-¡Oye, te estoy hablando!
Carter posó su atención en el cuerpo extendido a su lado.
-¿Qué sucede?-Jennifer se acomodo la sabana que deslizaba por su cuerpo, descubriendo su pecho.
-Lo mismo te digo, estas ido-Ella frunció el ceño- ¿Qué? ¿No la pasaste bien?
Él le dedicó una sonrisa arrolladora. Sabía cómo jugar.
-¿Tú qué piensas?-Dijo Carter mientras lentamente se acercaba y cubría el cuerpo de ella con el suyo.
-Ahora no importa lo que piense-Ella le sonreía de una manera totalmente provocativa.-Pero me gustaría más que me dijeras por qué estabas distraído.
Suspiro.
-Todo, especialmente ese estúpido examen de lengua-Explicó mientras se apartaba de ella. Se sentía tan cansado, no sabía porqué.
-¿La recuperación?-Preguntó Jennifer en un tono bastante curioso- ¿No que te habían asignado un tutor ya?
-Si, por supuesto que lo hicieron-Carter se pasó la mano por la cara-Es por eso mismo, ni siquiera me agrada el chico. Es obstinado, atrevido y orgulloso. Me fastidia solo verlo.
Jennifer lo observó durante un instante sin decir absolutamente nada. Carter vió como una sonrisa se formaba en su rostro.
-¿Qué te divierte tanto?- La miró de manera inquisitiva- Cualquiera diría que te divierte de sobremanera mi angustia.
-No, para nada-Jennifer le contestó, pero seguía sin creerle.
-¡Aja! Como digas- Prefirió mirar para otro lado.
Ella a duras penas pudo aguantar la gracia que le hacía su comportamiento.
-¡Oh vamos! No te pongas así- Se le arrimo pegando sus pechos a su espalda, sin decoro alguno.- Aunque no me has dicho quién es tu tutor, tal vez si me lo dijeras podría hacerte olvidar el tema.
Su voz era pastelosa.
¡Ja! Él ni loco pensaba decírselo. Ni seduciéndolo le sacaría esa información, primero con estreñimiento antes que eso. Se había jurado no decirle a nadie más, ya Tyler lo sabía y eso era suficiente tortura. El chico era insoportable.
Rápidamente se paro de la cama y encaminándose hacia el baño, cogiendo una toalla en el camino.
-Deberías irte, voy a salir- Dijo todo esto sin voltearla a ver. Él sabía que se iría, después de todo no era la primera vez que se acostaban.
El agua caía por su cuerpo. Borrando evidencia y renovandolo. Procuro darse una ducha veloz.
Salió de su cuarto y efectivamente Jennifer ya no estaba allí. Con la toalla envuelta en la cintura se acercó a su closet, cogió lo que sea y lo arrojó a la cama. Ni lo miro, es que osea todo le quedaba genial.
Cuando ya estuvo listo, cogió sus llaves y se dirigió al garaje. En el camino a su mente vinieron los recuerdos de toda esa semana. Rayos, había sido atroz, La pulga lo había masacrado, se notaba que sabía lo que hacía pero a veces sentía que su cabeza iba a estallar y el colmo era que la mitad del tiempo se la pasaban discutiendo. Mezclarlos era algo disparejo.
Por estar con la mente en otro lado, Carter tropezó con el mueble para darse un buen golpe en la rodilla.
-¡Maldita sea!- Maldijo, dando saltos para atrás sosteniéndose la rodilla, chocó contra la pared dándose en el codo-¡Hijo de tu...
Maldición esto solo le pasaba a él.De humor peor del de antes salió hacia la casa de Miller.
...
Aparcando de manera rápida la motocicleta, se colocó el casco debajo de su brazo y reajusto la mochila en el hombro.
Entrando en el ya conocido recorrido, se dirigió hacia la casa de Miller. pero había algo muy extraño, volteo a ver su moto y si. No muy lejos de donde se había aparcado se encontraba un convertible rojo, que en todas las veces que estuvo allí, nunca había visto.
Encogiéndose de hombros volvió a encaminarse, llegó a la puerta y tocó el timbre. En unos instantes le abrió la madre del chico, la señora Mary, con fiel sonrisa lo saludo.
A paso apresurado se dirigió a la habitación de La pulga pero justo en el momento que iba a coger el picaporte para abrir la puerta, esta se abrió. Y detrás de ella salió un chico de unos cuantos centímetros más alto que él, de cabello castaño oscuro peinado para atrás, y lentes rectangulares. El chico al verlo se visualizó en su rostro un rastro de sorpresa, en eso se escucho la voz de miller.
-¿Dereck? ¿Qué pasa?- Al instante Ayden se asomo por un lado. Su cara pasó de la curiosidad a la indiferencia. Carter se sorprendió con lo rápido que cambió su expresión.
-Uhmm, eres tu Blair llegas un poco tarde-Ayden se enderezó pero tanto él como el chico siguieron en la puerto, bloqueando el paso.
La mirada de Carter se posó en el más alto, era obvio que el chico quería saber quién era pero todo esta situación se estaba volviendo incómoda.
Carter carraspeó con inquietud.
-¡Oh! Cierto. Dereck este es Carter Blair, es el chico que te dije que le daba tutorías y Blair este es Dereck, mi hermano.
Eso confundió a Carter ya que esa misma semana él le había dicho que no tenía hermanos y tampoco es que viera al tal Dereck rondando por ahí. En eso el otro chico hablo.
-Somos hermanos de crianza si eso es lo que te preguntas-La voz del chico que se hacía llamar Dereck, era gruesa y baja, combinaba perfectamente con su apariencia de chico serio.
Bueno realmente Carter no sabía qué decir, así que lo que hizó fue asentir.
-Bueno, Blair entra antes de que se nos haga más tarde- Ayden desapareció detrás de Dereck, el cual le dio permiso para que entrara. Al pasar a su lado pudo notar como este lo seguía con la mirada. Inquietante.
Se acomodo tan pronto como la puerta estuvo cerrada.
-Es hijo de la familia dueña de la casa principal, por si eso te preguntabas-Le informó Carter sin levantar la vista de los apuntes. Ya se le hacía costumbre.
Solo asintió. No era lago que en verdad le interesara.
-Está bien, empecemos.
Ayden se acercó a él con los apuntes para que pudieran estar más cómodos. Pero cuando se acercó pudo percibir un percibir un leve olor a colonia, se le hacía extraño ya que en todo el tiempo viniendo nunca captó ese olor en el. Y no es como si se la pasara oliendole como perro faldero. Para nada.
Ignorando eso siguieron estudiando hasta que la madre de Ayden les trajo la merienda. De ahí Ayden solo repasó con él y le encargó unas cuantas preguntas.
-Ya es hora de que me vaya- Anuncio Carter mirando el reloj que tenía en la muñeca.
-Si, ya se está oscureciendo- Ayden le respondió dándole un vistazo al cielo por la ventana.
Carter cogió sus cosas, metió los apuntes en su mochilas y cogió su casco de la cama. Estaba punto de salir por la puerta cuando se dio cuenta que Miller lo miraba y una vez más Carter se preguntó cómo veía a través de esas gafas tan oscuras. Solo fueron siete segundos los que se quedaron viéndose mutuamente, Carter apartó la mirada y salió por la puerta.
Ya en al camino de vuelta hacia donde había aparcado la moto, a lo lejos, recostada en el carro de antes, visualizo una silueta. Era el tal Dereck. Poca importancia tenía para él ese sujeto así que no le presto atención.
Encendió su moto con el caso ya puesto y arrancó. Al pasar al lado del auto notó que el chico lo miraba, igual que Ayden lo había mirado.
Aceleró y salió de allí pero no sin la idea en la cabeza del extraño comportamiento de esos dos personajes.