Amar significa tener fe en el destino, y el destino es un maldito que juega con todos.
Patea duro, que no duele; corta profundo, para que sangre; lastímame, que ya estoy muerto.
Hiere en mí lo que queda de humanidad, borra todo rastro de debilidad y transfórmame en piedra. Evita que esta ilusión se convierta en mi condena y déjame seguir, sin ti.
Vete, no olvides llevarte tus recuerdos, mis memorias, los sentimientos que albergo por ti. Déjame solo, que nadie sospeche lo que sentí, que me rompiste en dos aunque sonrió para la foto. Déjame solo, que quiero morir.
Malditos sentimientos cargados de dolor, malditas emociones que me ciegan, que me asfixian, que llenan mi corazón de piedras y alfileres, apretándolo.
No, no soy un niño, no es un capricho, es mi primer amor y la primera ilusión que se va de mis manos. Pero duele, ¿Sabes? Duele como tener que soportar vivir sin poder hablar, duele como tener que estar a tu lado, y fingir que sonrío.
Pero me burlo, río y callo, por amor a ti, a ti y a tu felicidad.
Amar es…buscar la felicidad de quien amas, aún si aquella no se encuentra a tu lado. Amar es darlo y perderlo todo, despojarse del orgullo y resignarse a que, en algún momento, lo vas a perder todo.
Dieciséis años, y me duele haberme enamorado de ti. No fui completo, peor he sido perfecto, pero él tampoco lo es, y sin embargo te ha conseguido. Trato de verme en el espejo y comprender ¿Qué hice mal? ¿Qué falta o qué le sobra a él?
No me ilusionaste, yo mismo escribí en mi corazón tu nombre, yo mismo me veté por siempre a ser feliz, a poderte tener. Suena loco, y un poco arrebatado, pero ¿Sabes? El amor es así, un juego para dos dementes.
Amo tu sonrisa, y últimamente la veo cuando estás a su lado, ya no debe importarme. Busco tu felicidad ¿Lo recuerdas? Amar es ser feliz, y soy feliz si tú sonríes.
No me freno a mis acciones, aunque insulto y trato mal a quien te arrebata de mi lado, termino por ayudarlo a cumplir su cometido, con tal de verte feliz.
Le regalo mi idea, aquella que supuestamente ganaría tu corazón, y parece feliz, maldito viejo ¿Cuánto más me arrebatarás?
“Eres el mejor, gracias” Solo, nunca lo hagas sufrir.
Sí, es esa la sonrisa que esperaba, sabía que te ibas a enamorar de la idea del anillo en medio de un rosal ¿Original, verdad? Pero no me lo agradeces a mí, ni me regalas aquel beso, es a Viktor, mi rival, a quien te aferras.
“Yurio me ayudó, es un buen amigo”
Un amigo, un buen amigo, quien resignado se limita a darte felicidad por vectores.
“Muchas gracias por todo, Yurio”
Tu sonrisa me condena, encierra mi corazón en una cárcel que se amuralla de una sonrisa falsa, y gritos de supuesta vergüenza y desinterés. Ay, Yuuri ¿Qué hiciste conmigo?
Me has pedido ser uno de los testigos y padrino de aquella boda que se efectuará en América ¿Estás consciente del abismo que se forma en mí? Claro que no, si lo estuvieras, todo sería diferente.
Y como un gran masoquista, lo acepto.
“Yurio ¿Podríamos salir un momento?”
Salir, tomar aire, dejar de ver la dicha plasmada en tu rostro, sí, lo necesito. Muchas gracias.
Mis pasos van sobre fuego, ya no camino en las nubes como lo hice cuando te conocí, ya no sé qué es la calma, pues vivo en una tormenta que se llama “Despecho”. Y aunque una mano me sujeta de los hombros cuando llegamos a los jardines traseros de las aguas termales, me siento abandonado.
“Yurio, eres un chico muy fuerte”
No merezco ser llamado así, mucho menos que me miren con lástima. Si no hice nada por retenerte a mi lado ¿Qué merezco? Solo un castigo de los Dioses por rendirme sin haber luchado. Y mi condena es, lamentarme por el resto de mi vida, imaginando un “Vivieron felices por siempre” que jamás tocará la luz.
“Lo perdí para siempre, Otabek, y esta vez es definitivo”
Y resignarme a no tenerte.