El intento de Miyavi de salir también esa noche se vio frustrado por los managers que los llevaron hasta sus casas y se quedaron en la puerta hasta entrada la noche, cuando ya se habrían cansado de esperar. De todos modos, nadie tenía deseos de salir, si Miyavi lo hacía terminaría yendo solo, ya que los otros estaban cansados por el duro ensayo y muy nerviosos por el recital que se llevaría a cabo al día siguiente desde la tarde hasta la noche.
Kai les dio los mil y un sermones antes que fueran a dormir, obligando a Uruha a dormir en su habitación esa noche y a Reita a desenchufar su televisor. Nadie trasnocharía esa noche, todos dormirían bien y temprano. Ruki lo ignoró totalmente y se sentó en el sillón con Reita a ver televisión. Ya eran las doce cuando Kai la desenchufó.
- Ustedes no escucharon nada de lo que dije – anunció molesto
- errr…. No – dijo Reita encendiéndose un cigarrillo
Kai se lo sacó de la boca y lo apagó.
- No hay tiempo para que te termines esto, ve a dormir ahora – le dijo mandón
- ¿Porqué no vas a fijarte dónde están los tórtolos antes de molestarnos a nosotros? – acotó Ruki riendo
El baterista pegó el grito en el cielo y subió las escaleras para sermonearlos a los gritos. Reita se puso de pie y se encaminó hasta el televisor, volviéndolo a enchufar y encendiéndolo.
- Va a estar insoportable mañana – dijo sentándose nuevamente
- No lo dudes – corroboró Ruki encendiéndose un cigarrillo
Después de un rato viendo televisión, Reita y Ruki decidieron no hacer renegar más a Kai y se fueron a dormir. El baterista se había rendido hacía un rato y ya estaba profundamente dormido en su habitación. Ruki espió en la habitación de Aoi antes de irse a dormir, la cama estaba junto a la puerta, contra la pared, asomó la cabeza y pudo ver una cabeza rubia asomando por debajo de las sábanas. Sonrió aliviado de que no estuvieran peleados y se fue a su habitación lentamente.
Al día siguiente, Kai los dejó dormir un poco más a todos, sólo él se levantó porque no podía evitarlo, estaba demasiado nervioso para seguir durmiendo. Los otros no parecían tener problemas con el sueño, pero todos se asomaron a la cocina con caras extrañas. El primero en llegar, raro en él, fue Ruki, que se sentó en el lugar de siempre y se refregó la cara una y otra vez con las manos, intentando despabilarse. Kai le ofreció un café y comenzaron a desayunar juntos.
- ¿Te rendiste anoche? – le preguntó Ruki un poco más despierto
- No, no me animé a entrar – dijo avergonzado encogiéndose de hombros – aún no me acostumbro a la idea supongo…
- Eres muy lento Kai, acostúmbrate rápido o no será divertido – comentó mientras bebía de su taza
Mientras hablaban bajó Reita con mala cara y se sentó bruscamente junto a Ruki. Kai y éste se miraron y el pelirrojo revoleó los ojos.
- ¿Quieres desayunar Reita? – le preguntó lentamente
- No, odio tu comida… pero tengo hambre – dijo sin mirarlo y sacándole a Ruki el control remoto
Kai suspiró y le sirvió un poco de lo que había preparado esa mañana. En cuanto Reita comenzó a comer, Aoi y Uruha llegaban de la mano a la cocina. Se estaban riendo, como siempre que se quedaban juntos mucho tiempo, Uruha se sentó junto a Ruki y Aoi a su lado. El baterista les puso en frente el desayuno y los guitarristas comenzaron a comer sin perder el tiempo. Esa tarde partirían hacia la PSCompany para arreglar los últimos detalles del recital que se llevaría a cabo en unas horas.