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Perdona si digo que te amo por Parepi_

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Notas del capitulo:

Wenaas, ¿qué tal? Ya no estoy demorando tanto, eso me alegra jajaja

Espero les guste<3

Si los días anteriores se podía percibir la emoción por el torneo, el viernes los alumnos apenas y podían contener el entusiasmo que sentían. Todos los salones, sin excepción, se encontraban sumergidos en el bullicio y alboroto.

Los tutores y docentes tuvieron que hacer más esfuerzo de lo normal para poder calmarlos y callarlos para que las clases puedan darse, aunque muchos preferían murmurar entre sí durante las explicaciones que prestar atención.

Había, sin duda, mucha expectativa con el evento de mañana.

La hora de receso y almuerzo, sobre todo, era donde más podía sentirse la emoción. En la cafetería había grupos que ensayaban algunas barras, y poco a poco el resto se le unía a su cántico, hasta hubo algunos que subieron a la mesa, aunque pronto eran bajados y reprendidos por los tutores.

Asimismo, cada que veían a miembros de los clubes deportivos no podían evitar gritarles palabras de aliento, en especial a los que pertenecían al último año.

En resumen: era un caos.

Y esa fue la excusa perfecta para que Camila volviera a irse diciendo que quería comer tranquila sin que los gritos le revienten el tímpano ni que su estómago se revuelva por ver a los chicos actuar como divas ante tanta atención. Con un jugo de cajita en una mano y un muffin en la otra, Camila volvió hacia su salón para comer tranquila con el grupo de ayer.

En el salón también había bulla, pues algunos se habían quedado para evitar el caos de la cafetería, pero una decente y soportable. Se acercó hacia donde estaban Joseph, Emily y Christina y, luego de saludarlos, pasó a sentarse con ellos y comenzar a comer.

Durante el almuerzo Camila repitió lo mismo, aunque esta vez fue con Joseph y Christina a la cafetería por un rato para comprar en la tienda. En realidad, solo buscaban hacer hora ya que su tutor había vuelto a llamar a Emily para hablar, aunque comenzaban arrepentirse de haber decidido hacerlo en la cafetería. El alboroto parecía peor que en el receso.

Por eso la idea de acercarse al grupo estaba descartada, pues estaban, literalmente, rodeados. Miembros del equipo de básquet, vóley y fútbol estaban reunidos en esa mesa y hablando sobre el cómo habían sido divididos, a qué hora jugarían y demás cosas técnicas del torneo. Camila notó a Ryan alejarse del grupo y desaparecer por el fondo de la cafetería, aunque poca o nada de importancia le dio al comportamiento del rubio.

Para cuando volvieron al salón Emily ya se encontraba ahí, aunque no sabían si fue ella quien llegó rápido o fueron ellos quienes demoraron más en la cafetería. No les importó resolver la duda tampoco, tan solo caminaron hasta ella y se sentaron a su alrededor para pasar el resto del almuerzo hablando de tonterías sin sentido.

Las últimas horas de clase apenas y se podía mantener a los alumnos quietos y callados en sus lugares, tanto así que los tutores decidieron quedarse en las aulas para apoyar a los docentes en mantenerlos al margen. Aquello logró que se menguara un poco la emoción, pero aun así seguía siendo palpable en el aire.

Cuando tocó la última campana del día, muchos ya se encontraban de pie y con una sonrisa de oreja a oreja. Alejandro ni siquiera se molestó en intentar hacer que tomaran asiento, dio los comentarios finales y algunas indicaciones para el torneo de mañana: Los que pertenecen a los clubes debían presentarse al establecimiento unas dos horas antes con sus uniformes para ver todo el tema de inscripción, equipos, horarios y demás; el resto de alumnos que quisieran asistir podría hacerlo presentando su carnet de estudiante y documento de identidad. Todos podían invitar a un máximo de dos personas al evento, estas no pagaban entrada ni nada, pero sí debían presentar su documento de identidad.

En cuanto se despidió los alumnos no tardaron en salir a prisa del salón. Algunos iban a su entrenamiento, otros a ver los entrenamientos, algunos practicarían las barras y unos pocos tan solo se dirigirían a su casa.

Por lo general, Emily, Joseph y Christina estarían en el último grupo e irían directo a sus respectivos hogares, pero ese viernes tenían algo pendiente: una salida luego del entrenamiento. Así que no irían a sus casas, sino a ver los partidos y esperar a que estos terminaran.

— Ya me estoy arrepintiendo de haber dicho que sí.

— Ni siquiera te has levantado de tu carpeta —señaló Joseph.

— Lo sé, pero ya me arrepiento.

El chico soltó una carcajada y comenzó a guardar sus cosas, Emily, con un poco más de pereza, lo imitó. Cogió su mochila y comenzó a guardar los útiles que tenía sobre la carpeta, pero justo cuando estaba metiendo su cuaderno notó una nota sobresalir de uno de sus libros. Extrañada, cogió la nota y la abrió levemente para confirmar si se trataba de lo que creía.

“Veámonos un rato durante el entrenamiento detrás del edificio de artes, ¿te parece a las 3?, quiero decirte algo.
Sé que es algo arriesgado, pero todos le prestarán atención al juego.
Realmente quiero verte.

Con amor, Tatiana”

Sus mejillas se tiñeron de carmín y una leve sonrisa se asomó en su rostro. No esperaba para nada una carta de Tatiana, ayer ya le había mandado una felicitándola por la competencia y diciendo que le daría una sorpresa. ¿Acaso el regalo ya estaba listo? ¿O Tatiana quería verse por otro motivo?

— ¿Ya vamos?

Alzó la mirada y se topó con las miradas de Joseph, Christina y Camila. Los tres ya se encontraban de pie y con sus mochilas al hombro. Emily se disculpó por la demora y se apresuró, guardó la nota donde la encontró y terminó de poner todo lo demás en su mochila. En menos de un minuto ya se estaba poniendo de pie y comenzaba a caminar con el resto con dirección a las canchas.

Iban despacio y sin prisa, la mayoría de los pasillos se encontraban ya vacíos, solo uno que otro alumno o profesor rondando por ahí. Christina comenzó a hablar de un programa de comida llamando al instante la atención de Camila, y como se trataba de un programa español, también captó el interés de Joseph. En un rato ambos comenzaron a hablar de una de las recetas y la rubia aprovechó para pegarse a Emily y hablar con ella en voz baja.

— ¿Qué pasó antes? ¿Qué leías?

— Me dejó una nota —aún sin nombrarla, Christina sabía a quien se refería—, quiere que nos veamos en medio entrenamiento.

What? Really? —contrario a lo que esperaba Emily, el rostro de Christina reflejaba desconcierto.

— Sí, fue inesperado, ayer ya me había mandado una.

— Lo sé, yo te la di.

Christina ignoró la mirada molesta de Emily ante su sarcasmo y pensó en lo que le acababa de decir. Le resultaba raro que Tatiana le haya mandado otra nota a Emily y que le haya dicho para verse en el colegio, pues era Tat quien solía tener más cuidado; además, solía decirle cuando iba a mandar una nota para que le ayudara. ¿Por qué ahora no le había dicho nada?

— Supongo que iré.

— ¿Irás?

— Dijo que solo era un rato y ayer me dijo que me daría una sorpresa, tal vez solo sea eso.

Seguía sin estar del todo segura del asunto, era más fácil que Tatiana aprovechara la salida que tendrían más tarde para darle cualquier tipo de regalo que tuviera en mente.

— ¿Me muestras la nota?

— ¿Para qué?

— Solo quiero verla.

Dudó un poco, pero Emily tomó su mochila y, aun andando, rebuscó la nota entre sus cosas, luego se la tendió a Christina. La rubia leyó una y otra vez lo que estaba escrito. En efecto era la letra de Tatiana, pero algo seguía sin sentirse del todo bien con todo eso, un mal presentimiento presionaba su pecho.

Devolvió la nota a Emily justo cuando llegaron al primer piso y, sin previo aviso, la tomó del brazo para que ralentizara sus pasos. Solo cuando estuvo a una distancia que consideró prudente de los otros dos se acercó a Emily para hablar entre susurros.

— Escucha, tengo un mal presentimiento de todo esto.

— ¿Por qué?

— ¿No te parece raro?

— Pues… un poco, supongo.

— Tal vez se trate de Ryan —Emily abrió los ojos con sorpresa—, no estoy segura, la letra es de Tati, pero me resulta raro.

— ¿Entonces?

— Tú ve y graba absolutamente todo —la tomó de los hombros y sonrió—, si es él entonces lo tenemos.

— ¿Te refieres a Ryan?

Ambas dieron un respingo y se giraron asustadas, ahí estaba Camila viéndolas con duda. La ojicafé obvió la expresión de desconcierto de ambas y se acercó para unirse a su conversación.

— Joseph dijo que iba al baño y no pude evitar escuchar un poco —comentó—. Entonces, ¿al fin haremos caer a ese imbécil?

Emily, quien no tenía idea de que Camila estaba al tanto de todo –o bueno, casi todo– la miró con sorpresa y confusión, pero al ver que esta no tenía la intención de explicarse pasó a mirar a Christina quien, al hacer contacto visual, le sonrió apenada.

— Oh, cierto, no te dije que Camila nos está ayudando y está al tanto de lo que está pasando.

— ¡¿Qué ella que…?!

Christina se apresuró a tapar a la boca de Emily antes de que esta comenzara a gritar y a llamar la atención. Aquella reacción sorprendió a Camila, era la primera vez que veía alterada a Emily y se preguntó si era realmente tan malo que ella supiera lo que estaba pasando.

— Cálmate mujer, una ayuda extra nunca está de más.

— Me gustaría que me consultaras, o al menos me contaras, estas cosas —dijo molesta apartando la mano de Christina.

— Bien, ese fue error mío, se me olvidó decirte.

— No me digas.

Por un momento se quedaron en silencio, Emily miraba molesta a Christina mientras que esta evitaba hacer contacto visual.

— Entonces…—intervino Camila— ¿Qué haremos?

Ambas se giraron a mirarla a la vez y, por alguna razón, Camila se sintió un poco intimidada ante las dos tonalidades de azules que tenía frente a ella. La mirada de Emily era intensa, tanto que logró ponerla nerviosa y un poco tensa; por otro lado, los ojos de Christina eran más amigables, pero curiosos a la vez. La tensión que había sentido mirando la noche se desvaneció en aquel amable cielo.

— Tan solo lo atraparemos en su propia trampa —respondió al fin Christina.

— ¿Cómo?

— Ella se encargará de eso —señaló a Emily y luego se señaló a sí misma—, yo iré a apoyarla. Y tú nos cubres a ambas.

— ¿Por qué me toca el trabajo más aburrido?

— Porque eres la única capaz de hacerlo, si el grupo pregunta por nosotras alguien tiene que estar ahí para responder.

— Bueno, ¿pero luego puedo golpear a Ryan?

— Trato.

La charla se detuvo en ese momento porque las tres notaron a Joseph dirigirse hacia ellas. Antes de que llegara Camila preguntó sí él también estaba al tanto de todo, se sorprendió al enterarse que no era así.

Volvieron a retomar la marcha, nuevamente Camila y Joseph tomaron la delantera, pues esta vez fue Emily quien tomó a Christina del brazo para acercarla y hablar.

— ¿Por qué le dijiste?

— Le estuve pidiendo ayuda con un par de cosas de Ryan, y ella escuchó algo en el evento del sábado. Me lo contó y luego me preguntó si sabía algo, así que se lo dije.

— ¿Qué escuchó? —preguntó, la molestia inicial ya no estaba.

— Que él iba a acercarse a ti, básicamente —Emily arrugó la cara con asco y Christina soltó una risa—. Y tranquila, no le dije de ustedes, tan solo de lo que hizo Ryan.

No lo había dicho en voz alta, pero eso era en parte lo que le preocupaba a Emily, el hecho de que su relación haya salido a la luz con alguien del grupo. Pero, a diferencia del temor que tenía sobre si su padre se enteraba, el miedo que sintió con Camila era el hecho de si aquello la incomodaría de alguna manera.

It’s okay, tenemos buenos amigos —susurró Christina adivinando sus pensamientos—, incluso si les dices ahora probablemente solo te molestarían un rato.

Se aferró a esa afirmación hecha por la rubia. Miró a Joseph y Camila y se imaginó la situación, algún que otro escenario malo apareció en su mente, pero la mayoría se desenvolvía tal y como había dicho Christina.

— Lo tendré en cuenta para cuando todo esto acabe.

Para cuando llegaron a las canchas lo primero que vieron fue una gran cantidad de alumnos haciendo barras a los chicos. Las gradas estaban repletas, de no ser porque Fernanda y Tatiana les habían guardado el sitio hubieran tenido que quedarse de pie o sentarse en el piso.

Se saludaron alzando un poco la voz, pues no había de otra en medio del bullicio de barras, y pasaron a sentarse. Intentaron charlar entre ellos por un rato, pero al cabo de unos minutos desistieron de ello y tan solo miraban el entrenamiento. De vez en cuando comentaban sobre alguna jugada o punto que se hacía, también mencionaron el ir luego al entrenamiento de Antonio para verlo un rato.

Emily, sin tener otra opción, también miró el entrenamiento sin real interés, pues leer en aquella situación sería bastante difícil con tanto alboroto alrededor. De tanto en tanto miraba de reojo a Tatiana, sentada dos sitios más allá. Cuando Tatiana se daba cuenta le regalaba una muy breve sonrisa, luego volvía su atención al frente.

Cuando faltaban 10 minutos para las tres de la tarde Emily se levantó y se excusó diciendo que iría al baño. En parte era verdad, pues sí tenía pensado ir a los servicios; pero luego no volvería al entrenamiento, sino que iría hacia donde le había indicado la nota. Se aseguró tener en su bolsillo la pequeña grabadora y partió. Antes de comenzar a caminar miró a Tatiana, quien también tenía la atención puesta en ella, recibiendo una inocente pequeña sonrisa.

Con tan solo ver la expresión de Tatiana lo supo: la nota no era de ella. En el fondo tenía la esperanza de que sí, pero Christina tenía razón. Apuró su paso hacia el baño y, aunque solo fue a lavarse la cara, se quedó ahí unos cinco minutos más hasta que decidió salir y dirigirse, al fin, hacia el edificio de artes.

De vuelta en las gradas, Christina intercalaba su atención entre el entrenamiento del equipo y su celular frente a ella. No revisaba algo en particular en su móvil, tan solo corroboraba la hora; tampoco miraba las jugadas en sí, tan solo estaba al pendiente de si Ryan hacía algo inusual. No obstante, durante los siguientes diez minutos no pasó nada fuera de otro mundo.

Cuando volvía a revisar su celular por la hora o algún mensaje de Emily escuchó el silbato del entrenador que le obligó llevar su atención al frente. El partido se había detenido para que el entrenador diera algunas indicaciones a los jugadores sobre donde era mejor posicionarse, cómo mejorar algunas fintas y atinar en los tiros. Luego de aconsejar al último jugador volvió a salir de la cancha para volver a tocar el silbato, pero Ryan se acercó a él.

Nadie escuchó pequeña conversación que mantenía, de vez en cuando el rubio tosía y se señalaba la garganta. Al cabo de un rato el entrenador asintió y Ryan salió del campo con dirección al edificio principal. Hubo un silencio en las gradas al ver al subcapitán irse, pero en cuanto el entrenador metió a otro jugador y continuó el partido el humor de los espectadores volvió.

El grupo se preguntó un rato qué era lo había sucedido, pero no se rompieron la cabeza pensando en alguna respuesta, ya luego podrían preguntar sobre eso cuando el entrenamiento acabara. No obstante, Christina no se quedó para nada tranquila. Ahora estaba más que segura que la nota era de Ryan y no de Tatiana. Esperó un rato más en las gradas hasta que se levantó. Solo Joseph le preguntó a donde iba, a lo que respondió que iba al baño. Intercambió miradas con Camila y se apresuró a irse, escribiéndole un mensaje acerca de donde estarían, solo por si las dudas.

Lo que no notó es que, cuando se alejaba, Tatiana tenía su atención puesta sobre ella.

•     •     •

Emily miraba sin real interés su celular. Nunca había sido admiradora de las redes sociales ni habituaba usarlas, pero en ese momento era lo más entretenido que podía hacer mientras esperaba.

Habían pasado ya siete minutos de la hora indicada en la nota cuando oyó pisadas en césped acercándose hacia ella. Sabía de antemano que no se iba a tratar de Tatiana, así que no se molestó en levantar la vista ni cambiar la expresión seria de su rostro, ni siquiera cuando sintió a la otra persona parada justo a su lado.

— Disculpa la demora, es difícil hacer que el entrenador nos suelte, aunque sea por un rato.

No se molestó en contestar. Guardó su celular en el bolsillo y se giró hacia Ryan.

— No pareces muy sorprendida de verme.

— Ve al grano —se cruzó de brazos y le miró con molestia—, ¿qué es lo que quieres?

— Tranquila, solo quiero hablar —mostró ambas palmas en son de paz—. Quiero hablarte de un acuerdo que creo que nos va a beneficiar a ambos.

— Dudo que algo tuyo me beneficie.

— ¿Segura? Creo que mi apellido podría ser útil.

— Es mi apellido el que sería útil para ti —Ryan frunció el ceño y le miró, por primera vez, molesto. Eso hizo que Emily sonriera—, ¿o no?

La máscara de chico bueno del rubio se iba cayendo poco a poco.

— Creo que la utilidad y beneficio va para ambos lados —dijo volviendo a retomar su sonrisa—. Así que, ¿qué te parece tener una relación que a futuro sea benéfica para ambos?

— No me interesa.

— ¿Ni por las empresas de nuestros padres?

— No —hizo ademán de irse, pero Ryan se interpuso en su camino.

— Bien, déjame reformularlo en otra propuesta: ¿Y si te digo que esta relación mantendrá a salvo tu secreto?

Ahí estaba, justo donde lo quería.

— ¿De qué hablas?

— Sabes bien de que hablo, de otro modo no estarías aquí —dio dos pasos hacia adelante y Emily dio dos pasos hacia atrás—, ¿qué dirían todos si la pequeña Klett se anda besando con mujeres en su salón de clase?

Emily siguió haciéndose la desentendida, pero Ryan sacó su celular y le mostró una foto.

— ¿O acaso no eres tú la de aquí? —señaló la imagen y fingió examinarla con curiosidad— ¿Y no estás con…? ¡Oh, vaya! Pero si es Tatiana.

Tuvo que hacer uso de mucha fuera de voluntad para no golpearlo en ese mismo momento, necesitaba que siguiera hablando.

— ¿Cómo tienes eso?

— Tengo mis medios.

— Eso fue hace mucho, ahora Tatiana está saliendo contigo.

— ¡No me quieras ver la cara de imbécil! —la tomó por el cuello de su uniforme asustando a Emily, pero la soltó en unos segundos— ¿Crees que no sé qué se han estado hablando a escondidas por medio de cartas? Y quién sabe desde cuándo, maldita sea —bufó con molestia, pero negó para sí mismo y volvió a posar su atención en Emily—. Debería hacer pública su asquerosa relación, pero soy buena gente, ¿sabes? Si sales conmigo entonces les seguiré cuidando el secreto.

La sonrisa que el rubio le dedicó solo provocó que su estómago se revolviera. Ryan ni siquiera le estaba viendo como una persona; para él, ella tan solo era un objeto que le ayudaría a lograr lo que quería.

— Nunca saldría contigo.

— Tatiana dijo lo mismo y mírala ahora —se burló—. Pensé que la tenía domesticada, pero esa zorra me vio la cara contigo todo este…

No pudo terminar de hablar porque una fuerte cacheta le hizo imposible hacerlo. El sonido del impacto fue fuerte y por unos segundos todo lo demás pareció quedarse en silencio luego de eso. Ryan se llevó la mano a la mejilla y miró con odio a Emily, quien le sostuvo la mirada sin miedo alguno.

— No te atrevas a hablar así de ella.

— ¡Ja! Pensé que ustedes dos eran polos opuestos, pero parece que son similares en algunas cosas —se sobó por última vez volvió a tomar a Emily del cuello de su uniforme—. Escúchame bien, perra, te estoy haciendo un favor. ¿No lo ves? Sal conmigo y nuestras empresas se benefician; es más, terminaré con Tatiana para que pueda volver a revolcarse contigo. ¿No te parece un buen trato?

Intentó librarse del agarre del chico, pero su fuerza no podía competir con la del rubio, a lo mucho le estaba dejando varios arañazos en el brazo.

— No voy a salir contigo, me das asco.

— ¿Entonces estás bien con que todos se enteres que eres una asquerosa lesbiana?

— Adelante, dilo, grítalo si quieres y sube la foto a todas tus redes. Me da igual, ¿oíste? No saldré contigo.

Aquella respuesta no se la esperaba, pensó que iba a ceder igual que lo había hecho Tatiana, pero Emily en ningún momento dudó con lo que había dicho, le seguía viendo con total seriedad y odio. Pero eso no hizo retroceder a Ryan; al contrario, tan solo lo enfureció más.

— Creo que contigo tengo que ser más brusco —con la mano libre la tomó sin cuidado alguno de los cabellos y tiró de ella con fuerza, ignorando el gemido de dolor de Emily—, porque creo que de otra forma no nos vamos a entender.

 

 

Notas finales:

Muchas gracias por darse el tiempo de leer, espero les haya gustado<3

Nos leemos de nuevo un unos días, bais<3


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