Reita se levantó temprano ese día, extraño en él; se sentó en la cama y recordó el dolor de su tobillo que latía con fuerza. Se quedó mirándolo, no tenía mal aspecto pero dolía como siempre, de todos modos decidió vestirse y salir de la cama. Caminaba por el pasillo, apoyándose en la pared, dirigió su mirada a las puertas, todas cerradas y silenciosas. De pronto fijó la vista en un cartel color rojo y negro y sintió un incontrolable deseo de meterse en esa habitación. Reita razonaba siempre después de actuar, era una mala costumbre suya, y se dio cuenta cuando se encontró con Ruki durmiendo sobre Miyavi en su escrupulosamente ordenada habitación. Se quedó paralizado, dio media vuelta lentamente y fue sigiloso hacia la puerta, pero ya había sido visto.
- ¿Qué demonios haces Reita? ¿no me digas que quieres poner basura debajo de mi cama otra vez? – le dijo sentándose
Reita se dio vuelta y se sonrojó como un tonto, hacía mucho tiempo que no veía a Ruki de esa manera, tan… escaso de ropa. Desvió la mirada y se rió.
- Siempre piensas eso de mí, te prometo que no volveré a hacerlo… - dio media vuelta – sólo quería ver si estabas dormido, nada más, adi--
- Pero estoy despierto – interrumpió Ruki - ¿Qué quieres? No viniste solo para eso, te conozco…
- ¿Quieres saber para qué vine? No puedo decirlo, Miyavi podría despertarse…
Ruki lo miró y alzó una ceja, tomó un almohadón y le pegó de lleno a Miyavi en el estómago, éste solo gruñó y se dio vuelta, dándoles la espalda
- Ahora habla
Reita se acercó a Ruki y se sentó a su lado, mirándose los pies. No era fácil explicar lo que pasaba por su mente.
- Recuerdas… ¿nuestra primera vez?, te enfadaste porque no te esperé, me precipité y te hice daño…
- Lo recuerdo – dijo Ruki apoyando los brazos sobre las rodillas, mirándolo fijamente
- Bueno… - asintió incómodo – estoy en la misma situación de nuevo, y tengo miedo de hacer lo mismo, por suerte digamos que tengo con qué distraerme… - se aclaró la garganta
- ¿Y qué tiene que ver Tora con todo esto? – Ruki captó al instante la orientación de las palabras de Reita
- Él hace con los demás lo que yo hice contigo, pero él es consciente, Ruki – lo miró fijamente – él no lo hizo por desesperación, ¡sabe muy bien lo que hace!
- Tranquilízate – le dijo tocándole la cabeza
Reita se quedó mirándolo y le tomó la mano y la besó, inclinándose hacia delante y acercándose a su boca. Ruki acortó la distancia de un golpe y rodeó a Reita con su brazo libre, éste alejó la sábana y Ruki reaccionó violentamente, alejándolo.
- ¡¿Qué haces?! – dijo volviéndose a cubrir
- Lo que vine a hacer Ruki, no vine a hablarte de esto, sé lo que me dirás, sé lo que tengo que hacer… vine a tu habitación por otra cosa… – dijo acercándose nuevamente
Ruki lo miró enfadado y trató de alejarlo, pero Reita lo había tomado de ambos brazos y ejercía una increíble fuerza contra el colchón.
Miyavi se desperezó en la punta de la cama, con los pies colgando, casi apunto de caerse. Se sentó rápidamente, y miró a su derecha, estaba vacío, miró a los pies y encontró una cabellera pelirroja asomando. Se acercó a gatas y vio a Ruki abrazado a sus rodillas, sentado en el piso con la espalda contra los pies de la cama.
- ¿Rukipu? ¿Por qué lloras?