Yo lo supe antes que tú por umikurumi

-Zoro-kun, Zoro-kun- Perona flotaba de un lado a otro a su alrededor-¿Qué?-dijo Zoro de muy mal humor, estaba recostado descansando en su habitación-Cuando veas a Sanji... ¿Le vas a decir que te gusta?- casi se cae de la cama de la impresión- !¿A quién demonios le van a gustar esas cejas raras?¡- Perona supo que hacer para escuchar la verdad -¡Negative Hollow!- él se agachó y en una pose sumisa explicó- Nunca me aceptaría... Es un… ¡Es un maldito mujeriego! ¡Y es un hombre! ¡A mí no me gustan los hombres! Y menos… él…- Perona suspiró-Si no lo intentas no lo sabrás- y antes de otra protesta de Zoro, otro fantasma hacía que dijera la verdad- Creo que está enamorado de Nami... No puedo competir con una chica guapa y de buen cuerpo si eso es lo que le gusta…- esta vez ambos guardaron silencio.

- ¡A mí no me gusta el estúpido cocinero así que déjame en paz!- dijo recostándose y dándole la espalda, dando por terminada la conversación.

-No es nada lindo, sigue negando todo y aparte es inseguro... ¿Cómo voy a lidiar con todo eso?- Perona ahora estaba cocinando con Mihawk- Eres más sensible que yo y es más probable que Zoro confíe en ti porque se la pasan juntos, yo soy su rival, y también su maestro. No puedo ir más allá a diferencia de ti.- Mihawk terminó de picar los vegetales y como si ello diera fin a la conversación, los echó en la cazuela. Zoro llegó a lavar los trastos y Perona ya no pudo decir nada más.

Después de comer en silencio y entrenar afuera durante horas, Zoro volvió cansado y un tanto deprimido, sin saber, o sin aceptar el porqué. Perona intentó hablar con él acerca de Sanji, pero estaba tan negativo en ese momento que no surtió ningún efecto (lo mismo que pasó en su batalla con Usopp) -Oi... No reaccionó... ¿Ahora qué hago?- susurró dirigiéndose a Mihawk- Hablar en serio con él, sin fantasmitas. Con la verdad- dijo leyendo e ignorándola.

Perona al no ver resultado fue con Zoro de nuevo -Zoro- lo llamó, y él volteó con una extraña cara de enojo- Cállate maldita mujer...- ella negó con la cabeza- oye, sé sincero conmigo ¿Te gusta Sanji?- y él estaba cansado de pelear, después de un momento de silencio contestó -Sí- el susurro casi le rompe el corazón a la peli rosa -¿Crees poder gustarle?- la frustración se escapaba en su voz -¿Al eterno mujeriego, guapo y fuerte? Claro, sólo me faltan mil años- Perona estaba incómoda-Si no te esfuerzas en ello nunca vas a ver el resultado, joven espadachín- dijo en el marco de la puerta Ojos de Halcón, que sentía que era lo único que podría hacer para apoyarlo -Maestro...- Zoro se quedó reflexionando un momento y luego se levantó y se sintió con mucha energía-¿Podemos entrenar más?- Mihawk sólo tomó el mango de su espada un segundo en señal de aprobación y luego se adelantó -Oi, Gracias- Perona sonrió después de reaccionar a esa inesperada reacción.

Él se fue a seguir a Mihawk, aunque llegó con unas cuantas... vueltas por la isla de retraso -¿Cómo sabes eso?- dijo de repente Zoro - Perdí a alguien por no intentarlo. Ahora cállate y ataca- Mihawk tomó de nuevo la empuñadura de su espada y sonrió. Se batieron en duelo hasta que se cansaron y las tripas de Zoro hicieron ruido- Vale, a comer- el otro se reía -de verdad son como niños- siguió riendo un buen rato, mientras el peli verde lo seguía de cerca, rojo como granada.

Poco a poco Sanji se fue colando de nuevo en sus pensamientos ese día.