo le diría esto a su jefe y en si la decisión que tomó fue la correcta y Tsuna… Tsuna sólo fue a su habitación a dormir un poco, quería pensar que todo esto como un sueño quizás, y sólo quizás, cuando despertara vería la sonrisa de su hermano animándolo a jugar con él como antes.

 

Pero, Tsuna estaba tan cansado que durmió todo lo que quedaba de ese día y parte del siguiente así que cuando Iemitsu entró a su habitación no le quedó de otra que llevárselo cargado, Natsu no acostumbraba a levantarse temprano así que no había de qué preocuparse por él, Nana todavía estaba durmiendo, el día anterior la había dejado agotada con tantas emociones así que el patriarca de la familia decidió que esta era la mejor opción.

 

Y así, se fueron en la madrugada del día siguiente, a Italia, donde comenzarían su nueva vida, dejando atrás a su familia con sólo una carta explicando el porqué de su silenciosa partida.

 

Nana, querida, sé que todo esto es muy difícil para ti así que he decidido llevarme a Tsuna temprano en la mañana para así evitarte el sufrimiento de la despedida… Lo siento mucho…

 

Con amor, Iemitsu.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Aquí está!! Creo que no se los habíamos mencionado, pero somos 2 personas quienes escriben este Fic 😅 pero en fin, disfruten!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).