Cuando lo encontró la primera vez, asquerosamente drogado y borracho en aquel antro, no supo como reaccionar ni que hacer, solo recordaba haberse quedado observándolo en silencio parado en medio de ese estrecho y oscuro pasillo, con un nudo en el estómago, el cual solo aumentó al verlo pasar a su lado, con la mirada desenfocada y una sonrisa torcida que nunca imaginó verle.
Por algunos momentos pensó que él lo había visto y reconocido, pero luego lo descartó, supuso en su estúpida egolatría que de haber sido así, aquel se habría avergonzado y huido.
Ese día, Sasuke descubrió, para su amargura, que siendo sinceros no sabía nada de aquel al que uno vez llamó amigo, que la imagen que este proyectaba ante su familia, supuestos amigos y profesores, solo era una ilusión tan bien creada que nadie siquiera hubiera osado ponerla en duda.
Para su molestia y dolor, aunque nunca lo expresara, esa escena se repitió todo ese verano, en uno u otro lugar, sumado a mujeres u hombres con los cuales el rubio desaparecía durante la madrugada. Nunca supo a donde. No quiso seguirlo. Aunque lo negara, le aterraba descubrir más, darse de bruces con la vida que realmente llevaba el ojiazul y terminaba regresando a su casa con una tristeza que jamás imaginó sentir, sin saber que hacer ni como actuar, reconociendo que a pesar de ser un Uchiha, se sentía inútil ante lo descubierto.
Y también culpable.
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Aceleró sus pasos a través del campus, necesitaba encontrarlo y enfrentarlo, hacerle ver su estupidez y hacerlo reaccionar.
No sabía porque sentía esa imperiosa necesidad de demostrar que podía salvarlo, quizás era su conciencia que le restregaba el haberlo alejado después de ese día en el cual todo cambio para ellos.
Solo recordar lo tonto que fue le causaba tanta molestia como el haber estado todo el verano sin ser capaz de hablarle, al final sentirse débil e incapaz de enfrentar ciertas situaciones solo le generaban una inseguridad que lo molestaba profundamente, la cual nunca dejaba traslucir y nadie conocía… bueno, a excepción de él.
De pronto paró en seco al verlo sentado en una banca junto a dos muchachas que le coqueteaban sin pudor, un torbellino de sensaciones lo invadieron, predominando la ansiedad ya que hacia demasiado tiempo no se dirigían la palabra, a excepción de un escueto saludo cuando era inevitable.
Seis meses para ser exactos.
Lo observó detenidamente unos momentos, recorriendo desde el ocre de sus cabellos, aquellas curiosas marcas en sus mejillas que se acentuaban aun más cuando sonreía como en esos momentos, hasta la ropa casual que vestía y que le otorgaba un aire despreocupado y rebelde pero no por eso menos atractivo.
Notó el cigarrillo consumiéndose en una de sus manos y no pudo evitar preguntarse desde cuando el rubio fumaba “otra cosa más que desconocía de ti” pensó con desazón.
Por unos momentos pensó en dar marcha atrás pero rápidamente deshechó la idea, él era un Uchiha y como tal, jamás se retractaba por lo que tomando aire se acercó hasta el risueño trío, molestándose en el proceso al darse cuenta que nadie se había percatado de su presencia por lo que, luego de algunos minutos, llamó a quien buscaba - Naruto –
El aludido clavó sus azules ojos en quien le hablaba y torciendo la boca en un extraño gesto a manera de sonrisa lo saludó – Uchiha… ¿A que debo el honor de tu presencia?-
Sasuke frunció el seño al escuchar su apellido con cierto deje de desprecio, y sin poderlo evitar respondió seco – Quiero hablar contigo – para dirigir su mirada a las féminas y agregar – a solas –
Las muchachas al escucharlo solo rieron divertidas, habían escuchado del moreno y su particular personalidad, así que no les asombraba ni importaba, ellas estaban ahí por otra razón ya cumplida.
La morena recogiendo sus cosas se dirigió al de piel canela y le canturreó seductora – Bueno Naru, nos vemos en la noche, lo pasaremos muy bien te lo aseguro - besándolo sonoramente en la mejilla al igual que su compañera, para después alejarse contoneando sus caderas mientras el rubio les silbaba divertido.
Pasaron algunos minutos en que el silencio reinó entre ambos muchachos.
Naruto encendió otro cigarro y aburrido que el ojinegro no hablara se levantó mientras le decía con voz rasposa – Y, vas a decirme que quieres? No tengo todo el día para esperar que te dignes a hablar – y al no escuchar nada del otro sonrió sin ganas mientras tomaba su mochila – bien, entonces me voy – para comenzar a alejarse.
- !Se de tu problema! – exclamó Sasuke de improviso, sonando más angustiado que molesto o serio como hubiese querido y armándose de valor al ver que el rubio se detenía y se giraba a verlo – Durante el verano… yo te encontré en… varios antros y… - tragó saliva, esto le estaba costando más de lo que creía – quiero ayudarte, se que puedes rehabilitarte y ...- deteniéndose abruptamente al escuchar la sonora carcajada que brotó de la garganta ajena – de que te ríes? – preguntó molesto ante la reacción del otro.
El rubio girándose por completo miró al otro chico con una frialdad e indiferencia casi palpables – ¿Problema? Que problema se supone tengo para que el perfecto Sasuke Uchiha me ofrezca su ayuda?-.
El ojinegro intentando obviar el tono sarcástico al escuchar pronunciar su nombre respondió – No puedes negarlo, te vi muchas veces drogándote y bebiendo y… - cerró los ojos unos segundos – no se como llegaste a eso, quizás alguien te indujo… tampoco importa, pero hay formas de tratarse y…-
- !Oh ya cállate! – exclamó el rubio con molestia dando un par de zancadas hasta el Uchiha logrando que este retrocediera un par de pasos – No creo tu supuesta preocupación, porque si tanto te importó verme haciendo eso que dices, ¿porque no te acercaste a hablarme durante el verano, cuando solo te quedabas viendo con cara de espanto? – soltó una risa burlona al ver al pelinegro que lo miraba asombrado – No me digas que creíste nunca te vi, Ay, siempre tan cándidamente ingenuo Sasu, aunque intentes demostrar que eres duro y frio o que te las sabes todas, eso no es así – se burló para agregar - fueron tantas veces que si bien al principio me dio curiosidad, con el paso de los días y tu raro comportamiento, dejó de importarme tu presencia, lo estaba pasando demasiado bien para preocuparme por nadie y lo cierto es que tú – aspiró el cilindro entre sus dedos antes de agregar - nunca has sido alguien que se preocupe de alguien que no seas tú o tu familia… y de esta última, tampoco estoy tan seguro-.
- Está mal lo que haces – susurró el ojinegro dolido por lo que escuchaba, por el concepto que el rubio tenía de él, sabiéndose demasiado lejos como nunca imaginó estarlo.
- ¿Por qué mal si yo lo paso tan bien? – refutó Naruto – no te imaginas las sensaciones que se logran… hasta donde puedes llegar -.
- Te estas haciendo daño, ¡esas cosas te mataran estúpido dobe! – habló más fuerte Sasuke.
El rubio lo miró con detenimiento un momento antes de decirle serio – ¿y a ti que te importa si me hago daño o no? ¿Desde cuando he sido alguien realmente importante para ti? -.
Sasuke tragó saliva, esa conversación estaba tomando un rumbo que no quería, porque le restregaba su inmadurez e incapacidad de manejar sentimientos y afectos, pero él solo se había metido en eso y no daría marcha atrás – me importas…- dijo bajito y con algo de dificultad - eras… eres un gran amigo y además por tu familia que no se sentiría feliz de saber…- se calló de golpe al escuchar como el rubio frente suyo se reía estruendosamente. Apretando los puños con ira le gritó – ¡¡deja de reírte!! Esto no es gracioso!!-.
- Claro que es gracioso Uchiha- respondió el ojiazul aun entre risas para luego ponerse demasiado serio – primero que nada nosotros no somos amigos, dejamos de serlo hace meses cuando saliste arrancando luego que te dijera me gustabas, como si te hubiese lanzado una maldición y lo único que te dije fueron mis sentimientos, aunque quizás nunca lo fuimos… era yo quien te buscaba, tú solo demostrabas cada vez que podías cuanto te molestaba mi presencia… -.
El pelinegro tragó saliva nervioso ante esas palabras, porque eran ciertas y adem´s porque aun le afectaba recordar esa declaración y no sabia bien porque, sumado a lo que le decía el rubio, solo aumentaba su malestar por lo cual ignorando esas sensaciones, obstinado lo interrumpió – No vine a hablar de eso, solo quiero asumas que estás mal y que debes buscar ayuda – asustándose al ver la ira en los ojos contrarios – Naruto, escúchame -.
-Yo no necesito ayuda de nadie, menos tuya señor perfección – lo interrumpió el de piel dorada a la vez que tiraba el cigarrillo al suelo pisándolo con fuerza – Estoy muy bien así, no necesito fingir algo que no soy, como lo haces tu Sasuke que vives pendiente de cumplir las expectativas de tu perfecta familia para seguir tu “perfecta” vida – de improviso lo agarró de la camisa acercándolo peligrosamente a su rostro, notando cada detalle de aquel blanco rostro que lamentablemente aun le gustaba, por lo mismo lo zamarreo con rabia mientras continuaba diciendo - Mi vida en cambio siempre ha sido un asco, desde la muerte de mis padres hasta el viejo alcohólico de tutor que tengo… pasando por mi supuesto mejor amigo que se aterró y alejó al saber que otro hombre estaba interesado en él – lo soltó con brusquedad casi tirándolo al suelo, mirándolo de tal manera que un esclofrío recorrió la espalda del otro.
Sasuke apretó los puños ofuscado - ¿Me estas haciendo responsable de lo que haces, de que estás echando a perder tu vida? no seas inmaduro, idiota -
- Jajajaja, no te equivoques Uchiha y escucha lo que te dicen por una vez en la vida, yo no odio mi vida, ni nada de lo que me tocó vivir, no soy un hipócrita como tú que solo busca que lo adulen y admiren, que crean no se equivoca y que no quiere salir de los canones establecidos por su papi – observó con extraña indiferencia al más bajo que continuaba arreglandose la ropa y le advirtió – quiero que te quede claro algo, porque no te lo volveré a repetir, si comencé a experimentar con esas sustancias que te asustan tanto no es por nada de lo que dije, menos aun por ti, no te creas tan importante , simplemente quise probarlas y no me arrepiento, me han abierto todo un mundo que no tienes idea niñito – y guiñándole un ojo mientras sonreía ladino, recogió su bolso decidido a irse – cada día las palabras de Gaara tienen más sentido… amigo, hay que aprender a volar de este mundo vulgar, y eso es lo que estoy haciendo a mi manera- para alejarse del moreno al tiempo que encendía otro cigarrillo.
- No hemos terminado de hablar ¡dobe! – habló fuerte el pelinegro, para solo observar como el rubio le hacia un gesto con la mano sin siquiera detenerse.
Sasuke en silencio lo vio alejarse mientras su cabeza era un remolino de pensamientos y sensaciones.
No podía dejar de pensar en el rostro del rubio al que tuvo tan cerca, y a la vez tan lejos. Al que extrañamente había deseado tocar. En aquellos azules ojos que de cerca mostraban oscuras ojeras y cuyo brillo sincero parecía un recuerdo lejano.
Y eso le causó un inquietante sensación en el pecho que no le gustó. Esa que lo acompañaba insistente desde hace meses.
Sacudió su cabeza molesto ante tales pensamientos, no quería siquiera analizarlos porque temía el resultado, terminó de acomodarse la ropa mientras comenzaba a caminar en dirección a la salida del campus, cuando una nueva pregunta lo asaltó.
¿Quién demonios era Gaara?