Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

UNDERCOVER por Shiroi Kaze

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Un largo tiempo sin actualizar, 

 

En parte por falta de tiempo y en parte por falta de inspiración. 

Espero les agrade el resgreso, disfruten la lectura. 

Le conté los acontecimientos del domingo a Young Jae; todavía estaban frescos, como si hubieran sucedido dos horas antes de mi entrada a esa oficina.


Quizás estaba tan aturdido como yo apenas con percibir la exasperación entre mis murmullos. Esto no era algo que quería que el resto de la oficina se enterase.


— ¿Por qué demonios no me habías dicho sobre el maletín con un millón de dólares? ¡Dijiste que sólo había papeles con información!


— ¡Y no mentí! Sólo... Omití otros detalles.


— Pues omiten cosas muy importantes que debería saber, no sé, por si me va a interrogar un jodido buitre de asuntos internos.


— No esperaba que Jun-ho te fuera a interrogar.


Al menos podía descartar las teorías conspirativas sobre aquel sujeto siendo parte de Im-perium. Jun-ho realmente era parte de aquellas instalaciones dedicadas al área de investigación criminal. En su momento fue un reconocido policía y, por lo que ahora sabía, su racha para resolver casos estaba intacta.


— Young, me insinuó que Jackson trabajaba realmente para Jae Bum. Y no precisamente como encubierto.


— Es que...— Suspiró como si en ello pudiese irse toda la frustración. Sabía que se trataba por ese algo reprimido. Eso que hacía que incluso a mí se me colara un cosquilleo en la garganta.


— Necesito que seas sincero porque... Yo no le encuentro sentido a nada. ¿Entonces el fue quien entró a casa sin autorización? ¿Es acaso un delito aceptar dinero a un mafioso cuando estás, justamente, jugando el papel de su aliado? Explícame como es la movida porque, si yo fuera JB y a mi me trabajan todo sin pedir nada a cambio, yo lo vería sospechoso.


— No. No creo que Jun-ho haya entrado a tu apartamento antes...


— ¿Pero...?— Mi expresión estaba alentando a que Young prosiguiera, sacándole cada palabra casi a la fuerza.


— Verás...— Inicio con incomodidad, había dado un par de felinas vueltas alrededor de su escritorio. Estaba...¿nervioso? Incluso divagó la vista a través de su oficina, como si esperara que en las esquinas de está fuera a encontrar alguna cámara escondida o las respuestas que tanto demandaba. Eventualmente acabó frente a mí y prosiguió en un tono sumamente bajo, como si fueran más las ganas de callarlo que de decirlo.


— Desde un poco antes de que Jackson muriera se cree la existencia de un doble agente.


Era lo menos que esperaba escuchar.


— ¿Qué?—. Me invadió una sensación de incredulidad, apelmazada por un pavor innominado. — ¿Creen que es él?


No supe como interpretar la mueca en el rostro de Young. ¿Desdén? ¿Resignación? ¿Me estaba confirmando algo? Sí, no había otra explicación. De la nada, los eventos de las últimas semanas del mes al fin parecían construir un patrón coherente. Las investigaciones ralentizadas, la poca información que se filtraba al respecto, las prácticamente nulas ofrendas a su partida que estaban llenas de expresiones de desaprobación. Eso sin contar los eventos extraños, el extremista rechazo hacia mi presencia, la intromisión a mi hogar, aquel agente. Todo calzaba a la perfección.


— No te atrevas a decirme que lo crees cierto— Señalé a Young en un hilo de voz. Intentaba controlar las pulsaciones estridentes al pie de mi oído y sofocar el pánico apresado en mi pecho.


— ¡Bambam, por Dios!— Exaltó y sí, gracias al cielo me dedicó una mirada llena de advertencia. Me alegraba que se hubiera ofendido. — Gracias por la desconfianza ¿eh?


— Créeme, no sé qué creer realmente. Young Jae... ¿Te das cuenta de lo que esto significa? ¡Jackson no se puede defender! ¿Tienes al menos una idea de quién podría ser el verdadero agente doble?


— Quisiera decirte que si pero te estaría mintiendo de la peor manera—. Intente contener el resoplido; yo también comenzaba a dar vueltas en esa oficina como un tigre desesperado por romper las barreras de una jaula. Mantener cautiva esta adrenalina estaba siendo todo un reto para ambos. — Jackson no te inmiscuyó en esto... O al menos eso creí hasta que...


— ¿Creíste? ¡Par de imbéciles los dos!


— ¡Si! Lo creí hasta que me lanzaste ese pendrive hace un par de semanas. Esa información contable no es cualquier cosa. ¿Por qué no la entregaste antes?— Young tenía las manos en las caderas la mayor parte del tiempo pero, los insultos lo desquiciaba con facilidad cuando no podía afianzar el control de la situación. Pronto su mano se vio viajando con rigidez sobre el aire, corto y preciso para puntualizar su perspectiva. — No vengas a joder con eso.


— Esa información me la dio la última vez que lo vi—. Dije en un pequeño paréntesis en el cual, parecía querer colaborar con lo que evidentemente Young no había podido descifrar. — Pidió que se lo entregara cuando lo solicitara, y eso dependería de un momento determinado. Sólo me utilizaba como "guardián". Lo hubiera entregado antes de no ser por las circunstancias, había olvidado por completo que lo tenía.


— ¿Sabes lo que contiene?


— Sí, sí lo sé. Son los últimos movimientos contables de Im-perium. Y si lo revisaste bien creo que te darías cuenta que su contador tiene alrededor de seis meses robandoles—. La expresión de Young sugería que no, no lo había percatado. — Pídele a cualquier contador que se fijen en las cifras del tercer trimestre, si tiene experiencia, notará que algo no encaja.


— No, no es eso Bambam... Aunque te agradezco el dato, todavía mantengo esta información para mí mientras se calman las aguas. El hecho que tuvieras esa información a la mano y que se sepa tu conocimiento de ello agravaría más las cosas, empeoraría tu situación—. Hizo una dramática pausa pero, el alza de su mano me hizo guardar silencio. — No, no está mal que los agentes manejen grandes cantidades de dinero al trabajar de encubiertos, como es este caso. El problema radica en un pequeño cambio en el último mes donde Jackson no informa de esos movimientos en los que él se beneficia. Y se sospecha es beneficiado por el medio millón que viajaba con él el día de... Ya sabes. Podrías ser juzgado de complicidad si no tienes cuidado, así que por favor, no reveles esa información a nadie, ni siquiera a Jun-ho. Es un punto a favor que te tomara por sorpresa esa información. Pensé la sabias.


— ¡No!— Entrelacé mis dedos para conseguir apoyo sobre mi coronilla; aproveché para jalonear débilmente mis oscuros cabellos. — Porque tanto tu como Jackson, repito, son par de imbéciles. "No involucrarme" para ¿qué? ¿Resguardarme de qué? ¡Ni que tuviera cinco años! Young Jae, estoy involucrado desde que acepté tener una relación con él y creo que si tienes cuatro dedos de frente, sabiendo que puede verse como un delito, ¡Me dices todo lo que posiblemente me vaya a involucrar! Es desagradable esta sensación de no saber que mierda pasa a mi alrededor.


Una nueva pausa nos obligó a ambos a desviar la mirada y respirar. El acelerado recorrido de la adrenalina y el rápido recorrer de mi sangre causaron un nerviosismo inusual, retumbaba mi ser.


— El problema ahora es que...


— Jackson no está para defenderse—. Completé su frase recalcando algo que ya había dicho y añadiendo: — Y ahora soy yo el que tiene que lidiar con todo esto.


— Que seas experto en ocultar y desmantelar dinero no ayuda a esclarecer el panorama.


[...]


 


 


 


Jun-ho se convirtió en mi sombra. Aquel sujeto me seguía a todos lados, verificaba todas mis diligencias –sobre todo las bancarias– y, ni se hable de los interrogatorios.


Mi cubículo era un punto de obscenidad. Al principio me cocía la rabia pero, ahora, cada que encuentro a aquel detective, revisandolo todo, lo que me causa es hastío; impaciencia por que se largue de una buena vez.


He perdido el respeto por los uniformes o las placas. Ya en más de una ocasión no he ocultado mi intolerancia y, al ver esa sonrisa lobuna asomarse en la puerta de mi hogar, la he tirado sin escrúpulos. Jun-ho sin duda alguna, no merece consideración porque ese sea "su trabajo". Ha estado investigando más de lo pertinente, provocando más de lo usual al comentar información sumamente personal, sobre Jackson o sobre mi, sobre nuestras vidas en Tailandia y Hong Kon, sobre hechos de nuestras familias que no vienen al caso. ¿Por qué ha de importarle si mi padre abandonó nuestra familia antes de yo si quiera nacer? O ¿por que el hecho que el padre de Jackson fuera un militar con respecto a su propio hijo es algo relevante? ¿Cuál es el afán por verificar que sé y que no sé?


Me recalca más las cosas que desconozco que cualquier otra cosa. No lo soporto.


En estos momentos, ni siquiera he podido comunicarme con Young Jae o desahogarme con Mark. Lo menos que quiero que suceda es que se vean inmiscuidos; que el caso Im-perium esté completamente paralizado ya es problema suficiente. Incluso había escuchado el rumor de la posible sustitución de Young como jefe del departamento de narcóticos; los casos encubiertos no serían lo mismo.


Había mucho en juego, más tensión de la que pude imaginar o pude presenciar en esa asquerosa semana de retorno luego del funeral y entierro de Jackson. La idea de renunciar volvía a asomarse y más que antes cuando, evidentemente, la presencia de Jun-ho interrumpió con el regular laboral; había un nerviosismo y alboroto pasivo entre el resto de mis compañeros que, aunque mi jefe maneja con prudencia, ya era insostenible. Podía leer la displicencia en su sonrisa y su intención de recalcarme que yo no soy un detective común. No, no lo era, estudie contaduría, nunca fui parte de un ente policial pero, mi labor como colaborador a esa entidad dedicada a la investigación, antes, valía más.


No obstante, la insinuación de que si no renunciaba acabarían por despedirme era el menor de mis problemas ahora.


Tenía un nuevo interrogatorio en la oficina de Jun-ho y aunque intentase armarme de la mayor y más serena de las composturas ¿A quien quería engañar? Eso acabaría en menos de cinco minutos, dependiendo de lo que quisiese ese sujeto ahora.


Ya comenzábamos con mal pie al ver que no sería una plática común en una oficina llena de papeles y casos por los cuales velar. En la comisaría, me dirigió a una sala de interrogación. Gris y plana, con la mesa metálica un par de vasos y una jarra de agua que me negué a tomar; dos sillas y un bombillo amarillento que apenas y lograba dar iluminación a todo el espacio, sólo conseguía reducirlo más de lo que ya, de por si, era.


— Que bien volvernos a ver, Kunpimook. Habla muy bien de usted que siempre esté dispuesto a colaborar.


— Si no fuera porque lo veo más de cuatro veces a la semana, rondando mi espacio, caería en su irónico halago. Pero no tengo ánimos de divertirlo por mucho tiempo hoy, ¿Para qué me necesita? Esta vez.


— No le han dicho que tiene un mal genio ¿Hm? Lo lleva el demonio últimamente. Es muy joven para ser tan amargado pero, supondré las circunstancias lo han llevado a eso.


— ¿Qué necesita que le aclare ahora?— Repito automáticamente, como si ya estuviera programado para ello. Me importaba un pepino si me creía un amargado o no, si creía que eso se debía a él, a la muerte de Jackson o a algo más. No era su problema.


— Bien, en vista que parece apurado, no podré amortiguar nuestra charla—. Suspiró con un desdén bien fingido y pronto, dejó su comodidad al encontrarse apoyado en el espaldar de la dura silla metálica. — ¿Está pensando en renunciar a su trabajo?


Primer giro del nuevo día. Estoy pensando seriamente en revisar mi oficina para ver si ha dejado algún micrófono o cámara. Quizás haga lo mismo con mi almohada.


— Lo he pensado. Sobre todo porque la presencia constante de un agente ha causado revuelo en la oficina. Sabe, oficial, es bastante molesto este sujeto, no por mí, porque sinceramente me importa un carajo su extraña obsesión. Pero, quiebra el orden al interrumpir y pasar como perro por su casa, orinando donde le plazca ¿Se entiende? Ni siquiera cuando murió Jackson hubo tanta intromisión, así que mi jefe me ha insinuado sus incomodidades. Quizás me despidan, no estoy seguro. Repito, son suposiciones. Pero, en vista que este sujeto no parece cansarse de meter la nariz donde no le importa, sí. No lo negaré, he pensado en renunciar para no ser la causa de tantos percances. Después de todo, estoy consciente de que no soy un detective como tal, soy más bien un colaborador. Es la misma razón por la que nunca me interesó ascender de puesto.


Jun-ho sonrió. No fue esa cínica sonrisa de bufón que solía darme para impacientarme. Tampoco aquel gesto lobuno que representaba su constante acecho, no. Eventualmente, se cruzó de brazos sin importarle estropear los pliegues de su chaqueta, tensó su rictus; era una sonrisa cargada de disgusto con una mirada menguada, esa que hace días había notado. Detesta mi no reconocimiento a su autoridad, mi poco miedo a lo que es capaz de hacer.


Una vez más, lo había logrado. Molestarlo tanto como él ha ido haciéndolo conmigo, y de la peor forma: restregando en su cara que su presencia estorba y, no sólo que estorba, sino que interrumpe con otros movimientos laborales.


Hubo un extenso silencio pero, yo sólo me limité a alzar brevemente mis cejas y devolverle la sonrisa. Entonces dije:


— ¿Eso era todo? ¿Habría algún problema con que renuncie?


— No, eso apenas es el comienzo.

Notas finales:

Cualquier comentario será bienvenido, espero poder continuar pronto para que no queden en ascuas de cómo terminará el Jun-ho vs. Bambam. 

Peace

Thx_wxtch


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).