-Oh cielos, sí…- Minho suspiró, sintiendo como sus ojos rodaban hacia atrás dentro de su cabeza. –Taemin, sí…- Ahogó sus gemidos en la almohada debajo de su rostro. –Ahí.
Taemin sonrió, aplicando un poco más de fuerza con sus manos. Apretó más sus muslos alrededor de la cadera del ángel, así evitando que Minho se moviera con algún espasmo involuntario.
-¿Te gusta?- Preguntó traviesamente, enterrando sus dedos en el punto exacto. –Infiernos, estás tan duro que realmente no puedo comprender cómo es que ibas al trabajo con esto.- Resopló. –Tienes suerte de tenerme.- Rio, haciendo círculos con su pulgar sobre el área, golpeando de vez en cuando. Sabía cuál era la cantidad de dolor exacto para que se sintiera como placer.
-Oh cállate y sigue.- Minho respló entre dientes, ordenándole al demonio sobre su espalda.
-Eres un gruñon.- Rio, trabajando con los talones de las palmas de sus manos. –Ah, mi Minho~ Tu vida es taaan estresante.- Canturreó. –No te preocupes más, déjalo en mis manos como justo ahora.- Le exhaló al oído, deslizando sus manos a lo largo y ancho de la espalda del ángel.
-Amo que seas calientito.- Un suspiró relajado salió de los labios de Minho.
-Si me amas ahora, deberías de imaginarte cómo pasaremos el invierno.- Bromeó. –Apuesto a que no me soltarás en toda la temporada.
-Apuestas correctamente.- Confirmó. –Santo cielo, realmente siento como si estuviera en un spa. El calor de tus manos ayuda mucho.
-Y nada tiene que ver el que sepa dar masajes.- Puso los ojos en blanco, siendo obvio. –Cariño, realmente tienes demasiados nudos. No me sorprende que estés tan rígido.- Aplicó algo de fuerza tres dedos debajo de la nuca de Minho, donde otro punto duro de músculos se encontraba.
Tenían un largo rato así; después de que Minho llegara a casa por quinto día consecutivo quejándose de su dolor de espaldas, Taemin se había ofrecido a darle un masaje. Y vaya que se había sorprendido al sentir cada uno de los nudos que Minho cargaba consigo. Era una persona demasiado estresada. Se propondría darle un masajo o dos a la semana, con tal de que Minho estuviera mucho más relajado de ahora en adelante. Tal vez eso ayudaría a que fuera un poco más permisivo. Rio por lo bajo, planeando sus malévolos deseos de lavado de cerebro, terminando de masajear la espalda del ángel.
-¿Cómo te sientes ahora?- Preguntó, regalándole un beso en el cuello al hombre alto. -¿Mejoró?
-No hablar, yo dormir…- Minho murmulló contra la almohada. Sólo fueron un par de segundos los que transcurrieron antes de que Taemin pudiese escuchar ligeros ronquidos de alguien que se acaba de quedar dormido.
-Tomaré eso como un sí.- Rio. –Descansa amor, iré a hacer la cena.- Le volvió a besar, levantándose con cuidado para no moverle y poder salir de la recamára donde su ahora muy relajado novio dormía.
♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥ ♥