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Hanamiya apretó los dientes, estaba sentado en la celda de energía oyendo los patéticos temblores de su vecino. A decir verdad ya llevaba varios minutos así, él era una persona de cero paciencia y los pequeños ruidos que hacía su vecino le exasperaban, hasta que, finalmente creyó oír un sollozo.
— ¡Furihata! —Ladro, se levantó de un salto y se acercó a la pared de energía — ¡canino inútil deja de llorar ahora mismo! — pero solo recibió un sollozo más fuerte.
Era suficiente, sino lo callaban él mismo lo haría.
—Miya-chan, no le digas así a Kou-chan, no ves que está muy asustado —intervino de inmediato Reo tratando de mediar, el pequeño de Kouki estaba al borde del llanto.
—y una mierda Reo, ya está grandecito para llorar como nena —contesto enojado.
Mibuchi arrugo el entrecejo y con voz molesta pero clara le hablo.
—Yo me recuerdo que no hace mucho tú llorabas en mi hombro a gritos y yo dejaba que te desahogaras.
La risa de Himuro y Kagami paro cualquier gruñido de Hanamiya.
—Ya cállate —hablo el pelirrojo, estaba cansado de la actitud de la hiena (entiéndase Hanamiya)
—Tu cállate estúpido — contesto con mala leche.
Kagami gruñó alto retando al otro pero Himuro le detuvo.
—todos estamos estresados por la situación, además Kouki no debería estar aquí.
Hanamiya suspiró, él sabía que sus nervios estaban algo crispados, no era parte del plan que él fuera capturado, ni él ni él castaño.
—Ya lo sé —murmuró, aunque aún seguía enojado.
Reo sonrío feliz a Furihata que al escuchar a sus demás compañeros trato de tranquilizare pero el sonido de la compuerta y las voces de varios hombres le hicieron que saltara asustado en su lugar.
Furihata no pudo evitar temblar más al ver que se detenían enfrente de su celda y quitaban la energía para de inmediato agarrarle con fuerza, soltó un pequeño grito cuando el hombre torció de manera dolorosa su brazo y lo giro empotrándolo contra la pared del fondo.
— ¿¡pero qué diablos!? —grito Hanamiya.
— ¡suelten a Kou-chan lo lastiman!— grito Reo, mirando entre confuso y molesto a los guardias
— ¡suéltenlo malditos! —Kouki escucho a Kagami unirse a los gritos con fuertes golpes a la celda de energía.
Ninguno hizo caso alguno a las quejas de sus compañeros, ya en el pasillo y bien asegurado los hombres le empujaban fuera del lugar hasta que el mismo guardia le empujó con demasiada fuerza haciéndolo caer, Kouki se mordió la lengua para evitar el llanto y también pudo escuchar los gritos de sus demás compañeros.
— ¡Deténganse! —Grito finalmente Himuro bastante molesto, si es que su ceño fruncido decía algo —Tengo el derecho de saber qué harán con uno de los míos.
Dos de ellos se vieron, y tras unas pocas palabras uno de ellos se detuvo enfrente de la celda de Kagami y Himuro.
—Por órdenes del capitán se hará inicio al proceso judicial al que serán sometidos, uno de los pasos es darles una evaluación médica para constar su estado óptimo — Himuro se puso pálido y busco a tientas a Kagami, este se acercó y apretó sus hombros tensos— Se les llevará individualmente, por ahora él será el primero.
Y se fue, Kagami gruñó molesto, por los guardias y por ver cómo dejaban a su compañero. Lo acercó más abrazándolo tratando de calmarle con su presencia, verlo así le partía el corazón.
— ¡Tenemos que hacer algo de inmediato! —gruño la Hiena.
Reo estaba mortalmente serio viendo la celda de energía. —Ya pasaron suficientes horas Tat-chan, la nave estará lista para poder irnos. Lo mejor es ver cómo salir de aquí antes de que evalué Kou-chan o a cualquiera de nosotros.
Himuro se alejó de los brazos de Taiga y se giró viendo a los otros, suspiro resignado.
—Creo será necesario pasar al plan T-2.
Reo se acercó al límite del muro de energía, sorprendido y angustiado. Por su parte Hanamiya había soltado una enorme carcajada, bastante emocionado.
—pero dijiste que ese “Plan”, estaba totalmente descartado Tat-chan, además es jodidamente peligroso.
Tatsuya asintió dándole la razón.
El pelirrojo a su lado apretó los labios, sabía de antemano porque era tan peligroso.
—Estamos en circunstancias de alerta, no podemos dejar que analicen su sangre.
— ¿Qué esperamos entonces? ¿A qué abran al canino? — canturreo makoto.
— ¡Miya-chan! ¡No lo digas ni en broma!
Reo siguió discutiendo con su compañero, Tatsuya se giró y aprecio la silueta angustiada del pelirrojo, se acercó con suavidad, sonrío cuando vio que Taiga se removía nervioso.
—Lo siento tanto Taiga sé que no estás de acuerdo con esto.
El muchacho le sonrió.
—Si todo saliese mal, quiero que me mates.
Himuro apretó sus labios y sus ojos se cristalizaron, pero asintió.
—Sabes que siempre vuelvo a ti, entonces, ¿Por qué lloras? —susurro en su oído.
—Eso no lo hace menos doloroso Taiga.
Kagami asintió apretando sus labios, mortificado.
—Lo siento, Tatsuya.
Himuro quiso contestarle pero el sonido seco de las compuertas llamó su atención, un hombre alto de piel trigueña y cabello negro entro con un traje negro completo.
Se acercó rápido e ingresando un código en la computadora dejo vía libre a que salieran.
— ¡Maldición! ¡Ya era hora! —gruño, la hiena.
Por otra parte el presente les sonrío. Tatsuya respiró aliviado y Kagami se relajó volviendo a su sonrisa emocionada.
El hombre cambio, ya no había rastro alguno del anterior, en su lugar un rubio brillante llamaba la atención.
—Kise Ryōta, a sus órdenes capitán.
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Kise pensó que esto sería más difícil, le sorprendió la facilidad en la que se escabulló y camuflo entre los miles de tripulantes. Contrario a los demás él tenía la misión de no ser encontrado, río pensando en la ingenuidad del capitán de esa flota al pensar que había capturado un grupo de rebeldes tan fácilmente, si supiera que ellos los dejaron hacerlo todo mucho más accesible.
—Pobre diablo—pensó.
Fue solo un pequeño contratiempo al saber lo de Furichi, era cansado mantener su cerebro tan ocupado, él se había infiltrado con la intención de investigar una pista gorda que había llegado a los cuarteles. Él fue elegido, sus habilidades encajaban perfectamente con la situación de espionaje así que no se dudó un segundo al mandarlo[jl1] .
Aunque el plan de rescate era bastante simple, ahora mismo el rubio estaba tratando de hacer todo el trabajo solo, suspiro pensando en su suerte al recaerle tantas responsabilidades.
Apenas habían pasados dos minutos desde que vio a su castaño compañero pasar custodiado por unos brutos sin cerebro, calculo que le tomaría al menos de tres minutos en alcanzarle con los demás ya libres, el recorrido de entre la zona médica a las celdas era de seis y medio minutos a paso calmado, el mismo había medido el tiempo, makoto le seguía el paso con euforia esperando por qué corriera un poco de sangre, y por la mueca sería de su capitán al parecer sería todo un río el que dejaría derramar.
Los cinco alcanzaron a vislumbrar el pequeño grupo que llevaba a Furihata a lo que sería sin lugar a dudas un matadero. Hanamiya apenas y giró un poco mirando a Tatsuya en muda pregunta, el mayor asintió aun corriendo por el pasillo.
— ¡corran con más fuerza perras! —grito Hanamiya a los guardias, dejando inmediatamente a los demás.
El grito que retumbó en las paredes dejo paralizado a varios presentes.
La risa de la hiena erizo la piel a más de uno, había golpeado a uno de los guardias detrás de la cabeza, causándole posiblemente un daño irreparable, el pasillo no sería el mismo y Ryōta dudaba seriamente en que el apoyo de limpieza de la nave pudiera quitar las manchas de sangre del techo.
Kise observó todo acostumbrado, nada comparado a Kagami o Reo que siempre ponían cara agria,
Fue solo un momento, pudiera que solo segundos o menos pero en su mente se produjo un flashazo con imágenes donde habían tubos de ensayo y agujas en su brazo el olor intenso a hierro por la sangre derramada, le mareo un momento, respiro profundo, sacudió levemente su cabeza despejándose y preparándose, tomó su arma y cubrió a Hanamiya mientras golpeaba a los demás guardias, los otros tres tomaron al castaño que seguía en estado catatónico, ausente y demasiado espantado para hablar o moverse por sí mismo.
El sistema de seguridad aún no había sido activado así que aún tendrían como máximo tres minutos para llegar al área de desembarque y salir vivos de ahí.
Estaban en el segundo nivel del lado este de la nave, así que tendrían que bajar hasta el primer nivel donde se encontraba su nave y finalmente salir del lugar.
Hanamiya terminó su trabajo con una última carcajada, le ignoro, la adrenalina en el cuerpo de su compañero pareciera haber sido disparada con ese pequeño incentivo. Tatsuya les hizo una seña y enseguida todos emprendieron el camino al primer ascensor funcionarle que apareciera.
Pero fue imposible, la alarma de seguridad así como luces rojas empezaron a sonar.
—mierda, lo notaron antes de tiempo — pensó el rubio— ¡Tatsuchi! ¡Por aquí! ¡Tomaremos la vía auxiliar!
Los condujo a un pasillo que se usaba para cargamento pesado, que igualmente llevaba al primer nivel, era poco concurrido ya que el personal prefería los ascensores de energía, el pasillo era oscuro de por sí, pero el tinte rojo de las luces creaba un ambiente escalofriante.
Kise estaba al frente guiándolos, gruño cuando vio a alguien acercándose de frente y sin vacilar sacó su arma, detuvo a todos y les hizo una seña para que fueran hacia atrás por si más miembros de la nave llegaran, el tipo buscó su arma pero el rubio fue más rápido, inmovilizó sus piernas y con un golpe al hígado le desmayo.
— ¿qué mierda? —Cuestionó makoto acercándose— ¿le dejaste vivo?
Los demás hicieron igual y observaron al sujeto desmayado, no es que fueran sicarios matando a cualquier pobre diablo que se cruzará pero en esta situación era inevitable, no podían darse el lujo de dejar evidencias, menos testigos. Himuro miró hacia Kise y este sonrió tratando de calmarle.
—Él es Hyuuga-san, teniente segundo y jefe de ingeniería, él nos ayudará a salir.
El morocho asintió y de inmediato reo se acercó y tomo al sujeto en brazos, soltó una risita al ver un hilo de baba caer por la comisura de sus labios, Hanamiya a su lado negó poniendo los ojos en blanco.
—muy bien Tatsuchi quítate la ropa.