-De acuerdo estoy aquí, ¿para qué me llamaste?- Jonghyun exhaló, cruzándose de brazos sin pensarlo. Debía admitir que su presencia todavía le causaba algo de temblor, pero empezaba a acostumbrarse.
-Toma asiento por favor.
Taemin le indicó, señalando la silla frente a él. Era algo tarde, y la cafetería se veía algo vacía, así que Jonghyun no comprendía toda la pomposidad en el comportar del demonio. Después de todo, ya había visto a Taemin hacer berrinches antes, era todo lo contrario a esta bana ostentosidad.
-Presiento que esto no se trata de negocios.- Jonghyun entrecerró los ojos, tomando asiento frente al demonio. -¿Qué es lo que ocurre?
-Tú sabes algo, ¿cierto?- Taemin seguía misterioso, escudriñandole con la mirada como si quisiera descubrir una verdad. ¿Cuál? Jonghyun todavía no podía decirlo, pero procuraría no meterse en problemas.
-No te estoy entendiendo, ¿de qué hablas?- Jadeó, sabiendo que debía medir muy bien sus palabras.
-Oh vamos, no me pueden engañar. Nunca lo logran.- Taemin resopló entre dientes, dándole un largo trago a la taza de capuchino que había pedido en lo que esperaba a que el humano llegaba. –Nunca, nunca, lo logran, así que me es obvio que algo está ocurriendo.
-¿Con…respecto a qué?- Alzó una ceja.
-Kibum y Minho, algo se traen entre manos. Lo sé, han estado actuando raro. Y quieren que yo no lo note.- Entrecerró los ojos. -Y tú vas a decirme qué es lo que planean.- Señaló al humano severamente.
Jonghyun abrió la boca, sorprendido con la acusación.
-De verdad no tengo idea de qué estás hablando. ¿Cómo puedo decirte algo si no sé que sé supone qué están haciendo? ¿Cómo sé si Kibum está actuando raro?
Taemin rodó los ojos, soltando un suspiró desesperado.
-Por todo lo sacrilegico, ¡es tu novio! ¿Cómo no vas a saber cuando esta actuando raro?- Se frunció sobre la mesa, hablando más bajo y serio. -Key ha estado haciendo muchas llamadas, siempre en voz baja y lejos de mí. Disculpa, pero Kibum no es el hombre más silencioso del mundo, eso ya es un signo. Además se ve algo tenso. Si lo invito a comer, el declina diciendo que tiene mucho trabajo que hacer. ¿Qué tanto trabajo debe de hacer? Es el final del semestre. Sólo tiene que reprobar a la mitad de sus estudiante, listo, nada más.- Exhaló, regresando a su antigua posición. Jugó un poco con la oreja de su taza. -Minho también ha estado extraño. Últimamente ha llegado tarde a casa, no su usual tarde que es exageradamente tarde. Es sólo tarde. Un molesto y anormal simplemente tarde. Además de esas tontas llamadas secretas. El martes pasado lo busqué por todo el departamento sólo para encontrarlo al final del pasillo, junto al elevador haciendo una llamada. Es tan molesto.
-Ya veo…Pero, ¿me podrías decir qué te hace creer que sus comportamientos extraños están conectados a la misma causa?- Jonghyun trató de atrapar el tren de pensamientos del demonio, preguntando lo más que pudiera.
-Instinto.- Taemin masculló, y ante la cara de escepticismo de Jonghyun sólo le quedó suspirar. -Escucha. Key y Minho no se agradan mucho. Es bastante divertido de hecho, podría verlos discutir y pelear todo el tiempo. Pero si están trabajando en algo juntos, es malo. Muy malo. ¡Para mí!- Se señaló, mostrándose como una víctima indefensa. -Ya antes lo hicieron, me inscribieron en un campamento de control de la ira.
-¿Qué ellos qué?- Eso realmente tomó por sorpresa a Jonghyun.
-Creyeron que así dejaría de hacerles berrinches.- Se cruzó de brazos, aflojando sus labios en un puchero.
-¿De verdad? ¿Ellos creyeron eso?- Apretó su boca, evitando por todos los medios reír. Tal parecía que ese movimiento había sido contraproducente, porque él podía asegurar (con lo poco que conocía del demonio) que Taemin seguía haciendo berrinches.
-No es gracioso, y lo aprendieron a la mala.- Exhaló satisfecho. -Por eso tienes que ayudarme. Si quieres seguir siendo novio de Kibum más te vale estar en mi lado bueno.- Le amenazó.
-¿Realmente tienes un lado bueno?- Bromeó un poco, recibiendo a cambio una mirada fría. Taemin repiqueteaba sus dedos contra la mesa, en un compás de espera, haciendo presión. -De acuerdo, está bien. Te ayudaré. Si descubro algo te lo diré.
El rostro de Taemin se iluminó con una gran sonrisa como niño en navidad.
-Gracias, sabía que me serias de utilidad.
Sip, justo eso. Jonghyun rio, sabiendo que tendría que explicarse.
-No creo que los berrinches sean un verdadero problema en ti, después de todo uno se acostumbra y termina ignorándolos. Así es con los niños. Lo que si es peligroso es tu manipulación y chantaje.- Puntualizó. -No me lo tomes a mal, es todo un arte y parece ser que lo manejas muy bien.
-¡Gracias! Eres muy perspicaz y halagador.
Jonghyun volvió a reír, cubriéndose la boca. Oh cielos, esto iba a ser muy divertido.