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Perdona si digo que te amo por Parepi_

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Notas del capitulo:

Sexto día del especial<3 disculpen si hay errores, estoy medio dormida y no sé si lo habré corregido bien, tal vez lo resuba corregido mañana. 


Al final se dará un pequeño comunicado, tenkiu.

El ponerse el pijama le estaba tomando más tiempo del que usualmente empleaba, ni siquiera estaba concentrada realmente en la tarea, su mirada se hallaba plantada en el piso mientras que su mente divagaba en algún lugar lejano. Repasaba una y otra vez todo lo que había sucedido preguntándose a sí misma si realmente fue lo mejor, todo había sido tan rápido e imprevisto que ni siquiera pensó lo que estaba diciendo, fue un impulso del momento que surgió a causa del ambiente y de su egoísmo.

La brisa de aire que sintió en su espalda fue la que la hizo finalmente ponerse la parte de arriba del pijama, quedando finalmente cambiada y protegida del frío; recogió la ropa que había usado ese día y la guardó en su armario sin preocuparse a doblarla antes, no tenía cabeza para hacerlo en ese momento. Se sentó al borde de su cama y, nuevamente, se quedó mirando a la nada; llevó la mano al pecho y sintió la fuerza y rapidez con que estaba latiendo su corazón, parecía un auténtico bombo siendo golpeado una y otra y otra vez. «Cálmate Tatiana, cálmate», se decía mentalmente una y otra vez mientras inhalaba y exhalaba grandes boconadas de aire. «Solo dormirás con Emily, es una pijamada normal, nada de otro mundo». Soltó un gran respiro intentando hacer que la taquicardia de la que estaba siendo víctima despareciera; parecía que funcionaban sus ejercicios de respiración, sus latidos empezaban a normalizarse.

– ¿Y ese suspiro? –y ya no, su corazón volvió a latir como loco cuando escuchó aquella voz. Dirigió su atención al umbral de la puerta de su habitación y no pudo evitar sonrojarse ligeramente al ver a Emily mirándola.

– Nada, solo divagaba un poco –negó un par de veces antes de mirarla de pies a cabeza. No pudo evitar bufar divertida al ver que la imagen refinada y elegante de Emily no iba para nada con el pijama que tenía puesto–. Ese pijama no va para nada contigo.

– ¿Tú crees? –bajó la mirada y examinó lo que traía puesto: un pijama de dos piezas color crema, la parte inferior tenía patrones de osos mientras que la parte superior tenía un gran estampado de un oso comiendo miel– Es la primera vez que uso un pijama así, es bastante…peculiar, ¿tal vez?

– Lo sé, casi 17 años y sigo usando pijamas con estampados de animales –se encogió de hombros sonriendo ligeramente avergonzada–. Soy una niña atrapada en el cuerpo de una mujer.

– No creo que sea algo malo, es tierno de cierta manera.

– Gracias por intentar levantarme la moral –comenzó a reír–. Nunca pensé que algún día te vería vistiendo algo con un estampado de oso.

– Ni yo pensé que vestiría algo así después de cumplir 10, pero bueno –se encogió de hombros–, al menos es cómodo y abriga.

– Es que es ropa de calidad –se infló el pecho tratando de sonar socarrona–. ¿Quieres hacer algo? No sé, tal vez ver alguna película o algo. ¿O ya quieres dormir?

– Por lo general me acuesto temprano, pero sorprendentemente ahora no tengo sueño.

– ¿Entonces una película? –sugirió sonriendo como niña pequeña causándole una ternura infinita a Emily y haciéndole asentir casi automáticamente.

Regresaron a la sala llevando una sábana para abrigarse del frío, se sentaron en el gran sillón y se acurrucaron en la otra mientras ponían alguna película interesante que haya en Netflix. La película, a pesar de ser divertida e interesante, no pudo logar mantener despierta a Emily quien, luego de una hora, ya estaba siendo vencida por el sueño y el cansancio, pues ella no solía quedarse hasta tantas horas de la noche. Tatiana, sin embargo, seguía despierta con algo de energías, para ella amanecerse viendo películas era algo que solía hacer a menudo; aunque más por el hecho de ser costumbre o el que la película que estaba viendo era interesante, fue más porque Emily estaba apoyada y muy cerca de ella que no era capaz de relajarse y pegar ojo. No era la primera vez que veían películas acurrucadas, pero sí la primera vez que Tatiana estaba mucho más consciente de la cercanía del cuerpo de Emily.

– Em –la llamó zarandeándola suavemente–. Emily, despierta.

– Mm… ¿qué pasa? –su voz era vaga y mantenía los ojos cerrados, parecía que estaba hablando dormida.

– Vamos ya a dormir –pero Emily se acurrucó más ella, como pidiéndole que no se moviera–. Si dormimos acá nos dolerá el cuerpo, créeme, ya me ha pasado.

Su advertencia no tuvo respuesta, solo escuchó la suave respiración de Emily quien parecía ya se había entregado al dulce sueño. Pensó en despertarla, pero la cara de Emily durmiendo se veía tan linda y calmada que no tuvo el coraje para hacerlo. La quedó observando enternecida, admirando su belleza y lo encantadora que era, no podía creer que una persona podía verse tan perfecta cuando dormía. ¿Cómo le había hecho para que alguien como Emily se fijara en ella? Seguía sin entenderlo del todo, pero agradecía infinitamente haberlo logrado. Dibujó cuidadosamente con la punta de su dedo su fino y delicado rostro, deleitándose con la suavidad de su piel; llegó, entonces, a mirar esos rosáceos labios que tanto le gustaba besar por lo bien que sabían. No pudo evitar recordar la primera vez que Emily fue a su casa, cuando se habían quedado dormidas abrazadas y, cuando despertó, se quedó prendada mirando aquellos mismos labios, tentada a probarlos. «Ahora puedo besarlos cada vez que quiero, como han cambiado las cosas», sonrió irónica pensando en su yo del pasado; si regresara en el tiempo y se contara a sí misma lo que iba a suceder entonces probablemente nunca se lo hubiera creído. Siguió admirando el placido dormir de Emily hasta que, luego de pensarlo un par de segundos, comenzó a acercarse lentamente hacia ella.

– Atacándome cuando estoy dormida –frenó de golpe su avance y abrió los ojos, encontrándose con aquel profundo mar observándola con una discreta sonrisa–, no te imaginé así, Vernacci.

– Era para despertar a la bella durmiente –pellizco su nariz y se enderezó–, o, mejor dicho, a la princesa de hielo, a quien trato de levantar hace un buen rato.

– Solo debiste cargarme hasta la cama, princesa de miel –se enderezó también y, luego de estirarse, se puso de pie.

– Tal vez si alguien no se hubiera aferrado a mi brazo lo hubiera hecho –la miró acusadora mientras también se ponía de pie.

– Excusas –se cruzó de brazos y negó decepcionada–. ¿No que con el amor todo es posible?

– Bueno, en ese caso –respondió su retadora y divertida mirada tomándola de improvisto entre sus brazos, se agachó rápidamente para tomar sus piernas y levantarla entre sus brazos con total facilidad. Antes había hecho eso un par de veces, Emily parecía no pesar nada porque alzarla era realmente muy sencillo; sin embargo, cada que lo hacía la ojiazul parecía avergonzarse porque sus mejillas siempre se ruborizaban, algo que también sucedió en esta ocasión– la llevaré a su alcoba cargada como la princesa que es.

Empezó a correr provocando que Emily se asustara y se aferrara con fuerza a su cuello, pues tenía miedo de caerse o de que en cualquier momento Tatiana tropezara con algo, pero eso nunca pasó, ambas llegaron a la habitación completamente ilesas. Tatiana se acercó a la cama y lanzó, literalmente, a Emily en ella mientras reía con ganas al escuchar los gritos de esta al caer; aunque ella también terminó cayendo en la cama dado que Emily la tenía bien sujeta del cuello, llevándosela consigo y posicionándola encima de ella. Tatiana reía con ganas y, aunque en un principio Emily tenía el ceño fruncido, pronto se contagió y empezó a reír también, cuando pararon se quedaron mirando con una enorme sonrisa y un brillo en sus ojos, perdidas en su propio mundo deseando detener el tiempo en ese preciso momento. Estaban cerca, y no solo sus rostros, sus cuerpos estaban muy cerca el uno del otro, prácticamente Tatiana estaba encima de Emily, fue imposible que no comenzaran a mirar los labios de la otra con anhelo de probarlos, la distancia y la situación simplemente les estaba pidiendo a gritos que se besaran de una vez.

– ¿No vas a besarme? –susurró Emily rompiendo el silencio de aquella habitación sonriendo de lado, casi retándola a que lo haga.

– ¿Es una invitación o un reto? –levantó una ceja y le devolvió una traviesa sonrisa.

– Depende de ti, solo lo decía porque sé que desde hace un buen rato quieres hacerlo, y –se mordió el labio y la miro provocativamente– la verdad es que yo también quiero que lo hagas.

Tuvo que hacer un esfuerzo para que su boca no se abriera de la misma manera que sus párpados a causa de la sorpresa. Bien, ella no tenía mucha experiencia en lo del coqueteo, tampoco era una experta captando señales o indirectas, pero esta vez estaba segura que aquellos gestos eran gestos de flirteo, ni sabía si fue intencional o no, pero era flirteo. No tenía ni idea que Emily pudiera hacer una expresión tan…sensual. A pesar de que intentó moverse o responder, su cerebro seguía procesando lo que acababa de pasar y su corazón latía desbocado por esa nueva imagen de su novia; entonces, luego de un par de segundos, finalmente comenzó a acercarse para besarla. Seguía sin pensar del todo claro, pero su cuerpo actuó automáticamente por un impulso guiado por su instinto el cual le decía que dejará de pensar en toda la mierda que estaba sucediendo, que en ese mismo instante y en esa misma habitación solo se concentrara en besar aquellos rosáceos labios tan jodidamente tentadores.

El beso empezó suave, sus bocas se movían sin prisas buscando disfrutar al máximo aquella suavidad, tratando de gozar por completo del dulce y embriagante sabor de sus labios, queriendo marcarlos como suyos para que nadie intente arrebatárselos. Emily llevó las manos al cuello de Tatiana, envolviéndolo en un abrazo y atrayendo más a su novia hacia ella; Tatiana, ante esto, dejó de apoyarse sobre sus codos y se dejó caer por completo sobre el cuerpo de Emily, reduciendo aún más toda distancia entre ellas. Fue entonces, cuando la distancia entre ellas se acortó y sus cuerpos comenzaron a rozarse, que el besó pasó al siguiente nivel. Luego de la fiesta no lo habían vuelto a hacer, y no porque no quisieran, sino porque no sabían cómo ni cuándo hacerlo, aún les avergonzaba demasiado; sin embargo, aquel momento tenía el ambiente perfecto para volver a intentarlo. Con timidez y dejándose guiar por el calor y el libido que comenzaba a surgir en ella, Tatiana comenzó a lamer los labios de Emily, pidiendo permiso para seguir e invitándola a usar más que sus labios también; aunque principio se mostraba un poco reacia a seguir, sobre todo por la vergüenza, cuando Tatiana mordió su labio inferior y seguidamente lo lamió no pudo seguir controlando el deseo que tenía, abrió su boca y dejó que la lengua de Tatiana entrara en ella recibiéndola gustosa con la suya, quien estaba ansiosa por comenzar a jugar también.

En el momento en que el beso subió de nivel a uno mucho más mojado las manos comenzaron a ser parte también de aquel juego. Tatiana posó una mano en la cintura de Emily, sujetándola firmemente y acariciándola de arriba hacia abajo, dejando que sean las yemas de sus dedos las que suavemente ejercían presión sobre la tela y la poca porción de piel expuesta, erizándola al instante. Emily, por su parte, comenzó a juguetear con los castaños cabellos de la ojimiel, enredándolos y tirando de ellos con ligera fuerza mientras que con la otra mana comenzaba a acariciar el cuello y parte de su espalda, dejando que sus uñas raspen y ericen esa bronceada piel que parecía sensible a su tacto. Además, ambas, inconscientemente, estaban empezando a mecerse y hacer que sus cuerpos se rocen entre sí, queriendo acortar toda distancia para fundirse la una con la otra, necesitaban, anhelaban, sentir el cuerpo de la otra por completo, volverse mucho más íntimas de lo que ya eran.

Los suspiros comenzaban a hacerse presentes, pero eran casi imperceptibles puesto que, por no querer separar el contacto, morían en la garganta de la otra. Asimismo, muy discretos gemidos también comenzaban a escucharse, pero eran tan leves y suaves que pasaban desapercibidos por ambas; además, al igual que los suspiros, estos también morían en la garganta de la otra. Sentían el calor aumentando, a pesar de que en aquella época abundaban las lluvias y el aire frío, la temperatura de aquella habitación estaba subiendo cada vez un grado más; al igual que el calor y cosquilleo que comenzaban a sentir dentro de ellas, no sabían explicarlo, solo se sentían con ganas de no separarse jamás y seguir ejerciendo fricción entre ellas. Sus rostros estaban completamente sonrojados, desde las mejillas hasta las orejas; sus cabellos ya estaban más que desordenados; sus corazones golpeaban sus pechos con fuerza y a una rapidez increíble; sus labios se hallaban completamente ensalivados, pero no daban tregua alguna a la boca de la otra. Estaban complemente agitadas, completamente embelesadas y, aunque no lo sabían, completamente excitadas.

Cuando se separaron finalmente para tomar algo de aire sus bocas quedaron unidas por un fino hilo de saliva, jadeaban con fuerza intentando recobrar todo el oxigeno que habían perdido, trataban de calmar sus corazones y poner a funcionar nuevamente sus cerebros. Sus miradas permanecían conectadas, no querían perder de vista los hermosos ojos de la otra mientras caían en cuenta de lo que acababan de hacer y buscaban respuestas acerca de qué hacer a continuación. ¿Seguían? Si lo hacía, ¿qué se supone que se tenía que hacer luego de eso. O, ¿se detenían? Podría ser, pero ambas simplemente no querían dejar la agradable sensación que les daba la fricción de sus cuerpos.

– Emily –susurró con voz entrecortada, todavía seguía bastante agitada, pero necesitaba decir algo y romper el silencio que las rodeaba, no aguantaba más aquel callado ambiente–, ¿en serio no tienes problemas en quedarte hoy?

De todas las cosas que podía preguntar, de todos los temas que podía hablar, de todas las cosas que podía comentar, no se le ocurrió algo mejor que elegir algo que ya no venía a cuento desde hace un par de horas. Era como si fueras a preguntar si venden fresas en donde solo venden papayas, simplemente quedaba muy fuera de lugar, pero Tatiana no cayó en cuenta de eso y simplemente soló lo primero en lo que pudo pensar su nublada mente; pero así era ella, más incrédula e inocente de lo que se podía pensar.

– Después todo esto, ¿recién me lo preguntas? –estaba riendo con ganas, le hacia gracia el como Tatiana podía decir cosas que no venían al caso ni combinaban con el ambiente que las rodeaba.

– Solo se me vino a la mente –se encogió de hombros–, no quiero que tengas problemas por mi culpa.

– Está bien, avisé que no llegaría a casa hoy así que no hay problema. Aunque, incluso si los hubiera –la abrazó y la atrajo hacia ella, dejando que Tatiana escondiera su cabeza en su cuello–, estar contigo los vale.

No supo que responder, aquello la había hecho tan feliz que la tonta sonrisa que tenía junto al cosquilleo de su estómago no le dejaban articular palabra, solo atino a acurrucarse en ella y abrazarla con fuerza, rogando porque ella nunca se vaya de su lado. Estuvo así un par de segundos hasta que, tentada por la cercanía a esa pálida piel y el deseo todavía presente de antes, comenzó a depositar suaves besos en el cuello de Emily; ésta, en un principio, no pudo evitar reír por las cosquillas que aquel gesto le causaba, pero pronto sus risas pasaron a ser suspiros cuando la lengua de Tatiana comenzó a deslizarse por su piel. Se aferró con fuerza a su espalda mientras trataba de contener los suspiros y gemidos que querían salir de su boca, su orgullo no quería dejar que sea escuchada de aquella forma; sin embargo, cuando sintió la lengua de Tatiana subir hasta su oreja para luego comenzar a besarla y morderla no pudo evitar que el nombre de su novia saliera de sus labios en un lamentable gemido.

Por un momento se detuvo en lo que hacía para procesar lo que acababa de escuchar, dudando si había pasado o solo se había imaginado. Queriendo comprobarlo, volvió a besar la oreja de Emily, la cual estaba completamente roja, mordisqueándola y lamiéndola de vez en cuando; entonces lo escuchó de nuevo, su nombre salido en un suspiro agónico de los labios de su novia, no supo porque, pero aquello había logrado hacer su calor corporal se elevara de sobremanera. A pesar de que en un principio solo había buscando molestar y hacer reír a Emily, no pudo evitar usar su lengua para saborear aquella suave y exquisita piel, y antes de que se diera cuenta ya había subido hasta su oreja. Tragó grueso mientras sentía un ligero punzón en la entrepierna, trató de ignorarl, pero en cuanto se movió ligeramente y rozó con su intimidad el muslo de la ojiazul no pudo hacerlo más: estaba jodidamente excitada. Bien, había estado con chicos y el decir que nunca habían intentado algo más que un beso o un abrazo con ella sería estar mintiendo, pero nunca había llegado a nada, ella nunca sentía ese deseo o anhelo por intimar; pero vaya que ahora sí que lo sentía.

Emily, por su parte, se sentía completamente agitada y mareada, su temperatura comenzaba elevarse nuevamente y su intimidad empezaba a experimentar ligeros punzones cada que Tatiana jugueteaba con su oreja. Intentaba mantener su respiración calmada y su voz de siempre, pero no podía controlar los suspiros y rebeldes gemidos que emitía, simplemente perdía el control con Tatiana lamiendo, besando y mordiendo toda la extensión de su cuello hasta sus orejas. Le avergonzaba, en serio se estaba muriendo de la vergüenza, pero no podía evitar decir el nombre de su novia, la culpable de aquellas placenteras sensaciones, de la manera en que lo estaba haciendo: tan ahogada y suplicante. Aferró con fuerzas las manos en la espalda de Tatiana, probablemente ya le había dejado algún raspón debido a la presión que estaba ejerciendo, pero simplemente sentían la necesidad de aferrarse a ella; de igual manera, sentía la necesidad de mecerse y rozar su cuerpo con el de Tatiana. No sabía qué era lo que le pasaba, solo quería calmar la extraña sensación de su intimidad, tenía una idea de cómo hacerlo, pero su orgullo se negaba a reconocer que estaba excitada.

– Tatiana, ah…–se mordió el labio intentando contenerse a la par que ordenaba lo que quería decir– Tat, para, me estás volviendo loca.

Dio un último beso a aquella pálida piel y acató la orden de aquella suplicante voz. Marcando un camino de breves besos y lamidas hasta subir nuevamente hasta esos rosáceos labios, miró los azules ojos de Emily por unos segundos y, luego de encontrar en ellos la aprobación para seguir, la besó con una dulzura infinita. Jugueteó un poco con los labios y luego volvió a usar la lengua, siendo correspondida al instante por Emily, comenzando en sus bocas una guerra donde sus lenguas se buscaban ya sin temor alguno a pesar de ser todavía bastante inexpertas. Pronto comenzaron a soltar suspiros ahogados y las caricias volvieron a aparecer, volviendo cada vez más largos y sugerentes los recorridos que hacían sus manos por el cuerpo de la otra, sintiendo que la ropa comenzaba a estorbar cada vez más. Poco a poco, Tatiana se fue aventurando a llevar su mano debajo del pijama, acariciando suavemente la cintura de Emily, dibujando diversas formas con las yemas de sus dedos logrando erizar para poro de aquella zona. Emily, por su parte, comenzó a subir lentamente el pijama de Tatiana para poder acariciar la parte baja de su espalda, arañando su columna y desplazando sus frías manos por aquella piel bronceada que, a diferencia de la suya, era bastante cálida. Se estaban perdiendo en la otra, deleitándose entre besos y caricias que les sabían a gloria, volviéndose más íntimas de lo que alguna vez fueron. Sin embargo, en cierto momento todo aquello paró, Tatiana se separó lentamente de Emily, dejándola desconcertada y confundida y obligándola a apoyarse sobre sus codos para poder verla mejor, quedando sentada a horcajadas sobre su cadera; sus mieles ojos miraban fijamente aquel profundo mar, analizándolo, buscando dudas, tratando de encontrar algún indicio que le indicara que no podía continuar; sin embargo, lejos de ver inseguridad, los ojos de Emily le trasmitían seguridad y confianza, no había ningún ápice de duda en ellos, aquello fue lo que Tatiana buscaba para seguir.

Emily quedó boquiabierta cuando vio a Tatiana quitarse la parte superior de su pijama, dejando al descubierto sus pechos, los cuales ya estaban hinchados y erectos. Parpadeó un par de vez, incrédula a lo que veía, y notó su boca comenzar a secarse ante la repentina imagen que tenía frente a ella, obligándola a tragar grueso; trató de articular alguna palabra, decir aunque sea un monosílabo, pero nada salía de su garganta, sus cuerdas vocales no funcionaban en ese momento.

 – Wow –fue lo único que llegó a decir luego de un largo rato admirando la desnuda figura de su novia. Nunca se había tomado el tiempo de ver detenidamente el cuerpo de Tatiana hasta ese momento, pues nunca le había nacido hacerlo, pero ahora que lo tenía tan cerca y tan…al natural notó que su novia era bastante delgada, pero estaba en forma.

Tatiana no pudo evitar reír, no esperaba para nada esa reacción, pero le agradeció mentalmente por haber dicho algo así ya que había podido quitarle un poco de los nervios y vergüenza que sentía. Volvió a acercarse a Emily y la besó, sintiendo que su novia se había puesto tensa con el contacto, tal vez debido a que ahora había mucho más expuesto; sin embargo, no dio marcha atrás, en vez de eso hizo que su mano se colara por debajo del pijama de Emily y, rápidamente lo subiera hasta dejar a la vista todo su abdomen. Notó que la ojiazul dio un ligero brinco, aunque no sabía si era por haberle subido el pijama de manera tan repentina o por el cambió tan radicar de temperatura; miró sus azules ojos y, luego de sonreírle con picardía, bajó hasta su piel descubierta y comenzó a repartir besos y lamidas por todas partes, queriendo marcar cada centímetro de aquel lugar con su aroma y reclamarlo como suyo. Lenta y discretamente fue subiendo cada vez más hasta que finalmente llegó al contorno de sus pechos, tragó grueso y miró a Emily, comprobando si era correcto seguir o no, pero al verla sonrojada intentando contener sus suspiros y gemidos mordiendo su mano solo intuyó que estaba yendo por buen camino. Levantó más el pijama hasta dejar al descubierto los senos de la ojiazul, notándolos hinchados y duros por todos los besos y caricias que se estaban dando; de manera inconsciente remojó sus labios y, luego de salir su ensoñación, comenzó a lamer su erecto pezón mientras que con una mano masajeaba el seno derecho. No sabía realmente lo que hacía, solo se estaba dejando llevar e imitaba algunas cosas que había visto, leído y escuchado; simplemente estaba dejando que tanto su boca como su lengua jugaran como querían los pechos de Emily mientras que sus manos exploraban y se deleitaban con lo suaves que eran.

– Oh Dios mío –se le escapó en un gemido agónico a Emily, quien trataba de contenerse todo lo que podía, pero era imposible aguantar tantos suspiros y gemidos a la vez. A pesar de que a ella le avergonzaba, Tatiana disfrutaba cada que lograba hacerla reaccionar así, le indicaba que estaba yendo por buen camino; además, era un tono de voz que nunca le había escuchado, tan suplicante y sumiso, era embriagante para sus oídos y su cuerpo, disfrutaba escuchar a su dulce y fría novia así.

No supo cuanto tiempo estuvo así, pero cuando volvió a subir Emily la recibió con un fogoso beso, tal vez como una recompensa por lo de antes, y la envolvió en un fuerte abrazo. El contacto provocó que los pechos de ambas choquen y se aplasten entre ellos, creando en ambas jóvenes una rara pero placentera reacción. Sus cuerpos nuevamente comenzaron a moverse buscando la fricción máxima entre ambos; sin embargo, dado que ahora sus pelvis estaban encajadas y la intimidad de cada una chocaba directamente con el muslo de la otra, cada que se movían sentían un roce sus intimidades que inmediatamente les hacía experimentar una corriente eléctrica por toda su columna vertebral. Fascinadas por la nueva y placentera sensación comenzaron a moverse más, sus caderas se movían rítmicamente en una danza que acababan de aprender, cada vez aumentando la fuerza y la velocidad del roce, dejaron de besarse para dejar que suspiros y gemidos comiencen a salir raudos de sus gargantas hasta que ambas soltaron un ligero grito, sintiendo primero una corriente recorrer todo su cuerpo seguido de una catarsis y una relajación extrema: habían tenido su primer orgasmo juntas.

– Te amo –susurró Emily con voz agotada aferrándose más a ella en aquel abrazo–, te amo Tatiana.

– También yo –correspondió con la misma voz cansada acurrucándose más en su cuerpo–. En serio te amo, Emily.

Se quedaron acurrucadas un rato más disfrutando de lo que había sido su primera vez, recordando y rememorando cada momento, tratando de guardar hasta el más mínimo detalle en su mente para poder soñarlo luego. Al momento de levantarse simplemente se arreglaron el pijama que llevaban y se metieron entre las sábanas, estaban demasiado exhaustas para hacer algo más que eso.

La primera en dormirse fue Emily, era la más cansada (por obvias razones); se acurrucó en el pecho de Tatiana y durmió plácidamente con una sonrisa en la cara. Sin embargo, Tatiana no pudo pegar a pesar del cansancio, contemplaba el agraciado rostro de Emily dormida, abrazándola con un brazo y haciéndole mimos con el otro; sin poder evitarlo comenzó a derramar silenciosas lágrimas que recorrían su mejilla y terminaban en su almohada, sintiendo como el dolor y la culpa comenzaban a adueñarse de ella a pesar de que hace solo unos minutos había vivido una experiencia realmente hermosa. Abrazó protectoramente a Emily y, luego de besar su frente, cerró los ojos deseando que aquel momento no terminara jamás.

 

Notas finales:

Bieen. antes que nada lamento la demora en subir el capítulo. No sé si alguien ya lo leyó en mi twitter, pero se fue la luz en toda mi cuadra justo cuando estaba escribiendo el capítulo :'v 
Ahora sí, ahora lo importante:
¡Finalmente llegamos en el capítulo donde se había quedado hace dos años el fic! Bueno, en realidad fue en el cap anterior, pero igual, me hace feliz finalmente haber llegado donde la historia se quedó<3
Ahora algo más importante xd
El domingo (es decir hoy) no habrá capítulo por dos razones: debo ayudar a mi familia con un par de cosas para las fiestas y porque pensaba subir el último capítulo del especial de la semana navideña el 24 o 25, dependerá del tiempo. ¡Y ustedes elegirán que quieren leer! Tienen dos opciones:
- La continuación de la historia.
- Un especial navideño. 
Comenten que les gustaría leer la próxima vez n.n
Por cierto, gracias a todos los que han estado comentando, en serio que los reviews, por muy cortos y simples que sean, siempre animan y motivan a seguir escribiendo<3 Aún no contesto los del capítulo pasado, lo lamento, pero es que me la pasé con el capítulo todo el día y ahorita muero de sueño, ya les respondó mañana<3

Eso es todo, gracias por leer y no se olviden de comentar que es lo que les gustaría leer en la continuación.
¡Nos leemos más adelante! ¡Felices fiestas!


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