Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Desde esa noche... por Alex M

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

"Ven, te voy a derretir en mi calor; yo soy el sol tú eres hielo, ven, ven y mójame los labios con alcohol y recorre mi cuerpo; sacia mi sed, descubre el secreto en mi cuello, muérdeme la piel... ven y piérdeme el respeto..."

Todos comenzaron a corear al unísono, a un ritmo perfecto, como si aquello se tratará de una coreografía elaborada meses atrás. 

- ¿Que? ¿Acaso me perdí los ensayos? - dije medio en broma, medio enserio, mirando a Daniel; quién se suponía era mi mejor amigo. 

El pelirrojo me dedico una rápida mirada, sonriendo, mientras continuaba cantando. Perfecto, entonces yo era el único que no se sabía la letra. Me crucé de brazos y volví a preguntarme cómo es que me había metido en aquel lío. 

 

 

Todo había comenzado tres días atrás, luego de que Daniel “nos confesara” que era gay. En realidad, Cass y yo ya lo habíamos sabido tiempo atrás, pero tuvimos que fingir sorpresa – ya que no queríamos arruinar su momento – así que nos emocionamos, lo abrazamos y le dijimos lo mucho que lo apoyábamos con todo esto.

Luego, salió a flote el tema de si tenía novio. Por supuesto, Cass apostaba a que nuestro lindo Daniel era virgen, pero yo no estaba tan seguro, al fin y al cabo, teníamos 17 años y estábamos a nada de cumplir 18.

Al final, resulto que no, no tenía novio – y por supuesto no tocamos el tema del sexo – por lo que decidimos salir a un antro gay. En realidad, lo decidió Cass y Daniel ya que estábamos en el mes del orgullo LGBTTI, y estábamos cerca de nuestras vacaciones.

 

 

 

A mi otro lado, se encontraba Cass, mi mejor amiga de toda la vida; quién igual que todos los demás, cantaba la canción a todo pulmón mientras saltaba de un lado a otro. 

- Hey, hey - susurró de pronto sobre mi oído, llamando mi atención - ¿ya viste al chico de allá? - preguntó, señalando con su dedo un punto al fondo del antro. 

- Hay muchos chicos, demasiados… - mascullé. 

Cass frunció los labios en una mueca. 

- No seas una amargado; sabes que estamos aquí por Daniel - por inercia, ambos giramos nuestros ojos hacía el pelirrojo, quién continuaba cantando con una enorme sonrisa en el rostro. 

Suspiré.

- Lo sé, lo sé... ¿entonces? ¿que pasa con ese chico que me estabas enseñando? 

- Esta guapísimo - dijo, sonriendo de lado - y ha estado mirando en nuestra dirección desde hace un rato. 

- Hummm - una vez más intenté visualizar al mencionado chico, pero llevaba tanto rato entre tantos hombres que ya todos me daban igual. 

- Es el alto, sexy, misterioso y que está fumando, aunque claramente aquí no se puede hacer. 

Esta vez si lo vi. Ciertamente era alto y tenía aquella aura misteriosa que tanto le encantaba a Daniel. Llevaba una camiseta blanca, un gorro de lana y justo como había dicho Cass, se encontraba fumando - pese a que estaba prohibido. 

Sonreí. 

- Es perfecto - susurré. 

- ¿Verdad? - dijo emocionada, sonriendo también.

- ¿Deberíamos decirle a Daniel?

La morena movió la cabeza, negando. 

- Es mejor que nosotros se lo presentemos - afirmó, mostrando aquella mirada maliciosa que solía tener cuando se le ocurría algún plan malvado.

- ¿Nosotros? - pregunté dudoso. 

- Tú... tienes que ser tú. 

Note como abría mis ojos y la miraba dejando en claro que pensaba estaba loca. 

- Claro que no, yo no pienso ir solo a ningún lugar. 

- Que cerrado de mente - gruño cruzándose de brazos - ¿si sabes que todo eso que dicen no son más que invenciones creadas por tipos que creen tener el derecho de poder juzgar a otros? 

Puse los ojos en blanco. 

- No lo digo por eso... - Cass me lanzó una acusadora mirada, dejándome en claro que no me creía - bueno... ok, si lo decía por eso. Ya sabes que yo no tengo nada en contra de los gays, ¡por dios, tengo un mejor amigo gay! solo que... 

- Solo que eres un cobarde - me interrumpió, poniendo aquella expresión de diva altanera que tanto odiaba. 

- Bueno, si. 

- Tienes que ser tú, a mí no me hacen caso. 

- ¿Y a mí sí? - mascullé. 

- Obviamente sí, eres guapo. 

- Y luego que, ¿le robo el galán a Daniel? – dije con sarcasmo.

- Solo tienes que ir, presentarte y traerlo hasta acá. Eso es todo. 

Claro, todo aquello sonaba fantástico, estupendo; lo malo es que por lo regular los planes de Cass solían salir mal. Muy mal. Así que no estaba nada seguro con aquello. 

- Tienes que hacerlo por Daniel, hoy es su noche. 

Bufé. Ya lo sabía, me había quedado claro luego de que me rogara que lo acompañara hasta este lugar. 

- Bueno...

- ¿Irás? - preguntó la morena, comenzando a sonreír. 

- Pero antes tengo que tomar algo. 

 

 

Media hora y tres tequilas después, me encontraba abriéndome paso entre las personas, intentando llegar hasta el príncipe perfecto para Daniel.

El lugar era como otros tantos, y estaba lleno de gente dada la hora. Una barra a la derecha, con el personal reunido en torno a las bebidas, y las mesas a la izquierda y al fondo. Las paredes estaban decoradas con estampas conmemorativas y viejas fotografías, muy antiguas. El lugar tenía sabor, sin lugar a dudas había sido elegido por el bueno gusto de Daniel.

Era obvio que había escuchado mis advertencias de llevarme a algún lugar de depravación donde terminaría con un grupo de chicos sudorosos bailando a mí alrededor.

Para eso ya habría otras noches, en compañía de Cass, eso claro.  

Por un momento, al atravesar la pista cubierta por humo, me sentí dentro de una película, uno de esos típicos chick flicks, donde todo terminaba resultando cómicamente mal para el protagonista.

Esperaba no ser el protagonista.

Lo peor, es que toda predicción auguraba que, si iba a ser así, que yo iba a ser el pobre tipo al que las cosas no le salían bien, porque cuando terminé de atravesar la pista de baile, y llegué hasta la barra donde supuestamente estaba el tipo... ya no lo estaba ¡había desaparecido!

Susurré un par de maldiciones, la mayor parte dirigidas a Cass. 

Pero... aun así decidí buscar un poco más. Al fin y al cabo, no había visto bien al tipo, así que quizás estuviera por ahí, en algún lugar, sólo que aún no me había dado cuenta. Sin embargo, pronto comencé a llamar la atención. 

Ya que parecía estar buscando algo - algo que claramente no quería - pronto unos cuantos tipos se me acercaron en plan de conquista, intentando ligar. 

Iba por el tercero, y comenzaba a darme por vencido cuando por fin lo vi.

Se había desecho del gorro de lana y ya no estaba fumando; su cabello, el cual ahora alcanzaba a distinguir era castaño, lo llevaba desordenado, como si simplemente se hubiera levantado y hubiera ido hasta ahí. 

En mi interior lo maldije por verse tan bien. 

De pronto, recordé cual era mi misión. ¿Que demonios haría? ¿Simplemente me acercaría y lo saludaría? ¿que pensaría de mí? además, estaba el hecho de que era terriblemente atractivo y no estaba muy seguro de que quisiera irse conmigo. 

Ok, ¿porque comenzaba a pensar en esta clase de cosas?

Lo mejor sería ser sincero y decirle que quería presentarle a mi amigo Daniel. De forma directa y clara. Visualice la escena y todo parecía mucho mejor de esta forma. 

Así que jalé aire - preparándome para el momento - y entonces... entonces algo paso. 

De pronto, justo como había sucedido momentos atrás con la canción de Playa Limbo, todos comenzaron a cantar y arremolinarse en la pista, bailando. 

¿Que demonios?

Antes de darme cuenta ya tenía un brazo rodeando mi cintura. Un chico rubio me miraba fijamente y no dejaba de sonreír. 

- ¿Ya escuchaste la canción? - preguntó. 

- Eh... - ¿que? 

- Creo que tenemos que besarnos - susurró cerca de mi oído y señalo a nuestro alrededor.

Entonces caí en cuenta de que estaba rodeado por chicos que se estaban besando. Tragué saliva con dificultad e intenté darle una explicación razonable.

- Eh... este... no es lo que piensas... yo vine aquí acompañando a un amigo y...

El rubio soltó una risita y sonrió aún más. 

- Chico, todos dicen eso la primera vez.

- ¿Ah?

- No tienes porque preocuparte, yo voy ayudarte - y de pronto, sin darme tiempo para pensar o gritar, comenzó a acercarse hacía mi - peligrosamente - rodeando con más fuerza de mi cintura y pegándome a él. Oh no... ¿¡me iba a besar!?

Mire a mi alrededor, intentando encontrar un rostro conocido. Esperaba que Cass o Daniel fueran conscientes de la situación y hubieran decidido ir a salvarme. 

Pero... en ese momento me encontré nuevamente con el chico. Aquel chico por el que 2estaba metido en este problema. 

Extrañamente parecía como... como si me estuviera mirando. Y no sólo eso, sino que también sonreía. 

Sin pensarlo dos veces, salté sobre él, rodeándolo con mis brazos. 

- Lo siento - le dije al rubio, quién me miro malhumorado - pero este es mi novio.

El rubio nos dedicó una larga mirada, primero luciendo algo confundido y luego molesto. 

- ¿Y no podrías haberlo dicho desde un principio? - dijo por fin, dando media vuelta, dejándonos solos. 

Justo comenzaba a respirar con normalidad, pensando en mi buena suerte cuando entonces pasó algo mucho peor. 

- No sabía que tú y yo éramos novios - susurró cerca de mi oído el tipo misterioso y de pronto fui consciente de que aún me encontraba abrazándolo - un abrazo muy extraño ciertamente - y que este no parecía ni un poco incomodo con mi cercanía.

- Este... yo... es que ese chico no me quería soltar y yo…

Y sucedió.

Tomó mi rostro con sus grandes y fuertes manos, y me beso. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).