Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amores Que Pasan El Tiempo por Hibari Ai

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

—Mientras tanto en Japón—

 

Se levantó sobresaltada, no sabía por qué, miró el reloj que estaba en su mesita de noche… Era temprano en la mañana, no acostumbraba a levantarse a tales horas, todavía le quedaban algunas horas más antes de que alguno de sus hijos se despertara… Le pareció extraño, pero, al no poder volver a dormir decidió levantarse y fue cuando se dio cuenta… Su marido no estaba junto a ella, al principio se alarmó, pero pudiera ser que estuviera en la cocina preparando el desayuno (Sí, Iemitsu sabe cocinar)  o algún café, o en el baño alistándose para salir a algún lugar, pero su instinto de madre le decía que ese no era el caso.

 

En la habitación era obvio que no estaba, así que fue al baño a revisar si estaba ahí, pero no… No estaba… No quería bajar a la cocina, temía encontrar algo que no le gustase… Así que fue hacia la habitación de su hijo mayor, no sabía por qué se dirigía hacia allá…  Sólo… Sentía que debía hacerlo.

 

Estrelló la puerta del cuarto de su hijo mayor y, al dar una revisada rápida se dio cuenta…

 

¡No podía ser cierto!

 

Iemitsu se había ido…

 

Con su hijo de por medio…

 

Esto era… Inaudito…

 

A causa de todo el ruido que Nana ocasionó, Natsu, algo desconcertado se despertó y preguntó:

 

Mamma… ¿Qué es todo ese ruido?— Frotándose uno de sus ojitos.

 

Nana, tragándose lo que en estos momentos sentía y quería hacer respondió con una sonrisa forzada:

 

—Na-chan ¿Sabías que tu padre partiría hoy?— Al ver su asentimiento prosiguió— Me he despertado y me he dado cuenta de que no está.

 

Pappa… ¿Ya no está?— Preguntó Natsu con los ojos llorosos — ¿Por qué se fue? ¿Por qué no se despidió de mí? ¿Ya no me quiere?

 

— ¡Oh cariño!— Comenzó a responder a las diversas preguntas de su hijo— No, ya no está, sólo estaría con nosotros una semana y por supuesto que te quiere, es sólo que no tuvo tiempo de hacerlo— Decía mientras cogía en sus brazos a Natsu.

 

Nana al estar de espaldas a la habitación de Tsuna no notó cuando Natsu dirigió su mirada hacia allí. Al posar su mirada allí se percató de que aquel sujetito que se comió su pastel no estaba y decidió preguntarle a su madre.

 

Mamma… ¿Dónde está “el-sujeto-aquel-kun”?

 

— ¿El-sujeto-aquel-kun?— Preguntó Nana sin saber de quién su hijo menor estaba hablando.

 

—Sí, el-sujeto-aquel-kun que duerme en esa habitación— Dijo señalando la vacía alcoba de el-sujeto-aquel-kun. Fue cuando cayó en cuenta.

 

— ¡Aahh! Hablas de Tsu-kun…

 

—Sí, él— Dijo con algo de fastidio al escuchar ese nombre— No es que me interese, pero… ¿Dónde está?

 

(¡Excúsenlo! El orgullo por encima de todo)

 

Con una gotita bajándole la sien respondió— Verás Na-chan…— No sabía cómo explicarle a su hijo, tenía miedo de cómo reaccionaría. Si reaccionó tan mal por un simple pedazo de pastel ¿Cómo lo haría al enterarse de que su hermano se había marchado con su padre a Italia? Sólo había una forma de averiguarlo— Tu padre y yo estuvimos conversando y tomamos la decisión de que lo mejor sería que Tsu-kun se fuera con él— ¡Ya! Lo había dicho, ahora sólo faltaba esperar cómo lo tomaría su hijo menor.

 

Ahora mismo la cabeza de Natsu era algo así…

Obteniendo información…

Información recibida…

Analizando información…

Información analizada…

Reac…—“Ha habido un error en el sistema”—

 

— ¿¡Qué él hizo que!?— En este momento todo el sueño que alguna vez sintió Natsu se esfumó para dar paso a la furia e indignación— ¿En qué estaban pensando al hacer algo así? ¡El fue quién se comió MI pastel! ¿Cómo pudieron recompensarlo de esa forma cuando fue él quien se comió MI pastel? ¿Por qué no me llevó a mí con él? ¡Casi  nunca lo veo! Lo… extraño… mu…cho…— Natsu no pudo evitar llorar. ¡No era justo! ¡Él no había hecho nada malo! Él… sólo quería pasar tiempo con su padre… ¿Por qué se había llevado a el-sujeto-aquel-kun?

 

¡No era justo!

 

¡No era justo!

 

¡No era justo!

 

— ¡Natsuyoshi Sawada! ¿Cómo puedes estar diciendo todas esas cosas?—decía una enojada Nana mientras bajaba a su hijo menor de sus brazos— ¿Es que en verdad no te diste cuenta de todo lo que Tsu-kun sufrió con tu frialdad hacia él? ¡Tsu-kun lloraba cada noche! ¡Tenía unas ojeras terribles! ¡Casi no comía!

 

Natsu al escuchar lo que decía su madre casi se ponía a llorar, no por lo que le pasó a Tsuna, sino por el tono que usó con él. Nunca en su corta vida le habían gritado de esa manera, tan fuerte, tan enojada, tan firme… Así no le gustaba que le hablara, esa no era su madre, su adorable madre, todo era culpa de él, de ese sujeto come pasteles, del sujeto-aquel-kun.

 

—Natsu… no tiene… no tuvo la culpa…—rompió a llorar— ¡¡¡¡Quiero a mi padre devuelta!!!!

 

 —¡¡Mi Na-chan!!— Dijo con remordimiento por haber hecho llorar a su hijo con sus duras palabras—¡¡Lo siento tanto mi bebé!! No fue mi intención hacerte llorar, pero no debiste haber hablado así de tu hermano mayor, Na-chan. Sé muy bien que en este momento no te llevas bien con tu hermano, pero debes respetarlo, así que me gustaría que no vuelvas a hablar así sobre él, ¿entendido?— Natsu viendo que no podía ganar esa batalla verbal, sólo se limitó a asentir.

 

Habiendo dejado eso claro y viendo que ninguno de los dos volvería a dormir, bajaron a preparar el desayuno.

 

— ¿Qué quieres desayunar, Na-chan?— preguntó inocentemente, como si nada hubiera pasado.

 

—¡¡Panqueques!!—Exclamó felizmente Natsu sentándose en la mesa de la cocina—Mamma, hay un papel blanco aquí arriba—dijo mientras lo señalaba.

 

— ¡Ara! No me había fijado—se sorprendió Nana mientras se dirigía hacia la carta que había allí—. Vamos a ver…

 

Al leer la carta muchas emociones pasaban por los ojos de Nana, pero al final predominó el cariño y el amor hacia su marido ya que este siempre estaba pensando en su bienestar y en el de sus hijos.

 

— ¿Qué dice, Mamma?—Preguntó curioso Natsu al ver que su madre estaba leyendo la carta.

 

Nana con una sonrisa algo nostálgica respondió: — Al parecer… Esos dos no vendrán en mucho tiempo.

 

Y así, al saber que su marido y su hijo estaban bien siguió su día normal. Con un  pesar en su corazón ya que no los vería por un tiempo, pero… Era necesario…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).