Se les hizo la noche más rápido de lo que esperaban y el timbre sonó anunciando el inicio de la fiesta. Reita fue a abrir rengueando y maldiciendo al resto que estaban en sus habitaciones. Miyavi comenzaba a armar una melodía insoportable con el timbre cuando este le abrió.
- El rengo, que raro que no eres Rukipu~ - dijo riendo mientras Reita lo dejaba pasar
- Está bañándose, probablemente…
Miyavi se dejó caer en el sillón y el celular negro de Ruki sobre la mesa llamó su atención.
- ¿Tuyo? – preguntó señalándolo
- De Ruki, el mío está aquí – lo sacó de su bolsillo y Miyavi sonrió
- Para no perder la tradición, ¿hum? – tomó el celular de Ruki y lo abrió mientras Reita se sentaba a su lado a mirar televisión
Miyavi se quedó callado al ver la foto de fondo de pantalla y sonrió lascivamente al rato, manipulando el celular con facilidad y posando para una foto propia que guardo en la memoria bajo el nombre ‘te estoy vigilando’. Lo dejó en la mesa en el preciso momento que Ruki bajaba a la sala secándose el cabello con una toalla.
- Rukipu~! - dijo poniéndose de pie y levantándolo hasta la altura de su pecho, Ruki se sujetó de sus hombros y le tiró la toalla en la cara
Miyavi lo bajó, sacándose la toalla del rostro y golpeándole el brazo. Se sentaron juntos en el sillón y Reita prestó suma atención a la televisión frente a él en cuanto los sintió besarse. Uruha y Aoi bajaron riéndose de Kai pero no quisieron decir al resto porqué, Aoi se sentó en el sillón pequeño y tiró de Uruha para sentárselo encima, Kai se sentó sonrojado junto a Reita. El tiempo pasaba, pero en la turbada mente del rubio todo era silencio y oscuridad, hasta que un codazo lo hizo reaccionar.
- Ey! Despierta – le dijo Kai con el abrigo puesto
Reita rodeó la sala con la mirada, no había nadie, se quedó perdido y aceptó el abrigo que Kai le ofrecía sin decir palabra.
- Miyavi se llevó a Ruki, nosotros iremos en la camioneta, Aoi y Uruha nos esperan, te quedaste dormido… - le dijo apagando el televisor
- No me di cuenta…
- Ya veo… - sonrió, pero cambió su expresión rápidamente – ¿Te duele mucho el tobillo? – agregó al ver el esfuerzo que Reita tenía que hacer para ponerse de pie – tal vez deberías quedarte
- No – le dijo instantáneamente – no, estoy bien, gracias…. No te preocupes Kai, vamos