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Otras formas de decir Te Amo por LisShawol

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Planear un futuro a su lado. 
 
El estruendoso e irritante timbre rompió el silencio que rodeaba la sala de clases, llenándola de un montón de suspiros frustrados y agotados de todos los que estaban en la habitación.
Algunos lanzaron sus lápices sobre la mesa y otros comenzaron a tirar de su cabello, incluso hubieron quienes intentaron mirar la hoja de su compañero de puesto para comparar resultados, viese donde se viese los ánimos no eran para nada altos.
 
Si bien dos horas deberían ser suficientes para solucionar una sola plana de ejercicios matemáticos cuando se trataba del señor Gu era casi imposible, y lamentablemente para ellos solo tuvieron tres clases para aprender la nueva unidad de materia, la misma que tenía soluciones interminables y que además, nadie pareció entender.
Con el ceño fruncido el peli azul se paró de su puesto, acomodando su mochila sobre su hombro derecho y yendo hasta el escritorio del profesor Gu para dejar su examen, siendo seguido rápidamente por su novio que no dudó en entrelazar sus dedos cuando salieron al pasillo.
Ninguno de los dos había podido dormir lo suficiente ese último tiempo, porque además del examen que acababan de dar aún les quedaban tres más para los siguientes tres días, y, pese a que las últimas dos semanas ambos chicos se juntaron a estudiar, Taemin se sentía inquieto.
 
Llegaron hasta la cafetería y Minho tomó dos bandejas, llenándolas de comida que a ambos les gustaba y haciéndose cargo de ellas hasta llegar al patio trasero, donde se sentaron bajo un árbol para almorzar.
Ninguno de los dos había dicho algo en el trayecto, porque Taemin parecía estar recordando mentalmente lo que había hecho en el examen y el moreno no quería interrumpirlo hasta que la pequeña revisión mental terminara, por lo que continuó en silencio, comiendo tranquilamente y acariciando la mano del peli azul mientras esperaba.
Un suspiro de Taemin hizo elevar sus labios en una sonrisa, viendo como el chico tomaba los palillos de metal y comenzaba a llevar carne a su boca.
 
- Tranquilo, bebé. Estudiamos de lunes a viernes durante dos semanas, no podría irnos mal.
- También cocinamos, dormimos siestas y vimos una serie completa, Min.
- Pero eso fue en hora de descanso –se excusó-. Era necesario que comiéramos algo y en mi opinión las siestas son buenas para descansar la mente, además, veíamos la serie luego de estudiar, no olvides que no me dejabas prender la televisión hasta luego de haber terminado los ejercicios.
- Eso es porque te distraes muy rápido –se burló el menor, llevando una cucharada de arroz a su boca-.
- No me distraía, sabes bien que quería terminar pronto los ejercicios.
Minho alzó sus cejas coqueto y a Taemin le fue imposible no reír avergonzado.
- Es la única manera de que pongas atención a la hora de estudiar, necesitaba que practicaras con esos ejercicios de matemática que te di.
- Tú sí que tienes una buena táctica para hacerme aprender.
El más bajo lanzó una risita, negando con la cabeza y olvidando su preocupación por el examen, dejando su comida de lado y acomodándose entre los brazos de su novio.
- ¿Hablas de los besos de recompensa, Min? –preguntó haciéndose el desentendido-.
- Oh, sí, bebé –sonrió el moreno, enterrando su nariz en el sedoso cabello color cielo-. Me refiero exactamente a esos besos, y a otras cosas más también.
- Eres un pervertido –Taemin le dio un golpecito en el pecho, sonriendo abiertamente al recordar una que otra escena en la que su novio logró conseguir un tanto más que solo besos-. Te dije que no debíamos tener sexo mientras estudiábamos.
- Pero es que te ves jodidamente sensual cuando explicas matemáticas –hizo una pausa, mirándolo con picardía en los ojos-. Y también cuando esa linda boquita responde mis dudas en una que otra materia.
- El sentimiento es el mismo, entonces. Tú te ves igual cuando me ayudas en deportes, pero no por eso me lanzo encima de ti cada vez que salimos a correr.
- ¿Por qué no? A mí no me molestaría, es más, siempre he querido hacerlo en un lugar público –Taemin rodó sus ojos-.
- ¿Qué más público que los baños del instituto?
- ¿El parque?
El más bajo bufó, estirándose para tomar su bandeja y dejarla sobre su regazo, aun con su espalda pegada al pecho de Minho.
- El parque está lleno de niños, Min, no podríamos hacer nada sin ser descubiertos por algún curioso.
Los brazos del alto rodearon la cintura del menor, acercándose aún más a él.
- Entonces quiero que te vistas de profesor y me des muchos mimos –le susurró en el oído, provocándole un escalofrío al más bajo cuando comenzó a mordisquear su cuello-.
- ¿Podría tener un puntero?
- Solo si le damos un buen uso.
- ¿Cuál sería ese?
- Uno que otro latigazo no estaría mal.
Taemin sonrió, Minho había llegado justo al punto que él quería.
- Tienes razón –afirmó ganándose toques traviesos bajo su polera-. Creo que me gustaría golpear tu trasero con un puntero la próxima vez que estemos solos.
- ¿Qué? –las manos de Minho salieron al aire, tomando los hombros del menor con suavidad para que volteara a verlo-. Bebé, dime que no hablas en serio.
- ¿Por qué no? Tú diste la idea y a mí me gustó.
- S-sí, pero creo que sería mejor si no usamos el puntero en mi trasero.
- ¿Qué tal en tus pectorales? Son muy fuertes.
- No, no, bebé, hablo de que no lo usemos en mí.
- ¿Ah, no? ¿Y entonces en quién? –Lo molestó el peli azul, ganándose una mirada de súplica-.
- Taem…
- Min… -lo imitó-.
- ¿Y si yo soy el alumno rebelde que te quita el puntero y-
- ¿Qué? ¿Por qué? –lo interrumpió-. Yo seré el profesor, el puntero será mío y golpearé con él a quien quiera golpear.
Minho suspiró.
El moreno siempre había intentado ser complaciente con su pareja en la intimidad, porque le gustaba tener nuevas experiencias con Taemin y disfrutaba de ciertos juegos que se le ocurrían tanto a él como al peli azul, pero no por eso se sentía algo incómodo de principio cuando Taemin intentaba tomar el mando en algunas cosas.
- Está bien –volvió a abrazarlo por la cintura, escondiendo el rostro en el níveo cuello a causa de su bochorno emocional-. Solo no me golpees muy fuerte o me dolerá.
Lleno de diversión y ternura Taemin lanzó una pequeña carcajada, volteándose de inmediato para ver a Minho que intentaba esconderse de su mirada.
- Min, solo bromeaba.
- ¿De verdad? –un suspiro de alivio salió de los carnosos labios del mayor, quitando una imagen mental de sí mismo donde se veía atado a una cama con el trasero rojo y Taemin tras él diciéndole que la idea había sido suya-.
- Umhum –Taemin asintió, mirándolo fijamente antes de hacer una mueca-. Pero ¿tan malo sería si soy yo tomo el control al inicio?
- No, no, no pienses eso, Taem –con ternura Minho acurrucó el rostro que lo miraba expectante, dejando un corto beso en los suaves y rosados labios de su novio-. Me gusta cuando tomas el control, bebé, es solo que temo que en un día de estos tomes venganza por las veces que te dejo adolorido por no poder controlarme y ser tan bruto.
- Min –susurró el peli azul, volviendo a poner una sonrisa en su rostro y lanzándose contra su novio, tirándolos a ambos sobre el pasto verde mientras besaba una y otra vez al moreno-. ¿Es por eso que aún no usamos las esposas?
Minho asintió, avergonzado.
- Prometo no desquitarme por todas las veces que me partes el trasero –dijo Taemin, acercando sus narices-.
- ¿Seguro?
- Seguro, soy yo quien te pide ir más rápido, y no te preocupes, me gustaría verte con el uniforme del instituto, despeinado y con la camisa entre abierta intentando quitarme el puntero.
- ¿No me lo dejarás fácil?
- Oh, no, cariño –susurró Taemin, incitándolo-. Serás mi alumno y tendrás que provocarme para que logre darte el puntero.
- Entonces… podemos ir a mi casa esta tarde y-
- Estudiar, por supuesto –de un empujoncito Taemin volvió a quedar sentado, mirándolo con una sonrisa satisfecha por la ilusión en el rostro del castaño, tomando de nuevo sus palillos y llevando más carne a su boca, evitando los vegetales-.
- Pero creí que podríamos jugar un poco y usar el puntero.
- Ni siquiera tienes uno –Taemin rodó sus ojos-.
- Pero podemos comprar uno antes de ir a mi casa.
- Pasado mañana tenemos examen de lengua y geografía –le recordó el menor-.
- Y ambos sabemos la materia. Estaba pensando que como el señor Gu nos dará los resultados del examen este mismo día podríamos celebrar las buenas calificaciones.
- Ni siquiera sabemos cómo nos fue.
- Por supuesto que nos fue bien, Taem, y como sé que obtuve una buena nota tendrás que recompensarme, además, como tú fuiste quien me ayudó también tendré que recompensarte yo a ti, ¿qué dices? –terminó con una sonrisa mientas Taemin masticaba con lentitud-.
- Pareces muy seguro de que nos fue bien.
- Por supuesto, yo puedo ver el futuro.
Con una sonrisita el peli azul bufó con gracia, mofándose.
- ¿Ah, sí? ¿Y qué tanto ves?
- Mucho, claro.
- Entonces dime mi futuro.
- Nuestro –corrigió el moreno-. Tú futuro es mí futuro, así como el mío es tuyo, donde esté uno estará el otro –dijo, y la seguridad en sus palabras hizo que Taemin sonriera mirándolo interesado-.
- Entonces dime qué ves.
- Veo que tienes que dejar de preocuparte por el examen del señor Gu, porque tienes buenas calificaciones, Taem, y yo también.
- Eso no es futuro, Min charlatán.
- Te diré lo que es futuro –dijo Minho, volviendo a sentarse-. Terminaremos la secundaria con buenas calificaciones, seremos aceptados por una de las universidades SKY, nos mudaremos juntos a un lindo apartamento y terminaremos nuestras carreras con honores, tú danza y yo derecho, trabajaré en un bufete prestigioso como Wolfs o Blue sky en el centro de Seúl y tú serás el coreógrafo de un montón de artistas, te pediré bailes privados y te celaré por los chicos guapos con los que trabajes, durante la cena hablaremos de nuestro día y dejarás que te mime cuanto quiera antes de ir a dormir, juntos.
- Tienes todo planeado ¿eh?
Minho sonrió, elevando su mano hasta los labios de Taemin y quitando un grano de arroz que llevó hasta su boca.
- Que puedo decir, no es difícil planear un futuro a tu lado antes de irme a dormir.
- Entonces espero que en tu lista de escenarios perfectos agregues dotes culinarias de tu parte, porque ni creas que solo seré yo quien cocine, ni que aceptaré comida rápida cada vez que sea tu turno de cocinar.
Minho asintió, tomando a su novio para dejarlo sentado en su regazo.
- Lo prometo, bebé. Haremos todo lo que tú quieras, sé que todo estará bien si estamos juntos.
- Juntos –repitió Taemin, dejando un nuevo beso en los labios de su novio.
 
 
~*~
 
 
A pasos apresurados caminó hasta la sala del señor Gu, sin esperar a Minho que parecía realmente tranquilo y seguro de que habían obtenido una buena calificación. El timbre de salida acababa de tocar y eso significaba que si no hubo un contratiempo para su profesor las pruebas de matemática ya estarían revisadas como dijo que haría.
Algunos iban a paso lento como Minho, otros caminaron rápido como él y hubo algunos que simplemente se marcharon con dirección a la salida del instituto, sin intención de saber su puntaje en el examen porque no tenían demasiada fe en haber obtenido un buen resultado.
Entró por la puerta de madera, amontonándose junto a otros de sus compañeros que intentaban ver sus nombres en la hoja sobre el diario mural.
Nervioso y ansioso Taemin buscó su nombre en la lista, yendo de abajo hacia arriba, siendo recorrido por la emoción cuando vio su nombre y al lado su puntaje, porque no solo había sacado una buena nota, sino que su nombre estaba en segundo lugar, lo que significaba que su calificación había sido la segunda mejor de su curso, y cuando vio por curiosidad quién estaba arriba de él rió con alegría, porque el nombre Choi Minho se encontraba allí.
Y él se sentía orgulloso de su novio.
Tan orgulloso que lo recompensaría.
Salió de la sala dando un par de empujoncitos suaves a quienes no lo dejaban pasar por intentar ver sus nombres en el papel.
A dos metros de la puerta estaba Minho, con la mochila y su bolso colgado sobre un hombro y una mano en el bolsillo del pantalón. Al verlo el moreno sonrió y le estiró su mano, la que tomó rápidamente, sintiéndose tranquilo y con ganas de ser mimado por su novio.
- Entonces –dijo Minho mientras salían del instituto, sin poder contener más la pregunta que había deseado hacer desde que vio a su novio salir de la sala del señor Gu con una sonrisa triunfadora-. ¿Qué tal nos fue?
Taemin lo miró y tiró de su mano hacia la calle contraria a la que quedaban sus casas.
- Bebé, no sé si estás feliz o despistado pero te equivocaste de calle.
- No me equivoqué –el peli azul negó con la cabeza-. Y tú tampoco, tenías razón, nos fue bien, muy bien.
- ¿Ves? Te lo dije, hago buenas predicciones –dijo, y Taemin mordió su labio para contener una sonrisa-.
- Yo también puedo ver el futuro.
- ¿Puedo saber qué es lo que ves?
- Un puntero –dijo el más bajo, haciendo que los ojos de Minho se agrandaran y lo mirara emocionado-.
- ¿Tan bien nos fue?
- Tanto que mereces una recompensa, señor mejor calificación.
- ¡¿Bromeas?!
Minho lo miró asombrado y paró sus pasos, tomándolo por la cintura para elevarlo en el aire.
- ¡Soy un genio! –Gritó el moreno-. ¿Y tú, bebé?
- Segundo lug-
Y no alcanzó a decir más cuando los labios de Minho se fusionaron con los suyos, comenzando con una dulce y suave danza que lo hizo suspirar en medio del beso.
- Felicidades, bebé.
- Felicidades a ti, Min, aprendiste bien, te mereces la recompensa.
- No lo hubiera hecho sin ti –susurró sobre la boca del más bajo, dejándole un corto beso en los labios-. Todo es mejor cuando estoy a tu lado.
 
Un beso más y sus manos volvieron a reencontrarse, comenzando a caminar con uno que otro beso en el camino hasta en centro de la ciudad.
Porque todo era mejor cuando estaban juntos, y ellos lo sabían.
 
 
Notas finales:

Espero que haya sido de su agrado. 

Pueden dejar un review si les gustó para continuar con el mini fic, hace poquito tengo un nuevo móvil y es hermoso, lo amo tanto tanto:'3 así que tengo donde escribir nuevamente, tengan un buen día. 

Los amo, gracias por leer. 


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