La cena transcurría con normalidad. Se estaban divirtiendo, era una noche amena, ideal para beber entre amigos. lo único diferente era el contacto constante entre Steve y Danny, era como sino pudieran mantener sus cuerpos alejados y necesitaran estar siempre en contacto. Una mano en el hombro o en la pierna, un caricia por aquí y por allá, de forma inconsciente pero necesitada.
Al finalizar la cena, brindaron con un ultimo shot propuesto por Chin y se retiraron al hotel, nadie noto las miradas cómplices entre las mujeres del grupo. Al llegar al hotel que estaba cerca se fueron a sus habitaciones, la pareja tenia una para ellos solos lo cual era bueno ya que desde que habían salido del bar se sentían sofocados, con calor, como si les estorbara la ropa y no sabían bien porque pero les urgía estar solos.
Fuera de la habitación.
- ¿Segura que funcionara?- Preguntaba Maia a Kono.
- Completamente, es el mejor afrodisíaco del mercado ideal para consumir en una cena romántica.- Kono parecía muy satisfecha con ella misma con lo que había logrado.
- ¿Como lo conseguiste tan rápido? - Sonaba asombrada.
- Chin tiene muy buenos contactos en toda la isla.- Le compartió como si fuera un secreto.
- ¿Como sabremos que funcionara?- Maia sonaba preocupada.
- Creo que lo escucharemos.- las chicas se pusieron cómodas esperando.
Adentro de la habitación.
Después del ultimo trago Danny y Steve se habían retirado a su habitación, ambos sentían un calor, pero no del que abundaba en Hawaii, sino del tipo mas carnal, tenían la necesidad de sentirse el uno al otro.
En cuanto cerraron la puerta, Steve agarro a Danny por la cintura y junto sus labios en un beso demandante y profundo, quería probar el sabor del otro, robarle el aliento, agarrarlo y nunca dejarlo ir.
Danny sentía la misma necesidad que Steve, de estar lo mas cerca posible, lo agarro de la camisa para poder traerlo, lo mas posible, mientra tenían una lucha de lenguas, en la que ambos serian ganadores.
El beso no era suficiente para ellos, necesitaban mas, era como si de repente hubieran perdido la cabeza y solo existía una necesidad que tenia que ser resuelta, en este caso la tensión sexual que siempre había estado entorno a ellos.
Steve metió sus manos dentro de la camisa de Danny, eso solo termino de excitarlos, estaban duros, sentían como sus pantalones les apretaban y necesitaba liberación, Steve quería hacer completamente suyo al rubio, no podía esperar mas.
Le arranco la camisa y paso de besar los labios a besar el cuello, hombros y toda la piel disponible a la que llegaba, Danny se había convertido en mantequilla en brazos de Steve, solo podía acariciar el cuerpo que tenia enfrente tratando de quitarle la ropa para tener acceso a todo ese increíble cuerpo, ya no pensaba, solo sentía y apenas podía coordinar.
Steve no estaba satisfecho, quería mas, tomo a Danny y lo empujo a la cama donde le quito el resto de la ropa, menos la ropa interior, después se quito la ropa tan rápido como pudo, dejando solo la interior, que tapaba su excitación y se coloco encima del rubio.
Sentir piel con piel fue mas excitante de lo que pudieron haber imaginado, nunca antes se habían sentido tan bien, desbordaban pasión y la lujuria los consumía. Empezaron a frotar sus miembros tratando de calmar sus ansias, pero aun no era suficiente, Steve arranco la ultima prenda y se quedo sin aliento al observar el pene de su amante, se le hizo agua la boca al observarlo, tal vez después lo probaría, cuando lo hicieran mas despacio, ahora tenia prisa, necesitaba estar ya dentro del rubio.
Danny observaba a su amante, lo que veía le excitaba mas, todo ese cuerpo era para el, cuando Steve se quito la ropa interior, sintió un tirón en su propia entrepierna, el miembro de Steve estaba totalmente erguido, era grueso y largo, probablemente lo partiría a la mitad al ingresar en el, pero seguro lo haría tocar el cielo.
Steve tomo el lubricante de la mesa de noche y lo unto en su mano derecha, la dirigió a la entrada del rubio, con la otra mano separo los cachetes del trasero para descubrir la fruncida entrada, ver esa fruncida entrada casi hace que se corra, solo con imaginar lo bien que la pasara al estar dentro.
Empezó a prepararlo, primero acaricio la entrada, después ingreso lentamente un dedo, estaba muy apretado.
-Relájate Danno o te dolerá.- Steve se estaba conteniendo pues lo único que quería era ingresar en ese apretado agujero para empezar a hacerlo suyo.
-E.. Es faahh..cil de..decirlo. Ahhh. Nooo es tuuu ahhh traasero.- Danny le costaba hablar, estaba agitado, entre la molestia y el placer y cada vez que habría la boca los gemidos eran inevitables.
- Tal vez en otro momento.- Respondió Steve, beso profundamente al rubio y con su mano izquierda comenzó a masturbarlo para distraerlo mientras ingresaba otro dedo. Los giraba y hacia movimientos de tijera para dilatarlo, ingreso el tercer dedo y simulo embestidas.
Cuando al fin lo sintió listo Steve unto el resto de lubricante en su propio pene y lo dirigió a la entrada de Danny, ingreso lentamente, para que el otro pudiera acostumbrarse, lo que menos quería era arruinar el momento, lastimando al rubio.
Danny sentía la molestia de la intromisión pero al mismo tiempo sentía una gran placer, como nunca antes lo había sentido y que Steve fuera lento, era una tortura, quería sentirlo por completo adentro de inmediato. Paso sus piernas en torno a la cintura de Steve y se impulso para que el pene de Steve entrada de una sola embestida, ambos soltaron un gemido muy alto.
Steve empezó a embestir de forma lenta, se retiraba hasta solo dejar la punta adentro y volvía a ingresar despacio. Estaba volviendo loco a Danny
-Mas...mas rápido Steve.- Los gemidos de Danny se escuchaban en todo momento.
-Danny... eres tan estrecho.- Steve también gemía. Atendía el pene de Danny mientras se movía en varios ritmos. Los gemidos que soltaba el rubio le indicaban que estaba disfrutándolo tanto como él mismo.
Perdieron la noción del tiempo, solo sentían el placer, hasta que ambos no pudieron mas y llegaron al orgasmos al mismo tiempo soltando un grito de placer. Danny se corrió en medio de ambos y Steve dentro del rubio.
Ambos se vieron a los ojos, sonrieron, se acercaron lentamente y se besaron lentamente aun sin separarse. El beso solo reinicio el ciclo de placer y lujuria en el que estaban por culpa del afrodisíaco. Tenían toda la noche para seguir disfrutando el uno del otro mientras hacían el amor probando diferentes formas de amarse hasta que el cansancio los alcance.
Afuera de la habitación.
-Te dije que funcionaria.- Dijo Kono
-Se escucho, fuerte y claro lo bien que funciono.- Se rió Maia pervertidamente.
Ambas se fueron a descansar a su habitación, contentas sabiendo que su plan había funcionado a la perfección. Pudieron dormir en paz.