Acababa de llegar a mi departamento del trabajo, Sergi estaba en la cocina mirando a un cajón de cuchillos... Desde la mañana él había estado actuando más raro de lo normal... Cerré la puerta de la entrada y me recosté un poco en el sofá de la sala, Sergi sacó un cuchillo del cajón y me miró de reojo, me levanté un poco espantado y me senté mirándolo.
-¡¿Qu-qué estás ha-haciendo?!- Sergi volteó y se acercó a mí con un cuchillo en la mano.
-Estoy cansado.. Hoy iba a ser un día muy importante para mí.. Hoy es el día en que tú morirías...- Mi cuerpo comenzó a temblar en cuanto me colocó el cuchillo en el cuello.
-Pe- pero.. T-tú no lo ha-harías.. ¿Ve-verdad?..- Sonrió un poco con una mirada un tanto sádica.. Que logró perturbarme aún más…
-¿Qué tanta credibilidad necesitas?.. Solo para saber que si voy a matarte…- Inconscientemente, lágrimas desbordaron mis ojos y comencé a sentirme agitado…
-¿Po.. Por qué?.. Se-Sergi.. Y-yo.. ¡No entiendo nada! ¡NO SÉ POR QUÉ HACES ESTO!- Me miró con algo de tristeza y me quitó el cuchillo del cuello, se alejó de mí, solo para que finalmente tirara el cuchillo por la ventana, se pasó una mano por la cabeza y comenzó a sollozar cerca de la ventana.
-Se-Sergi…- Me levanté del sofá en el que estaba sentado y me acerqué por su espalda.
-En., serio.. Tengo tantas ganas de matarte.. Ya no te acerques más..- Dejé de caminar y me abalancé sobre su espalda haciendo que terminara arrodillado.
-Maldita sea Jheremed… Como te odio…- Abracé su espalda y susurré en esta varias cosas..
-“Se suponía que.. Te tendrías que enamorar de mi..”- Se fue levantando poco a poco con algo de dificultad, porque yo estaba sobre él.
-Suéltame.. Voy a matarte..- Negué con la cabeza apegada en su espalda.
-No quiero que me mates… Quiero que me ames como antes… Eso sería genial...- Hizo un movimiento rápido haciendo que este quedara encima de mío…
-¿¡A qué te refieres!? ¿¡“Antes”!? ¡Tú y yo jamás podríamos ser una pareja si quiera! ¡Yo no soy un maldito marica! ¡¡Te acepté hasta donde podía!! ¡¡Pero esto es demasiado Jheremed!!- Sonreí ligeramente.. Más lágrimas recorrían mis mejillas, no dejaba de pensar… recordar… Todo aquello que habíamos vivido… Todo antes de aquel accidente…
-¡¡CONTÉSTA JHEREMED!!- Me agitó con fuerza contra el suelo haciendo que llorara cada vez más…
-¿Lo que quieres es matarme verdad?- Dejó de agitarme y se detuvo a mirarme.
-Si eso es lo que quieres… No te detendré más.. Sólo.. 2 cosas… Tienes que intentar hacerlo ver como un suicidio.. Preferiría que tú no fueras a prisión por culpa mía.. quiero que rehagas tu vida si yo soy una molestia en ella, y por último.. ¿Por qué quieres matarme?.. ¿Tantas ganas tienes de que desaparezca de tu vida?.. Sólo tenías que decirme “Suicídate”.. Yo haré cualquier cosa a cualquier costo por ti.. Pero.. Por lo visto... tienes tantas ganas de hacerlo tú mismo… No podría decirte que no…- Algunas lágrimas comenzaron a caer de sus mejillas mientras que me miraba a los ojos detenidamente.. con una mirada perdida.
-¿Por qué? ¿Te causé molestias? ¿Te lastimé? ¿Es tan imperdonable como para matarme?..- Nuevamente más lágrimas cayeron sobre mí, no podía mirarlo a los ojos, no podía.. aquellos ojos de los que me enamoré perdidamente.. Esos.. Estaban en un mar de lágrimas y no podía hacer nada para detenerlo.. En esos momentos como me odiaba a mí mismo… Incluso yo quería matarme.
-No lo sé… Solo.. Que me haces sentir extraño cuando estoy contigo.. ¡Y lo odio! ¡Odio sentirme así contigo y no con nadie más! ¡Me hace pensar en que si te mato dejaré de sentirme así! ¡Y me desharé del sentimiento que odio de mí!- Sonreí ligeramente y esta vez lo miré a esos ojos violeta azulado que adoraba pero quería ver por última vez.
-Hazlo.. Haz que desaparezca de este mundo.. Lo único que quiero es que seas feliz…- Agarré sus manos y las coloqué suavemente sobre mi cuello, haciendo que Sergi reaccionara y quitara bruscamente sus manos.
-¿Eso es lo único que quieres?.. Maldito depremido… Ni por más que lo intente.. Yo no puedo matarte.. Cada vez que me miras.. Me siento así… ¡Me siento enfermo! ¡¿Por qué maldita sea harías absolutamente cualquier cosa por mí?! ¡¡ESO NO TIENE SENTIDO!!- Me cubrí la cara con los antebrazos y comencé a llorar.
-Tiene todo el sentido para mí.. Eres la persona a la que amo.. Y jamás dejaré de amar.. Puede que ahora no lo entiendas… Pero si lo único que quieres es no sentirte así.. Puedo simplemente irme…- Me sujetó del cuello de mi camisa y me haló hasta llegar a su rostro.
-¡¿Por qué lo ves tan simple?! ¡¡Maldita sea!! ¡¡Yo no puedo entender por qué no puedo dejarte ir!! ¡¡Una parte de mí moriría si fuera así!! ¡SOY UN ESTÚPIDO YA LO SÉ!- Se levantó repente y corrió a su habitación dejándome tirado en el suelo… Aún seguía recordando… Lo mucho que amaba a Sergi antes de que perdiera la memoria...