Se encontraba ahí con la cabeza aún recostada en aquella piedra dejando de vez en cuando dejar escapar un poco de oxígeno.
Sabía que solo tenía unos pocos segundos más de aire y después tendría que salir a la superficie, pero ahora estaba seguro de querer quedarse ahí.
Ahora se daba cuenta, solo quería volver a ver a su Kakaroto. Era lo que más anhelaba en la vida así que simplemente cerro los ojos y espero a que su momento le llegara. Estaba tranquilo, pacifico... justo y como se lo imaginaba.
Pero estaba equivocado, se dio cuenta de que estaba en la vida real cuando sintió un suave toque en su mano, fue jalado del brazo bruscamente hasta que llego a la superficie y a la orilla de aquel río. No sabia exactamente que lo estaba jalando pero tampoco quería abrir ojos y seguir en la misma realidad.
Aquellas manos lo soltaron, se escucharon pisadas frente a el y finalmente se detuvieron.
Abrió los ojos mientras empezaba a toser bruscamente. Alzó la mirada, sus ojos brillaron al ver a su amado pero aun así su rostro no demostró ninguna gesto, como si tuviera miedo de que todo eso fuera una alucinación suya.
Kakaroto tomo su mentón acerco su rostro al de él. Pego su frente con la de su amado, era tan cálido que no quiso separarse de el
-Vegeta no estas bien y necesito que lo estés, quiero que seas fuerte por mi. Yo también te extraño como no sabes, extraño tus ojos azabaches, tu pelo rebelde como tu personalidad. Tu forma de expresarte como si odiaras y a la vez amaras lo que haces y lo que vez. No te dejare pero tienes que continuar, el camino no será fácil pero yo estaré aquí cuando lo necesites, no me veras pero sentirás aquella sensación extraña. Te amo.
Vegeta despego su mirada para alzarse con los brazos, se sentía pesado, estaba cansado y cayo al suelo una vez más cerrando sus ojos entregándose en los brazos de morfeo.
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Intento abrir sus ojos, le costo trabajo y cuando finalmente lo logro se dio cuenta de que no esta en el mismo lugar. Incluso estaba cómodo en aquella camilla de hospital, el olor a medicina inundaba la habitación, llevo sus manos a su rostro pero le dolían, sus extremidades dolían como si nunca se hubieran movido.
La puerta se bario y dejo ver a una enfermera que al verlo pareció sorprendida, tiro la charola que traía en la mano y salio corriendo del lugar dejando a Vegeta confundido.
Si tan peligroso era por la muerte de algunas personas por que no estaba encadenado a la camilla, hubiera sido más seguro, pero estaba libre.
Al poco tiempo llego un señor vestido con bata blanca, parecía tranquilo y hasta un poco feliz.
-Señor Vegeta me alegra que ya haya despertado- Dijo este alegre, algo que confundió más a su paciente.
-¿Dormido? ¿Por cuanto tiempo?-Pregunto el más bajo.
-Estuvo dormido durante 5 largos años y su pareja lo estuvo visitando durante unos 3 años-
-Alto... ¿Pareja?-
-Si, un muchacho de pelo azabache y alborotado... fue un fastidio durante un tiempo, no paraba de preguntar cuando despertarías- Dijo mientras daba la vuelta- Me retiro en un momento vendrá una enferme a chequearte y tal vez en una semana puedas salir.
Ahora todo estaba claro, el nunca había asesinado a nadie, no estaba solo y mucho menos estaba loco, todo había sido producto de aquel estado de coma. Se emociono tanto pues Kakaroto no estaba muerto, podría volver a ver a su amado una vez más, como si la vida le hubiera dado una ultima oportunidad.
-----------------------------Una Semana Después--------------------
Había regresado a su casa y después de recorrerla por quinta vez decidió ir a donde trabajaba, sabia que Kakaroto ya no resida ahí pues el doctor le había dicho que su paciente lo visitaba frecuentemente, esto llevaba a que había salido de ese horrible lugar.
Una que que llego al lugar, pregunto con la misma secretaria de hacia 5 años a donde se había ido su paciente, y después de que le dieran la dirección, decidió darle la renuncia a su ahora antiguo jefe, también tuvo una ultima charla con su compañero Trunks. Y cuando finalmente termino, tomo su auto y se dirigió a la casa de Kakaroto, realmente no estaba muy lejos de la suya.
Se estaciono frente a una casa café con puerta blanca, salio de su auto con valor y justo antes de tocar respiro hondo. No tardo en salir la persona que más ansiaba ver.
Era un hermoso reencuentro que no tardaron en salir lagrimas de los ojos del más bajo.
-Vegeta