Kai despertó al grupo para desayunar y volvió a bajar a la cocina. Reita tardó en acompañarlo pero logró llegar y sentarse en la mesa, Aoi bajó de muy buen humor y se sentó estrepitosamente. Con respecto a Ruki y Uruha, así como bajaron, se tiraron sobre la mesa y se quedaron inmóviles durante todo el desayuno.
- Espero que a Miyavi no se le ocurra salir esta noche también o perderemos lo que queda de nuestros miembros… - acotó Aoi acariciándole la cabeza a Uruha
- No creo, su manager estaba furioso – dijo Kai riendo – además no iríamos…
- ¿Por qué no? – preguntó Reita
- Por tu tobillo, ¿Cuánto más piensas esforzarlo? Tienes que hacer reposo, sólo tenemos una semana…
- ¿Y que ustedes salgan a divertirse? Olvídalo – acotó molesto
- Uno se quedará a cuidarte, no te preocupes – agregó Aoi con tono infantil
Reita murmuró una grosería y siguió desayunando en silencio. En la tarde, Aoi y Kai organizaban las pautas del recital mientras Ruki y Uruha seguían tirados en la mesa. Reita estaba en su habitación mirando la televisión mientras fumaba un cigarrillo. La discusión entre Aoi y Kai se vio interrumpida por un gruñido de Ruki que se levantó molesto de la mesa, Kai revoleó los ojos y le señaló el cajón del modular de la cocina.
- Tomate la bendita pastilla y no nos molestes, ah, dásela también a Uruha – agregó al verlo despierto
Ruki fue arrastrando los pies hasta el cajón y sacó las pastillas, sirviéndose luego un vaso de agua y tragándosela. Se sentó junto a Uruha y le dio su pastilla y el vaso.
- Odio esta porquería – comentó Uruha tomándola con asco
- Entonces debiste pensarlo dos veces antes de comprar esa botella gigante – le reprochó Aoi y agregó lascivamente - … aunque te lo agradezco…
Uruha le hizo ‘fuck you’ y se tragó la pastilla de un golpe, Ruki lo puso de pie y lo tiró en el sillón con él, junto a Aoi. Kai le pasó los papeles que les había entregado el manager el día anterior y Ruki fingió leerlos.
- ¿Y Reita? – preguntó Uruha ojeando el papel por el hombro de Ruki
- En su habitación – contestó Aoi vagamente y se puso de pie – lo que me recuerda…
Aoi salió de la sala y el resto lo oyó subir las escaleras. Uruha miró a Kai confundido y éste se encogió de hombros. Ruki le devolvió el papel y le acarició la pierna a Uruha dulcemente.
- Recuérdame que no vuelva a tomar de una botella gigante – comentó reclinándose en el sillón
- Está bien – respondió Uruha apoyando la cabeza en su hombro
Kai les comentó el itinerario que tenían planeado para el recital y Ruki y Uruha se dedicaron a asentir sin escuchar palabra. Mientras tanto, Aoi fumaba sentado en la cama de Reita, con éste acostado en ella con la mirada perdida.
- Deberías controlar tus ansias Reita, antes de que Ruki te mate – comentó cambiando de canal
- Lo sé, lo sé, ¿crees que quiero sermones? Dame algo que pueda usar Aoi…
- Mastúrbate – dijo pitando el cigarrillo
Reita lo pateó fuera de la cama con su pie sano, mirándolo enojado.
- ¡Te estoy hablando en serio! – le dijo sentándose
- Yo también – lo miró fijamente
Aoi volvió a sentarse en la cama, junto a Reita y éste no dijo nada más, fumaba su cigarrillo a toda velocidad, estaba extremadamente nervioso.
- Tranquilízate – le dijo Aoi apoyándole la mano en el hombro
- Ya no sé qué hacer Aoi – se desesperó Reita cubriéndose el rostro
Aoi le rodeó los hombros y lo abrazó, esperando encontrar en eso una solución pacífica para esta revolución de hormonas.