11 de Julio, diez treinta de la noche, Seúl, Corea.
Mi apartamento me recibió a oscuras. El foco de la recepción titiló un poco antes de encenderse completamente y luego bajar un poco su intensidad, suspiré por ello. No tenía el dinero suficiente para comprarme comida, menos para gastar en cosas como esas; así que ya me veía de aquí a unos días, quitándome los zapatos a oscuras y colgando mi cazadora a ciegas por el maldito foco quemado.
Me adentré al departamento, encendiendo el resto de las luces y el estéreo. Una canción tranquila ambientó mi sala y me dirigí a mi habitación.
Solté la carpeta que llevaba en la mano y cambié la camisa, corbata y pantalones de vestir que llevaba por unos pantalones de chandal y una remera de algodón.
Había estado todo el día, mañana, tarde e incluso noche, repartiendo currículums por doquier.
Hacía poco, mi anterior jefe, me había despedido porque, según él, yo era torpe y descuidado y que no era un buen empleado para su prestigiosa fábrica de mierda.
Todo porque había roto una taza.
UNA TAZA.
UNA.
Hacía 7 meses que me había independizado de mis padres, mudado desde Busan a Seúl y comenzado a trabajar en esa fábrica, teniendo un desempeño increíble y nunca habiendo roto nada. Haciendo horas extras, inclusive.
Y todo se fue a la mierda porque el fruncido de mi ex jefe estaba enojado y con el orgullo herido luego de que lo rechacé unas semanas antes luego de que me invitase a cenar.
Todo eso era muy absurdo y poco profesional y me encontraba extremadamente frustrado por ello.
Suspiré largamente y puse a calentar agua para poder prepararme un té.
Necesitaba un trabajo urgente si quería llegar a fin de mes, así que, al menos por ahora, iba a evitar darme lujos como cenar.
Luego de tomar mi té, acompañándolo con un bollo dulce, me senté en mi sofá con la laptop en mis piernas.
Twitter se había vuelto algo muy entretenido en mi día a día y no pensaba perder la costumbre de revisar mi TimeLine antes de ir a dormir.
Al entrar, primero revisé mis notificaciones.
Hacía un par de meses, este chico, real__pcy había comenzado a seguirme y yo a él. Las interacciones no tardaron en aparecer luego de ese mutuo follow y desde entonces, casi siempre, tenía un like, retweet o comentario de él.
Era gracioso, sus tweets me mataban de la risa y ademas era muy amigable.
Si bien interactuábamos mucho, jamás habíamos hablado por mensajes privados. Así que ver el "Hola!" que tenía en mi casilla de DM's, obviamente enviado por él, me sorprendió.
—Hola~ -Me apresuré a responderle, redirigiéndome al TL luego de eso.
Su respuesta no tardó en llegar y me apresuré a los mensajes.
real__park: ¿Cómo estás?
baekhyunee_: Bien ¿y tu?
real__park: Bien, cansado :(
baekhyunee_: Oh, yo también ¿trabajo?
real__park: No, no. Más bien, estudio ¿tú?
baekhyunee_: Ya veo, yo por búsqueda de trabajo :s
real__park: Suerte con eso :)
baekhyunee_: Gracias~ ¿qué estudias?
real__park: Historia, me gustaría ser profesor.
baekhyunee_: Oh, vaya. Eso es genial!
La charla se extendió por lo que creí horas, y cuando estaba por despedirme para ir a dormir, recordé que no le había preguntado su nombre.
baekhyunee_: Lo siento, pero olvidé preguntarte tu nombre...
real__pcy: Chanyeol, Park Chanyeol. Mucho gusto :)
baekhyunee_: Mucho gusto, Chanyeol. Yo soy Byun Baekhyun~
Tenía sentido, pensé. Su nombre de usuario eran sus iniciales.
Luego de despedirnos como corresponde, estaba en mi cama, entre el sueño y la realidad.
Y me dormí, pensando en currículums, real__pcy y su foto de perfil.
Era un chico muy apuesto.