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Creep por LyuBlyu

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Notas del capitulo:

 

Advertencia: Nose si este capítulo pueda incomodar a algunas personas, me hizo poner algo nerviosa, pero en fin al parecer mas capítulos similares seguirán mas adelante, no se molesten conmigo >.>

 

 

“No pude verte a los ojos”

 

 

 

Su vida era de lo mas tranquila a su parecer, acostumbraba a correr por las mañanas sintiendo la delicada brisa mañanera de Hasetsu mecer su cabellera azabache, aquel brillo en sus ojos eran únicos y llegaban a contrastar a la perfección con los prematuros rayos de sol del amanecer, luego de dar un gran recorrido solía regresar a las aguas termales de su familia, para disfrutar de un refrescante baño y apresurarse en ir a la escuela.

 

 

No era el mejor en cuanto a sus calificaciones, pero si lograba estar entre los diez mejores de su grado, cuando escuchaba el sonoro timbre que indicaba la hora de salida solía regresar acompañado de sus mas grandes amigos de la infancia; Yuko y Nishigori.

 

 

Para Yuuri Katsuki a sus trece años de edad la vida era así de sencilla y fácil a pesar de ser un omega; era una rutina la cual no le importaba repetir una y otra vez, siempre y cuando los viera a todos siendo felices, le encantaba esa monotonía diaria.

 

 

 

- Como no pague en el plazo de un mes nos llevaremos a Mari.

 

 

 

Yuuri recuerda aquella noche en donde su historia comenzó, hacía tanto frío que llegaba a calar sus huesos evitando que conciliara el sueño, luego de dar vueltas y vueltas por su cama, decidió caminar por los alrededores de su casa hasta terminar cansado, pudo haber continuado con su camino nocturno, pero algo hizo que dudara en si debería seguir avanzando, de repente escuchó la imponente voz de un alfa que hizo que llegara a estremecerse ¿eran clientes? No, nunca los había visto ingresar a las aguas termales, él respetaba la privacidad de los mayores y mas si se trataban de asuntos de sus padres, pero el miedo que sintió logró hacer que se escabullera y escuchara sin querer la conversación de los adultos.

 

 

 

“Una deuda” eso era, su madre sollozaba maldiciendo el momento en el que la pareja había decidido endeudarse con aquellos sujetos… maldecía el momento en el que su suerte acabo en esto.

 

 

 

- Yo… - interrumpió la conversación de sus padres una vez que los individuos se encontraban fuera de su hogar – puedo trabajar, puedo buscar un trabajo de medio tiempo luego de la escuela, puedo ayudarlos.

 

 

 

Su madre al escuchar la voz del menor de sus dos hijos se incorporó del lugar en donde se encontraba sentada, hasta llegar al marco de la puerta en donde Yuuri se encontraba de pie con esa mirada que ella ya conocía de su hijo cuando se encontraba determinado a hacerlo, sabía que aunque se lo negara igual terminaría haciendo caso omiso a su petición, ella intentó sonreír a pesar de que sus brillosos ojos color chocolate estuvieran a un paso de romper en llanto de nuevo.

 

 

 

- Yuuri, cariño… - acarició la mejilla del menor con el mayor amor maternal posible – Gracias… - soltó en un susurró mientras lo estrechaba contra su cuerpo para volver a llorar.

 

 

Fue ahí cuando se dio cuenta de que su futuro como omega sería difícil, nadie lo contrataría, eran demasiado frágiles y débiles como para darles un trabajo, incluso a pesar de sus ruegos y explicarles por la situación económica por la que pasaba siempre recibía la misma respuesta “eres muy niño”, “búscate a un alfa”, pero eso no lo desanimaría ahora, se sentía intimidado eso sí, pero ahora su familia lo necesitaba y debía de ser fuerte, caminó cuanto pudo por las calles de Hasetsu, estaba decidido y no regresaría a casa hasta obtener algún trabajo.

 

 

 

- ¿Busca algo jovencito? – dijo un hombre anciano mientras pescaba con tranquilidad.

- Un trabajo – respondió.

- ¿No eres muy joven acaso? ¿Para qué quieres un trabajo?

- Mi familia esta endeudara, no quiero quedarme con los brazos cruzados.

- Eres un jovencito muy valiente – sonrió – déjame ayudarte, tengo un restaurant con mi esposa y nos hace falta un ayudante, sería bueno que…

- ¡¡Si!! – interrumpió al mayor, viendo delante suyo a quien sería su última esperanza, su salvador.

- Entonces mañana empezamos.

 

 

 

La felicidad para el menor en ese instante era tan pura, inocente y a la vez ingenua, después de todo no era tan malo cocinando, siempre ayudaba a su madre y ahora haría lo que estuviera a su alcance para proteger a su querida familia, aquella tarde se la pasó conversando con aquel anciano sobre en lo que consistía ese trabajo, despidiéndose con un fuerte apretón de manos.

 

 

 

En su primer día de trabajo la cocina no resultaba ser tan fácil como supuso, una muestra de ello eran las cortadas y quemaduras constantes en sus manos y brazos, para su fortuna los dueños del restaurant siempre fueron amables con él, al igual que los clientes que concurrían el restaurant, en uno de esos días en que se encontraba limpiando luego de cerrar el restaurant observó atento a un cuadro en donde se observaba a una pareja abrazándo a un pequeño niño de aproximadamente 8 años de edad.

 

 

 

- Él era muy alegre – habló el mayor mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa llena de nostalgia, como si existiera toda una historia detrás de esa figura formara por las comisuras de sus labios, era una sonrisa que se iba deformando cada vez que ahondaba mas con el tema – mi hija se casó muy joven, se enamoró de un alfa y ambos decidieron formar un negocio, todo iba bien hasta que nadie sabía como pero empezaron a fracasar, las deudas iban haciéndose cada vez mas inmensas a tal punto en el que ningún banco estaba dispuesto a ayudarlos,  cierto día aquellos hombres vinieron a casa, dijeron que podían ayudarlos y lo hicieron, claro que si lo hicieron, pero ni todo el dinero que dieron fue capaz de salvar el negocio que fue hipotecado por el banco, lo habían perdido todo y aquellos sujetos no dejaban de venir exigiendo su dinero, nadie se imaginó que terminarían llevándose al pequeño Seung… “esto lo pagará todo” aclaró ese día uno de ellos, mi yerno se negaba a perder a su único hijo y terminó muerto por oponerse a ellos, en cuento a mi hija… - empezó a presionar sus puños contra la mesa en la que estaba apoyado, para por fin dejar escapar una dolorosa lágrima – se suicidó.

 

 

 

Yuuri era aún muy joven para entenderlo, pero podía comprender el dolor que aquejaba al anciano y en un fuerte impulso tomó aquel puño del mayor entre sus manos dirigiéndolo hacia donde se ubicaba su corazón.

 

 

 

- Una vez escuché que los latidos del corazón de otra persona ayudaban a calmar – explicó con ingenuidad regalándole una sonrisa inocente.

 

 

 

El mayor no supo que responder, pero muy en el fondo sintió pena por el pequeño al que ahora veía como su nieto perdido, deseaba muy en el fondo de su corazón que aquel pequeño no acabara con ese final tan trágico y como si todo se tratara de un sueño, de tan solo un recuerdo fugaz Yuuri tomó conciencia de su presente al recibir un baldazo de agua helada en su rostro.

 

 

 

- El jefe se va molestar – titubeó uno de ellos.

- ¡Cállate! Si no eres capaz yo lo haré entonces.

 

 

 

Intentó levantarse del frío piso en donde se encontraba recostado pudiendo notar que no podía mover sus manos, supuso que se encontraba atado, lanzó un largo suspiro esperando que aquellos dos hombres terminaran de discutir hasta que uno de ellos tomó valor y desató el vendaje que cubría su visión, tardó unos breves segundos en acostumbrarse a la escasa luz que ingresaba en aquella casona, era un lugar demasiado lúgubre a su parecer y agradeció eso, si existía algo que no soportaba de los alfas era ver sus patéticos rostros, muy aparte de sus alientos cuando lo besaban, sentía nauseas cada vez que lo hacían, no solo era eso lo que agradecía, sino también el hecho de que no vería sus amorfos cuerpos sobre él, bastaba con pensar en cosas bonitas como le dijo una vez uno de los omegas, cerrar los ojos y esperar a que acaben.

 

 

 

- Ese olor – soltó uno de ellos.

- Mierda… ¿Trajiste anticonceptivos? – maldijo su suerte.

- No…

- No importa, igual lo haremos, no hay tiempo de flaquear.

 

 

 

Las voces de ambos llegaron perfectamente hasta sus oídos, incluso él mismo se maldijo por olvidar la fecha de su celo y dejarse secuestrar con tanta facilidad, sintió el calor invadir por todo su cuerpo cuando uno de ellos ya se encontraba encima suyo acomodándose entre sus piernas y bajando la bragueta de su pantalón.

 

 

 

- Oh no eso no – dijo intentando lanzar una patada al aire que ni llegó al alfa encima suyo.

- Será rápido Yuuri no te exaltes – comenzó a callar las palabras del omega con un fétido beso en sus labios.

- No, no y no – comenzó a moverse inútilmente, pues el peso del otro era mayor al de él – por favor… por favor… - decidió suplicar siendo callado por el miembro de uno de ellos entrar a su cavidad bucal.

- Me excita cuando suplica – se excusó con su compañero – es como si volviese a ser virgen de nuevo, el solo hecho de pensar en ser el primero en tocarlo… - se relamió los labios.

- No por algo es el favorito del jefe – sonrió el otro en medio de la oscuridad de la casona.

 

 

 

Dolor y mas dolor, si había algo mas que odiara aparte de los alfas era cuando entraba en celo, odiaba cuando a pesar de que él se negaba su cuerpo hacía una entrega total a sus acompañantes, odiaba estar tan sensible y odiaba ser un omega, lo último mas que nada.

 

 

 

- Algún día vendrá un príncipe y nos salvará a todos – dijo uno de los niños que aún mantenía su esperanza firme – esto duele, duele mucho por donde aquellos hombres introducen esos palos por nuestros cuerpos… pero… yo confio en que el príncipe vendrá y nos liberará a todos.

- ¿Un príncipe? No digas estupideces – musitó uno de los mayores – nosotros ya no tenemos salvación, solo la muerte nos liberará de este infierno.

- No suena tan mal – habló Yuuri – dime pequeño ¿Conoces al príncipe? – preguntó inclinándose a la altura del niño.

 

 

 

En ese momento el niño dudó en mostrar lo que escondía entre sus bolsillos, pero aquel japonés pelinegro le inspiraba confianza, por lo que rebuscó entre sus bolsillos hasta sacar de ellos un trozo de papel.

 

 

 

- Déjame ver – habló uno de los mayores quitando de las manos del pequeño aquel recorte de periódico.

 

 

 

Todos formaron un círculo alrededor del mayor curiosos de lo que decían las letras de ese papel.

 

 

 

- Viktor Nikiforov… - susurró uno de ellos.

- En verdad se ve como un príncipe – exclamó otro.

- Es increíble, resolvió un caso policiaco imposible a tan temprana edad - dijo otro sosteniendo el pequeño trozo de papel.

- Ojalá venga pronto – sonrió Yuuri acariciando la cabeza del menor devolviendo entre sus manos su pequeño tesoro – no importa el tiempo que pase lo estaremos esperando.

 

 

 

Era irónico para él recordar eso exactamente en estos momentos cuando ahora se encontraba intentando contener el dolor producido por esas estocadas violentas contra su cuerpo, succionaban cada parte de él ignorando el hecho de que esto podría dejarle marca, “es tan estrecho… pero se siente tan bien…” dijo uno de ellos mientras continuaba con su labor mordiéndose el labio inferior callando sus gemidos, Yuuri no podía decir nada pues el miembro del otro en su boca le impedía hacer uso de sus cuerdas vocales, es mas lo atragantaba cada vez que lo metía mas y mas profundo, las lágrimas no se hicieron esperar bajando por cada una de las comisuras de sus ojos, tenía miedo de las repercusiones que esto acarrearía en su cuerpo, miedo de que algo creciera dentro de él…

 

 

 

- A… aa… ahh… - escuchó como uno de los alfas liberaba un gruñido mientras iba llenando su interior con que aquel fluido blanquecino – eres genial Yuuri – sonrió dejando un beso en su mejilla.

- Ahora es mi turno – dijo el otro retirando su miembro de la boca del pelinegro.

 

 

 

Ya no tenía mas esperanzas, sabía muy en el fondo en su subconsciente que aquel “príncipe” del que todos hablaban nunca vendría, ahora esta era su nueva vida y debía resignarse a aceptarla…

 

 

 

- Ven aquí – susurró el otro alfa levantando su cuerpo del piso y apoyándolo contra el marco de una de las ventanas – te haré sentir bien Yuuri.

 

 

 

Su mirada comenzó a notarse nublosa y vacía, estaba volviendo a perderse en medio de toda esa lujuria desparramada, sintió como el otro abría sus piernas para poder introducir mejor su miembro, el tipo era mucho mas robusto, lo pudo notar cuando sintió como el miembro de este le desgarraba la entrada.

 

 

 

- A… Ahh… ahhh… aaah… - empezó a gemir por inercia en una mezcla de dolor y de placer.

- Veo que lo disfrutas – susurró en su oído mordiéndolo.

 

 

 

Las embestidas se intensificaban cada vez mas fuertes, no tenían cuidado de su cuerpo, no les importaba si se llegaba a romper, pero … ¿Acaso eso importaba ahora? Su alma ya se encontraba rota, al igual que cada una de sus esperanzas, todo eso se encontraba pisoteado y olvidado… sintió sus piernas flaquear, sus codos ya no podía soportar mas el peso de aquel sujeto contra él y terminó por caer arrodillado.

 

 

 

- Por favor… - volteó suplicante hacia el alfa en señal de que desatara sus manos.

- Esta bien – sonrió el alfa haciendo caso a su petición.

- Estas siendo muy amable con el – criticó su otro compañero – termina de cogértelo de una buena vez.

 

 

 

No era la primera vez que ocurría, todo el tiempo lo intentó y cuando sintió sus manos liberarse tomó con agilidad una roca que yacía en el piso y sintió desde el momento en el que el alfa lo había ubicado ahí, lanzó la roca contra la ventana con la poca fuerza que le quedaba logrando para su deleite romper el vidrio de esta, ambos alfas miraban con asombro la escena, pero pudieran percatarse a tiempo de lo que Yuuri intentaba hacer, otro intento de suicidió fallido…

 

 

 

- Mmmhhg – soltó un quejido al sentirse derribado por uno de los alfas - ¿Por qué? – susurró – Por favor… ¡¿Por qué?! Déjenme morir… – exclamó sintiendo que su garganta estaba a punto de colapsar – Por favor… por favor…

- Aun no haz pagado tu deuda – juzgo el alfa que se encontraba sobre él – mi compañero sigue con ganas ¿No creo que seas tan cruel para dejarlo así verdad?

 

 

 

Todo su mundo se consumía en cenizas, todo lo que una vez amo desaparecía frente a sus ojos… quería acabar con todo esto… deseaba ser libre, pero eso era un capricho suyo que jamás le cumplirían.

 

 

 

- ¡Alto ahí, policía! – escuchó clamar la voz de un hombre, eso significaba ¿libertad?

 

 

 

Levantó su mirada pudiendo notar un espejo frente suyo, la luz comenzaba a invadir la casona a tal punto que podía ver su propia figura frente suyo, sintió asco hacia si mismo, se odio, se repudió con todo su ser.

 

 

 

- ¿Estas bien?

 

 

 

Podía escuchar la voz de aquel hombre como si de un eco se tratase, los alfas habían logrado escapar por la misma ventana que hace unos minutos Yuuri había roto, por fin volvía ser consciente del tiempo, dejó de ver su reflejo en el espejo para darse cuenta que sus hombros sostenían un abrigo… era cálido…

 

 

 

- Lo siento tanto – sintió como una lágrima caía sobre él – no pude ayudarte a tiempo pequeño cerdito.

 

 

 

Era una sensación única… incluso las palabras de aquella persona lograban hacer que su cuerpo se estremeciera, pero no se comparaba a lo que los otros le hacían sentir, era algo inexplicable, era algo que lo hacía sentir bien, estaba asustado por quien era esa persona, quería observar a quien había ahuyentado a aquellos alfas y cuando levantó la mirada pudo ver esos cabellos plateados del príncipe que sus amigos tanto esperaban.

 

 

 

“Ojalá venga pronto… no importa el tiempo que pase lo estaremos esperando”

 

 

 

Sus propias palabras de hace unos años comenzaban a hacerse presentes, era él… sintió como su corazón daba un pequeño brinco de felicidad… pero… ¿Acaso el príncipe lo quedría a él? Estaba sucio… manchado… nadie podría querer a un omega asi… empezó a sentir vergüenza de si mimo como si él tuviera toda la culpa… no podía hablarle y menos tenía el valor de apreciar el rostro de su salvador, no quería que lo viera en ese estado, debía de escapar, tenía que huir de ahí…

 

 

Notas finales:

Si se preguntan en donde esta el songfic xD pongo la parte que uso de la canción en el inicio y si se percatan bien ese es el límite al que intento llegar uwu.

Si les incomodó el capítulo o no, creanme que a mi si me incomodo bastante, nunca había escrito cosas así, pero como mencione en el otro fic "Born to make History" este es mi agradecimiento que doy por superar las 100 leídas en wattpad xD (Soy tan feliz con solo eso) por si se animan también pueden hacer esos pedidos aun quedan como dos cupos creo el tercero no anda muy seguro :) 

Dejen críticas, opiniones y comentarios; serán bien recibidos n.n Gracias por leer!!!


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