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Preludio por Yae

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Notas del fanfic:

Los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto. Una idea breve que se me ocurrió y espero sea de su agrado

 

 

 

 

Sus dedos tamborilearon inquietos sobre el mueble de la oficina, sus azules ojos miraban como la figura delante suyo se paseaba de un lado a otro meditando sobre algo de proporciones cósmicas.

–  No. – Al fin dijo el pelinegro que lo había mirado de soslayo en cada intervalo.

– ¡¿Eh?! – se sobresaltó en la silla donde estaba sentado como si cuerdas imaginarias lo sujetasen para que no se moviese – ¿Pero, por qué?

– Lo sabes – levantó el índice derecho en señal de advertencia – te lo voy repitiendo por años, Naruto.

– Si pero…

– Y creí que me tomabas atención, pero es evidente que no, si me sales con tremendo disparate.

– Es que… ahora es diferente dattebayo… – soltó más bajo logrando que una de las cejas negras de su interlocutor se curvase, dejó de andar de un lado a otro para mirarle de frente, con ese traje negro tan impecable y que podía jurar no tenía arrugas por ningún lado, ¿es que acaso no se sentaba? Naruto torció los labios esperando una regañiza.

– Habla – exigió con aterradora serenidad.

Suspiró derrotado, revolviéndose los cabellos rubios, – pero antes promete que no vas a enfadarte, Itachi.

El pelinegro de cabello largo ahora arqueó ambas cejas, – no hay trato. Y mejor empieza a hablar.

Naruto resopló tan ruidoso como un animal rumiante.

 

 

 

Hace más de un año que acababa de terminar la Universidad, nunca fue muy prometedor en secundaria por lo que le tomó mucho esfuerzo ingresar. Allí fue donde conoció a Itachi, Naruto tuvo demasiados problemas ni bien comenzaron las clases y lo conminaron a buscar asesorías.

Sin querer arriesgarse buscó entre los nombres que le dieron encontrando en Itachi Uchiha la persona más amable de todos a los que pidió ayuda, el pelinegro no le pidió dinero a cambio ni nada que no significase estudiar. El Uchiha también iba en la carrera de arquitectura solo que le faltaba un año para concluir con todos los estudios.

Naruto recuerda que gracias a la fortuna de conocer a esa persona pudo dejar de quedar de ultimo en todas sus clases, luego de los primeros meses sintió gustar de Itachi, un gusto derivado de admiración. Si bien no era  de inclinaciones muy divulgadas estando en primaria tuvo su primer enamoramiento con otro chico; Gaara era su nombre, recuerda que las cosas entre ambos fueron cambiando luego de una boba discusión con ese pelirrojo.

El más joven había llegado un día diciéndole que  cuando aprecias a alguien un beso es una buena manera de demostrarlo, a Naruto le resultó tan gracioso que se burló de su amigo, un absurdo reto que terminó en un beso incidental le demostró que le había gustado.

Siendo tan joven tuvo demasiadas complicaciones al paso de los años, mofas e insultos que obligaron a sus padres a cambiarlo de instituto. Y aunque continuo viéndose con Gaara y saliendo como chiquillos enamorados, su relación no superó los años, ni menos su ingreso a la Universidad.

Allí se dio cuenta de que las personas podían ser algo más tolerantes y aunque mantuvo sus inclinaciones en secreto tanto como pudo al conocer a Itachi creyó haberse vuelto a enamorar.

Pero el pelinegro fue bastante claro cuando hizo un vano intento por acercarse más.

– No, Naruto – le dijo con expresión inalterable.

No obstante a la terrible vergüenza que sintió luego de ese día fue el mismo Itachi quien lo buscó para seguir ayudándolo con las materias más complicadas. Dejando el desventurado incidente en el pasado el día que conoció al hermano menor de Itachi su corazón latió como al borde de un colapso.

Al no haber podido quedar para repasar el Uchiha mayor lo invitó a su casa, algo incómodo Naruto asistió pero al ver a ese chico de más o menos su edad bajar las escaleras del primer piso de esa casa creyó estar alucinando… un poco.

De semblante altanero y cuerpo ideal se le hizo maravilloso con solo mirarle con esos negrísimos ojos aderezados con desdén. Se le olvido respirar por uno segundos hasta que el divino hallazgo bajó y le miró desaprobando su existencia.

– ¿Y quién es este dobe?

Preguntó cruzado de brazos esperando respuesta, Naruto tardó más de lo normal en reaccionar y para cuando lo hizo apenas pudo enfrentar al agraciado chico por el insulto gritándole algo como “teme”. No fue una de sus mejores primeras impresiones y más cuando al día siguiente Itachi le dio otro rotundo no.

– ¿Ah? – le había mirado como a una especie de fenómeno al no entender porque volvía a decirle que no.

– Sé que ayer te gustó Sasuke – habló serio – no te acerques a él, Naruto. No es una buena idea.

Tal vez fue demasiado evidente al haber quedado por segundos con la boca abierta pero cada vez que intentaba conseguir un número de teléfono o que lo invitase de nuevo a su casa, Itachi no aceptó.

Naruto creyó que tal vez serian celos tardíos por parte del de cabellos largos, pero descartó la idea el día que lo vio comiéndose a besos con esa persona que no conocía. Así que renovando ánimos prosiguió en su intento de volver a ver al hermano menor que le había gustado tanto.

Y como lo intentó.

Más de una ocasión se quedó de pie tras un árbol en la vereda del frente esperando a Sasuke cuando regresara a su casa. Nunca lo consiguió, empezaba a creer que tenía demasiada mala suerte o que ese pelinegro tenía hábitos invertidos durmiendo todo el día y pasándose las noches de fiesta.

Reía ante su teoría.

Hasta que el mismo Itachi se lo confirmó, – Sasuke… es algo complicado. No tiene una pareja estable y sale todas las noches, – le dijo luego de meses de insistencia. Naruto podía jurar que la palabra “promiscuo” estuvo a punto de salir de sus labios.

Pero no le importó.

Luego de eso pudo frecuentar la casa Uchiha de nuevo, en ocasiones especiales y fiestas a las que Itachi lo invitaba. Así pudo darse cuenta de lo disfuncional que era la familia Uchiha; el padre si bien representaba una autoridad, era más como alguien a quien le mientes con descaro, la madre no vivía con ellos pero solía visitarlos de año en cuando, podía entender un poco porque Sasuke actuaba como un bastardo cada vez que se cruzaban.

– ¿Y es que no tienes una casa propia, usuratonkachi? – lo molestaba en las fiestas de fin de año que pasaba allí. Con la poca paciencia que siempre tuvo terminaba devolviéndole cualquier insulto acabando en un insulso pleito de palabras cada vez.

Las cosas poco cambiaron hasta que terminó la universidad y el mismo Itachi le ayudó a conseguir trabajo en la constructora donde él ya llevaba años. Emocionado y con tantas nuevas obligaciones dejó de frecuentar la residencia Uchiha por bastante tiempo.

Quizá con algo de suerte podría haber conseguido olvidar a Sasuke de no ser porque este se presentó a su trabajo un día catorce de febrero exactamente a las 18:12 PM poco antes de que se fuese a casa, el pelinegro llegó con rostro compungido lamentándose en claro estado etílico, buscando a Itachi a quien no encontró al haber tenido que salir a resolver problemas en un proyecto solo Naruto estuvo ahí.

Dudoso lo llevó a la pequeña oficina que ocupaba intentando comunicarse con el mayor sin conseguirlo.

– Es un… estúpido… – Sasuke soltaba frases inconexas insultando a alguien, hipando tan quedito que era realmente adorable.

– Te llevare a casa´dattebayo – quiso ser amable pero el pelinegro no se lo permitió, con sonrisa sugerente y relamiéndose los perfectos labios técnicamente se le insinuó.

– ¿Por qué no vamos a… beber algo? Yo te invito – había murmurado a su oído demasiado cerca, tan cerca que Naruto pudo sentir el escalofrió en su espalda. Quiso negarse pero fue imposible.

Por primera vez pudo interactuar con Sasuke sin que Itachi estuviese presente. Y se dio cuenta de que el más joven le tenía cierta aversión a su hermano mayor por estar metiéndose en su vida todo el tiempo. Hablaron hasta que fue demasiado tarde y debían irse.

– Abrázame como si fuéramos a casa…

Sus azules ojos se abrieron desmesurados ante la frase tan ambigua, el corazón de Naruto palpitó emocionado y su cara seguramente estaba más roja que un farol  de cruce en alto. Apenas si se puso firme para no soltar al pelinegro a quien ayudaba a caminar.

– Y eso… es…

La risa de Sasuke fue tan única que se estremeció, al estar tan ahogado todo le resultaba una novedad. – ¿Quieres instrucciones?... Dobe, – un húmedo beso impactó en la comisura de sus labios.

Y sintiéndose como chiquillo de primaria Naruto boqueó emocionado, también había bebido un poco pero estaba por completo consiente, sin importar que fuese su mejor oportunidad no pensaba aprovecharse del estado del otro.

Lo llevó al departamento donde vivía y lo recostó en la única cama que allí había, quitándole los zapatos con cuidado, lo arropó con esmero.

– ¿No…vas a hacer…nada? – Sasuke preguntó medio adormilado cuando estuvo cerca de su rostro.

Naruto negó sonriendo, – creo que solo mirarte dormir dattebayo – sentándose a su lado se le quedó viendo.

– Dobe… – masculló cerrando los ojos con pesadez mascullando un insulto o dos en sueños, pero curvando sus labios a una sonrisilla cuando cedió por completo al cansancio.

Las estrellas estaban brillando esa noche.

 

 

 

 

Si bien Sasuke al despertar tuvo un humor de perros y se fue sin siquiera agradecerle, Naruto estaba seguro de que esa noche fue más inolvidable que simple sexo casual.

 

 

Cuando terminó de decirle a Itachi que solo había cuidado de Sasuke esa noche temió que no le creyese.

– Gracias… – pero suspiró luego de darle las gracias – ese día me quedé sin batería en el celular, estaba preocupado porque Sasuke hubiese terminado en la cama de algún hombre o mujer, me alegra saber que estaba contigo. Pero…

– Espera – antes de que pudiese decirle que Sasuke no era una buena idea le interrumpió, – ¿no crees que sea lo suficientemente bueno para tu hermano?

– Eres demasiado bueno, ese es el problema. Sasuke ya ha dejado la Universidad dos veces a pesar de tener tu edad, he intentado que cambie su conducta por muchos años.

– ¿Y porque no me dejas a mi intentarlo? – como niño chiquito siguió sentado en la silla mirando al pelilargo.

– Vas a terminar con el corazón roto – advirtió.

Hubo un silencio corto tras eso pero Naruto inspiró hondo después, – tú sabes cuánto he estado esperando esta oportunidad y aunque él me termine botando… ¡voy a convertirme en único e irremplazable dattebayo!

De nuevo el silencio se hizo presente por varios segundos.

Itachi le sonrió buscando entre sus bolsillos un trozo de papel que le entregó, – suele frecuentar ese lugar, a veces debo ir a buscarlo cuando terminado metido en un lio. Ya es algo tarde – un vistazo rápido a su reloj antes de volver a sonreírle – hoy puedes salir temprano.

Ilusionado Naruto tomó el papelito memorizando la dirección de ese bar, poniéndose de pie a toda prisa se encaminó a la salida deteniéndose a último momento para girarse hacia el hermano mayor, – ¿ya tenías la dirección escrita? – preguntó.

– Tú solo ve.

Asintió sonriendo, – gracias Itachi.

 

Como si no pesara nada fue corriendo al lugar indicado, ya pasaban de las cuatro de la tarde y estaba más que ilusionado. Pese a encontrar a Sasuke bebiendo con una mujer guapísima, Naruto se armó de valor al entrar sin llamar la atención, oyó a la fémina reír sonrojada mientras le daba sorbos a su bebida.

Naruto fue paciente.

Se mantuvo sentado en una de las mesas hasta que la mujer fue a los lavabos, entonces se puso de pie para acomodarse al lado de Sasuke en la barra. El pelinegro casi le ignoró pese a haberlo visto, – estorbas usuratonkachi – soltó mordaz.

– ¿Puedo abrazarte para que vayamos a casa?

Solo pudo hacer la misma extraña pregunta consiguiendo con ello que Sasuke se girase para verle del todo.

Al menos ya tenía su atención.

 

 

°°°

 

Notas finales:

 

Un final muy abierto pero quería escribir algo de estos dos y me vino la idea cortita. Espero les haya gustado, me divertí escribiéndolo.

Insinuaciones, que haríamos sin ellas.

Gracias por leer.

Yae.


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