“Kaname se pregunto, no por primera vez, si su padre y tío estaban mal de la cabeza…
Probablemente sí, porque no encontraba otra explicación para semejante estupidez que acababan de cometer, ¿A quién en su sano juicio se le ocurría secuestrar a un cazador tan importante como Europa* Kiryuu?
El hombre-que Kaname era consciente, pasaba la treintena pero que físicamente no parecía tener más de veintitrés-yacía inconsciente en una cama en una de los cuartos secretos de la mansión, con las manos atadas juntas al igual que los tobillos. Si no te fijabas bien, hasta parecía que solo estaba durmiendo, pero era consciente de que el hombre no dormía, ni tampoco estaba ahí metido por propia voluntad.
Miro a su padre, Haruka sonreía con tremendo orgullo mientras le acariciaba las hebras platinadas al hombre con sumo cariño.
Miro ahora a su tío, temiendo que por una vez Rido fuera en realidad el “normal” de la familia, aunque el temor se esfumo al ver que el de ojos bicolor también miraba con gran adoración al cazador secuestrado.
No sin cierta desesperación, alzo las manos.
-Bueno, pase lo que pase, solo no me metan en estos líos, por favor-y se marcho, repitiéndose que ese en realidad no era realmente su problema.”
Ichiru murmuro cuanta maldición se sabía, a Kaname incluso le dio la impresión de que se había inventado una cuantas más.
-Por favor, solo un poco está bien-el castaño suspiro y negó con la cabeza, sintiendo cierta pena por el muchacho desesperado por salvar a su hermano de una muerte próxima.
-Existen otras formas, como tratamientos, el hospital debe de tener alguna alternativa…-nuevamente, el Kiryuu le mando a callar con un gesto obsceno.
-¡El ya no va a aceptar esas mierdas!-el albino se dejo caer en el diván, Kuran se pregunto si ya había quitado el libro de ese lugar-Creo…creo que él en realidad…solo quiere morir para ya no sufrir con esos horribles tratamientos…
Kaname se pregunto, mientras se cortaba la muñeca y llenaba una botella con sangre, que clase de persona sería Zero Kiryuu.
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Zero maldijo a su hermano, se acomodo en el sillón y se pregunto si Ichiru había hecho aquello apropósito.
Rima y Ruka arrugaron la nariz al mismo tiempo, el gemelo de Ichiru tenía un olor horrible, una mezcla entre sangre virgen, enfermedad y medicamento. El muchacho estaba enfermo, enfermo de la sangre y no tardaría mucho en que el veneno que le corría por las venas consumiera su vida por completo.
El Kiryuu frunció el ceño cuando capto el su nombre en la plática lejana del par de vampiresas; puede que años en hospitales le arruinaran el olfato de manera permanente**, pero su oído seguía siendo tan bueno como el de cualquier cazador.
Cruzo una pierna sobre la otra y recargó el peso la cabeza en la palma de la mano, miro a las chicas y les lanzo un beso, guiñando el ojo de forma coqueta. Porque si, que Zero nunca había tenido contacto con chicas más allá de su madre ausente, las enfermeras y algunas doctoras, pero si tenía la noción de cómo joder a una mujer.
Suspiro, en le personal, hubiera preferido quedarse en la clase de literatura-su clase favorita-que estar en ese lugar, solo.
-Ehh, tu nombre es Zero, ¿Cierto?-el enfermo alzo el rostro, frente a él se encontraba un chico rubio, aun llevaba lo que el joven suponía era su pijama-¿Uhu? ¿No puedes hablar?-Zero enrojeció y negó con la cabeza de forma casi frenética.
-Si…es Zero, un gusto, tu…-el muchacho extendió la mano, fingiendo una de sus tantas sonrisas con el mensaje claro de “estoy bien, estoy de lo mejor”, les personas tendían a odiar que hiciera eso, pero si el rubio lo hacía, ¿Por qué el no?
-Takuma-acepto la mano ofrecida, pese a su enfermedad, el muchacho tenía un apretón fuerte-Y, ¿Tu sabes que necesita tu hermano? Por lo general no viene antes de las clases-el noble rubio se sentó a su lado con excesiva confianza, más de la que a Kiryuu le hubiera gustado.
Zero negó con la cabeza nuevamente, no le gustaba tanto que una persona desconocida se le acercara tanto, tosió un poco sin taparse la boca con la esperanza de que se asqueara y se alejara un poco, con que no respirara su aire se conformaba, aunque Takuma ni se movió un centímetro.
¿Cuánto más planeaba tardar su hermano?
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Ambos gemelos estaban recostados en la cama, mirándose el uno al otro como cuando eran niños, Zero sonrió, estiro la mano y le limpio las lagrimas al menor, esto fue, obviamente, en vano, las lagrimas comenzaron a correr nuevamente antes de que el muchacho hubiera acabado de volverse a acomodar.
-Está bien-murmuro, Ichiru sonrió y negó con la cabeza.
-No, nada está bien-extendió los brazos y refugio a su hermano entre ellos, Zero se durmió más rápido de lo que espero, le tomo el pulso y el también se decidió a dormir, esperando que su hermano mayor no dejara de respirar mientras descansaban.
Que nadie se atreva a mencionar que apenas eran las siete de la tarde.
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Yuuki frunció el seño, desde la llegada del enfermo todos habían dejado de prestarle atención, todo por ese idiota que no podía morirse de una vez.
Una vez más, trato de llamar la atención de su hermano, pero Kaname volvió a ignorarla, la castaña se pregunto que tenía de especial ese muchacho-además de estarse muriendo, claro-como para que de pronto todos dejaran de prestarle atención para centrarse en el joven.
-Hermano, el director dijo que podía ir a comer hoy a su casa, ¿Vamos?-su hermano la miro con la expresión en blanco para luego asentir. Yuuki sonrió.
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Cuando el albino menor abrió la puerta de su habitación, casi sufrió un colapso al ver el interior de su recamara.
Su hermano estaba ahí, tirado en medio de la habitación que compartían, ni siquiera se detuvo a ver si estaba o no respirando, solo corrió escaleras abajo, entro a la cocina y saco del fondo del frigorífico una botella, regreso a la habitación-casi llevándose a Cross por delante-patino y casi tropezó con el dobladillo de una alfombra que ni recordaba que tenía.
Hizo que su hermano rodara sobre su costado, colocándolo sobre su espalda, Zero abrió los ojos, estaban nublados y con las pupilas dilatadas.
-Bebe esto-le quito la rosca a la botella, pegándosela a los labios, Zero no hizo el menor intento por tragar, Ichiru gruño desesperado-¡Que lo bebas, carajo!
La garganta de su hermano se movió, el menor lo ayudo a incorporarse un poco y evitar que se ahogara. Tras acabar, Zero tardo poco menos de quince minutos para recuperarse, tenía un sonrojo febril en las mejillas que Ichiru no había visto en el mayor desde que eran niños.
Era un sonrojo saludable.
-Eso… ¿Eso era sangre?-Zero parecía asqueado.
-Sí, sangre de un sangre pura, de Kuran Kaname.
La puerta principal se abrió, los hermanos Kuran entraron y el olor de la sangre del mayor les llego como una bofetada.