Capítulo 1
Día 1 – Jungkook
Sentarse 8 horas escuchando personas adultas con diplomas diciéndote que tienes que hacer, que tienes que leer, que tienes que vestir, hasta como debes comportarte.
Estudiar. Lo es todo en este momento.
“El conocimiento es poder”. Todos los libros hablan de lo magníficos que fueron los historiadores, científicos, filósofos a lo largo de los millones de años en el planeta.
¿Y ahora que? Conseguir un trabajo, construir una familia, luego pasar toda la vida tras un escritorio o debajo de personas que rigen tus movimientos, ¿para que?
_Jeon, ¿me esta escuchando?- la señora de grandes gafas me saca de mis estúpidos pensamientos y pongo mi atención a la pizarra.
Una ecuación de segundo grado a la cual hay que representar con una gráfica era lo que estaba escrito.
_Entonces Jeon, pase al frente.-
Sin rechistar me levanto de mi asiento y me dirijo a ella. Realizo el ejercicio con éxito como era de esperarse de mi y vuelvo a sentarme.
_Jeon eres un excelente estudiante, solo necesito que me prestes atención toda la clase y no tendremos problemas, ¿si?- dice la profesora mientras se acomoda las gafas.
_No tendría problema si la clase no fuera tan aburrida.- contesto sin dejar de mirarla.
_¿Cómo dices?- responde indignada.
_Claro, si la manera en la que enseñas fuera divertida, o por lo menos entretenida, no tendrías problema en que los alumnos te presten atención.- se queda con la boca abierta pero ninguna palabra sale de ella por unos segundos.
_Jeon al pasillo. Sal de mi clase.-
Ahí la oyeron. Siempre que uno quiere decir la verdad se enojan. Todos son así.
Salgo de la clase y me paro frente a la puerta.
_Debería dejar de desafiar a los profesores.- me digo rascándome la cabeza.
Pasan unos cuantos minutos y ya me encuentro sentado en el piso jugando con mi celular. Y para peor todavía faltaban otros 30 minutos para que la clase terminara.
Decido levantarme e ir a la terraza de la escuela para tomar un poco de aire.
Un gran espacio de 50 metros de largo con algunas bancas y algunas plantas. Un árbol enorme en el centro que según antiguos alumnos es el logo de la escuela.
Me recuesto en el suelo y pongo mis manos debajo de mi cabeza para usarlas como almohada.
El aire es frío y denso, las nubes negras decoran el cielo que ya no tiene rastro de ser azul. El clima perfecto para una tormenta que se aproxima.
Cerré mis ojos y traté de dormir mientras las clases siguieran.
AAAHHHHH
Un fuerte grito llama mi atención y me paro de golpe. Trato de buscar de donde provenía pero no encuentro nada.
Camino hacia la barandilla de la terraza y logro ver varias personas tratando de entrar por la puerta principal del colegio.
Sus movimientos eran extraños, parecían estar golpeándose contra las rejas de la puerta y subían unos encima de los otros. Ruidos raros comenzaron a surgir desde los alrededores del colegio y unos profesores salieron a ver que ocurría.
Las personas que estaban fuera de la propiedad se volvieron más toscos en un momento y ponían mas fuerza en la entrada para poder entrar.
No se oía nada desde donde estaba así que no podía escuchar lo que los profesores estaban hablando con ellos.
“Otros locos” pensé. Era la cuarta vez que trataban de jugar bromas en lo que va del año.
Deje de preocuparme por lo que pasaba afuera y me senté en una banca cerca del árbol.
_Así que acá estabas. Sabes cuantos problemas tienes con la profesora de matemática, te ha buscado por todos lados.- dijo una voz detrás de mi por lo que me di vuelta.
Myoui Mina. Una chica de mi edad que esta en mi misma clase a la cual le gusto.
_Vamos. Hay problemas con algunos profesores y nos dijeron que permanezcamos en las clases.-
AAAAAHHHHH
Otro grito se escucha desde la entrada y mina se resalta.
_Hablas de eso, ¿verdad?-Digo señalando hacia abajo.
_¿Qué esta pasando?- dice con una expresión aterrada.
Rápidamente miro hacia abajo y lo que estaba pasando no era para nada normal.
Uno de los profesores había perdido los brazos que colgaban de los pocos hilos de carne de su hombro, otro se desangraba en el piso mientras un extraño mordía su cuello, y por agregar que la mayoría perdía sangre por todo su cuerpo.
Una escena perfecta para película de terror.
_¿Jungkook que pasa?- dice Mina mas asustada aún.
Pase unos minutos en el mismo lugar tratando de procesar lo que pasaba, mis manos temblaban tratando de agarrar la barandilla.
Al parecer todas mis peticiones para que pasara algo interesante en el colegio fueron escuchadas, pero no estaba esperando algo como una matanza.
_Quédate aquí Mina, voy a ver que pasa.- digo tratando de calmarla llevándola a una banca, ocultando que en realidad estaba mas aterrorizado que ella.
Voy hasta la puerta que lleva de la terraza hacia el colegio y la abro lentamente. Mas gritos se escuchaban desde los pisos de abajo.
Bajo las escaleras con cuidado aferrado a la baranda y en el piso encuentro un alumno tirado algo así como convulsionando.
Entro en pánico y trato de ayudarlo. Pongo mi brazo debajo de su cabeza y lo coloco con su cara de costado como había aprendido en las clases de primeros auxilios.
Su respiración se volvía cada vez mas agitada, se tambaleaba y dejaba salir ruidos raros.
Pronto todo cesó y el chico se quedo completamente quieto. Tomé su pulso pero no había rastro de el corazón latente.
Los gritos eran aún mas audibles y se aproximaban hasta donde yo estaba.
Caminé algunos pasos por el pasillo y volví a escuchar la respiración con los ruidos raros de hace un momento.
El chico se había levantado y ahora mantenía una postura inclinada, caminaba lento con los brazos en los costados, parecía que se iba a cae en cualquier momento.
Sus ojos se habían vuelto blancos y se notaban profundamente sus venas en una cara blanca pálida.
_¿Se encuentra bien?- logre decir luego que volví en si.
No había respuesta de su parte y cada vez que acercaba más a mi.
Sin pensarlo salí corriendo por el pasillo y él me siguió a mi mismo paso.
Llegue a una salón y traté de abrir la puerta pero estaba trancada por dentro.
_¡Ábranme!- grite a todo pulmón tratando de que las personas dentro me respondieran.
Silencio era lo único que se escuchaba del salón y el chico no era mi único problema en ese momento.
Ya a unos metros de mi se encontraban mas personas enfermas que me empezaron a seguir. Di la vuelta hacia donde estaba el chico y se abalanzó hacia mi.
Tenía un aliento asqueroso, era como olor a carne podrida. Trato de morderme con toda su fuerza. Lo tenía sostenido con mi codo en su garganta y mi otro brazo en su pecho.
A mi izquierda se aproximaban los demás locos, por lo que no tuve opción. Tomé al chico que tenía encima y lo lancé a la máquina expendedora que había delante mío.
Corrí como si fuera mi último día hacia la terraza nuevamente sin pensar en lo que había detrás mio.
Subí las escaleras lo más rápido que pude. Cuando llegaba a la puerta sentí que me estaban agarrando la pierna y tal como pensé era así.
Una de las personas trataba de subir y se sostenía a uno de mis tobillos.
Patee su cabeza y cayó arriba de los que estaban abajo. Me levanté rápidamente y volví mi rumbo a la terraza.
Abrí la puerta y la cerré en ese instante. Mina me vio entrar y fue donde yo estaba.
_Por favor dime que pasa.- dijo sollozando.
Me tire al suelo alterado, mi respiración estaba como loca. Traté de calmarme y me recosté contra la pared.
_¿¡Por qué estas cubierto de sangre!?- dijo al fin rompiendo el silencio.
Mire mi ropa y era como ella decía. Mi camisa tenía sangre al igual que mi pantalón azul.
No respondí nada ya que aún estaba preocupado por lo que había presenciado hace segundos.
Cuando me calme y quise explicarle a Mina lo que pasaba, la puerta empezó a ser golpeada fuertemente desde el otro lado.
_Son ellos.- dije alterándome de nuevo.
Retrocedí unos pasos por precaución llevándome a Mina del brazo.
La puerta cayó y desde el otro lado apareció un chico alto de pelo plateado bastante llamativo.
_No se preocupen, no estoy infectado.- dijo sonriendo.
Tomó la puerta que estaba en el piso y la colocó en el lugar que debería estar.
_Tenemos que salir de aquí lo antes posible.- dijo yendo hacia la bodega.
Abrió el candado de la puerta con unas patadas y se adentro en la pequeña habitación. Por curiosidad lo seguí.
Buscaba entre algunas cajas que era para almacenamiento de los clubes deportivos.
Tomó unos bates del club de béisbol y me los lanzó.
_Pásale uno a ella.-dijo sin mirarme prosiguiendo a husmear en las cajas.
Miré a Mina y le tendí uno.
_¿¡Qué pasa!?- gritó Mina.
_Zombies.- respondió dándose la vuelta.
_¿Zombies?, eso no existe.- bufó y se acomodó detrás de mi tomándome de la camisa.
El chico no le dio importancia a Mina y siguió buscando entre las cajas.
_Entonces...tú, ¿cómo pasaste entre toda esas personas que estaban en la escalera?- dije finalmente tratando de sacarle información.
Él se detuvo un momento y se sentó en el suelo. Puso las manos en su pelo y bajo la cabeza.
_Bambam, me pueden decir así. y... le tienes que destrozar la cara para que dejen de moverse.-
Miré su rostro por unos segundos. Parecía que iba a romper en llanto en cualquier momento, tenía los ojos irritados, las pupilas bastante dilatadas y no me había dado cuenta que su respiración era agitada.
_¿Qué debemos hacer ahora?- dijo Mina saliendo de atrás mio.
Bambam suspiró y se levantó de golpe.
_Salir que acá sería lo primero. Acabo de hablar con mi madre hace algunos minutos, antes de que todo empezara, y me dijo que me cuidara, por lo que pienso que ya tomaron la ciudad.- volvió su vista a las cajas y siguió buscando.
_Salir ¿a dónde? Es imposible bajar 3 pisos y pasar por 500 estudiantes infectados.- dije cruzando mis brazos.
_Hay una tubería de una de las estufas que sobresale desde el edificio hasta la terraza- dijo señalando el tubo de hierro negro que estaba a unos metros- podemos intentar bajar por ahí.-
_¿y luego que? Vamos a caminar por las calles llenas de zombies para llegar a que lugar, dime.- dije un tanto enojado.
_No lo se, pero es mejor que estar aquí.-
_Por lo que yo veo es bastante seguro, no entiendo por que quieres irte- dije más enojado aún- si quieres puedes retirarte y ser comida fresca para esos enfermos.- solté.
Unos golpes se escucharon de la puerta y ya estaba en su límite, pronto se iba a romper.
_¿Me sigues o no?- preguntó extendiéndome la mano.
Miré la puerta y ya había perdido unas cuantas partes de madera y se lograba ver perfectamente los brazos sangrientos pasando por los agujeros.
Sin pensarlo de nuevo corrí hacia Bambam que ya estaba empezando a bajar por el caño y llevé a Mina conmigo.
_Baja, luego iré yo.- empujé a Mina hacia el lugar de la tubería pero ella retrocedió enseguida.
_No puedo, le tengo miedo a las alturas.- dijo agarrándome el brazo.
Sentí un golpe fuerte y era de la puerta que ya estaba en el suelo y los zombies estaban entrando.
_¡Vamos o te mueres!- le grité alterado.
Ella puso sus piernas al rededor del tubo y comenzó a deslizarse.
Salté la barandilla y la imité justo a tiempo para que un infectado rompiera solo una parte de mi camisa.
Llegamos hasta el suelo y algunos muertos se estaban lanzando desde la terraza pero al caer se terminaban destrozando sus cuerpos, otros igualmente se levantaban con los brazos y piernas dislocadas.
A nuestra derecha estaba la puerta principal donde también se encontraban zombies que todavía no se había percatado de nuestra presencia.
_¡Me torcí el tobillo!- gritó Mina al tropezar con una piedra.
Los zombies rápidamente corrieron hacia donde estábamos, más los que caían del cielo, estabamos en un aprieto.
_Por acá.- nos señalo el estacionamiento de la escuela yéndose hacia allá.
Lo seguimos golpeando a los caminantes, que se nos acercaban , en la cabeza. Varías partes de cráneos se nos impregnaban en las ropas junto con la roja sangre que ya nos cubría.
Llegamos hasta una camioneta negra que si bien recuerdo era del director del colegio. Bambam le pegó a la ventana con el bate varias veces hasta romper la ventana. Mas zombies se nos acercaban y yo era el único que trataba de salvarnos y Mina estaba detrás de la camioneta tratando de protegerse.
_¿Puedes prenderla, estudiante prodigio?- me dijo Bambam abriendo la puerta del auto.
Me posicioné en el asiento del conductor y comencé a buscar el cable para poder apagar la alarma del auto que ya era un problema atrayendo zombies hacia nosotros.
_Listo.- dije abriendo las puertas para que entraran.
Los estudiantes ya infectados aparecieron como una ola desde la entrada corriendo hacia la camioneta que ya habíamos arrancado, los que llegaron se abalanzaron y estaban rasgando el techo.
Más adelante, llegando a el portón, se encontraban los profesores convertidos balanceándose.
¿Ahora que hago?
_Sigue.- dijo Bambam serio mirando al frente.
Como ordenó toqué a fondo el acelerador y atropellé a los profesores. Salimos de la zona del colegio rumbo a la ciudad.
_¿A donde vamos?- preguntó Mina desde el asiento trasero.
_Quien sabe.-