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Felino perdido por aiakafuri

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Notas del capitulo:

la conti.

Si le preguntaban a Aomine Daiki como era vivir con Kagami Taiga su respuesta sería un infierno. 

El tigre era demaciado celoso, rencoroso, no perdonaba fácilmente y no le dejaba tocarlo.

¡TENÍA UN JODIDO AÑO EN ABSTINENCIA!

Lo peor de todo es que le torturaba de la manera más cruel posible: coqueteaba, le daba alas y al final lo dejaba con ganas... Si la pobre pantera tan solo supiera que el tigre no tenía la remota idea de lo que era coquetear.

Y no, eso no era lo peor.

Lo torturaba con las bellas sonrisas, sus perfecto movimiento de caderas y aquellos firmes, redondos y antojables glúteos. A los cuales había tocado más de 100 veces, y ese mismo número había recibido una fuerte bofetada.

Pero sin duda alguna el peor castigo era cuando el tigre cocinaba y se colocaba aquel delantal azul, que él mismo había elegido. Verlo moverse en la cocina cual profesional, le excitaba. Vaya que había tenido muchos problemas al verlo en ese delantal.

—ki.. iki.. ¡AHOMINE!

Saltó ante el grito.

— Se enfría en desayuno.

—Gracias...— observó el plato: hotcakes, huevo con jamón, pan tostado y  fruta... —¿Quién te enseño a cocinar?

—Mi madre— respondió mientras colocaba su plato.

—¿Dónde está?...— observó la nueva en el pelirrojo —. No tienes que responder.

Negó. Comió un poco de huevo —New York con su... Esposo.

—¿Tú padre?

—No. Su nuevo esposo...— miró a los ojos del peliazul —. Es una zorra.

—woohhh

—No me estoy refiriendo a que sea una omega zorra. Ella es una omega felina, una gata. Es una zorra en todo el sentido de la palabra— bufó molesto—.  Se enlazó con un alfa amable y caballeros. Vivíamos los 4 juntos pero era igual a todos los demás alfas... Intentó violarme.

—¿Qué?

—Como escuchas, quiso violarme. Si Tatsuya no hubiese llegado me hubiera violado. Tatsuya le enfrentó y ganó. Mamá llegó después de que todo se calmó. Le dijimos lo que me quiso hacer pero dijo que era mentira. Qué lo estábamos inventando porque no lo queríamos.  Así que Tatsuya empacó nuestras cosas y en menos de dos horas estábamos tomando un vuelo directo aquí.

—Taiga...— le limpió la lágrima.

—El rasguño de la espalda no fue tuyo. Fue de él cuando me ataco.

Daiki se levantó y abrazo a su omega —Joder.

—En fin, bajamos del vuelo y se suponía que un tal Tetsuya Kuroko nos recogería. Pero me separé de Tatsuya y terminé perdido y enlazado contigo...

—Sin duda fue lo mejor— susurró abrazando al pelirrojo.

—Lo sé... Pero papá está enfadado.

—¿PAPÁ?

—Si. Tanto Tatsuya como yo, mantenemos contacto con nuestro padres. El mío es japonés pero no está en el país. Según su secretario fue de vacaciones por un año con su nueva novia de Londres.

—¿Vas a buscarle?

—Ya le di la dirección de aquí. Supongo que vendrá cuando regrese. Para eso falta un mes exactamente.

Un mes...

—¿Daiki?

—¿Sí?

—¿Podemos jugar básquet?

Sonrió y besó la nariz del pelirrojo haciendole sonrojar —Claro.

.

Su corazón latía rápidamente por esa acción. Daiki era su amor, lo amaba. No tenía dudas.

¿Por qué no habían consumado su enlace?

Fácil.

Tenía miedo.

¡Era virgen! Tenía miedo de no satisfacer a su alfa. ¿y si Daiki rompía el lazo?. Era mejor de pensar en eso.

_____

Ambos estaban jugando.  Los osos disfrutaban de jugar, el más el tigre ya que veía ese lado sensual de su alfa.

—Daiki. Una reta.

—Claro, Imayoshi.

Taiga se apartó y se sentó al lado del castaño —¿Ya le dijiste?

—No...— Ryō miró al pelirrojo —. ¿Y si no quiere?

—Vamos. Imayoshi es un bastardo desgraciado pero a ti te adora.

—Cierto. Le diré hoy.

—Te ayudaré con la cena— le guiñó un ojo.

El castaño se sonrojo, y el pelirrojo rió.

Risa que se detuvo abruptamente cuando lo sintió —Shit...

Las alarmas se encendieron y un fuerte rugido se escuchó en la entrada.

Se detuvieron por completo —Pero quién demonios...

Al lado del castaño y pelirrojo pasaron corriendo sus parejas en dirección a la entrada de la manada. 

Al llegar un tigre mucho más intimidante y grande que Taiga peleaba con algunos de los alfas. Ya había herido a tres.

—¡Hey tú quién...!

—¡Daddy!

El tigre dejó alfa y salto a los brazos del omega. Lo lamió y olfateo....

Unos aterradores ojos rojos  se posaron sobre él...

Su padre le apartó y se enfrentó al peliazul —Tú eres quien....

—Papá— Taiga se situó frente a Daiki —. Ya papá. Mejor hablemos. ¿Si?

Asintió y regreso a su forma humana.

Daiki se sorprendió al ver un copia de su Taiga, solo que más feroz y mucho mayor. Ahora entendía por qué Taiga parecía un alfa. Bueno, Taiga era adorable, amoroso y no se miraba aterrador.

Taiga se lanzó a los brazos de su padre —Te extrañe tanto.

—Necesito explicaciones, Taiga. Alex me ha llamado y me dijo que tanto tú como Tatsuya huyeron de casa. Y entonces recibí una llamada de Kano, que estabas en Japón, no dude en venir.

Taiga miró alrededor. Los omegas miraban a su padre de forma lujuriosa. Rodó los ojos.  Siempre sucedía eso —Entremos a la casa para que te vistas.

—¡Kano!

Un alfa entró a la propiedad, llevaba ropa en las manos. Le lanzó la ropa. Sin un gramo de vergüenza el alfa se visitó frente a todos —Listo.

—Gusto en verlo, Kano-san.

—El placer es mío, Taiga-sama— se inclinó perfectamente frente al hijo de su jefe.

Taiga rodó los ojos, y se dirigió a la casa.  Siendo seguido por su padre.

Daiki le hizo señas a los demás para que los dejarán pasar. Y luego se dirigió a la casa.

Los cuatro entraron a la casa y se acomodaron en la sala.

Taiga se sentó sobre las piernas de su padre cuando le hizo señas.  Tal vez su padre era un alfa poderoso y feroz, pero era muy amoroso y protector con él.

—¿Por qué escapaste de casa? Tú madre no me quiso decir.

—Nash intentó violarme...

—¡¿Qué?!— gritó furioso.

Daiki sintió miedo por el poder feroz que emanaba.

—Llegue de clases, y él llegó segundos después. Me dijo unas cosas e intentó violarme. Me defendí, le dejé marcada la cara... En fin, me estaba a punto de violar cuando Tatsuya llegó y se lanzó sobre él.  La pelea se desató. Destrozaron la sala. Para cuándo llegó mamá, Tatsuya había vencido a Nash y lo amarró. Ella no nos creyó. Le dije que me iba a violar y no me creyó. Dijo que no queríamos a su nuevo esposo y un par de tonterías más... Mientras ella lo llevaba al doctor, Tatsuya empacó y nos dirigimos al aeropuerto.

—Cariño— le limpió  las lágrimas.

—Llegamos a Japón y por error me separé de Tatsuya. Termine en medio de una pelea de territorios y bueno... Daiki creyó que era alfa porqué olía a Tatsuya, e intentó someterme...

—Te mordió y te hizo su Omega.

—Si. En eso se resume todo.— Taiga sonrió nervioso y rascó su mejilla.

—Aomine Daiki. Divorciado. A punto de cumplir 28. Hijo del jefe de seguridad de Japón. Hobby el básquetbol.

—Si. Señor.

—Tu padre me dijo que te tuviera paciencia.

—M-Mi padre...

—¡Tienes padres!— gritó, Taiga sorprendido.

—Por supuesto que tiene. Su madre es tu diseñadora favorito.

—¡QUÉ! ¿POR QUÉ NO LO SABÍA?

—Están muy ocupados. No responden las llamadas.

—¿QUIÉN NO RESPONDE LAS LLAMADAS, DAIKI?

Daiki saltó al escuchar la voz. Giró lentamente —P-Padre. Madre.

—Sí no es por Tora no me entero que tienes  a un Omega menor de edad como tú pareja. Quiero explicaciones, DAIKI.

Taiga mira a la mujer ¡ERA ELLA! ¡MIKO AODA! LA MEJOR DISEÑADORA ROPA PARA DONCELES.

Las orejas de Taiga aparecieron a causa de su entusiasmo. Su cola se movía agitada.

Adorable.

Pensanron los señores Aomine.

Los Aomine se presentaron con el Omega, y escucharon las explicaciones de ambos.

—No pienso romper el lazo con Taiga.

Ambos bajaron la mirada. Tanto como los momoi y ellos se sentían culpables por lo que había sucedido. Porqué obligaron a Satsuki a casarse en contra de su voluntad, puesto que los cuatro sabían que ella estaba enamorada de otro alfa. La amenazaron con hacerle daño a ese alfa.... Menudo error. Jamás se perdonarían.

—Taiga-kun— hablo Daisuke—. ¿Quieres estar con mi hijo?

Taiga se avergonzó —S-Si...

—¿No te importa que sea mayor?

Negó.

—¿Ya están en espera de cachorros?

Taiga se avergonzó aún más —N-No. Daiki me a respetado.

—Bien. Entonces está decidido— Tora se levantó de su lugar —. Cuándo comienzan los...

—Lo tengo todo listo— dijo Daiki.

—Al menos has hecho algo bien,hijo.

—¿DE QUÉ HABLAN?— Preguntó Taiga al no entender nada.

—Nada, cariño— MIKO le sonrió al dulce omega.

—El problema será Alex.

—¿Mi madre? Por qué?

—Ella no ha de tardar en llegar a Japón. Le dije que habías llegado.

—¡Papá!

—Tienes que hablar con ella.

—¡No lo haré!— gruñó—. No hablaré con ella. ¡No la quiero ver. Qué se quede con ese imbécil!

—Taiga...

El pequeño tigre había salido corriendo.

—¿No se lleva con su madre?— preguntó MIKO.

—El nuevo esposo intentó violar a Taiga. Su madre no le creyó— respondió Daiki —. Voy con él.

Los tres asintieron y se quedaron hablando.

Daiki llegó a la habitación. El pelirrojo lloraba, se acercó lentamente a él y lo abrazó —No llores Taiga.

—No quiero ver a mamá. Ella lo prefirió a él.

—Taiga. Si viene para acá es que está preocupada por ti.

Negó. No quiero verla ¿Acaso era difícil de comprender? Su madre había defendido a ese hombre.

—Tranquilo, mi tigre— liberó sus feromonas para tranquilizarlo. Cosa que funcionó ya que Taiga se quedó dormido en sus brazos.

Cuando regreso a la sala, su madre está ayudando a Ryō con la cocina.

—¿Cómo está?

—Se ha quedado dormido.

—Es solo un niño.

—No me lo recuerdes, madre.

MIKO sonrió y se acercó a su hijo —Lo amas.

—Si.

—Mas te vale. Es un omega adorable.

—Lo sé.

MIKO miró a su hijo —Entonces... ¿Tú y él nada de nada?

Rodó los ojos —No madre. Lo he respetado.

Ryō soltó una risita.

— Por lo que se, hijo. Él no te ha dejado tocorlo.

—¡Ryō!

—L-Lo siento— el castaño salió corriendo.

—¿Y bien...?

Daiki soltó un suspiro —. Cuando cumplió dos meses aquí tuvo su celo... Y bueno... Una cosa llego a la otra, llegamos a la cama y yo...

—¿YO?— arqueó la ceja.

—La nombre...

—Imbécil. ¿CÓMO PUDISTE?

—Lo sé. Lo siento. Y créeme fue lo peor que pude hacer... Solo que acaba de salir de esa habitación y taiga huele a cerezos...

—Entiendo... Daiki.

—¿SÍ?

—Haz pensado deshacerte de esa habitación.

—Madre, Satsuki era ....

—Fue el amor de tu vida, tu mejor amiga, tu esposa, tú Omega. Pero ahora tienes a alguien a quien demostrarle que lo amabas. Si no quieres deshacerte de esa habitación, cámbiate de casa. Cierra está casa y jamás vuelvas. Satsuki comprenderá que te has enamorado y que has superado ese amor que le tenías, y taiga también lo sabrá.

Asintió. Su madre tenía razón.

________________

Taiga había aceptado visitar a su padre. No es que nos quisiera, se moría por conocer la casa de su padre... Por ello había aceptado después de una semana de negar.

Sabía que sus abuelos no lo querían, jamás lo habían querido conocer. 

Su padre y madre se habían conocido una noche de copas. A ambos se les indujo el celo... Y su padre como buen felino había dejado preñada a su madre aunque fuese marcada... Algo que no planearon ya que su padre estaba a punto de casarse.

Al final se supo ya que una foto de ambos había sido publicada en internet y la novia se enteró. No hubo boda. Y sus abuelos no quisieron saber de la omega y el bastardo que le arruinaron la vida a Kagami Tora.

Claro, su padre siempre estuvo con él. Tal vez no se casó con su madre pero le dió su apellido, le daba una cuantiosa mesada y siempre que podía lo visitaba. Incluso salían de vacaciones. Gracias a su padre Taiga conocía los lugares más importes del mundo.

—Hemos llegado, Kagami-bochan.

Alzó la mirada. Gracias al auto pudo ver la gran entrada. La puerta se abrió y el auto que su padre habían mandado por él, entró a la propiedad.

Mordió su labio al sentir las presencias aparte de su padre ¿Quienes serían?

El chófer descendió del auto y le abrió la puerta al joven Omega —. Bienvenido a la residencia Kagami.

—Gracias— salió de forma torpe del auto. Cuando miro a la entrada vio a su padre. Sonrió aliviado.

—Bienvenido, hijo.

—Gracias.

—Me alegra que al fin aceptarás venir a conocer la casa.

—Es que... Tengo miedo.

Soltó una risa y le revolvió el cabello a su único hijo —No tienes porque tenerlo. Vamos.

Taiga siguió a su padre. La casa era de estilo antiguo.

Cruzaron varias puertas hasta que llegaron a una sala.

Taiga se quedó inmovilizado al ver a esas personas.  ¡Jodida broma! Eran sus abuelos. Los reconocía por la foto que su padre le había mostrado hace unos años.

—Él es mi hijo.

La omega y el alfa mayores observaron al omega. Era idéntico a único hijo.

—Tai, ellos son mis padres. Touya y Nana Kagami.

Hizo uso de toda la educación que su madre le había dado. Se inclinó de de forma respetuosa —. M-Mucho gusto  Kamagi-sama.

—Hiji— la voz del alfa le asustó —. Dinos abuelos.

Taiga negó —Lo siento. No me siento cómodo para llamarlos así.

Ambos bajaron se miraron. Sabían que eran culpables de eso. Jamás quisieron conocerlo. Menudo error. Su nieto era idéntico a su hijo.

—Y-Yo. Traje pastel, daddy. — necesitaba desviar la incomodidad. Jamás esperó que ellos estuvieran allí.

Tora tocó la campana que estaba en la mesa y segundos después una joven Omega apareció —Me llamaban.

—Trae té, y algunos platos. Mi hijo trajo pastel.

—De inmediato, Tora-sama.

Taiga se sentó donde su padre de le indicó. No sabía qué hacer. Jamás esperó conocerlos. No estaba preparado mentalmente para conocerlos.

La joven regreso con el té y los platos.  Al abrir el pastel quedaron encantados con la vista.  La joven lo corto y sirvió para los cuatros.

—Gracias— dijo Taiga algo nervioso

Tora no esperó más y comió el pastel. Los señores Kagami también lo probaron. Exquisito.

—Oh taiga. Es delicioso. Nunca dejas de sorprenderme.

Taiga sonrió encantado —Me alegra que te guste, Daddy.

—¿Tú lo hiciste?

—Si, Kagami-sama— le respondió a la mujer.

Kagami Nana era pelinegra, ojos negros y de tez blanquecina. Mientras que Kagami Touya era un alfa alto, corpulento, de ojos rojos y tez morena.

—Si no puedes llamar abuela, al menos llámame por mi nombre cariño— sonrió tristemente —. Tora nos ha hablado mucho de ti. Nos dijo que ahora estás viviendo aquí, en Japón.

—Así es, Na-Nana-sama— dijo tímido —. Tengo un año desde que vine.

—Tora nos dijo que estás enlazado. Puedo sentir al alfa en tí.

Sus mejillas se tiñeron de rojo —Traigo su sudadera. Posiblemente sea debido a eso.

—hummn y quién es el afortunado.

—Se llama Aomine Daiki.

—¡Aomine Daiki!

—¿Sí?

—Pero si es un alfa divorciado— dijo, Nana— Eres menor de edad.

—No tiene buena reputación. Es de lo peor— agregó Touya.

Taiga frunció el ceño —Les pido que no hablen mal de mi pareja en mi presencia. Será mejor que me retiré, padre.

Tora se levantó rápidamente —Hijo, tranquilo.  Ellos no quisieron expresarse así de Daiki-san. ¿verdad padre?

—Lo sentimos. Solo que...  Daiki no tiene buen historial en su comportamiento.

—Lo sé— resopló —. Es un idiota. Pero es bueno conmigo. Y me ha respetado hasta ahora. Lo quiero.

—Bien... Será mejor hablar de otra cosa.

________

Taiga se despidió de los Kagami. No podía decirles abuelos, pero habían sido buenos con él. Le rogaron su perdón por no haberlo visto antes.

Soltó un suspiro y se dirigió a casa.

—Llegamos.

—Muchas gracias por traerme.

—No fue nada, Taiga-bochan. Si necesita algo no dude en llamarme— le entrego una tarjeta.

—Gracias— tomó la tarjeta y descendió del auto.

Utilizó sus llaves para entrar a la propiedad. Iba a cerrar la puerta cuando un empujón no le dejó.

—Taiga.

—Mamá.

 

continuará...

Notas finales:

Nos leemos en el tercer y último capítulo.

 


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