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Días en el Paraíso por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

He estado muy ocupada con la universidad, pero aún así en los pequeños huecos de tiempo libre que encuentro he tratado de estar escribiendo, para continuar actualizando. 

Minho contuvo un suspiro, mirando a través del departamento a Taemin. No le había hablado en casi una semana. Obviamente seguía enojado, y se escudaba con tener mucho trabajo en la universidad. Los primeros días al menos.

Pero ahora, Minho podía notarlo, algo preocupaba a Taemin. Y no se lo estaba contando. Sintió que realmente le había fallado a Taemin en distintos niveles, si el demonio no le quería contar lo que le sucedía. Por más que estuviera enojado, seguía siendo su pareja, y podía contarle lo que fuera. Así que descubriría lo que le estaba pasando, haría todo por saberlo.

Se sentó en el sofá que quedaba frente al sofá en el que Taemin estaba sentado. A pesar de que la televisión estaba encendida, Taemin no la miraba. Su vista se dirigía hacia el ventanal que había a un costado. Las cortinas a penas se movían debido al aire que entraba en una suave corriente. Una mueca extraña se encontraba en su rostro, mientras su mano hacía presión en el centro de su pecho, justo por encima de donde el plexo solar estaba centrado.

-¿Te duele?- Se atrevió a preguntar, mirando con seriedad a Taemin. Esperaba que este le contestara, o tendría que encontrar una manera en que el demonio le dijera qué era lo que estaba pasándole.

Taemin asintió, separando su mirada del ventanal. Se giró hacia Minho, torciendo los labios en otra mueca, poniendo más presión sobre su pecho.

-Es una punzada…- Admitió.

-¿Punzada? ¿Sabes por qué? ¿Estás enfermo?- Minho se apresuró a ponerse de pie, acercándose a su novio. ¿Taemin tal vez tendría hambre de nuevo? Si así era, probablemente se estaba negando a comer porque seguía molesto con él. –Cariño…

-No…No estoy enfermo.- Taemin le cortó. –Es algo diferente.

-¿Diferente? ¿Cómo lo sabes?- Frunció el ceño, acuclillándose frente a Taemin para poder tomarle de las manos.

-Te hablé de los llamados, Minho.

Minho asintió, preocupándose. Si le dolía el pecho, ¿acaso no sería por haber hecho un llamado? ¿Habría lastimado físicamente a Taemin al él hacer un llamado sin querer?

-Bueno, los llamados entre los demonios tienden a ser efectivos, porque tenemos la fuerza para traer a quien buscamos. Es algo doloroso, pero suele ser rápido.- Taemin se encogió de hombros. –Doloroso para quien es llamado, quiero decir, como un dolor agudo. Pero, lo que siento…es más como un dolor crónico. Siento como si hubiese sido clavada una flecha en mi pecho, y ahora la quieren sacar de la manera incorrecta, desgarrándome con las puntas. No sé a dónde me están llamando, así que no puedo llegar ahí.- Gimió, volviendo a hundir los dedos en su pecho. –Es un llamado muy débil, como si fuera un humano haciendo un ritual, sin tener idea de lo que está haciendo.

-¿Un humano?- Minho se consternó. -¿Crees que alguien quiere pedirte un favor?

-No.- Se negó. –Es imposible, mi nombre no está escrito en ningún texto. El de ningún demonio de la tercera generación, de hecho. Sólo cazamos presas que al final no podrán decir nuestros nombres, no nos conviene que nuestros nombres se sepan…A menos de que haya un demonio estúpido que vaya por ahí diciendo su naturaleza a cada humano que conozca.- Suspiró. –Los únicos humanos que saben de mí, son Kibommie y Jonghyun. Dudo que tan siquiera sepan que pueden hacer tratos conmigo, mucho menos que pueden invocarme con un ritual.

-¿Entonces?

-Debe ser un demonio, pero no tiene sentido alguno. ¿Por qué llamarme a mí? Ya no trabajo, y aunque lo hiciera, trabajo solo. No hago favores, no los debo. Por otro lado, está la fuerza del llamado, es muy poca, como si me llamaran con pereza…

Minho mordió el interior de su mejilla, preguntándose qué rayos podía estar pasando. Alguien estaba llamando a Taemin, pero el chico era un guerrero, no hacía ese tipo de tratos. Él sólo recolectaba almas humanas, no ofrecía favores. La diversión de Taemin era mucho más directa que sentarse a observar cómo un humano se consumía ante un deseo mal planeado. Y si se tratase de un demonio, ¿por qué lo habría de hacer? El rey le había nombrado caso perdido, prácticamente estaba fuera de las filas de acción.

-Taemin...

-¡Ah!- Gimió, echándose hacia adelante mientras se sostenía con fuerza de Minho. -Maldita sea...Duele...- Jadeó entre dientes, su mandíbula estaba apretada con mucha fuerza. -Ah...

Entonces se detuvo.

Taemin gimió, sintiendo que podía respirar de nuevo. Un suspiro salió de sus labios al sentir que la tensión del dolor le abandonaba. Pero conocía muy bien esta técnica, alguien le estaba provocando. La pequeña punzada se sintió de nuevo; esta vez Taemin no se inmutó. Ya lo había descubierto, quién le llamaba.

El timbre sonó, logrando captar la atención de ambos.

-¿Huh? ¿Quién puede ser?- Minho se puso de pie, algo consternado. Miró a Taemin, el chico negaba con la cabeza casi como si se tratara la situación de un mal chiste.

-Yo sé quién es.- Taemin se levantó, dejando a Minho más que confundido.

Jadeó, sobando su pecho de nuevo. Iba a matar a esos hijos de puta.

-¡Yah!- Gritó en cuanto abrió la puerta. -¡Una simple llamada telefónica habría sido más que suficiente!

-Tsk, Taeminnie. Eso sería de lo más aburrido.- Un chico alto y bronceado sonrió de medio lado. –Nunca hemos sido del tipo aburrido.

Taemin rodó los ojos, exhalando tras sentir otra ola de dolor.

-¡Yah! ¡Corta con eso!- Le gritó  al chico a lado del que había hablado.

Una amplia sonrisa se extendió en el rostro del otro chico. Se cruzó de brazos, dándole un guiño a Taemin. Sin preguntar si estaba invitado, entró al departamento, mirando a su alrededor.

-De acuerdo, pero sólo porque no creo que este bonito lugar se vea bien, si lo destruyes.- Se burló, torciendo los labios en una mueca vil.

Taemin jadeó al sentir como la presión en su pecho desaparecía. Sobó con algo de alivio el centro de su pecho, subiendo la mirada rápidamente hacia al par de idiotas que se burlaban abiertamente de él con sus sonrisas.

-Ustedes, bastardos…

-¿Taemin?

Taemin calló su perorata, girando sobre sus talones para encontrarse con un Minho demasiado confundido. Correcto, tenía que presentarle a Minho al par de idiotas.

-Min,- le hizo un pequeño gesto con la cabeza, indicándole a los dos chicos que ahora estaban dentro del departamento. –te presento a Jongin, mi hermano y sobrino.- Explicó rápidamente. –Y él es Moonkyu, él es…- Entonces frunció la boca, pensando. -¿Qué es lo que somos?- Le cuestionó al demonio.

-¡Rayos que voy a saber Taemin ah!- Moonkyu se quejó exageradamente. –No voy por todos lados cargando un árbol genealógico de la familia.- Alzó los brazos al aire, siendo dramático. –Por lo que sé, tú y yo estamos más emparentados a una raza entera de cabras, que al idiota de Jongin.- Rio, ganándose un golpe de parte de Jongin.

-Eso tal vez sea cierto…- Taemin sonrió de medio lado, pasando una de sus manos sobre el costado de su cabeza, donde en su manera natural era el nacimiento de su cuerno. –No importa.- Se encogió de hombros, regresando su atención a Minho. –Basta con decir que él también es mi sobrino, y probablemente sea mi primo, o algo en segundo grado.

Minho abrió la boca, sin saber qué decir exactamente. ¿Más familiares de Taemin? Casi parecía una venganza, por haberle hecho lloriquear tanto cuando le presentó a sus padres. Esto no era nada bueno, no cuando las cosas quedaron tan mal después de haber conocido a la madre de Taemin. Aferró su mano a la muñeca de su demonio, asegurándose de hacerle ver que estaba ahí con él.

-Entonces, ¿qué hacen aquí?- Taemin cuestionó, golpeando el hombro de Moonkyu, ganándose un gruñido a cambio que ignoró por completo.

-Trabajo.- Jongin se encogió de hombros. -Oficialmente estamos a cargo de cuidar que no te vuelvas una paria. Papá te prefiere muerto, primero.

-Así que...¿sigues siendo leal a nuestro rey?- Moonkyu le cuestionó.

Taemin reverenció burdamente, con una mueca en los labios.

-Por supuesto que sí. Además, no creo que ustedes sean capaces de deshacerse de mí tan fácilmente.

-Sí, claro.- Jongin jadeó, incrédulo. -Bueno, nuestro trabajo aquí ha terminado. Tú no eres una paria, nosotros no haremos nada que te ofenda lo suficiente como para que nos patees fuera de la ciudad, así que ¿qué tal si vamos a beber? Anda, por los viejos tiempos.- Ofreció.

Taemin rio, sacudiendo su cabeza. Su padre no pudo haber escogido al peor par de demonios para hacer tal trabajo. Ellos no iban a acatar órdenes, pero tampoco desobedecerlas. Sólo encontrar un enorme vacío en la comanda, y decidieron aferrarse de ella.

-De acuerdo.- Exhaló, encogiéndose de hombros. –Sólo me cambio de ropa.- Entonces les lanzó una dura mirada. –No hagan nada que normalmente harían.- Les advirtió.

Ambos demonios rodaron los ojos, asintiendo, antes de que Taemin pudiera dejar tranquilamente el recibidor para dirigirse a su habitación.

Minho frunció el ceño, sin entender claramente lo que sucedía. Ese par de demonios habían amenazado de muerte a Taemin, y después le habían invitado a tomar. ¿Dónde estaba la puta lógica en eso? Se volvió rápidamente, siguiendo a Taemin. No podía permitirle ir con ellos, no sabía si le harían daño o no. Cerró la puerta de la recámara tras él, sintiéndose algo enojado de ver que de hecho Taemin estaba sacando ropa del closet.

-¿Vas a ir con ellos?- Le cuestionó, siendo severo en su tono de voz. -¿Por qué?

-Son mis amigos, Minho.- Taemin le restó importancia, sin siquiera verle mientras se sacaba los pantalones que llevaba puestos para ponerse el par que había escogido.

-¡Tus amigos!- Minho se escandalizó. -Taemin, ellos estaban lastimándote.

-¿Lo dices por el llamado?- Al fin subió la mirada, luciendo confundido con la actitud que Minho estaba empezando a tomar. -No es nada extraordinario, Moonkyu es un sádico, y no es la primera vez que lo hace. Sólo estaba jugando.

-¡Sólo estaba jugando!- Alzó la voz. -¿Cómo puedes decir que sólo estaba jugando? ¿Desde cuándo eso es jugar?- Sonaba realmente más y más indigando con cada pregunta. -Cariño, te estaban lastimando.

-Pudo haber hecho algo peor.- Taemin cruzó los brazos sobre su cadera. -¿Qué es lo que ocurre Minho?

¿Qué era lo que ocurría? A Minho casi se le salieron los ojos de lo furioso que esa pregunta le puso. ¡Ese par de demonios le habían lastimado! ¡Físicamente! Y aún así Taemin había reído para ellos, había aceptado salir a beber con ellos. ¡Maldición, lucía tan feliz de que estuvieran ahí! ¿Por qué? Una semana de dolor físico, ¿acaso era tan fácil de perdonar? Entonces un corto pensamiento se coló a su tren de ideas, saliendo por sus labios sin filtro alguno.

-Has dormido con ellos.

-¿Qué?- Definitivamente esa aseveración le había desconcertado. -Minho, ¿eso qué tiene que...

-Sí o no, Taemin. ¿Te has acostado con ellos?- Gruñó.

Taemin cuadró los hombros, alzando el mentón en un gesto desafiante.

-Sí.- Mostró los dientes amenazantemente. -Cuando alcancé mi madurez sexual, hace más de 150 años.

Minho apretó los puños, tratando de no sentirse afectado por lo que Taemin le decía. Saber que su novio iba a salir a beber con quienes había descubierto su sexualidad definitivamente no debía de afectarlo.

Pero lo hacía.

-No vas a salir con ellos.- Jadeó entre dientes, su mandíbula estaba tensa.

-Lo haré, Choi.- Taemin dio un paso adelante, enterrando su índice en el pecho del ángel. -No voy a discutir esto. ¿Quieres pelear? Está bien, pero lo haremos cuando regrese. No ahora.

Minho respiró pesado, observando cómo Taemin se terminaba de arreglar para irse con el par de demonios que estaban en sú sala. Gruñó todo el tiempo hasta verles entrar en el elevador.

Definitivamente, detestaba a la familia de Taemin.

Notas finales:

¿Quieren reconciliación? :) Porque eso no va a pasar en el siguiente capítulo xD Pero creo que les gustará. Mientras tanto, Minho va a estar comiéndose la cabeza pensando en qué es lo que Taemin estará haciendo con sus amiguitos :P


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