Había registrado absolutamente todo el lugar una y otra vez, era como estar en un carrusel del horror, era dar miles de malditas vueltas por todo el gran caserón y recordar todos los cuerpos de esas pobres criaturas tan pequeñas, tan indefensas, a las que se le habían arrancado la vida a tan temprana edad y hasta el alma de forma atroz, cruel e inhumana. Aún no entendía cual era el lujo, la satisfacción que alguien podía obtener con un crimen tan terrible. No lograba entender que era lo que conllevaba a una persona a ser un monstruo de tal forma. La imagen con la que se encontró a penas entró a la casa, las paredes llenas de sangre al igual que el suelo, los cuerpos de los niños...las perforaciones producidas por el miembro viril de la asquerosa persona con las que les había tocado toparse. Que ingrata podía llegar a ser la vida para algunos...Dios no siempre terminaba haciendo justicia verdadera a quienes de verdad lo merecían. Era realmente irónico que al final, el que llegara algún día a exterminar a la humanidad fuera el mismo hombre...A imagen y semejanza de él...
Se había quedado toda la noche analizando ese horrible escenario. Repasaba situaciones tras situaciones sin detenerse, no lograba encontrar pruebas nuevas que condujeran hacia el asesino. Estaba dispuesto a irse ya a su hogar mas un pequeño golpe, tan apagado en si que sino se hubiera encontrado completamente solo y en total silencio en ese lugar no lo hubiera escuchado.
Por un momento pensó que el hombre que había cometido todos esos actos desagradables podría encontrarse aún en el caserón escondido y esperando a que él se fuera de una vez por todas. Mas el golpe se escuchó de nuevo y mas fuerte, luego de esos dos golpes varios mas y de forma seguidas volvieron a escucharse. Se dio cuenta que era imposible que esta vez en verdad se tratara del criminal porque sino no estaría haciendo tanto escándalo sabiendo que aún se encontraba ahí.
Comenzó a seguir el ruido y se dio cuenta que este venía del sótano, una vez allí, comenzó a buscar por todos lados pero extrañamente el golpe venía de una de las paredes de ladrillos que conformaban el sótano.
Comenzó a desesperarse al darse cuenta que había alguien del otro lado de la pared, al parecer escondido en una habitación oculta a través de esta.
—¡Estoy aquí para ayudarte!¡Por favor resiste unos minutos!—Gritó al otro lado de la pared mientras la golpeaba con fuerza esperando que el que se encontraba del otro lado alcanzara a escucharlo y entenderlo, que se diera cuenta que al fin venía alguien a ayudarlo y no a seguir haciéndole daño.
De forma desesperada Undertaker comenzó a buscar algo con que romper la pared, en menos de un minuto pudo reconocer a lo lejos una masa la cual tomó con ambas manos y sin esperar un segundo más comenzó a romper la pared usando todas sus fuerzas. Tardó poco en romper la pared y lo que vió en cuanto esta cayó...Fue lo mas horrible que había visto incluso sobrepasando el escenario de hace unas horas atrás con tantos niños.
Pudo ver como un niño se encontraba sentado en una silla la cual no tenía realmente un asiento. Se notaba a leguas que no había comido absolutamente nada en muchísimo tiempo, ya que sus huesos se marcaban contra su piel, dando la perfecta forma del esqueleto. Su piel se encontraba sucia y con manchas de sangre, mas de un latigazo había sufrido junto con varias quemaduras de cigarrillo. Pero eso no era lo peor realmente. Sino que en su cabeza había una "funda" de metal atornillada contra el cráneo dejándolo sin vista.
Fue hacía el, de mas está decir que se encontraba encadenado.
—¡Voy a ayudarte!¡Lo juro!—Le repetía una y otra vez Undertaker mientras buscaba algo con que liberarlo y escuchaba al niñito balbucear torpemente mientras movía con poca fuerza sus piernas.
Encontró una de las herramientas cerca y lo miró afligido.
—...Escúchame bien, esto dolerá un poco pero todo pasará en unos segundos te lo aseguro.
Comenzó a sacar los tornillos que tenía incrustados en el cráneo y el niño comenzó a llorar sin parar mientras borbotones de sangre salían de su cabeza.
—No Dios, no.—Exclamaba Undertaker al tener que hacer semejante cosa entre lágrimas de impotencia.
En cuanto terminó sacó esa venda de metal y miró su rostro, el niño no lo miraba en si, se notaba que estaba ciego. No le sorprendía, pero su cara igual tenía una mueca de sorpresa muy grande.
Tomó al niño en brazos quien se había desmayado por el dolor que había sufrido minutos atrás. Agarró su teléfono y llamó a sus refuerzos.
—Encontré uno, hay uno vivo, traigan una ambulancia y envíen nuevamente a los peritos. Encontré a Ciel Phantomhive...
...
El escuadrón del FBI a pesar de tener una gran fortaleza no solo en cuanto a sus cuerpos sino también en cuanto a su mente y alma. Ya que había que estar realmente preparado para ver escenas así, para sentir dolor ajeno pero no demostrarlo, para sentir indignación y no destruir todo a su alrededor. Para ver la muerte a los ojos y pasar de largo como si de un antiguo amigo se tratase. Quedaron totalmente desechos y con los ojos abiertos en un gran asombro junto con una incógnita en su corazón. Al ver como salía por la puerta ese hombre que hasta el día de hoy era el que mas esfuerzo le había puesto en desentrañar un crimen tan grande.
Verlo salir con el niño en brazos. Con la mirada seria y lágrimas brotando sin parar, mientras sus piernas temblaban de coraje. Fue una imagen que nunca mas en sus vidas verían o al menos esperaban no volver a ver.
Los paramédicos se acercaron corriendo hacia él y tomaron al niño, tratando de cortar a través de vendas y alcohol la salida de sangre de su pequeña cabeza. Ellos también resultaron asombrados al ver el estado de la criatura y al sentir que levantaban una pluma en vez de un niño de ya ocho años.
Undertaker se desplomó en el suelo y sus lágrimas aún salían sin consuelo.
—El no murió...lo sabía.—Exclamó en voz alta para luego desmayarse también.
...
—¿Crees que lo que hiciste fue lo mejor?
—Si, lo logré, juré que encontraría a uno con vida aunque fuera y así fue.—
—Tal vez no fue la mejor decisión. ¿Te imaginas como será su futuro?, está ciego, de por si sus piernas no les responden, su cadera no está en las mejores condiciones por las incontables veces que lo violaron. Ni hablar que prácticamente no conoce el mundo exterior y tampoco creo que se acuerde de tal. Y lograr que vuelva a hablar le costará tal vez una vida entera. Hubiera sido mejor que lo dejaras morir, esperar a que fallezca por la insuficiencia alimenticia y luego reportar su aparición. Como a un niño con cáncer al cual desconectan porque su futuro es poco prometedor.
—Se que logrará algo grande, se que saldrá del infierno en el que vivió, se que recordará todo como un mal sueño. Alguien o algo le dio una segunda oportunidad de vida. No fui yo por rescatarlo, alguien le dio las fuerzas suficientes para que él hiciera algún sonido desde ese recóndito lugar, a pesar de tanto sufrimiento él sabía que su salvación estaba cerca y que debía avisar que se encontraba con vida. Y es por eso que él lo esta, él luchó y seguirá luchando en la situación que se encuentre. Porque si con la edad que tiene estuvo tanto tiempo con semejante dolor encima, entonces estoy seguro que la recuperación será aún mayor. El logrará apartar del camino esta gran piedra que le puso la vida. Y me tendrá a mi para lo que necesite. No importa lo que sea.—Dijo con una gran sonrisa mientras miraba el rostro de alguien, no sabía quien era porque era totalmente nublado, pero ya se lo imaginaba.
...
Despertó mirando una habitación en blanco con la mano alzada. Rápidamente comenzó a desesperarse sintiendo que todo lo que vivió no había sucedido en realidad. Entonces se miró a si mismo, notando que tenía la ropa de hace rato, y las manos aún tenían pequeños rastros de sangre que alguien había tratado de limpiar lo mejor posible.
Uno de sus compañeros cruzó la puerta y él no tardo mucho en empezar a hacer pregunta tras pregunta.
—¿Como está Ciel?¿Donde se encuentra?—Preguntaba agitado mientras se levantaba de la camilla.
—Tranquilo Undertaker, el está en este momento internado en el tercer piso, no lo podrás creer pero ya salió de terapia intensiva. Por alguna extraña razón no se tardó en encontrar algún donante de sangre porque había perdido mucha y además está fuera de cualquier peligro posible. Este niño realmente tuvo suerte a pesar de todo. No se sabe con exactitud el estado en si del chico ya que no puede hablar por el momento no solo por los golpes sino porque quien lo secuestró se encargó de suministrarle suficiente droga para que perdiera la capacidad del habla. Solo se puede saber por lo que demuestra. Pero los médicos están seguros de que si logró llegar hasta aquí con vida, volver a hablar no será difícil con la ayuda necesaria.
—Se que no se puede, ¿Pero podría ir a verlo?
—Undertaker sino fuera por ti el ni siquiera estaría en este momento con vida creo yo. No creo que nadie mas que tu tenga el derecho de verlo.
El peliplata solo asintió levemente y se dirigió hacia la sala donde se encontraba el niño. Una vez allí se sorprendió al verlo, su color demostraba que estaba mejorando mucho y muy rápido y no había fuertes rastros de lastimaduras graves como cuando lo encontró, varias habían cerrado y otras se encontraban cicatrizando. Realmente algo especial tenía el pequeño para recuperarse tan rápido de algo tan grave.
Fue hacia él y lo miró con una gran sonrisa de esperanza tanto en la cara como en el corazón. Besó suavemente su frente para luego acariciar con delicadeza sus cabellos.
En un momento sintió como el pequeño cuerpo se sacudía con fuerza y comenzaba a balbucear nuevamente. Undertaker tomó su rostro el cual no respondía ante su mirada. Y le dijo en un pequeño susurro..."Todo estará bien Ciel, de ahora en adelante. Todo estará bien".
El niño dejó de sacudirse para luego quedarse sentado en la cama con sus manos entre las del peliplata quien nuevamente lloraba de felicidad.
—Eres un pequeño muy valiente ¿Lo sabes? Te juro por mi vida que recibirás la atención y el amor que necesites.
Sabía que el niño tal vez no entendía del todo lo que se le decía. Pero pudo jurar que vió una pequeña sonrisa asomarse entre sus labios. Tanto de paz y tranquilidad como de agradecimiento...Al fin su vida realmente se llamaría así...Vida...