Jimin se levantó de la cama, queriéndose morir ahí mismo.
La cabeza lo estaba matando y su cuerpo no quería colaborar mucho tampoco. Con todo el esfuerzo que pudo reunir se levantó a buscar una aspirina. Fue entonces que noto que su compañero de piso y mejor amigo no había llegado a casa.
-Le deben estar dando duro contra el muro –Suspiró. A él también le hubiese gustado tener compañía la noche anterior pero alcohol le había ganado.
-Lo mataré cuando lo vea. –Dijo al apartamento vacío.
Moría por un caldo en ese instante. Se bañó lidiando con la resaca a duras penas.
Jimin intentó recapitular la noche anterior sin mucho éxito. Sentía que vomitaría en cualquier momento de solo recordar el sabor amargo de la bilis en su boca.
-Escúchenme, paredes de esta casa –Habló, tomándose la cabeza con ambas manos. –En mi vida vuelvo a seguirle una idea a Taehyung. Esta es la última.
Jimin sabía también, que si las paredes de verdad lo escucharan, sabrían que mentía descaradamente… de nuevo. Intentó a llamar a su mejor amigo pero el teléfono estaba apagado.
Se levantó cada vez con menos ganas y se abrigó.
La mañana helaba.
*****
YoonGi bostezó. La noche anterior había terminado siendo un fiasco, al menos para él. SeokJin le sonrió y le puso comida al frente.
-Vamos, YoonGi. Habrá días mejores.
El rubio rodó los ojos. Si no fuera por la deliciosa comida que servía en su restaurante, habría mandado a volar a Jin hacía tiempo.
-Lo dices porque tu maridito si te cumple tus caprichos.
Jin amplió la sonrisa.
-NamJoon me hace más que feliz en la cama, pero eso ya lo sabes, Yoon.
El rubio frunció el ceño. Extrañaba las épocas en las que el mayor se sonrojaba por todo. Comenzó a comer y todo su enojo se fue. El idiota de verdad cocinaba maravillosamente.
-Joon no tendrá que sufrir por la comida nunca.
El mayor hinchó el pecho con orgullo. –Es un chico con suerte.
La puerta anunció la entrada de un comensal. SeokJin se acercó a él dándole la bienvenida e invitándolo a sentarse en la barra al lado de YoonGi. Este levantó la mirada y vio una cara familiar.
Claro que conocía esa cara.
-¿Pero qué…?
El rubio podría jurar que, aun sin todo el maquillaje, reconocía esas facciones, esa nariz, esos labios…
Era el chico de anoche.
YoonGi lo analizó de pies a cabeza. Era obvio que tenía una resaca de mil demonios. Pero aparte de eso, se veía realmente atractivo.
Sonrió de medio lado, decidiendo que este look le gustaba más que le de la noche anterior.
-¿Cómo la llevas, preciosa?
Jimin abrió los ojos con sorpresa. Esa voz se le hacía conocida pero no sabía de dónde. Miró al chico rubio a su lado que le sonreía sugerentemente.
Entonces Jimin recordó todo tan rápido que tuvo que tomarse la cabeza con fuerza.
Eso era. El chico del cubículo.
Se sonrojó a más no poder, desviando la mirada.
Se levantó de la silla, sintiendo escalofríos. El otro chico seguía sonriendo sin dejar de mirarlo mientras él desviaba la mirada y tenía el rostro colorado.
Lo recordaba perfectamente.
-Hola, bonita. –Volvió a hablar.
Jimin dio un respingo al escucharlo.
-T-te dije que no hago eso en mí día a día.
-Entonces si eras tú.
Jimin maldijo por lo bajo. Debió hacerse el tonto. Ahora apenas y podía soportar la vergüenza. Se sentó de nuevo en la barra y pidió ramen.
-Si mal no recuerdo, estabas hecho un desastre alcoholizado ayer y por tu cara supongo tienes una resaca de la mierda.
Jimin asintió sin mirarlo. –Pensé que moriría.
-Todos nos hemos sentido así, preciosa.
-Jimin.
-¿Disculpa?
El menor carraspeó y se giró a mirarlo directamente por primera vez.
-Mi nombre no es preciosa. Es Jimin.
-Jimin es un nombre lindo. Igual que tú.
Ese tipo… ¿Estaba intentando ligar con él de nuevo?
-No soy una chica.
-Me di cuenta de eso anoche.
-Pensé que eras súper hetero por como saliste pitado.
-No soy hetero pero si vomitas recién conocernos, lo más probable es que huya.
Jimin bajó la mirada, sintiéndose avergonzado.
-Siento eso.
-Era entendible, si habías mezclado tanto trago como presumo que hiciste.
SeokJin le dejó el plato al frente y Jimin jamás se sintió más agradecido por el ramen en ese restaurante.
-Por cierto, Yoon. –Llamó el más alto. –JungKook dice que pasará por tu estudio luego a recoger las pistas para el club. Tu última mezcla fue realmente buena.
El rubio se encogió de hombros. –Mientras pase mi pago en cheque, perfecto.
Jimin lo escuchaba disimuladamente. ¿Acaso…?
-¿Eres DJ?
YoonGi negó con la cabeza. –Soy productor. Pero hago las mezclas para el DJ de Big Hit. Así me gano la vida.
Jimin lo miró asombrado. –Eso es realmente sorprendente.
El rubio sonrió de lado. –Si aceptas una cita, te llevo a mi estudio.
SeokJin miró al rubio sorprendido al escuchar el menor atragantarse.
-¿C-como dice?
-Si me aceptas una cita, te dejaré conocer mi estudio ¿Aceptas?
Jimin se sentía realmente curioso. Mentiría si dijera que no quería tomar ese chance. A final de cuentas era la razón por la cual había dejado a su familia atrás y trabajaba medio tiempo en una librería. Quería ser cantante profesional y esa era su oportunidad de oro.
-Aún no se su nombre…
-Min YoonGi, y te dejo mi número. –Le dio una tarjeta y se retiró. –Nos vemos en la noche, Jin. Esperaré tu llamada, preciosa. –Y salió del lugar.
-¿Pero qué bicho le ha picado? –Se preguntó el chico detrás de la barra en voz alta. Miró a Jimin con una sonrisa –Le habrás llamado realmente la atención porque a mí no me dejo ir hasta después de tres meses de conocerme. Que descaro.
Jimin miró la tarjeta en su mano y recordó de nuevo su encuentro la noche anterior, sintiendo las mejillas acaloradas.
Guardó la tarjeta en el bolsillo del pantalón. Moría por contarle a Taehyung.
*****
Taehyung abrió los ojos suavemente al escuchar el agua correr en la ducha.
Se sentó en la cama lentamente. El trasero le dolía horrores pero recordó la noche anterior y una sonrisa asomó su rostro. Lo habían hecho unas cuatro o cinco veces, había gemido tan fuerte que sentía la garganta adolorida pero lo repetiría felizmente.
-Buen día.
Se giró al chico saliendo de la ducha.
Sin. Nada. Encima.
Taehyung se preguntó si tal vez su cuerpo aguantaría otra ronda porque ya se lo estaba comiendo con la mirada.
-Si me miras así no me voy a aguantar.
-¿HoSeok era?
El otro se echó a reír, sentándose en la cama. –Me sorprende que no lo recuerdes, considerando que lo gritase toda la noche.
Tae le sonrió y se mordió el labio. –Creo que tengo amnesia o no sé, deberías refrescarme la memoria.
HoSeok le sonrió de vuelta y se acercó a él. -¿Cómo debería refrescarte la memoria?
-Tendría que recordar lo que pasó ayer.
-¿Y cómo vas a caminar después?
El menor se acercó al otro y comenzó a besar su espalda. -¿Quién necesita caminar si me vas a coger así de rico?
HoSeok soltó otra carcajada. –No me provoques, chico.
-Llámame Tae.
HoSeok lo empujó de nuevo en la cama y se ubicó encima de Taehyung.
-Tae, créeme que te mueves delicioso –Se mordió el labio al recordar cuando el chico lo montó como todo un experto. –Pero se nos acabó el tiempo aquí. Tal vez en otro momento…
-Oh, por favor –Pidió pasando los brazos por el cuello del otro. –Jamás me habían dado así y créeme cuando te digo que si pudiera te haría mi esclavo sexual.
HoSeok le acarició la pierna suavemente. –Podemos vernos esta noche, pero ahora debo trabajar.
Tae hizo un puchero pero se conformó con su número de teléfono.
-La próxima, asegúrate de comprar condones de sabores.
*****
-Te juro que le tiene unas ganas locas.
NamJoon rio contra el cuello de su chico. -¿Estás seguro de que me hablas del mismo Min YoonGi que conozco?
-Te lo juro –Exclamó Jin, acariciando la mano ajena que acariciaba debajo de la camisa.
-A lo mejor y si le gusta.
-Tal vez era el chico trans.
Los dos se miraron y se echaron a reír. Las caricias de NamJoon comenzaron a subir la camisa de SeokJin. El mayor se dejó hacer, dejando salir un suspiro placentero.
-Mejor que se consiga alguien que lo quiera.
-Sería lo mejor, así ya no tenemos que aguantarlo amargado.
Volvieron a reír y Jin besó a su novio suavemente, acostándose en el sofá.
-Espero que todo le funcione.
-¿Podemos dejar de hablar de YoonGi? –Pidió el menor. –De verdad, quiero concentrarme en ti y en lo hermoso que te ves desde este ángulo.
SeokJin se mordió el labio y rodeó el cuerpo del menor con sus piernas.
-Joonie.
-Me encantas como no tienes idea.
El mayor sonrió y lo besó suavemente.
-No podemos hacerlo en el sofá nuevo.
NamJoon puso los ojos en blanco.
-¿Sabes? Me encanta hacerte el amor pero no siempre quiero hacerlo.
Jin le acarició la mejilla.-A veces –Siguió el menor – Me gusta besarte y punto. Besarte hasta que me harte, si es que eso es posible.
El mayor lo besó de nuevo.
-Te amo, SeokJin.
-Lo sé. Gracias por hacerlo.