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~Malentendido~[MuraAka Omegaverse] por Syo Kurusu Love Love kokoro

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Notas del fanfic:

Este OS participa en la Week MuraAka. :3 Gracias por leer.

Notas del capitulo:

Espero les guste. :3 Y por cierto, también escribí MidoAka. ;) Así que si avisé. xD

Día 1. ~OMEGAVERSE~


Enamorarse es algo simplemente increíble. No hay palabras para describir lo que verdaderamente se siente, sólo es una experiencia única para cada persona.


-Te gusta Murasakibaracchi, ¿no es cierto?


-¿Atsushi? Claro que no, ¿de dónde tuviste esa idea?


-Es fácil saberlo. Siempre que estás con él pareces estar más relajado.


-Ryouta... A ti te gusta Daiki, ¿no es cierto?


-¿E-eh? Claro que me gusta, pero eso no es de lo que estábamos hablando, Akashicchi.


-Escúchame, aún si me gustara Atsushi... Sería completamente absurdo que le diga algo. Somos amigos de la infancia y seguramente creerá que estoy bromeando.


-¿Por qué no intentas confesarte? Siendo él no creo que algo salga mal. Siempre te escucha y eres a quien más apegado está.


-Aún si esa es la situación sería demasiado tonto declararme... Después de todo mañana será la graduación, iremos a escuelas diferentes y no sé si él me corresponda. Sólo acabaría haciendo el ridículo.


-Lo sabía, entonces si estás enamorado de Murasakibaracchi.


Al darse cuenta de lo que había dicho, Akashi se sonrojó de vergüenza. Sin haberse dado cuenta, Kise había logrado que él mismo aceptara que amaba a Murasakibara y ahora no había vuelta atrás. No con tan insistente rubio frente a él.


-Akashicchi, deberías declararte. Será mejor que lo intentes antes de que nos vayamos.


-¿Y qué hay de ti? Ni siquiera le has dicho a Daiki.


-Y-yo planeaba decírselo cuando terminara la ceremonia... Insisto en que debería intentarlo. Será mejor que no te quedes con la duda de lo que pudo haber sucedido.


-... Kise, en verdad tienes suerte.


-¿K-Kise? ¿Por qué ese cambio tan repentino? Además, ¿a qué te refieres con suerte?


-Daiki es un alfa, tú eres un omega, son destinados y es evidente que a él le gustas, pero yo... A pesar de que Atsushi es alfa, dudo mucho que yo le guste... Además, soy un omega extraño. Ya todos los omegas de nuestra edad han tenido su primer celo y sin embargo, a pesar de que ya transcurrió casi un año, yo aún no lo he experimentado. Es imposible que a Atsushi le guste un omega defectuoso e inútil.


-Pero los médicos te lo dijeron, Akashicchi. A pesar de que no saben por qué no has tenido tu celo, será mejor que estés preparado, porque cuando te llegue puede ser más fuerte que el de otros omegas y sabes que esa no es culpa tuya esta situación. Además, dudo que Murasakibaracchi te rechace por algo como eso. Debes intentarlo.


-Ryouta, le diré lo que siento a Atsushi para no quedarme con la duda de lo que pudo haber ocurrido como me dijiste, pero para ser sincero tengo miedo.


-¿Miedo de qué?


-Un omega sabe cuándo está cerca den su alfa destinado gracias a su celo, pero yo no lo he tenido. ¿Qué pasará si no soy la pareja destinada de Atsushi? ¿Y si aparece su omega destinado o mi alfa cuando estemos en una cita?


-¡Akashicchi! ¡No te adelantes! Las cosas tomarán su propio rumbo, así que tranquilízate... Vámonos, ya es hora de ir casa. Mañana les diremos. Además... Recuerda que siempre debes de tener tu collar puesto.


-Ya lo sé, sólo me lo quito cuando estoy contigo o con algún otro omega. Es demasiado incomodo tenerlo puesto todo el día.


.


.


.


La ceremonia había terminado y ahora ambos jóvenes estaban en la azotea de la escuela, tal y como el menor lo había pedido.


El viento soplaba de manera sutil, mientras los rayos del sol cubrían suavemente sus rostros. El corazón del menor latía con fuerza, haciendo que su rostro se tornase de un color rojizo, ante la mezcla de miedo y vergüenza. Era el ambiente perfecto, pese al pronóstico de lluvia que se había dicho en la mañana, todo parecía estar a su favor.


-¿Akacchin? ¿Qué ocurre? ¿Te sientes mal? Tu cara se ve demasiado roja, ¿quieres ir a la enfermería?


El mayor se acercó con cuidado, mientras tocaba con una de sus manos la frente del joven frente a él, quien ante tal acción, sólo hizo su mano a un lado.


-A-Atsushi, hay algo que tengo que decirte...


-¿Qué ocurre, Akacchin?


-Me gustas...


-Tú también me gustas, después de todo eres mi amigo de la infancia.


-¡No! ¡No me refiero a eso! ¡Me gustas! ¡De verdad me gustas en el sentido romántico!


Ante tal declaración, el mayor abrió sus ojos llenos de sorpresa, mientras intentaba comprender lo que el menor con la respiración agitada y la cara colorada había dicho.


-...A-Akacchin, yo en verdad... L-lo siento mucho.


Al escuchar esas palabras, el rostro del menor se llenó de temor. Sabía lo que venía, pero no deseaba escucharlo. Tenía miedo a escuchar esas palabras, aun cuando ya sabía que era lo que Murasakibara iba a decir.


-Akacchin, estoy muy alagado, pero yo no siento lo mismo por ti.


-Atsu-


-Yo sólo te veo como a un amigo de la infancia al que quiero y aprecio mucho. Lo lamento, pero no puedo corresponderte.


Las piernas del menor comenzaron a temblar, un nudo se formó en su garganta, lágrimas amenazaban por caer de sus bellos ojos, su cabeza dolía y su corazón sentía una gran opresión. Era la primera vez que se sentía tan destruido. Al notar todo esto, el mayor intentó acercarse para consolar a su querido amigo, sin embargo, se detuvo abruptamente al escuchar hablar al menor.


-No lo hagas, A-Atsushi. Déjame solo, por favor.


-Pero-


-¡Rápido!


Al escuchar el tono tan desesperado del menor, Murasakibara se apresuró a retirarse y cuando por fin Akashi se encontraba solo, se rompió por completo.


Cayó de rodillas al suelo, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, un lastimero grito se escuchó y todo a su alrededor parecía dejar de existir. Su pecho oprimía con fuerza, mientras su garganta se desagarraba ante tanto llanto acompañado de gritos. Las lágrimas no dejaban de caer y su cabeza dolía cada vez más.


El viento se estaba volviendo más fuerte y el cielo comenzaba a nublarse, las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer. Era como si el clima hubiese cambiado con su estado de ánimo.


-...Lo sabía.


Pasó un rato y Akashi seguía bajo la lluvia, la cual era cada vez más fuerte y cuando por fin se puso de pie, caminó con dificultad hasta la puerta para poder bajar.


-Sabía que esto era mala idea...


Akashi estaba en las nubes, hasta que escuchó su teléfono sonar. Con pesadez lo tomó y respondió intentando que su voz no sonara tan mal.


-¿Bueno?


"-¿Akashicchi? ¿Dónde estás?"


-¿Ryouta?


"-Sí, el mismo. ¿Dónde estás, Akashicchi?"


-Sigo en la escuela, ¿por qué?


"-No puede ser, ¿lo olvidaste? Hoy íbamos a ir todos a comer al restaurante XX, ¿recuerdas? Murasakibaracchi, Momocchi, Midorimacchi, Kurokocchi y Aominecchi ya están aquí. Te estamos esperando."


-...Vayan sin mí. Tengo que hacer algunas cosas.


"-Pero ya lo habíamos planeado, Akashicchi."


-Lo siento, mañana si iré. Esta ocasión no puedo.


"-Al menos te pondré en alta voz para que todos escuchen... Ya."


-Chicos, lo lamento. Tengo que hacer unas cosas, no podré ir con ustedes, pero mañana los veré. Adiós.


Antes de escuchar respuesta alguna de sus compañeros cortó la llamada y prosiguió su camino.


-Me siento mal... Mi cuerpo está ardiendo, ¿qué significa esto?


-¡¿Akashi?!


-*¿Esa es la voz de Shintarou?*


Las piernas del menor perdieron completamente sus fuerzas, haciéndolo caer al suelo.


-¡Akashi! ¡¿Por qué estás empapado?!


-Shinta-Shintarou... Me siento raro.


-E-Estás en celo.


-*No, esto es imposible. ¿Por qué justo ahora?*


Las pupilas del mayor se dilataron, haciendo exaltar un poco al menor. Era obvio que Midorima estaba excitado y estaba en un evidente peligro, al ser un omega en celo con un alfa excitado frente a él.


-A-Akashi, estás liberando demasiadas feromonas.


-Shintarou, ayu-ayudame.


Ante la gran cantidad de feromonas que Akashi emanaba, Midorima perdió la razón y se abalanzó sobre el menor, arrancándole las prendas con fuerza, dejándolo solamente en ropa interior.


-¡No! ¡Basta!


El menor comenzó a poner resistencia con las pocas fuerzas que tenía, sin embargo, era inútil.


Midorima lo tomó en brazos y lo llevó a uno de los salones, cerrando la puerta tras de sí. Después de eso arrancó la única prenda que quedaba en el cuerpo del menor y comenzó a besarlo. En este punto, Akashi ya no estaba completamente consiente de lo que ocurría, ya que su mente comenzaba a ponerse en blanco y sus sentidos se desvanecían. Lo único que recordaba era que el mayor ya estaba completamente desnudo frente a él, mientras lo miraba lascivamente.


El mayor lo colocó en cuatro sobre el piso y se colocó tras de él, mientras dejaba un rastro de saliva desde el cuello del menor hasta el final de su espalda, haciéndolo arquear ante tan inesperado toque.


-E-espera, Shintarou... Yo me voy a-


-No hables.


Con rapidez, metió sus dedos en la boca del menor, haciéndolo callar y logrando que este soltara un dulce gemido. El mayor juntó las piernas del menor y después con cuidado metió entre ellas su pene, para simular una penetración, haciendo que el menor comenzara a soltar gemidos provocativos.


-Shintarou más, por fa-


-Akashi.


Midorima soltó un gruñido al sentir como Akashi comenzaba a mover sus caderas de manera inconsciente. Ambos se estaban excitando cada vez más y su razón comenzaba a desvanecerse. Se estaban dejando llevar completamente por el celo.


-Shintarou... Me vengo.


-Y-yo también, Akashi...


Después de un largo rato, Midorima recobró un poco la conciencia y tomó del bolso de Akashi un supresor, para inyectárselo antes de que pudieran seguir.


.


.


.


-Perdón, Akashi. Incluso desgarré toda tu ropa y además te mordí. De seguro te está doliendo.


-No. Fue culpa mía por no haberme inyectado el supresor cuando me comencé a sentir raro. Además, el dolor se me pasará dentro de poco. Ya me curaste después de todo y afortunadamente las mordidas fueron en las piernas y no son tan profundas, estaré bien.


-Pero yo te violé. Ni siquiera tenía tu consentimiento y fue mientras estabas en celo.


-Está bien, ya hablamos de eso. Mejor dime, ¿cómo se supone que me iré a casa? Me dejaste sin ropa, no me puedo poner en pie por las mordidas de las piernas y por los moretones que me dejaste al agarrarme tan bruscamente, además está lloviendo.


-Ya llamé un taxi y para cubrirte te pondré mi saco. Por la talla por lo menos te cubrirá lo suficiente. El taxi nos dejará directamente en mi casa y mañana temprano iremos a tu casa por algún cambio de ropa y después pasaremos al hospital para que te revisen.


-De acuerdo... Por cierto, ¿por qué me encontraste? Se supone que ya les había dicho que no iba a ir.


-Ah, eso. Cuando comenzaste a hablar sonabas raro, así que creí que tal vez había ocurrido algo, por eso les dije que tampoco iría yo y cuando me regresé a buscarte te encontré en ese estado.


-Ya veo... Gracias. De no haber sido por ti, no sé qué habría ocurrido.


-Akashi... ¿Por qué estuviste llorando? Tu voz se escuchaba rara y además tienes los ojos rojos, ¿qué ocurrió?


-... Me confesé y fui rechazado. Demasiado tonto, ¿no lo crees?


.


.


.


-Akashicchi ya se tardó en llegar demasiado. ¿Le habrá ocurrido algo? Ayer dijo que hoy si vendría.


-Midorima-kun ya también tardó, ¿tal vez vengan juntos? Murasakibara-kun, ¿Akashi-kun no te dijo nada?


-No, no hemos contactado desde ayer.


-*Así que rechazó a Akashicchi. Eso explica porque ayer su voz sonaba rara.*


-Ahí vienen. Midorima viene con Akashi.


Cuando finalmente ambos llegaron al lado de sus compañeros, todos pusieron una cara extrañada.


-¿Por qué estás usando bufanda, Akashicchi?


-Tengo demasiado frío. Desde ayer estoy así. El doctor dijo que esto iba a durar menos de dos días.


-Seré directo, ya que es obvio que los demás también lo notaron. Midorimacchi, Akashicchi, ¿por qué sus aromas están mezclados? ¿Acaso ustedes se han enlazado?


-So-sobre eso... Ayer entré en celo y Shintarou me encontró, así que-


-¡¿Le pusiste las manos encima, Midorimacchi?!


-Eso no es... N-no es lo que piensas, Kise.


-¡Akashicchi! ¡¿Te mordió?!


-E-eso-


-¡Akacchin! ¡¿Te enlazaste con él?! ¡¿Lo hiciste?!


Ante la desesperada voz de Murasakibara, Akashi se sorprendió. ¿Por qué se veía tan molesto? ¿Por qué estaba liberando feromonas de manera tan agresiva?


-¡Akacchin, responde!


-... Shintarou si me mordió, pero-


Antes de que pudiera seguir hablando, Akashi se calló al ver que Murasakibara se había abalanzado sobre Midorima. En cuestión de segundos, Midorima ya estaba tirado en el suelo con Murasakibara sobre él.


Murasakibara liberaba cada vez más sus feromonas, haciendo exaltar a los presentes, que retrocedieron por seguridad, sin embargo, Aomine fue quien decidió entrar a separarlos y cuando finalmente lo logró, Midorima ya estaba sangrando de la nariz y parecía a punto de desmayarse.


-¡Llévense de aquí a Murasakibara!


Antes de que alguno pudiera tomar a Murasakibara para apartarlo, él se dio la vuelta y miró con un inexplicable odio y tristeza a Akashi, tomándolo de la muñeca y arrastrándolo con él hasta un callejón cercano.


Cuando finalmente estuvieron a solas, Murasakibara tomó de las muñecas al menor, acorralándolo contra la pared y evitando que este escapara.


-¿A-Atsushi?


El menor estaba asustado ante la manera tan brusca en que Murasakibara liberaba sus feromonas. Sólo una vez lo había visto tan enojado y fue cuando un estúpido alfa intentó ponerle las manos encima a Akari, pero en esta ocasión el aroma de sus feromonas era ligeramente distinto, parecía estar dolido.


-¡¿Por qué, Akacchin?!


-¿D-de qué hablas, Atsushi?


Cuando finalmente entrelazaron sus miradas, Akashi se sobresaltó. Murasakibara se veía triste, molesto, desilusionado, se veía como un cachorro perdido.


-¿Por qué?


El mayor comenzó a llorar, haciendo que algunas de sus lágrimas cayeran sobre el rostro del menor, causando que este se sorprendiera. El agarre de Murasakibara disminuyó hasta soltar las muñecas del menor y después cayó de rodillas. Ante tal acto, Akashi se arrodilló con dificultad a la altura del mayor, intentando ignorar el dolor en sus piernas, para poder ver mejor su rostro.


-¿Atsushi? ¿Qué tienes?


Con dificultad el mayor volteó su mirada hacia el rostro del menor, tratando de contener su llanto para poder hablar.


-¿Por qué, Akacchin? ¿Por qué dejaste que él te marcara?


-¿Qué él me marcara? ¿Te refieres a Shintarou?


-¿Acaso fue porque te rechacé?


-Eso no es... Ayer tuve mi primer celo. Fue poco después de que me llamaron y cuando estaba regresando, Midorima me encontró y perdió el control.


-¡¿Por qué dejaste que te marcara?! ¡¿Por qué no sólo te inyectaste el supresor?!


-Él no me marcó...


-No me mientas, Akacchin. Sus aromas están mezclados.


-Eso es porque él mordió mis piernas, pero yo no estoy enlazado con él...ayer tenía puesto el collar, así que no logró marcarme.


-¿Estás hablando enserio? ¿Él no te marcó?


-N-no... De hecho ni siquiera tuvimos sexo realmente... Él sólo metió su pe-pene entre mis piernas y simuló penetrarme, pero nunca llegó a más.


Los ojos de Murasakibara mostraban incredulidad y expectación. Realmente deseaba que eso fuera cierto y que el menor no le estuviera mintiendo para calmarlo.


-Tu cuello...


-¿Mi cuello?


-Muéstrame tu cuello, por favor.


Akashi sacó una llave de su suéter, se retiró la bufanda y después abrió el collar, mostrándole a Murasakibara su tan blanca y limpia piel.


-¿Lo ves? No te mentía.


Completamente embelesado, Murasakibara comenzó a acariciar el cuello del menor, mientras en sus labios se iba formando una linda sonrisa y sin darse cuenta comenzó a liberar sus feromonas, dando a entender que estaba aliviado.


-Menos mal...


-¿Atsushi?


El mayor abrazó con fuerza a Akashi y algunas lágrimas comenzaron a rodar por su rostro, era obvio que estaba aliviado.


-Creí que te había perdido, Akacchin. Tenía miedo.


-¿Perdido? ¿De qué estás hablando, Atsushi? N-no digas ese tipo de cosas, es cruel darme esperanzas cuando ya me rechazaste.


-Te amo, Akacchin.


Antes de que el menor pudiera reaccionar, Murasakibara lo sujetó por la cadera y lo atrajo en un abrazo, mientras apresaba sus labios en un lindo y dulce beso, haciendo al menor estremecer por el repentino tacto.


-¿P-por qué-?


-¡Te amo, Akacchin! ¡Te amo!


-P-pero tú me-


-Fui un idiota. Creí que te estabas burlando de mí y cuando te vi a punto de llorar entendí que lo decías enserio, pero en ese momento no sabía cómo reaccionar. Fui un completo estúpido, lo siento.


Los ojos del menor se pusieron acuosos y su corazón comenzó a doler. Se sentíafeliz, pero estaba asustado. Tenía demasiado miedo a que sólo fuera una cruel ilusión.


  El menor se puso de pie y dio algunos pasos, alejándose un poco del mayor.  


-¿Akacchin? ¿A dónde vas? Tienes que ponerte tu collar y tu bufanda.


-¿Akacchin?


El mayor se acercó con cuidado a Akashi, sin embargo, se llevó una sorpresa cuando este se desmayó, aunque afortunadamente por la cercanía logró atraparlo.


-¡¿Akacchin?!


Con su mano libre tocó la frente del menor, notando que estaba hirviendo en fiebre y rápidamente salió de aquel callejón para poder tomar un taxi y llevarlo al médico.


.


.


.


-Me temo que si no está junto al alfa que lo mordió, dentro de poco podría empeorar aún más. Cuando vinieron a verme, él aún tenía un poco de temperatura pero no era nada grave al estar con ese chico, sin embargo, ahora que están tan separados su cuerpo lo está resintiendo.


-Pero él no lo marcó, ¿por qué rayos está así?


-Su celo aún sigue y el chico que lo mordió, a pesar de no haberlo mordido tan fuerte, logró que este joven lo necesite por ahora. La marca de la mordida es muy leve, tal vez para mañana haya desaparecido, aún ahora es apenas visible, sin embargo, cuando la marca desaparezca su celo se va a desatar demasiado fuerte. Los supresores no lo ayudarán.


-¿Y qué pasa si ese chico se queda con él por ahora?


-Su celo va a calmarse y los supresores harán efecto, pero cuando la marca desaparezca será inútil.


-Ya veo... Enseguida vuelvo, me pondré en contacto con él.


.


.


.


~2 días después en casa de Akashi~


Midorima estaba saliendo de la habitación de Akashi, mientras intentaba mantenerse tranquilo. Las marcas habían desaparecido y Akashi había entrado en celo nuevamente.


-A-Akashi entró en celo, Murasakibara. Será mejor que hables con él, parece exaltado y no creo que los supresores tengan efecto en él.


-De acuerdo...


Cuando finalmente Midorima salió de la casa, Murasakibara subió a la habitación del menor para poder hablar con él.


-¿Akacchin?


-A-Atsushi...


-A-Akacchin, tus feromonas...tus feromonas me están afectando, será mejor que te deje a solas.


-¡N-no! ¡No te vayas!


-E-estarás bien. No hay nadie en tu casa y t-tus padres están en Cana-Canadá, no te pasará nada.


-¡E-eso no im-importa!


-Será mejor que me vaya ahora, lo siento.


El mayor se dio la vuelta y salió del cuarto, dispuesto a retirarse pero se detuvo al escuchar la puerta abrirse. Al voltear notó al menor con sólo una camisa puesta y sin ropa interior debajo. De su trasero escurría un líquido blanco que se escurría por sus piernas, logrando que la respiración del mayor se acelerara.


-A-Akacchin, si tú-


-¡Está bien! ¡Hazlo, por favor!


Una incómoda presión se hizo presente en el pantalón del mayor y sus pupilas se dilataron al observar al pequeño frente a él. Lucía perfecto con su cara sonrojada. Se veía realmente sexi con sólo esa camisa encima. Perdiendo el poco autocontrol que le quedaba, se abalanzó sobre el menor, mientras besaba desesperadamente su cuello.


-La cama... A-Atsushi, la cama.


Al entender la petición del menor, recuperó un poco de control, lo cargó en brazos y lo depositó con sutileza en la cama, posicionándose sobre él, mientras quitaba cuidadosamente la playera del cuerpo del menor, haciéndolo avergonzar. Acto seguido, él se retiró todas sus ropas, para quedar del mismo modo que su amado.


-Eres demasiado lindo, Akacchin.


Murasakibara comenzó a besar al menor de manera dulce y tierna, mientras con una de sus manos lo sujetaba por la cadera para acercarlo más y con la otra comenzaba a prepararlo cuidadosamente, sorprendiéndose al sentir la entrada ya dilatada. En verdad se estaba conteniendo demasiado para no asustar a su amado.


-Estás demasiado sua-


-Y-ya lo sé... Antes de que subieras intenté hacerlo por mí mismo, pero sólo logré meter dos dedos.


Al escuchar la declaración del menor, Murasakibara aumentó rápidamente de un dedo a tres, haciendo que el pequeño soltara un gemido de dolor que tras unos minutos se volvió en uno lleno de placer.


-E-está bien. Mételo, por favor. Es suficiente con los dedos, Atsushi.


Murasakibara sujetó por la cadera al menor y lo atrajo haciendo que su ya erecto pene rozara con la entrada del menor. Ante el rose tan inesperado, Akashi se sobresaltó.


-¡El condón! Atsushi, ponte el con-


Sin dejarle hablar más, Murasakibara entró de una sola estocada, causando que Akashi soltara un fuerte gemido, que lo único que logró fue excitarlo aún más, haciendo que comenzara a embestirlo de manera brusca.


-¡Más! ¡A-Atsushi!


Murasakibara tomó con más fuerza a su amado y comenzó a hacer más profundas las estocadas, consiguiendo que ambos se excitaran aún más. Al ver la buena reacción de Akashi, comenzó a besarlo en el cuello, dejando algunas marcas claramente visibles. Como pudo se abrazó al menor, haciendo que este también se aferrara a él, buscando estar más cerca.


-*Muérdeme, muérdeme.*


Ambos se estaban acercando al clímax, por lo cual la entrada del menor se contrajo, apretando con fuerza suficiente el pene del mayor, logrando que este comenzara a perder el poco control que tenía para no atacar a su pareja.


El menor se aferró a su amado, dejando arañazos en la espalda ajena, logrando que Murasakibara aumentara las estocadas, volviéndolas más fuertes y profundas, por lo cuál Akashi sólo soltaba gemidos llenos de placer,, mientras su cuerpo se arqueaba ante la gran y fuerte presión que había en su interior.


Murasakibara comenzó a lamer desesperadamente el cuello de su amado y cuando finalmente ambos estaban por correrse lo mordió en el cuello, logrando que ambos se corrieran. Murasakibara perdió completamente su poco autocontrol que tenía y se corrió sin previo aviso en el interior de su pareja.


Pasó un rato y el nudo aún no se deshacía por completo, por lo cual seguían abrazados en la cama.


-Perdón...No debí haberte mordido.


-No digas eso, era lo que yo quería.


-¿No estás molesto, Akacchin? Me corrí dentro sin tu permiso...y tú incluso me dijiste que usara un condón y no te hice caso.


-Claro que no. Estoy feliz de haberme enlazado contigo y puedo tomar las pastillas.


-Akacchin, te amo demasiado.


.


.


.


~En la tarde del día siguiente~


-Akacchin, ¿tomaste las pastillas anticonceptivas? Sé que tus padres dijeron que no era necesario porque en verdad deseaban tener un nieto pronto, pero-


-No lo hice.


-¿Q-qué dijiste? Creí que ayer tú-


-No las tomé... En verdad deseo poder concebir a este pequeño. Al principio tenía miedo, pero ya que mis padres están de acuerdo, estoy demasiado feliz... ¿O acaso tú no querías tener un bebé en estos momentos?


La voz de Akashi sonaba temerosa, sin embargo, cambió a una llena de pánico al notar que Murasakibara estaba llorando.


-¿Q-qué tienes, Atsushi?


-Un...un bebé tuyo y mío... Eso es-


Akashi se sorprendió al ser apresado por los brazos del mayor. En verdad tenía suerte, su amor era correspondido y ahora ambos estaban por tener un pequeño entre sus brazos.


-Prometo que los amaré por siempre, Akacchin. Lo prometo.

Notas finales:

Gracias por leer. 

Espero les gustara y me dejen saber qué les pareció. :3

P.D. Reitero que si avisé del MidoAka. xD

 


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