— 7 horas después del ataque —
—El daño es del 62.2% de la nave, la zona sur de los ductos radiactivos fueron destruidos completamente, la energía se restaurará ya al 100% cuando logremos disminuir los daños de los ductos, aparte aún tenemos la zona de desembarqué, está en reparación por los disparo de luz, calculamos que en 10 horas más tendremos lista a Josei, al menos lo suficiente hasta llegar a un puerto— aseguró en tono irritado el jefe de ingeniería.
El Doctor suspiro al terminar Hyuuga, era su turno de dar un informe.
—En total fueron cincuenta y siete pacientes con heridas leves, veintitrés en gravedad y ... —guardó silencio, se quitó las gafas sintiéndolas más pesadas de lo normal y estrujo con algo de fuerza el puente de su nariz, el doctor penso fugazmente que no pensó acabar así el día— cuarenta y un intratables.
Midorima pudo escuchar perfectamente como el otro bufo, contuvo una mueca al escuchar que hasta bufando tenía gracias y elegancia, miro a su superior con cansancio mientras este dejaba el pequeño vaso de Sake en su lugar, por otro lado el ingeniero en jefe Hyuuga, se tomó de un trago el pequeño vaso de Sake.
—Dilo como es Shintaro, el echo que cambies la palabra no cambiará el resultado.
El más alto trato de negarse discutiendo que sería de igual forma, los muertos son pacientes intratables no tienen ninguna solución.
Y otra vez pudo sentir la mirada de su capitán fija en el y con toda la voluntad que reunió le hablo.
—cinco muertos por exposición readeactiva por los ductos del techo que colapsaron, tres muertes instantáneas por un disparo de luz y siete en el ala médica por heridas graves y los veintiséis del escuadrón de Aomine —Midorima apretó los labios este era un número grande de bajas, desde hace dos años no se reportaba un daño tan grande como este y fue cuando fueron atacados por todo un ejército de rebeldes fuera de la unión, el solo pensar que una nave pequeña como aquella había podido acabar con tantas vidas le revolvía el estomago al doctor, se sentía frustrado e inútil.
—Pueden retirarse, gracias por el informe — hablo Akashi levantándose y dándoles la espalda, Midorima agradeció por la bebida que intacta seguía en el koketsu, por un momento pensó en beber y dejar que aquel nudo en su garganta se fuera pero aún tenía muchos pacientes que necesitaban de su cuidado y claramente borracho no sería de mucha ayuda.
Ya en el pasillo Midorima se movía rígido, que apenas y vio como Hyuuga se alejaba en el sentido contrario.
La tensión y el dolor de sus hombros lo hacían sentir pesado y sus pies cansados le daban un hormigueo doloroso, ya a mitad de pasillo se choco con alguien más, apenas murmuró una disculpa e intentó alejarse pero unas manos firmes le detuvieron.
—No te puedes culpar por todo shin-chan—el más bajo suspiro cansado y trato de sonreírle bonito como siempre lo hacía —algunas cosas son inevitables—Kazunari supo que no lograría mucho con sus palabras pero aun sabiéndolo trato de consolar al medico—La muerte es una de ellas.
El moreno poso su mano con ternura en la suave piel de la barbilla del otro hombre y sonriendo triste acaricio la tierna piel, viendo como Midorima acercaba su rostro tratando de que el suave toque se profundizará y sabiendo que aunque él más alto no lo admitiera, le encantaba cuando acariciaba su piel, observó su rostro, una gran carga fue puesta en sus hombros y shintarou sin queja alguna la soportaba solo, pero ya le estaba pasando factura, llevaban 20h. En una vorágine de pacientes excediendo el número de manos para atenderlos y con un proceso alentizado por las fallas en la nave complicaban la situación, los pacientes tardaban más de lo normal en estar en óptimas condiciones y siete de todas esas almas atormentaba a Midorima.
Takao sujeto su cuello y con suavidad hizo que el mayor se inclinara y con ternura beso su frente, no dijo nada y Shintaro tampoco, solo tomo su mano y juntos caminaron por el pasillo.
............
— 9 horas después del ataque —
Akashi miro fijo a los ojos grises de enfrente, todo en el era asimétrico, nada fuera de lugar o alguna imperfección, era estéticamente — perfecto —resonó en su cabeza una voz, la ignoro de inmediato.
Después de haber analizado toda la situación en la que se encontraba tanto la nave como sus subordinados fue a verificar como se encontraban los reclusos; fue una total falta de su parte que todo aquello pasara, se sentía de alguna forma humillado y un poco de ira se está guardando en su pecho, se sintió repentinamente observado y se fijo de otra presencia.
—había ordenado específicamente que se les confinara individualmente—hablo rompiendo el silencio en que había estado, el guardia de a la par trago duro.
—E-l el grandote no se quiso separarse de él—tartamudeo por la mirada de su capitán.
—Así que simplemente lo dejaron ser.
—Tratamos de sepáralos por la fuerza pero, noqueó a dos de nuestros hombres, hirió a varios hasta que el otro sujeto lo detuvo — trato de controlar el pequeño tic en sus manos—para evitar más altercados decidimos dejarlos juntos.
El chico —porque Akashi podía ver aún algunos rasgos adolescentes en él—le miro con el ceño fruncido mientras tapaba con su gran cuerpo al otro muchacho, Akashi tuvo que mirar hacia arriba aunque él no era bajo, estaba orgulloso de su metro setenta y seis — Gracias —pero el chico en la celda de energía sobrepasaba el metro ochenta, era de contextura grande, músculos desarrollados y un particular rostro las cejas partidas y el cabello oscuro rojo, le observó detenidamente y trato de ver más en detalle al otro sujeto de fracciones lisas, pero una vez más el chico le cubrió con todo su cuerpo y se posicionó devolviéndole una mirada retadora a Akashi.
—¿cuántos más hay? —hablo sin romper el contacto visual con el otro.
—tres más capitán, cinco en total contando a ellos dos.
Akashi finalmente apartó la mirada y no alcanzó a ver cómo el muchacho pelirojo apenas y sacaba aire, se adentró más al pasillo y consecutivamente pudo ver a las demás celdas hasta que un pequeño grito lo suficientemente agudo hizo que apenas en un segundo seijuuro arrugara la cara por el dolor de sus tímpanos mutilados.
—¡Qué mono!.
El guardia a la par de Akashi entró en pánico, y con un carraspeo se acercó a la celda de dónde provino semejante comentario.
—¡Ne! ¡Miya-chan! ¡A que no es mono! —grito no importándole la cara de enojo del sujeto enfrente de si.
Akashi se limitó a levantar una ceja con una perfección que hizo gritar de nuevo al chico de cabellera negra.
—¡CÁLLATE REO!—hablo asomado un sujeto de espesas cejas negras a la puerta de energía del que Akashi supuso era “Miya-chan” —¡Te cortaré los huevos si sigues con tus chillidos de histérica!
—No te enojes Miya-chan aún me pareces de lo más adorable —soltó una risita discreta que fue contestada con un gruñido de hiena, otras risas se pudieron escuchar en el pasillo hasta que finalmente el guardia les grito.
—¡cállense están frente al capitán! ¡Más respeto!.
El guardia estaba rojo como foco navideño, Reo río aún más sin poder evitarlo y el hombre se indignó aún más si era posible.
Akashi no mostró ninguna reacción, ni de disgusto ni enojo, él sabía reconocer una provocación a kilómetros y no pensaba caer en un juego tan bajo.
—Creo es suficiente—La voz era suave, tranquila y Akashi no pudo evitar girarse a ver de quién provenía; el mismo sujeto de antes estaba a la vista, con postura relajada y una mínima sonrisa en su rostro no dudó un momento y se dirigió a él.
—Capitán ruego les disculpe, están a la defensiva no quisiera se volviera a crear otro altercado.
—¿otro altercado? —cuestionó tratando de inmiscuirse en la clara mirada del otro.
El chico asintió y trato de ver a lo largo del pasillo, fue casi imposible.
—solo hace unos minutos una pelea pasa a mayores, uno de mis hombres tiene unos horribles cardenales en su cuello.
El más bajo solo le miro juzgando al sujeto tratando de intimidarlo no lo logro pero vio al sujeto de atrás mirarle reacio.
—¡oh! Discúlpeme capitán no me he presentado Soy Himuro Tatsuya, capitán y líder de la resistencia.
Akashi le miro aún más serio viendo como el otro mantenía esa posición relajada, era como si le dijera que no le importaba en lo más mínimo. Akashi sintió un irracional enojo al verlo tan sereno viendo como su presencia no le afectaba.
—Akashi Seijuuro, capitán de Kurai Josei Parte de la Unión de Naciones libres con No. 47412 de estatus A.
Aquello ultimo hizo que Himuro diera una expresión diferente a su ilusa serenidad, frunció apenas el ceño y de inmediato sonrío.
—Así que tenemos un hombre muy importante enfrente de nuestras narices, qué curioso.
El ambiente se tornó denso de manera repentina, el ambiente ambiguo fue sustituido de manera drástica con una carcajada que erizo a los presentes, Seijuuro levantó su rostro mostrando una sonrisa torcida con ojos oscuros y miró fijamente al sujeto de enfrente, sonrío aún más cuando pudo vislumbrar un dejo de miedo en el otro.
—Que curioso que lo digas—dijo irónico—la UDNL no teníamos idea de su pequeño comvoy, nosotros mayormente nos encargamos de situaciones que de verdad requieran nuestra atención.
A Akashi le encantó ver cómo la típica sonrisa serena se tambaleaba, su heterocromia así como Bukoshi salió precipitadamente, no es que le enfadara el mismo estaba muy satisfecho por lograr quebrantar esa austera postura.
—Tatsuya-san — Ronroneo el capitán haciendo que los pequeños vellos de la nuca de Himuro se erizaran — Seles procederá según el protocolo, se contactará con la cede principal de seguridad de la UDNL, dependiendo su respuesta sabremos que futuros les espera.
El moreno asintio serio y notablemente rígido, Akashi siguió con voz más profunda— si tienen suerte serán enviados de manera segura y rápida a una sede oficial y se les procesará por atacar a una nave de la unión, de lo contrario su juicio será en esta nave. ¿Quedó claro?
Y con total regocijo pudo ver cómo el rostro de Himuro parecía estar en una mueca oscura.
—Claro capitan, como el cristal.