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Porcelana por erickkbaj

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—Y más te vale cuidarlo, es muy valioso. —Le apuntó con su dedo.

Era un buen muñeco, era algo grande, de al menos unos cuarenta centímetros de alto, hecho de porcelana en su mayoría, los detalles en su rostro eran muy realistas y su ropa le lucía muy bien, los ojos del muñeco parecían tener vida, estaban deslumbrantes. Había pasado su pulgar sobre su mejilla, y casi puro jurar que el muñeco le sonreía.

—Pues, es muy bonito, me lo quedaré. —Sonrió, dándole un abrazo a su amiga, sintiendo luego un jalón pequeño en su ropa, algo extrañado bajó la mirada, finalizando el abrazo para ver que solo se encontraba el muñeco.

—No es por ser mala amiga mi querido YongGuk, pero voy a salir con mis papás y pues…  —YongGuk le interrumpió poniéndose de pie.

—Lo sé, lo sé, ya me voy, JiEun. —Sonrió, tomando al muñeco entre sus brazos cargando la cajita en donde éste estaba.

Regresó de nuevo a su casa, poniendo al muñeco en medio de su cama mientras se quitaba su ropa para entrar al baño y darse una ducha.

YongGuk salió de la ducha con la toalla envuelta en su cintura y con otra más pequeña secándose sus cabellos. Había pensado que el muñeco lo había dejado en medio de la cama y no sobre su almohada, tomó su caja para ver lo que tenía adentro, mucha ropa que el muñeco usaba, era ropa tipo medieval, o al menos de esa época y alguna que otra de la era antigua de Corea, y solo un atuendo con ropa moderna, tal vez JiEun solía jugar con él.

Le empezó a desabotonar la camisa que tenía, algo sorprendido vio como el cuerpo del muñeco estaba hecho de porcelana también, normalmente esas partes estaban hechas de tela, los detalles en su torso lo siguieron asombrando, tenía pintados con detalle sus pezones, incluso su piel pareciera brillar, a pesar de que se sentía suave, curioseando un poco bajó los pantalones del muñeco, y solo pudo notar dos cosas.

La primera, que no usaba ropa interior, y la segunda era que se habían tomado muchas molestias en la fabricación de aquel juguete, ¿Hacer tan real un cuerpo humano? Se tomaron la molestia incluso de crearle la entrepierna al juguete ¿Qué clase de juguetes tenía Jieun en realidad? Dejó al muñeco totalmente sin su ropa, observándole fijamente, estaba cubierto y hecho de porcelana, y en las partes donde el cuerpo se doblaría como las muñecas, rodillas o axilas se dividía, como si fuera una armadura, de esa forma el muñeco podía moverse libremente sin preocuparse mucho de ser tan frágil o ser nada más una tiesa estatua, este muñeco era muy especial.

—Mis manos están tan calientes. —Murmuró YongGuk, dejando al muñeco sobre la almohada, sus manos estaban calientes y el muñeco también, un calor un tanto agradable.

Al acabarse de vestir tomó al muñeco para probarle sus diferentes atuendos, jugando de cierta forma con él.

El día realmente era frío, no tenía muchas ganas de moverse de donde estaba, abriendo su suéter puso al muñeco dentro, para darle calor, mientras se ponía de pie para buscar algo que comer, sin que se diera cuenta, el muñeco sonreía, cerrando sus ojos.

Cada día YongGuk se apegaba más a éste. Lo llevaba a la sala o al comedor para que le acompañara, al menos así no estaba solo, incluso comenzó a conversar con él, sin darse cuenta y sintiéndose patético, pues realmente estaba solo, porque incluso el muñeco era de porcelana, el muñeco no era real.

Pero a pesar de esos pensamientos le cuidaba, casi diario se podía decir jugaba con él, lo atendía, le quitaba su ropa y le pasaba un pedazo de tela mojado, y pasaba mucho tiempo admirando el cuerpo con o sin ropa, los detalles en su rostro lo tenían hipnotizado.

—Dime una cosa. ¿Por qué pareces entenderme? —YongGuk abrazaba al muñeco en medio de la noche, tenía insomnio.

Una vez más no tenía respuesta, pero al menos se sentía un poco más gratificante tener un rostro al cual hablar, un poco cansado pretendió dormir, dejando al muñeco sentado sobre su mesita de noche, cerrando los ojos.

A la mañana siguiente, pudo sentir una caricia cálida sobre su mejilla, sonriendo amplio ante la sensación, cuando abrió los ojos soltó un gran grito, el muñeco estaba a su lado ¿Cómo llegó hasta ahí? Exactamente  lo había dejado sobre la mesita de noche, no a su lado.

“Este chico es tan raro”

—Jieun tenemos que hablar. —Unos ojos de cristal le seguían con la mirada, YongGuk colgó la llamada, poniéndose de pie para vestirse.

Se percató que el muñeco aún seguía en su cama, parecía observarle, sentía un poco de vergüenza cambiarse la ropa frente a él, así que después de haberse quitado la camiseta se cubrió con su ropa para irse a su baño a cambiarse, manteniendo su vista en el muñeco para que no le viera su cuerpo.

“¿Y ahora se avergüenza? Ayer no pareció importarte”

 

Al acabar se acercó al muñeco, sosteniéndole entre sus manos, tomando uno de sus cepillos para desenredar su cabello, seguía intrigado por él, y algo atraído, claro estaba que le había pegado un gran susto en la mañana, pero ahora no tenía mucho miedo, otra persona ya lo estuviera rompiendo o tirando a la basura, suponía que era porque su amiga se lo había regalado.

Como ya había acostumbrado los últimos cuatro cinco días, le cambiaba su ropa cada mañana, pero ahora que se percataba ¿Estaría bien si le veía sin ropa?

—¿Por qué siempre pienso cómo si tuvieras vida? —Le habló al muñeco, olfateando su aroma, olía ha guardado, así que acercándose a su armario sacó una de sus lociones para ponérsela, olía mejor.

Colocó al muñeco dentro de su mochila para ir a visitar a su amiga, muchas preguntas rondaban en su cabeza, y todos eran sobre el bello muñeco que tenía, sospechaba que algo tenía que ver con el que su amiga fuera una hechicera, o al menos descendiente de una.

—Vamos, habla. —YongGuk sacaba al muñeco de su mochila, poniéndolo sobre la cama, cruzándose de brazos, observando a su amiga.

“¡Hola niña! Pensé que me olvidabas”

—Es sólo un muñeco. —Se excusaba, cruzándose de piernas.

—JiEun, hablo enserio. El muñeco no tiene número de serie, no tiene etiquetas y además es muy realista, no hay otro en el mundo como él. —Jieun sonrió al escuchar hablar a su amigo, pero lo que más gracia le causó fue el hecho de notar como el muñeco sonreía también. —Además, los muñecos así tienen grabado sus nombres en sus cuellos… —Se cruzaba de brazos, molesto por la actitud de su amiga.

—HimChan…Kim Him Chan, ese es su nombre. —Sonrió tomando al muñeco entre sus brazos. —Lo encontré un día entre las cosas de mis papás, le dije a mi mamá si me lo podía quedar, así que por eso te lo di, pensé que te haría falta en estos momentos. —Acariciaba al muñeco como si lo hiciera con un bebé, YongGuk se molestó por ello.

—Ya, dámelo. —Le arrebató de sus brazos para mantenerlo entre los suyos.

—Tal vez tenga algo  mágico en él, pero nada grave, tranquilo, la función del muñeco es hacerte sentir mejor, acompañado, por eso te  lo di YongGuk, vives solo desde hace tres años, estuviste a punto de irte a vivir con tu ex novia, y te engañó con tu amigo, la de ahora al menos no fue con tu amigo, pero te vio la cara, ¿Estuvo bien o no? Además es un buen regalo, es muy hermoso ese muñeco, creo que mejor debí darte otra cosa, tal vez un perro. —Intentó quitárselo de sus manos pero el no le dejaba, y cada vez se alejaba más.

—Está bien, no me preocupare Song Ji Eun, pero entiende que fue un gran susto el que me dio. Sólo espero no se repita. ¿Entendido? —YongGuk le hablaba al muñeco, se acostumbraba a hacerlo, sin percatarse que su cabeza se había movido sola, palideciendo y quedándose inmóvil, Jieun rió a carcajadas, no se había dado cuenta que ella había movido su cabeza, con su mano, YongGuk estaba tan atento a sus ojos que no vio en qué momento su amiga se acercó hasta quedar frente a él.

YongGuk ya no sabía si llevarse al muñeco, de nombre HimChan, dentro de su mochila o afuera, tenía el remordimiento, pensaba que si está vivo, de alguna manera, no podría respirar o ver el paisaje, pero si lo llevaba fuera sería extraño que un chico de más de 25 cargara un muñeco de un lado a otro.

Se subió a su motocicleta, poniéndose el casco y con una mano cargando a HimChan, el remordimiento ganó, no podía evitarlo, además HimChan era muy bonito como para apenarse de enseñarlo a todos.

Pasó a la misma cafetería en la que había ido a comprar el café para su aniversario, dio un pequeño suspiro antes de entrar y hacer la misma orden de siempre. El empleado le reconoció, pero no dijo nada, se extrañó de ver al chico con un muñeco, pero trató de ignorarlo, YongGuk se dio cuenta al ver sus ojos abrirse de golpe, así que cuando se dio la vuelta le enseñó la lengua, buscando después una mesa en donde sentarse.

—Así que te llamas Kim HimChan, es un buen nombre. Qué bueno que no te puse un nombre, tal vez te hubiera puesto uno feo. —Rió un poco, mostrando sus encías un tanto. —Ah, mi nombre es Bang YongGuk, tengo 25 años, actualmente estoy de vacaciones y estoy a punto de acabar la universidad. —Se puso un poco nervioso, se sentía como si hablase con otra persona, pero una persona muda o algo, no tenía respuestas o una conversación fluida, era más un monólogo.

Regresó a su casa, estaba un poco cansado y desde luego aburrido, no sabía que más hacer así que como era su costumbre desde hace días jugó con HimChan, aunque no lo admitiera le gustaba y admiraba ver su cuerpo de porcelana, así que usando de pretexto “tu ropa esta sucia” le cambiaba seguido su atuendo.

—¿Habrás pasado navidad con alguien? ¿O año nuevo? ¿Cuántos años tendrás? —Le preguntaba mientras lo llevaba cargando dentro de una bolsa.

La noche anterior había buscado por internet tiendas que se dedicaran al mundo de los muñecos y cosas de ese estilo, si tenían un nombre en específico no lo sabía. Había encontrado una cerca del centro de la ciudad, y abriría medio día, era 30 de Diciembre, al día siguiente no, casi nadie trabaja los últimos días del año, pensó que tenía suerte.

Y sí, para su suerte la tienda estaba vacía, y había una gran variedad de atuendo, pero no había de su talla. Se sentía triste por HimChan.

—¿No tienen algo para él? —Preguntaba a una de las encargadas.

—Claro, hay una sección especial, usted estaba buscando para los de tallas chicas y grandes, ahí no iba a encontrar nada. —Sonreía la chica, mientras lo llevaba a un área diferente de la tienda.

—Vaya, que hermoso muñeco ¿Cómo se llama? —Una señora de avanzada edad se acercó a él, sonriendo como una madre al muchacho.

—Kim HimChan. —Habló orgulloso de su nombre.

—Y tú eres Bang Yong Guk ¿Y cómo por qué tienes a mi muñeco contigo? —Alzó su vista, esperando una respuesta.

—Es mío, y ¿Cómo sabe mi… —La anciana colocó sus dedos sobre sus propios labios.

—Calla, sígueme. —La mujer camino delante de YongGuk, hasta llegar a una amplia pared llena de cajones, donde sacó varias prendas, del tamaño de HimChan. —Mi nieta es muy distraída, no te debió de dar ese muñeco, a ella no le pertenecía. —Murmuró envolviendo todas las prendas pequeñas.

—Yo no sabía…pero —Bajó la mirada, encontrándose con la de HimChan ¿Tendría que devolverlo?

—No lo tienes que devolver, aunque deberías. —La anciana respondió a su pregunta.

—¿Cómo supo? —Le miró con asombro.

—Leer tu mente…eso es lo de menos muchacho. Lo puedes conservar, HimChan a estado en mis manos…digamos que por mucho tiempo, y debemos aprender a dejar muchas cosas atrás ¿Verdad YongGuk? —El pensamiento de su ex novia le vino a la mente ¿También lo sabría? —Y además, HimChan pareciera haberte elegido. —Amorró una bolsa, dándosela a YongGuk. —Toma, a HimChan le gusta cambiar de atuendo seguido, seguro que ha de estar harto de la misma ropa de siempre, esta es nueva, de su talla y muy bonita. Te lo encargó. —Se dio la vuelta dejando que YongGuk se alejara poco a poco.

—Gracias. —Agradeció desde lejos.

—Cuídalo, cuídalo mucho, después de todo él te ha estado cuidando. —Escuchó la voz de la anciana dentro de su cabeza, eso le hizo sentir escalofríos

 

“Cuídame, tonto”

Notas finales:

Espero les haya gustado, me dio un poco de risa escribirlo xD ♥


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