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Días inesperados. por Tsuki no Megami

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Notas del capitulo:

Los personajes de Kuroko no Basket pertenecen a su creador Tadatoshi Fujimaki.

El departamento de dos pisos cuyo dueño  tiene cabello y ojos violeta, cerca de 2 metros de altura, amante de los dulces, lleva por nombre   Murasakibara Atsushi, un  hogar confortable  tiene  necesario para vivir comodamente con pocos lujos, justo en ese lugar el jefe de la cadena de reposteria m�s grande de Japón, preparaba la fiesta sorpresa de su amado, el hombre que posee m�ltiples empresas alrededor del mundo, Akashi Seijuro un pelirrojo de ojos como llamas ardientes, desde que se conocieron durante la escuela media su amistad fue creciendo al punto de transformarse en una relación estable.

Tenía todo planeado para sorprenderlo con el diamante resplandeciente de la sortija que esperaba darle durante la cena, trabajo duro para comprarsela de hecho no llego a dormir por varias noches, una sonrisa de complacencia se situó sobre su rostro al ver que termin� de arreglar la mesa y los platillos que degustarón, solo faltaba el invitado principal quien lleg� dos horas m�s tarde.


— Buenas noches Seichin, tuviste un día provechoso. Rode�ndolo con sus brazos lo gu�o desde el recibidor hasta el comedor decorado con velas aromàticas y un mantel dorado, sobre ella hab�a gran variedad de comida y un gran pastel de fresas, chocolate y trufas.

� Atsushi, no debiste molestarte, soy muy afortunado por tenerte como pareja. Par�ndose sobre la silla para besarle en agradecimiento.

Despu�s de la apasionante sesi�n de besos se sentaron a comer tranquilamente, conversaron sobre lo que hicieron en sus respectivos trabajos, a la hora de partir el pastel, Murasakibara le entrego la cajita forrada de blanco con un mo�o rojo atado, al abrirla las l�grimas de felicidad brotaron del empresario.

� Seichin me har�as el honor de casarte conmigo, se que no poseo mucho pero prometo amarte cada d�a de mi vida.

� Atsushi aunque vivamos en una casita mi respuesta no cambiar�a, seguir� diciendo que s�.

Abraz�ndose tan felices como estaban, se olvidaron del postre y pasaron directo a la habitaci�n, despoj�ndose de las estorbosas prendas quedando piel con piel sintiendo el calor emanando de ellos, la pasi�n se desbord� en esa cama, dentro de cuatro paredes los gemidos eran el �nico sonido que se pod�a escuchar, durante horas disfrutaron de consumar su amor y desatar su excitaci�n.

Para el amanecer ni uno de los dos fu� a laborar por lo cansados que se sent�an adem�s de pasar m�s tiempo juntos, con el pasar de los d�as su relaci�n creci� al igual que su deseo de formar una familia, para ello se someti� a un proceso alternativo que le permit�a a un hombre quedar embarazado, por varias semanas fue a la cl�nica central para recibir su dosis y ver si resultaba o no. Tres meses despu�s le confirmaron que su cuerpo cambio satisfactoriamente, por fuera segu�a siendo hombre pero ahora posee un �tero para concebir.

La idea de ser padres les llenaba de dicha, cada noche ponian en pr�ctica las posiciones que seg�n expertos en la materia garantizaban un embarazo, ninguno de los dos se quejaba por la falta de resultados al contrario gozaban por horas del roce entre cuerpos. A�n despu�s de intentarlo por meses el resultado de las pruebas era negativo, sin desanimarse por ello, esperar�an un tiempo para tratar de conseguir el positivo del examen obstetrico. En sus respectivos lugares de trabajo ambos ve�an y escuchaban lo alegres que sonaban las parejas que estaban por convertirse en padres, una de ellas y fiel amiga del pelirrojo, una joven de cabello y ojos de color rosado, muy alegre y sobretodo observadora, le cont� que en realidad no planeaban tener hijos hasta que se casar�n pero ahora a un mes de nacer sus gemelos se sent�a muy dichosa.

� Escucha Akashi-chan las cosas suceden cuando menos te lo esperas, ya ver�s si dejas de buscarlo te ser� concedido.

Con esas palabras en mente, meditaba en ello aunque le justa tener el control de todo esta vez el destino le dec�a que no, en esa ocasi�n no se har�a su voluntad, pod�a manejar los negocios, a sus empleados e incluso a su pareja, pero no la vida misma por esa raz�n se le negaba el ser madre, llego a la conclusi�n de dejar que las cosas fluyan y si en verdad el universo quiero verlo con un beb� entonces conspirara en hacerlo posible, mientras se enfocar�a en los preparativos de su boda.

Llegando a la oficina de su prometido, Atsushi conversaba con el menor justamente de la lista de invitados, comida y decorado hasta dar con un punto en particular. � Dime Seichin te gustar�a una ceremonia sencilla o una muy llamativa de esas que no son fáciles de olvidar y que todo el mundo habla de ello por días.


— No seré exigente contigo, mientras estes a mi lado sera  perfectosolo pido que sea durante el anochecer, ese momento en el cual el cielo se tiñe de rojo para dar paso a la oscuridad.

— Asi sera  me encargare de cumplir tus deseos y más. Esa espaciosa oficina se convirti� en el lugar perfecto para desliz amoroso, luego unos días sin tocarse era obvio que no resistir�an por mucho la abstinencia.

La pobre secretaria que entró sin anunciarse, creyendo que no había nadie, se llev� una sorpresa, disculpandose instintivamente y luego de una mirada asesina por parte de su jefe, sali� corriendo tirando los documentos que iba a entregar, esa interrupción los oblig� a comenzar su faena desde el principio pero esta vez sí colocaron el seguro a la puerta. Estaban al tanto que no era el mejor lugar sin embargo las ganas de sentirse los dominó mandando todo por un tubo hasta que estuviesen satisfechos, minutos más tarde en la empresa se supo los recientes sucesos, unos hicieron alarde de lo inapropiado que fue, las secretarias lo veían con ojos de romanticismo y muchos más pretendían usarlo como excusa o chantaje, al final la feliz pareja optó por no hacerlo de nuevo en sitios públicos y mejor esperar a la calidez de su hogar.


Mes y medio después de su aventura de oficina, el joven empresario amanec�a con n�useas, la comida que antes le fascinaba ahora ya no le complacía, en una ocasi�n estuvo a punto de caer de las escaleras asustando a su repostero y chef personal, por esa raz�n lo llevo al hospital donde luego de algunas pruebas determinaron su padecimiento.

— Felicidades Akashi-san usted está embarazado...

Notas finales:

Gracias por leer ????????.

 

 

Dudas, quejas y sugerencias serán respondidas en la brevedad posible.


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