Día 02: Paradoja del amor unilateral
Prompt: "Angst" Ruptura - Amor no correspondido
Mientras más crece Yuri reafirma su convicción respecto a lo estúpido que es el amor romántico desde la perspectiva del daño que hace. Estaban en la mitad de la temporada de patinaje cuando Georgi terminó con novia, una dulce belleza rubia llamada Kiska, el golpe no fue tan catastrófico cómo el provocado por Anya pues no se le veía gritando su nombre en medio de sus rutinas ni hablando del poderoso desamor en entrevistas, sin embargo el dolor estaba ahí, desplomando su buen progreso durante la temporada hasta su caída al quinto lugar del campeonato ruso y por consecuencia el serio planteamiento de anunciar su retiro.
—Creo que hoy no vendrá a practicar —comentó Milla más para sí misma mirando una vez más la entrada a la pista de hielo.
—Déjalo ya, ese idiota debe aprender a ser fuerte y superar esto o retirarse —le dijo Yuri pasando junto a ella, desplazándose para calentar sobre el hielo—. No puedes depender de esa clase de amor.
—Oh, ¿Desde cuándo te has vuelto un experto en amor?
—Basta, simplemente digo que esto es estúpido, el amor romántico es una basura.
—¿Cómo puedes decir eso en la misma pista de patinaje que él?
La pelirroja no necesitó señalarlo siquiera, un poco alejado de ellos Yuuri practicaba una secuencia de pasos conmovedora correspondiente a su nuevo programa corto.
Decidió ignorarlos a todos yendo a practicar saltos, esa temporada estaba resultando desesperantemente parecida a la anterior, sobre todo en la parte que el idiota japonés se la pasaba pregonando que teniendo diferente tema ganará cada premio gracias al poder del amor. ¿El resultado? Medalla de oro en el Grand Prix Final y el campeonato japonés. Le enfermaba recordar la empalagosa escena protagonizada por el par de idiotas en el aeropuerto con Víctor canturreando algo sobre besar la segunda medalla de oro de Iuu~uri y festejar con algo de bebida.
Dio un alto salchow cuádruple gracias a la ira contra esos dos, bien, la rabia siempre potenciaba sus habilidades técnicas, por eso esta temporada se ha sentido tan cómodo patinando rutinas tan apasionadas cómo Yakov y Lilia lo han permitido, llenas de furia y energía.
Lamentablemente no resultaron tan bien en comparación a las puntuaciones obtenidas con Ágape o Allegro Appassionato, sino que fueron algo tibios.
"Es normal este resultado, tu cuerpo está cambiando Yuri, cuando termines de crecer podrás superar a Vitya" dijo Yakov sosteniendo su medalla de bronce del GPF.
"No debes olvidar todo lo que has aprendido sobre el amor, incluso si la rutina requiere otras emociones las personas que te aman siempre estarán ahí" aconsejó Lilia esa misma tarde con tono severo.
Aprovechando que Yakov estaba alejado de la pista ocupado con Víctor hablando sobre los vestuarios Yuri volvió a ejecutar la rutina de Ágape con algunos cambios para evitar fatigarse demasiado.
Elevó los brazos al cielo dando un giro, siempre al empezar pensaba en su abuelo, en el amor incondicional que siempre le ha proferido, sin ser su responsabilidad cuidó de él desde pequeño aún siendo demasiado pobre, va a ver todos sus eventos mientras la espalda se lo permita y ha sido el más grande apoyo en su vida. Dio el primer salto evitando pensar en el cerdo, a quien su mente siempre divagaba luego de su abuelo para pensar en Víctor, quería a ese idiota pese a todo; a Yakov y Lilia, sus malvadas figuras paternas con toques espartanos; la mujer desgraciada de Mila, por quien daría una pierna y Otabek, su primer amigo en el mundo.
Mientras giraba entrando a la segunda mitad del programa corto notó a Yuuri haciendo una hermosa Ina Bauer y no pudo sacárselo de la cabeza más, había aceptado ya desde esa lluviosa noche de julio hablando sobre princesas en las estrellas y puentes de grullas que le ama de una forma diferente a todas esas personas importantes en su vida, no era sólo la manera como siempre le hechizaba sobre la pista de hielo ni cuanto le hiciera experimentar nuevas emociones con esa seducción inocente, era más el deseo de estar cerca de él, de hacerlo sonreír, robar su atención, de estar a su lado y no dejarle nunca.
La imagen de Yuuri siendo elevado en brazos de Victor durante la gala del año pasado en su patinaje a dueto, mostrando con orgullo ese hermoso par de anillos atravesó sus memorias cual relámpago provocándole caer tras el último salto, golpeando dolorosamente su costado contra el hielo.
—Oh, estaba saliendo tan bonito —se quejó Mila en tono de niña pequeña por instinto.
Yuri levantó la cabeza comprobando que no sólo ella sino todos en el lugar le miraban fijamente, especialmente el katsudon, quien tenía los ojos abiertos en par, asombrado con semejante muestra de talento.
—¡Eso fue muy bueno Yurio! Esa es la clase de amor en la que debes pensar cuando patinas —dijo Víctor con tono alegre entrando a la pista de hielo, yendo directamente hacia Yuuri.
—Ya que andas con esos ánimos, comienza desde la segunda mitad de tu programa libre Yuratchka —ordenó Yakov.
Pero Yuri se encontraba un tanto descompuesto, la revelación de que no sólo estaba enamorado de Yuuri lo golpeó casi literalmente sino también la de estar celoso de su relación con Víctor era demasiado para su aún demasiado joven mente, tan pronto intentó dar su primer salto volvió a caer estrepitosamente contra el hielo para sorpresa de su entrenador.
—Quizá debas tomarte un descanso —dijo Yakov al verlo acercarse.
—Sí —murmuró el rubio saliendo de la pista de patinaje.
La docilidad con la que aceptó aquello dejó al viejo entrenador asustado, quizá se había golpeado bastante duro en la cabeza. Por su parte Víctor observó todo de reojo con cuidado, ya lo había sospechado antes y no pasó desapercibido la mejora en la actuación de Yurio tras echar un vistazo a Yuuri confirmándoselo: se estaba enamorando del cerdito japonés.
—Es duro crecer ¿No lo crees, Víctor? —comentó Yuuri casualmente una vez se acercó a él.
—Por eso no debemos dormirnos en nuestros laureles —respondió con una sonrisa, se acercó a él tomándole de las manos para susurrarle al oído—, de lo contrario Yurio podrá dejarnos en vergüenza.
—No imaginaba que tú pudieras sentir esa clase de competitividad.
—Contigo en la competencia es inevitable.
—Vamos, Víctor —pidió el japonés entre risas, aprovechando tener las manos juntas para impulsarse hacia atrás, arrastrando a su entrenador con él.
—¡No estés perdiendo el tiempo Vitya! ¡El campeonato mundial está muy cerca! —regañó Yakov alterado.
Lo último que pudo ver Yuri camino a los vestidores con el pecho punzando de un dolor mucho más agudo al de su costado fue a su ingrato amor no correspondido juguetear patinando alrededor de otro hombre quien admiró una vez. Esta bien, el no se dejará vencer por algo así, no importa si tiene el corazón hecho pedazos, nada lo detendrá.
Continuará...