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El amor, ¿regresa? por sharedey

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Notas del capitulo:

Hoooola =D 

Hoy vengo con un nuevo capitulo de esta historía :D 

Si, lo sé :'( me retrase mucho en traerlo T.T pero tuve un motivo fuerte :( la semana pasada, una persona amada por mi pasó a mejor vida, por lo que mi tiempo y animos no me daban para nada. Lo lamento mucho, espero no volver a tardar tanto :( 

Pero bueno, no les distraigo mas  

Muchas gracias a tod@s l@s que leen, y en especial a quienes comentan =D son mi impulso para continuar <3; y es que me ponen tan contenta 😊 

Bueno, ahora si, al cap <3

El silencio reinó en la habitación mientras el fuerte abrazo del contrario continuaba; sin decir nada, Yuri dejó que el peso del mayor los pusiera a ambos de rodillas en el suelo, mientras dejaba que sus lágrimas mojaran su hombro. No sabía cómo debía reaccionar, ni qué era lo que debía hacer o decir; ver a Víctor en aquél estado le dolía, y le dolía mucho, tanto, que sintió como un ardor se apoderaba de su pecho y cómo las lágrimas amenazaban con salir, estaba a nada de ponerse a llorar. 


 
-¡¡Yuri!!- de pronto Otabek apareció cruzando la puerta, se veía afligido y preocupado; tras él hicieron presencia Mila y Georgi, viéndose no tan diferentes al Kazajo. No entendía lo que pasaba, pero no hubo tiempo de preguntar, pues Víctor había caído al fin dormido y su peso le ganaba, por lo que los mayores fueron a ayudarlo de inmediato. 
 


Veía a Georgi y Mila subir al mayor a su habitación, mientras él en silencio se quedó sentado y de rodillas al final de la escalera, bajo la preocupada mirada de a quien él consideraba su único amigo.
 


-¿No te hizo nada?- se inclinó el mayor tras hacer esa pregunta, mientras él negó con la cabeza.


 
-¿Qué pasó?- se animó a preguntar


 
-Llegó la familia de Yuuri, su reacción fue la que se esperaba; cayeron presa del dolor. Víctor los miraba sin decir nada, no sabemos bien lo que debió pensar pero nos preocupó que viéndose enojado saliera de pronto, prácticamente corriendo del hospital. Tú estabas solo, no puede evitar seguirlo, y tras de mí vinieron Georgi y Mila...- concluyó hablando de modo serio, mientras el menor lo miraba.


 
De algún modo podía imaginar lo que Víctor sintió, quizá también se culpaba a él mismo por no proteger a Yuuri como deseó, y al ver a su familia en aquel estado explotó en un mar de emociones que terminaron por salirse de sus manos; tal vez corrió esperando encontrar algún tipo de consuelo y al llegar a sus brazos lo obtuvo, por eso se desahogó llorando en su hombro; porque estaba seguro que Víctor entendía que esta situación también era dolorosa para él. Quizá en algún momento lo culpó pero... no podía dejar a su dolor cegar sus sentidos y al verlo lo abrazó en modo de disculpa; claro que esto era sólo algo que suponía pero, conocía tan bien a Víctor, que podría apostar a que fue así. 
 


-¿Dejaron a la familia de Yuuri sola?- preguntó nuevamente.
 


-Es su familia, los que sobramos éramos nosotros. Si estuvimos metidos ahí fue por ti y por Víctor. No podíamos quedarnos más tiempo y menos cuando Víctor salió en ese estado. A decir verdad temí lo peor, temí que, guiado por el dolor Víctor pudiera hacerte algo malo...- confesó hablando con la seriedad que lo caracterizaba, mientras Yuri solo negó otra vez.
 


-Víctor nunca me haría daño, es muy racional y correcto como para hacer algo así. Él es muy gentil, y debido a esa gentileza es que probablemente ahora sufre más de lo que debiera. Quizá en algún momento si me culpó, o lo hace; pero sin duda a quien más culpa es a él mismo, porque se siente impotente al no poder hacer nada por el Katsudon, al no poder haber cumplido ni siquiera lo más simple, que era cuidarlo...- concluyó. 
 


 El kazajo lo miraba algo enternecido, ahora mismo el rostro de Yuri se veía tan sereno, tan dulce... que dolía, porque mostraba esa expresión hablando de Víctor y Yuuri;  dos personas muy importantes para él, probablemente más de lo que él lo era o llegaría a ser, y por la misma razón, aquello confirmaba su mayor temor.
 


-Conoces muy bien a Víctor, al grado de poder comprender sus sentimientos- respondió casi en un susurro.


 
-Lo conozco desde hace años, prácticamente desde que era un niño. Víctor siempre fue...- paró de hablar de golpe ¿qué era Víctor para él exactamente? 
 


-Víctor ya está en su habitación, será mejor que lo dejemos descansar…- interrumpió Mila a la pregunta silenciosa que se hizo, mientras bajaba por las escaleras acompañada de Georgi— Yuri, será mejor que tú también lo hagas, tantas tensiones no te hacen ningún bien— se puso a la altura del menor mientras él sólo negaba.
 


-Ya dormí mucho…- mintió, pero la verdad no se sentía cansado— ustedes vayan a descansar, fue un largo día, yo me quedaré a cuidar de Víctor.
 


-De eso nada…- interrumpió esta vez Georgi— yo soy el que está muy descansado, así que me quedaré a cuidarlos a los dos. Yuri…- se puso a la altura del adolescente él también— no asumas responsabilidades que no te corresponden, ¿vale?  
 


 El menor tardó en entender lo último, pero halló el mensaje. Quizá y estaba preocupando demasiado a sus compañeros de pista, lo notaba más que todo al tenerlos a todos sentados a su alrededor, en sus miradas y el modo en que le hablaban, ninguno lo culpaba ni estaba molesto con él pero, no podía evitarlo. Ahora mismo se sentía tan dolido, con un mar de emociones, que no sabía cómo expresarlas, estaba aturdido; pero su orgullo era tan grande que le impedía recibir algún tipo de consuelo, era devastador y frustrante; ahora mismo, no sabía ni qué  responder por lo que, lo único que pudo hacer fue asentir con la cabeza, lo que obviamente terminó por preocupar más a la gente que estaba a su alrededor; quienes no dijeron nada al respecto, y por lo que podía notar, trataban de actuar normalmente, tal vez creyendo que él no se daba cuenta de que estaba actuando muy diferente a como lo hacía normalmente. 


 
A veces no lograba entender el pensamiento de la gente adulta, ¿por qué  no le preguntaban directamente y ya?, ¿no podrían pensar que tal vez lo único que hacía falta era una pregunta?, quizá si preguntaban directamente él podría responder todas sus inquietudes, algo que ahora él mismo desconocía; era confuso. Ahora mismo sólo buscaba lo mismo que Víctor, un hombro en el cual desahogarse.    
 


-Bien, pues entonces ve a tu habitación, seguramente no has comido nada, así que prepararé algo…- continuó hablando Georgi. 
 


-Bueno, es hora de ponernos de pie…- dijo esta vez Mila, tratando de sonreír— fue una gran reunión sentados en el suelo, pero empiezan a dormirse mis pies— continuaba al tiempo que se estiraba, Georgi hacía lo mismo, mientras el menor observaba a todos en silencio, al igual que Otabek lo hacía con él.


 
Las palabras habían quedado en el aire y la duda de lo que vendría después de lo que dijo el rubio no lo dejarían tranquilo “Víctor siempre fue…” ¿Qué seguía?, ya habría tiempo de preguntarlo, por el momento el también se puso de pie al ver que Yuri lo había hecho. Sin decir nada, vio como el menor comenzó a subir por la escalera, ante la mirada preocupada de todos; en verdad, no parecía el Yuri de siempre, y eso comenzaba a preocuparlo demasiado, quizá más que al resto.
  

 


Caminaba por el pasillo dispuesto a llegar a su habitación e intentar dormir. Lo ocurrido recientemente lo estaba afectando mucho y no quería continuar de este modo; ya era tiempo de volver a equilibrar su vida, de no desperdiciar la segunda oportunidad que Yuuri le había dado, así lo veía; después de todo, se sacrificó por salvarlo, ¿no?, y aun cuando el mayor no está muerto, era como si lo estuviera. Si continuaba encerrado en aquella coraza sólo haría que su sacrificio sea en vano, el mejor agradecimiento que podía darle a Yuuri era sacudirse la tristeza y continuar hacia adelante.
 

 


Era fácil decirlo, pero era tan difícil hacerlo.
 


De pronto paró al llegar a la habitación de Víctor, sin pensarlo mucho entró y lo observó dormir. Ahora mismo lucía tan tranquilo, ojalá los sueños fueran eternos, en ellos todos los deseos pueden ser reales, todos los caprichos pueden ser cumplidos. Tomó asiento a los pies del ruso mayor, mientras pensaba en qué estaría soñando este, probablemente, por el rostro y la tranquilidad que mostraba, era un sueño muy bonito.
 


*******
 
-¡Víctor! ¿Podríamos descansar por un momento?- se escuchaba la voz agitada de Yuuri, mientras el nombrado daba la vuelta, ambos se hallaban en una colina llena de flores  
 
-Vamos Yuuri, no seas tan perezoso, se supone que tienes mucha más resistencia que yo…- respondía el albino sonriendo mientras el japonés caía sobre sus rodillas.
 
-En verdad Víctor, estoy agotado…- descargó su mochila y se puso a preparar el picnic que había llevado— además este es un buen sitio para descansar y comer un poco. 
 
Por su lado el mayor lo miro sonriente y le siguió la corriente; se sentó a su lado observando los deliciosos alimentos que el nipón había preparado. La verdad, en ese momento tenía mucha hambre, que ver tanta comida aumentaba su apetito 
 
-¡Delicioso!- dijo después de probar el alimento, mientras sonreía complacido.
 
-Sí, esta receta me la enseñó mi madre, es exclusiva de la familia Katsuki…- sonreía también el menor mientras comía.
 
-Ya ansío probar más recetas de la familia Katsuki…- decía alegre sin parar de comer 
 
-Víctor, si sigues así vas a ganar peso y no es bueno para ti. Además empezaré a pensar que me escogiste sólo por la comida…- advertía el más bajo mientras Víctor continuaba comiendo  
 
-Pero es que todo es tan delicioso. No me importaría estar rellenito si tengo esta comida todos los días, seremos una pareja de cerditos, una pareja muy feliz…- bromeaba mientras el otro se ponía algo rojo 
 
-¡Víctor!- estaba a punto de reclamar pero de pronto el ruso puso una mano en su mejilla acariciando dulcemente su rostro, lo que sorprendió al moreno y también bajó sus defensas
 
-¿Te ocurre algo?...- preguntó viéndolo un poco extrañado 
 
-No me dejes Yuuri, nunca me dejes…- no sabía por qué pedía aquello, sólo entendía que necesitaba decírselo.
 
-No lo haré Víctor, te lo prometo, nunca te dejaré, así que por favor, no me olvides…- tras decir aquello sonrió dulcemente, pero esa sonrisa por alguna razón era dolorosa.
 
Dolía pensar que este era un sueño, imaginar que pronto despertaría, y que cuando abriera los ojos esa persona y esa sonrisa ya no estarían ahí, lo lastimaban; saber que la felicidad que pudo sentir hace sólo un poco se esfumaría, hacían que en su corazón se formara un hueco profundo. Si este era un sueño, no quería despertar, porque en este sueño, él era feliz. 


 
****** 
 
Poco a poco sintió cómo sus ojos empezaban a abrirse haciéndolo preso de la realidad nuevamente, la realidad que atravesaba, la realidad que ahora tendría que afrontar. Comenzar a resignarse a vivir una vida sin Yuuri, ¿era eso posible?, ahora mismo no. Se negaba siquiera a considerarlo, Yuuri no estaba muerto, Yuuri despertaría algún día.
   


 Sintió un peso sobre sus pies; cuando posó su vista en ese lugar por un momento vio a Yuuri, pero esa figura se fue esfumando poco a poco, dejándolo ver a quien en realidad estaba ahí, Yuri; el chico con el cual el japonés compartía el nombre y por el cual se sacrificó. Ahora lo recordaba, no soportó ver el dolor en la familia de Yuuri, se sintió impotente y culpable por no cumplir lo que les prometió, cuidar de él, y salió del hospital corriendo ignorando las voces de sus compañeros.
 


No sabía de que huía, si del dolor, la culpa o la pena; únicamente deseaba que aquel sentimiento desapareciera, quería desquitar su ira, culpar a alguien más que a él mismo, gritar de la impotencia de no poder tomar el lugar de Yuuri; estaba enojado, furioso; llegó a su casa casi por instinto, se adentro en la oscuridad y dejó que la puerta se cerrara de golpe.
 


No podía soportarlo más, quería despertar de la pesadilla en la que se había tornado su vida, quería desaparecer el dolor en su pecho, la angustia que se apoderaba de él. De pronto sintió la presencia de alguien, cuando volteó la mirada, vio a esa persona que creyó que era mejor no debía ver; pero contrario a lo que había imaginado, su presencia le trajo cierta tranquilidad, sintió como si esa persona fuera la única que podía comprender el dolor que lo estaba consumiendo.


 
Así que sin pensarlo se acercó hasta él y lo abrazó como si fuera la única persona que le quedaba en el mundo, y en sus hombros se desahogó, y lloró como no lo había hecho hasta ahora, ya que trataba siempre de contenerse; pero esta vez fue diferente, dejó que sus lágrimas salieran sin control, ignorando que el adulto era él y que el otro era sólo un niño, alguien que apenas empieza a vivir y que no tenía por qué hacerse responsable de nada. Sin embargo Yuri dejó que le trasmitiera su pena y guardó silencio. En aquel momento entendió que el rubio también sufría.
 


Ahora que lo pensaba, había actuado de modo muy infantil, pero gracias a ello, el peso que sentía había disminuido, al menos un poco. Se sentó cuidando de no despertar a quien dormía y lo contempló mientras acariciaba algunos de sus cabellos.
 


 Yuri, la persona que no tenía nada en común con Yuuri más que el nombre. De algún modo nombrarlo así le hacía sentir bien, tanto, que había decidido llamarlo Yuri a partir de ahora, como lo hacía en un principio, como lo hacía antes de conocer a Yuuri… ¿Tal vez con el tiempo todo volvería a ser como al principio? 
 


“No me olvides” recordó la voz de Yuuri en sus sueños, y eso le dio la respuesta. No, nada volvería a ser como antes, no sería igual, nunca más lo sería. 
 


Ahora mismo, el futuro era incierto.
 

Notas finales:

 
 
Wiiiiiiii hasta aquí :D el capitulo salio algo corto T.T pero espero haya sido de su agrado :)
 
 Cualquier duda, sugerencia, critica o comentario es bien venido :D
 
Los personajes son propiedad de Sayo Yamamoto y Kubo sensei 
 
Créditos de corrección a Roüx Liz Cam :D
 
Gracias por leer :3 traere la continuación lo antes posible =D cuidence mucho por favor. Nos leemos la próxima  ^o^/ 


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