-Demonios, Sucrette no se que hacer, faltan solo unas horas para que Castiel vuelva y no tengo un regalo para el-Decía un angustiado rubio mientras caminaba en círculos frente a su teñida amiga.
-Me sorprende que lo hayas dejado a último minuto-Comentó la peliazul mientras mantenía su vista en la pantalla de su celular.
-No es que lo "dejara a último minuto", es que la directora me dejó mucho trabajo estas últimas semanas-Se excusó el rubio.
-¿Y decidiste que era más importante la escuela y tu trabajo como delegado que el primer cumpleaños que Castiel y tu pasan como pareja?-Dijo esta vez mirandolo.
-Si lo dices de ese modo me haces sentir culpable...-Dijo Nathaniel evitando su mirada.
-Esa era la idea- Sonríe de medio lado.
-¡Ya basta! No te llamé para esto-Reprochó el rubio.
-Cierto, me llamaste para ayudarte a buscar el regalo perfecto para tu novio-Recordó la teñida.
-Si, ahora dejemos de perder el tiempo y pensemos en algo-Dijo el rubio mientras empezaba a caminar en círculos otra vez.
-Mmmm.... A Castiel solo hay dos cosas que le encantan la música y...-Se detuvo y sonrió mientras miraba Nathaniel.
-Oh, conozco esa sonrisa, tienes algo-Dijo Nath dejando de caminar y mirando a su amiga.
-Así es, pero no te va a gustar-Su sonrisa se ensancho al ver la cara de preocupación del rubio-Pero antes necesitaremos comprar algunas cosas.
-Pero que sea rápido, quedan solo cuatro horas con cuarenta y cinco minutos-Dijo mirando su reloj mientras se dirije a la puerta.
-Más que suficiente-Se levanta del sofá y sigue al rubio.
(***)
-A donde me has traído Sucrette-Dice el rubio mirando el letrero de la tienda.
-A comprar tu regalo, ahora entremos-Toma la mano del rubio y lo arrastra al interior de la tienda.
-Dios, ¿en que me he metido?-Se pregunta Nath mientras es arrastrado.
(***)
-Yo no me pondré esto-Se queja el rubio en el baño de su hogar. Habían llegado de la tienda hace algunos minutos.
-Oh, claro que lo haras-Dice la chica.
-Pero Sucrette....-Lloriquea Nathaniel.
-Pero nada, ahora ponte eso y sal de allí-Sentenció Sucrette.
-Esta bien, pero no te burles...-Dicho esto el sonrojado rubio salio del baño.
-Wow.. te vez...muy sexy-Dice la chica mirando su creación.
-¿Crees que le guste?-Pregunta un muy sonrojado Nathaniel.
-¿Bromeas? Lo va a amar-Afirma-Ahora solo tenemos que dar los toques finales.
(***)
Horas más tarde se puede ver a un agotado pelirrojo entrar al departamento que compartía con el rubio, su rubio.
-¡Estoy en casa!-Avisa como todos los días, esperando la usual bienvenida de su fiel can y su hermoso novio. Pero esta vez nadie llega-¿Nath? ¿Demonio?-Vuelve a llamar pero aún así nada.
Decide no darle la mayor importancia, tal vez Nathaniel salio a pasear a Demonio y por eso no hay nadie en casa. Se quita los zapatos y los deja tirados por ahí, a sabiendas que luego recibirá un regaño por parte de él rubio, y comienza a caminar en dirección a su habitación, cuando está a solo metros de la puerta comienza a escuchar sonidos saliendo de esta, acaso eso son.. ¿gemidos?
Acelera el paso y cuanto más se acerca los gemidos se hacen más nítidos. Cuando llega a la puerta inhala profundamente antes de tomar el pomo y girarlo. Al hacerlo no puede creer lo que ve; Nathaniel estaba acostado en la cama con las piernas abiertas, las cuales cabe destacar estaban adornadas por unas hermosas medias de encaje, tocandose por sobre la pequeña pantie que traía puesta.
-Nath.. ¿que..-Intenta preguntar pero le es imposible hacer una oración coherente con el rubio delante de él gimiendo su nombre. El pelirrojo podía sentir como la sangre se dirige a su miembro.
-Ah~.. Castiel...-Gemia mirandolo directamente a los ojos-...ven...Ah~
Obedeciendo a lo que Nathaniel le pedía se acerco a la cama sin apartar sus ojos de el cuerpo de su novio. El rubio se levantó de la cama e hizo que el pelirrojo se sentara en la orilla de esta.
-Nath.. ¿que planeas hac...-No pudo terminar su oración ya que el rubio se puso de rodillas y comenzó a abrir el pantalón y a bajar la ropa interior de su pareja, posteriormente tomó el miembro ya libre de su novio, causando un gemido en el pelirrojo por el contacto.
Castiel no daba crédito a lo que estaba pasando, ¿qué pasó con su tímido y correcto novio? Sin duda Nathaniel era una caja de sorpresas.
-¿Qué quieres que haga, daddy?-Preguntó Nathaniel poniendo voz de inocencia. Realmente el rubio quería matarlo.
-Chupamela-Ordenó con voz autoritaria, el rubio estaba muy cooperativo y no podía desaprovechar esta oportunidad.
Sin rechistar el rubio acerco su cabeza al miembro de su novio y paso su lengua por el glande de este para luego meter lo en su boca y chuparlo con fuerza, causando un gemido en el pelirrojo. Con una pequeña sonrisa maliciosa comenzó a meter completamente el falo en su boca. Miraba a Castiel directamente a los ojos mientras lo hacía.
Una vez tuvo todo el miembro en la boca comenzó un vaivén, movía su cabeza hacia atrás sacando el falo casi por completo de su boca y lo volvía a introducir. Llevo su mano derecha a los testículos de su novio, los apretaba ligeramente generando más placer durante la felación.
El pelirrojo tomó con su mano los cabellos rubios marcando el ritmo, le fue inevitable mover ligeramente las caderas, follandose la boca de su novio. Después de un rato, cuando el mayor sintió que estaba por acabar tiró de los cabellos de su novio separandolo de su miembro. El rubio hizo un ruido de protesta.
-Aunque me encantaría terminar en tu caliente boca, prefiero hacerlo en otro lugar. Ahora súbete a la cama y ponte en cuatro-Dijo Castiel, sintiéndose complacido al ver a Nathaniel seguir sus ordenes.
Castiel termino de desvestirse antes de posicionárse detrás de él rubio en la cama.
-Dime, ¿Que quieres que haga?- Susurró el pelirrojo en el oído del rubio.
-Follame-Responde el rubio con voz jadeante.
-Tus deseos son ordenes-Dijo el pelirrojo para posteriormente bajar las panties del rubio e introducirse en el lentamente-Ah... ¿Bebé se preparo para daddy?-dijo al notar su entrada dilatada.
-Ah.. B..bebé tenia que estar listo para recibir a su daddy... mhg-Responde el rubio entre gemidos al sentir como el mayor empieza a embestirlo lentamente-No... más rápido... rompeme... ah...
El pelirrojo al escuchar esto no pudo contenerse más, empezó a dar embestidas rápidas y profundas. El menor solo podía gemir una y otra vez. Luego de varios minutos ambos estaban cerca del orgasmo.
-Ah... daddy... más rapido... me vengo... ah-Gemia el rubio con fuerza al sentir el miembro en su interior impactar una y otra vez en su punto dulce.
-Aguanta un poco más bebé-El pelirrojo aumento la fuerza de sus embestidas. Luego de unos segundos ambos se vinieron, el menor en las sabanas y el mayor dentro del rubio.
Castiel salio del interior de su novio y se acostó a su lado, abrazandolo por la cintura con fuerza. El menor se acurrucó en el pecho del mayor. Ambos estaban sumamente cansados, pero antes de caer dormidos el rubio susurró unas palabras que hicieron sonreir al teñido.
-Feliz cumpleaños, cariño.