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W H I L E por Mena Matsuoka

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Comenzaba a fastidiarle aquél lugar.

Había comenzado a tener la manía de cruzarse de brazos en cuanto se molestaba, pues por ahora no podía ponerse a gritar, estaba en la sala de espera en aquél pasillo con olor a medicina.

Makoto miraba a Haruka, éste con el semblante preocupado viendo, a través de aquél ventanal, a Rin siendo operado por 4 doctores. Quería negarlo, pero veía sinceridad a través de los ojos color mar del pelinegro. Sabía que Haruka aún amaba a Rin, o al menos esa obsesión no le permitiría causarle algún daño a pesar de saber que aquél bebé era de Sousuke y no suyo.

Por que todo lo que Rin hiciera sería hermoso.

Y estaba ahí sentada la viva prueba de esa verdad. Con los ojos cerrados sin estar dormido, solo descansando. Sakura aún no superaba el hecho de que su padre biológico quisiera abusar de él, pero dado a lo explicado por Nao, estaba más tranquilo, y entendía de alguna forma que Rin había marcado algo importante en la vida de Nanase. Prefería no mantener contacto con él por ahora, incluso Haruka había dejado de insistir entablar nuevamente una conversación.

Sousuke no estaba, ¿Dónde? tomando la mano de Sakura con fuerza. Sousuke es el único que no creía la versión de Nanase a pesar de haber tenido testigos del acontecimiento. Él no creía que hubiese sido un accidente, estaba seguro que por la obsesión de Haruka con su esposo, el simple hecho de enterarse que iba a tener un hijo con sangre Yamazaki lo descontroló y volvió a actuar con sus instintos.

A pesar de que Nao había confirmado con dos estudio psicológicos y psiquiátricos de que Haruka estaba en sus cinco sentidos aquella ocasión.

En ese momento, Mario llegó con una base que venía cargando cinco vasos de café. Entregando a cada uno el suyo correspondiente.

-Toma amor, sabor Moka para ti-Le dijo a Sakura mientras se sentaba a su lado.
-Gracias.-Le sonrió y le tomó la mano.

Mario sonrió enternecido con su pareja mientras que Sousuke le agradecía con una sonrisa el hecho de que fuera tan atento con el menor.

-Wow, hay muchos paparazis rodeando a un hombre con una armadura en el estacionamiento... Al parecer quiere asesinar a alguien.

Dijo Mario mientras bebía de su propia bebida, sacando su celular mostrando un video de internet.

-Si no sacan a Haruka Nanase en este instante derribaré el hospital, así me muera en el intento.-Se escuchó en la grabación.

Sakura negó con la cabeza recordando a un tío muy peculiar.

-¡Y mi esposo me apoyará!
-No, no es cierto-Un rubio estaba detrás de él con los brazos cruzados.
-Cállate.

Mario guardó su celular mirando a su pareja que sonrió nostálgico.

-Recuérdame nunca hacerte daño.
-Yo sé que nunca pasará.

Sakura se recargó en el hombro de Mario, dándole un beso inocente en el cuello.

Haruka respingó, llevándose una mano al pecho, mirando por el ventanal, lo que hizo que Makoto exaltara y se acercó con el pelinegro para ver la situación.

-¿Qué pasa?
-Ya terminaron...

Sousuke se levantó para acompañar a ese par, mientras que Nao, aún con su vestimenta de cirugía, salió, con una mirada amarga.

-¿Nao?

Pero el hombre con gafas negó, con esa amargura invadiendo su paladar. Odiaba decir tales noticias.

-Lo perdió...-Susurró-Lo siento Sousuke-Le miró con dolor-El bebé no sobrevivió.

Tan frágil.

Tan doloroso.

Tan... Tan insoportable.

Como si su vida se hiciera añicos en ese instante. Como si un martillo golpeara instantáneamente su cráneo hasta dejarlo hecho pedazos. Quería gritar, quería correr hasta que sus piernas le rogaran descanso. Pero ahí se mantuvo. El brillo de sus ojos se fue apagando lentamente, así como sintió el tiempo pasar.

Los demonios en su interior parecían apoderarse de él y susurrar cosas tan dolorosas, pero que eran ciertas.

Cerró los ojos y preguntó en sus pensamientos a cualquiera que lo escuchara. ¿Qué tan miserable tengo que ser para que seas feliz?

Nao se retiró, mientras que Makoto le tomó el hombro a Sousuke dispuesto a apoyarlo. Pero el azabache lo empujó, tomó del cuello a Haruka y lo arrastró contra su voluntad a la salida trasera. No le importaba ser seguido por Sakura, Mario y Makoto, él solo quería hacer pagar a Haruka.

Llegó a la salida, tumbó en el suelo a Haruka y le propinó un golpe en la nariz, después en la mejilla y en el ojo.

Quería hacerlo pagar. Quería que sufriera lo que su bebé llegó a sufrir.

Lo levantó y azotó la espalda del pelinegro en la pared, causando que soltara un gemido de dolor.

Fue cuando Haruka volvió a sentir un golpe mucho más fuerte en el estómago. Sousuke le propinó una patada sacándole el aire, cayendo al suelo, comenzando a vomitar sangre. Aún en el suelo, Sousuke le pateó repetidas veces en los brazos y piernas, desahogando su frustración, sabiendo que sería imposible saciar tal sentimiento.

-¡Sousuke! ¡Déjalo!

Sintió los brazos de Makoto rodearle por la espalda. Ya no pudo más.

Se dio la vuelta y vió los ojos verde llenos de anhelo del pelioliva. Lloró, así sin más, comenzó a llorar, deslizando su rostro hasta el hombro de Makoto, quien lo estrechó entre sus brazos.

-¿Por qué?-Sollozó-¿Por qué cuando creo ser feliz la vida me golpea intentando asesinarme?

Makoto acarició la espalda del azabache, intentando consolarlo, mientras veía como uno de los amigos del matrimonio llegaba y miraba la escena seguramente frustrado por no ser él quien golpeó a Haruka.

-Tienes que ser fuerte, Rin te necesita.-Le aconsejó.

[...]

Sakura estaba tomándole la mano a su padre, quien se estaba recuperando por la operación. Lentamente, Rin abrió los ojos, sonriendo al mismo tiempo que vio a su hijo y le acariciaba el cabello.

-Papá...
-Lo perdí, ¿No es cierto?

Su mirada triste, la fragilidad en su voz hicieron que Sakura llorara, apretara los dientes hasta hacerlos rechinar.

-Lo siento-Se llevó la mano de su padre a los labios y la besó-Lamento no haber estado ahí para protegerte...
-Tranquilo hijo... El bebé no estaba destinado a nacer.

Sakura le miró con una interrogativa como expresión. Rin sólo pudo mantener la sonrisa ante aquél gesto.

-Una madre sabe todo.

A pesar de que no le gustara usar ese calificativo, era la frase perfecta. Él simplemente lo supo el día en el que se enteró de estar embarazado nuevamente. 

-Hijo... No culpes a Haruka.
-Pero él te-

Rin colocó su dedo índice en los labios del menor, haciéndolo callar.

-Él no me empujó, cielo. Fue un accidente... Sé que a pesar de todo Haruka nunca me haría daño. Ya leíste los exámenes psicológicos, él está bien... sólo tiene obsesión y eso ayuda a que no me haga daño.

Sakura logró sonreírle a su padre, el cual le mira expectante.

-¿Y tu padre?-Preguntó refiriéndose a Sousuke.
-Está afuera con tío Makoto...-Soltó una pequeña risa-Tío Tony quiso derribar el hospital.
-Me imagino-Negó Rin riéndose.-¿Puedes pedirle a tu padre que venga? Necesito hablar con él...

Sakura asintió, levantándose y saliendo de la habitación. Dejando solo a Rin con sus pensamientos, ¿Estaría haciendo lo correcto? Tenía qué, ya se había atrasado años en decirle la verdad.

No pasó mucho cuando el hombre de ojos color agua se acercó y besó a Rin en los labios. El pelirrojo pudo ver cómo el cansancio estaba matando el rostro del azabache, sus ojos estaban rojizos y sus cabellos alborotados.

-Sousuke-Suspiró con miedo-Siéntate... Necesitamos hablar.

El hombre asintió, y sin soltar la mano de su esposo tomó una silla y se sentó en ella después de acercarla a la cama.

-Sousuke... escucha... Sé lo del bebé, pero yo estoy tan, ¿Cómo decirlo? ¿Normal? Por que lo presentí el día en que me enteré que lo esperaba.
-Pero...-Sou apretó la mano con fuerza-¿Por qué no me lo dijiste?
-Tuve el error al no contártelo, pero en ese momento pensé que no quería acabar con tus ilusiones de un hijo nuestro... Pero ahora sé que es peor.

Sousuke bajó la mirada, de cierta forma creyó que también fue difícil para el pelirrojo el saber desde un principio que su bebé no sobreviviría por mucho.

-No importa-Sou le besó la mano-Podemos... tener otro.

Rin sintió como su corazón se encogía, como poco a poco se imaginó lo que después ocurriría.

-No Sou... No podemos-
-Sé lo que dirás-Le interrumpió-Qué uno no remplaza al otro, lo sé, pero en verdad quiero-
-Yo no Sousuke-Soltó sin más-No... No creo poder con otra carga.

Sousuke tragó saliva, no entendía lo que Rin se estaba esforzando con decirle.

-¿A qué te refieres?

Pero Rin no dijo nada, sólo se quedó en silencio mirando las sábanas blancas que le cubrían hasta el torso.

-¡Dímelo! ¡¿A qué te refieres?!-Sousuke estaba desesperado.
-Yo...-Rin ya no podía con la mentira.-Yo no te amo.

Y ahí fue cuando Sousuke comprendió.

Rin nunca le decía directamente que lo amaba, solo decía; "Yo también" o simplemente le besaba. Rin nunca gimió su nombre en esas noches de pasión. Rin nunca comenzaba el acto sexual. Rin nunca le miró de la forma en la que miraba a Haruka y creyó que era por que lo amaba más o de forma diferente. Rin nunca lo amó.

Y el simplemente se cegó... se dejó invadir por la mentira.

-¿Por qué?-Susurró-¿Por qué te casaste conmigo?
-Tu me ayudaste, Sousuke... Tú me ayudaste a criar a Sakura, sin ti hubiese sido imposible.
-Así que solo... ¿Agradecimiento? ¿Eso es lo que sientes?

Sousuke lo miraba de una manera que Rin nunca esperó sentirla. Decepción.

-Fue mi manera de agradecértelo. Yo no quería hacerte daño... Yo creí que lo que sentía era amor, pero... no pasó por mucho esa creencia.

Sousuke no decía nada, sólo miraba al pelirrojo a los ojos. Aquellos que tanto le quitaron el sueño por años.

-Eres mi refugio, mi norte, mi hogar.-Dijo Rin con esa sinceridad que tanto Sousuke amaba-Eres mi fortaleza, mis ganas de ser mejor cada día... Eres mucho para mí. No te merezco.

Pero no dijo nada, siguió en su silencio. Rin quería decirle que lo perdonara, que le rogaría por su perdón si fuera necesario. Pero su cuerpo no le obedecía.

Sousuke soltó su mano, y Rin sintió caer al vacío a pesar de estar haciendo lo correcto. Caminó hacia la puerta con movimientos lentos, sin expresión alguna. Al final, con la mano en el pomo, Rin se decidió a hablar.

-Sin importar lo que sea...Te prometo... que si nos necesitas... si me necesitas, ahí estaré.

Pero Sousuke solo le dirigió una mirada sin sentimientos, tan vacía como su alma misma.

-De nadie seré, sólo de ti, hasta que mis huesos se vuelvan ceniza y mi corazón deje de latir-Bajó la mirada-Así no me quieras de la forma en la que yo te ame... Como te dije hace 18 años... nunca dejaré de hacerlo. Te deseo la mayor felicidad con Nanase.

A punto de que Rin replicara, huyó y al fin pudo correr, pudo hacerlo tanto como sus piernas le permitieron.

Nunca dejaría de amar a Rin Matsuoka.

Rin Matsuoka era... era sólo él. Y así lo amará por siempre.

Notas finales:

Rincito mi bebé uwu


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