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Un Ángel De Oscuridad por Itery

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Notas del capitulo:

En verdad espero que este capítulo les guste. He puesto amor y dedicación en crearlo (tanto este como el resto de capítulos).
A todos aquellos fantasmitas que leyeron el capítulo anterior, les invito a dejar su hermoso review opinando sobre el capítulo o la historia en general. Con gusto los leeré y contestaré.

-Te repito, Gareth, no puedes pasar en este momento –el guardia de la puerta le miró a través de la ventanilla- no es un buen momento

 

-Es urgente, no tardaré mucho –pidió de nuevo el ángel- yo…

 

-Lo siento, en verdad, pero no puedo dejarte entrar –habló por última vez antes de cerrar la ventanilla-

 

-¡Ah! Cielos…

 

Revolvió con frustración  su cabello negro. Debía hablar con Dios a como diera lugar. Dio varias vueltas alrededor del gran palacio y desistió de volar sobre los muros, había demasiados guardias y aun no recuperaba todas sus fuerzas. Sus opciones eran pocas y el tiempo cada vez menos. A este paso tendría que ir a buscar a ILay tal y como estaba.
El problema era que no podía volar o siquiera alzar su espada. Lo que dijo Aleyn y Hensy era cierto, debía recuperarse.

 

-Gareth…

 

Se detuvo y miró hacia todos lados con ansiedad. Conocía esa voz. La voz de ILay. Volvió a escuchar el llamado y siguió la voz. Cada vez que se acercaba, la voz se alejaba, a través de calles, puertas y prados. Se negaba a parar a pesar de sentir de nuevo una repentina pesadez. Respirar se hacía más difícil.

 

“Me encantaría, lo sabes…”

 

-ILay…

 

La imagen difusa del albino apareció frente a él, ¿eso era real o su mente le estaba jugando una mala broma? O tal vez parte de sus recuerdos borrados.

 

“Me dejaron salir de Palacio, para ir contigo”

 

-Ven conmigo…

 

“Pero tengo poco tiempo, en estas épocas del año hay mucho trabajo para mi”

 

-Solo un poco más…ILay

 

“Debo irme ya”

 

-Quédate… no te vayas ILay…

 

Se detuvo cerca de un árbol con extraños gravados, ese árbol, ya lo había visto antes. Lo sabía, habían estado ahí cuando…

 

“Mitori… ya basta. Yo amo a Gareth”

 

-No… aléjate de ella ILay…

 

“¡Gareth! ¡Déjalo! ¡Mitori no le hagas daño!” 

 

-¡No! ¡ILay!

 

Volvió a recordar, más claro que antes. El demonio resultó ser de clase dos, pero él no estaba armado, ni sus hechizos tenían una base bendita, por lo que no le afectaban en nada a su oponente. El demonio lo atacó en el momento que se distrajo para proteger a ILay.
Luego de eso, todo pasa demasiado rápido. Demasiado…

 

“¡ILay!...”

 

Dolor

 

“¡No lo hagas!”

 

Angustia

 

“Te amo…Gareth…”

 

Impotencia… y luego oscuridad.

Las imágenes pasaron demasiado rápido frente a sus ojos.
El demonio había lanzado un hechizo de forma desesperada para dejar inconsciente a ILay, y este hizo lo mismo. Normalmente, si los hechizos son de naturaleza o base distinta, se cortan al contacto y el daño es mínimo. Pero ambos fueron de elementos naturales, combinaciones peligrosas. Agua y rayo. Mortales.

ILay… estaba muerto .Realmente había muerto. Le había fallado, no pudo protegerlo. Ya no estaba más.

 

-Iré contigo, ILay… -

 

Posó la mano sobre su corazón, lo sentía palpitar lentamente, sin ganas de seguir latiendo. Su razón de vivir estaba muerto. Qué más daba ahora. No importaba ya lo que le pasara, estaba listo para recitar las palabras que le darían fin a su existencia.

 

-Ni siquiera lo pienses…

 

-Lárgate… Mitori

 

Ya no le importaba esa mujer. Si quería matarlo, que lo hiciera, ya no se defendería. Sin embargo, lejos de atacarlo como lo imaginó, le sujetó las manos y las apartó de su pecho.

 

-Me odias, lo se… pero, yo no quería que esto pasara, quiero hacer algo para…

 

-No –la interrumpió- Ya no puedes hacer nada…

 

-Tienes razón, yo no… pero tú si

 

-No pienso escuchar tus mentiras –la miró con completo desprecio- así que piérdete en el infierno si gustas

 

Se dio la media vuelta para irse ignorando sus ganas de preguntar lo que sabía. Ningún ángel que muriera fuera del Palacio o La Zona Santa podía encontrar el camino hacia la Fuente. Muerto a manos de otro ángel, su alma desaparecía. Y eso es algo que aún no puede aceptar. ILay ya no existía.

 

-¡Él era un ángel especial! –escuchó a la chica gritar a sus espaldas. La ignoró- ¡Trabajaba en Palacio! –Siguió caminando- ¡Su alma aún está viva!

 

Entonces se detuvo. No debía creerlo, su mente se lo recordaba, pero su corazón clamaba por una esperanza, quería que esa esperanza fuera cierta.

 

-¿Por qué crees que trabajaba en Palacio? -Había llegado a su lado en segundos- Desde que renacieron aquí… él es diferente, por eso Dios lo quería cerca. Incluso…

 

-¿Cómo que renacer? –Volvió a interrumpir- Nosotros nacimos aquí, somos hijos de Dios, no ángeles reencarnados.

 

-Estuve una vez en Palacio, en la sección de vidas y profecías. Debía llevar un documento de San Pedro a un Arcángel, había muchos papeles, pinturas… Pero había un libro en especial, “Renacimientos”. Al principio creí que era sobre almas humanas… -cerró los ojos un momento para luego mirarlo directo a los ojos- el nombre de ILay estaba ahí, al lado de un humano, sabes que eso no es posible porque él no es un ángel guardián, ni estuvo ligado a un humano y no solo eso, tú nombre y el de Aleyn también estaban ahí… -hizo una pequeña pausa- el libro también hablaba sobre cómo renacían estos ángeles y el por qué… no pude leer mucho, me descubrieron y me botaron de ahí…

 

-¿Por qué me cuentas esto? No, mejor dicho, ¿Por qué debería creerte? –se apartó-

 

-¿Qué ganaría con mentirte ahora? –Respondió a la defensiva y luego suspiró para calmarse- No estoy mintiéndote

 

-No…

 

-Si no me crees compruébalo por ti mismo… ve a Palacio, encuentra el libro y léelo

 

-Aunque quisiera no puedo hacerlo, las puertas están cerradas y no dejan entrar a nadie

 

-Eres un guardián de primera línea, debes saber dónde hay pasajes escondidos

 

-Sé dónde están, pero no tengo la fuerza necesaria para abrirlos. Ese estúpido demonio que llevaste utilizó una magia que… me está quitando todas mis fuerzas

 

No quería decirle la verdad. Por dos simples y sencillas razones. Ego y Seguridad. Primero debía asegurarse de que la información fuera cierta y luego actuar para rescatar a ILay. Su corazón volvió a latir al pensarlo. Aún tenía una oportunidad para recuperarlo. Una esperanza.

 

 

 

Después de una pequeña-gran discusión con Mitori terminó aceptando que le diera  de su energía y así poder entrar a Palacio. No le agrado recibir ayuda de su enemigo, pero no tenía opción, si trataba con sus amigos seguro que estos lo encadenaban antes de dejarlo entrar a hurtadillas en casa de Dios.

 

-Si sucede algo, yo intervendré para que no te descubran –ambos se encontraban sobre un árbol en el lado sur del Palacio- encuentra toda la información que puedas…

 

-Lo haré…

 

Y así fue. Con la energía dada por Mitori sumada con sus grandes habilidades logro llegar sin muchas dificultades hasta su objetivo. El libro estaba sobre un escritorio, esperando por él. Una muy grata coincidencia.
Lo abrió con cuidado, por las últimas hojas. Había pocos nombres pero tal como había dicho Mitori, allí estaban sus nombres. Volvió al inicio del libro, leer para entender. Un gruñido de frustración salió de su boca. Después de la segunda página el libro estaba en un latín muy antiguo y él no sabría descifrarlo. No tenía opción, debía llevárselo y encontrar a alguien que lo entendiera. Se lo guardó.

 

-¿Hurtaras, hijo mío?

 

Dejó de respirar y las fuerzas desaparecieron poco a poco de su cuerpo. De todos los seres en el cielo debía ser Él.
Despacio y con algo de miedo se dio vuelta.

 

-Dios… -agachó la cabeza. Esto podría ponerse peor-

Notas finales:

Bueno, bueno. Si llegaron hasta aquí se los agradezco, por tomarse el tiempo de leer y (aunque tal vez no lo hagan) de comentar. Espero recibir sus opiniones/comentarios/sugerencias.

Nos leemos pronto


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